LA HORA DE LA VERDAD PARA EUROPA
Si después de 30 dolorosos meses de debates y referen-
dos nacionales, el tratado constitucional consigue entrar en vigor a finales de 2006, Europa se encontrará mera-
mente en el punto de partida de una serie de objetivos fundamentales:
Ofrecer una alternativa creíble al unilateralismo de Estados Unidos; promover la solución del problema de Oriente Medio antes de que nos traigan los coches-bomba a la puerta de nuestras casas; ser competi-
tivos contra las potencias económicas emergentes de Asia; empezar a impedir YA que el calentamiento global aumente en forma de no retorno.
La libertad, seguridad y pros-
peridad deben ser los frutos de esta Constitución y no los detalles sobre el peso de los votos.
El número de Comisarios o la designación de soberanía. Lo decisivo será si dentro de 20 años nuestros hijos van a tener una vida más libre, segura y próspera.
Las disposiciones adicionales plasmadas en la Constitución no son más que un medio para crear esos otros medios.
El texto constitucional ni es brillanllante, carece de senci-
llez y claridad pero es la mejor Constitución que tenemos.
El problema para que los políticos “vendan” la Constitución es que los argumentos dependen de alternativas indemostrables. Como diría Winston Churchill: “Esta es la peor Europa con exclusión de todas las demás.
(Gaston Has)
POR LA CONSTITUCIÓN EUROPEA.
Vivimos en Europa un proceso de aceleración histórica en el que hemos logrado introducir el euro como moneda, ampliar la Unión a 25 Estados y elaborar una Consti-
titución.
Ahora toca elegir la nueva Comisión, negociar un nuevo pacto de solidaridad financiera, concluir las negociaciones de adhesión en marcha y, sobre todo, conseguir que los ciudadanos hagan suya la Carta Magna.
Proceso que se hace por primera vez en la historia europea por libre decisión de sus pueblos y ciudada-
nos dejando atrás enfrentamientos pretéritos, que han sido sustituidos por la vía del debate y el consenso.
En cuanto a su dimensión, es como si en América estuviera en marcha un proceso de Unión política y Monetaria desde Ca-
nadá hasta Panamá.
Sin embargo, el estado de áni-
mo y la impresión que se trans-
mite no es la de estar realizan-
do un proceso histórico sin precedentes, sino que respon-
ponde a una tradición de auto-
flagelación. Así, a la hora de valorar las recientes Eleccio-
nes europeas, se insiste en la abstención de la mitad del electorado, criticable fenóme-
no compartido con las Elec-
ciones presidenciales en Esta-
tados Unido, decisivas, si las hay, mientras que no se señala que ha votado la otra mitad. Porque, mal que nos pese, la abstención es un comportami-
ento reprensible, pero que, entra dentro de las conductas democráticas, sólo no se da en las dictaduras. La cuestión es si la democracia queda desle-
gitimada o si hay que conse-
guir que haya protagonistas y dramas comprensibles para los ciudadanos, que bien saben para qué sirve elegir un alcal-
de o un presidente de Gobierno
y han aprendido el sentido de su voto autonómico.
Ahora, el desafío consiste en consolidar Europa en un marco de convivencia próximo y de-
seable, porque la razón más profunda de esta Constitución, que cristaliza más de medio siglo de trabajo en común, es la apocalipsis del siglo XX. Como recuerda George Steiner
“entre Agosto de 1914 y Mayo de 1945, desde Ma-
drid al Volga, desde el Cír-
culo Ártico a Sicilia, alrede-
dor de 100 millones de hombres, mujeres y niños perecieron por guerras, hambrunas, deportaciones y matanzas étnicas”. (The idea of Europe, 2004).
Por eso hay que defender con pasión un proceso que ha producido la paz en el Continente sobre la base del diálogo y el disenso político frente a las trincheras y las bombas.
Su esencia es el debate contradictorio, porque la armonía política es disonante, “como las disonancias de la música concurren al acuerdo global. 5 (Enrique Barón Crespo, de Julio de 2004).
LA CONSTITUCIÓN EUROPEA EN SERIO.
No hay respuestas sencillas sobre la naturaleza del primer texto constitucional para la Europa ampliada. El “Tratado por el que se instituye una Constitución para Europa” es un híbrido: su contenido material y terminolo- gía son en buena medida los de una Constitución, pero su forma, elaboración, ratificaci- ón y futura reforma de sus artículos básicos son las propias de si Tratado. Si un día entra en vigor, la Unión habrá dado un paso adelante significativo en su desarrollo jurídico y político. Pero no será un salto en el vacío. Para entender bien esta reforma hay que partir de que gran parte del contenido de la Carta Magna ya está en vigor a través del actual Tratado de la UE, es decir, la reforma ha consistido sobre todo en una tarea de compilación.
No obstante, hay novedades importan-
tes. El texto define una Unión de ciudadanos y Estados, otorga la per--
sonalidad jurídica a la Unión que antes tenía la Comunidad, consigue por primera vez el principio de primacía del Derecho europeo, elimina la separación de políticas en “pilares”, clarifica el reparto de competencias UE-Estados (sin reducir los amplios sin reducir poderes de la UE) y mejora la tipología y la jerarquía normativa comunitaria.
La Constitución incorpora por primera vez con carácter vinculante una Carta de Derechos Fundamentales, aunque al final ha quedado algo devaluada en sus posibilidades de aplicación por exigen-
cias británicas. A cambio, refuerza el Tribunal de Justicia, que tendrá juris-
dicción sobre el espacio de libertad, seguridad y justicia.
En el lado negativo de la balanza de esta Constitución está la falta de mayor simplificación y claridad. En los más de 400 artículos de que consta, además de la docena larga de protocolos y decla-
raciones, no consigue hacer más trans-
parente el procedimiento legislativo.
El punto más polémico de la negocia- ción, el peso de los Estados en el Consejo se ha saldado con una formula mucho más complicada que la anterior.
Esta solución se basa sobre todo en el principio de población, como si tanto el Consejo como el Parlamento fueran Cámaras bajas. Consagra un mayor poder de decisión de Alemania y otorga claramente más voz a Francia, Reino Unido e Italia. A la doble mayoría se han añadido cuatro cláusulas de salvaguardia que, sin Embargo, no me-
joran mucho el poder relativo de los Estados medianos y pequeños.
Los Estados pequeños han recibido sobre todo su compensación en la Co-
misión. El texto constitucional duplica el poder de co-decisión del Parlamento y amplía las áreas de toma de decisión por mayoría cualificada en el Consejo, respetando las “líneas rojas” británicas en seguridad social, fiscalidad y políti-
tica exterior. Crea dos órganos novedo-
sos, que pueden fortalecer la defensa del interés europeo, el Presidente del Consejo y el ministro de Asuntos Exteriores. Este último puede ser el resultado de sumar la vicepresidencia de Relaciones Exteriores de la Comisi-
ón al puesto de Alto Representante pa-
ra la PESC del Consejo.
En todo caso, la Unión de los 25 no es ni será una Federación.
En la Constitución no subyace la aspi-
ración a evolucionar hacia la forma de Estado ni a crear un pueblo europeo.
Al contrario, la nueva Constitución refuerza el respeto a las identidades nacionales y a los Estados miembros. Por ahora, la nueva Unión no dispondrá de instituciones centrales fuertes, con policía propia y fuerzas armadas ni de de presupuesto suficiente y capacidad impositiva y, sobre todo, le seguirá faltando dosis de legitimidad social y lealtad de sus ciudadanos, agrupados de forma pre-
ferente en entes nacionales. La posibi-
lidad de que la Constitución no entre en vigor es alta, porque las reglas de ratificación son muy exigentes: se necesita la aprobación de 25 Parlamen-
tos nacionales, de no pocos Tribuna-
les constitucionales y en al menos ocho países referendos de resultado afirmativo en un clima de escepticismo y desinterés de la política europea creciente.
(José Mª de Areilza. Profesor de Derecho de la UE y vicepresidente del Área Jurídica del Instituto de Empresa, de Madrid, 8 de Julio de 2004).
¿HAY QUE APROBAR LA CONSTITU-
CIÓN EUROPEA?
. Razones para el “sí”
¿Cuáles son los principales
avances que aporta la Consti-
tución Europea?
. Su carácter institucional que le confiere un carácter más im-
portante que los Tratados.
. La confirmación de su legitimidad, procedente de los ciudadanos y los Estados.
. Sitúa los valores de la Unión a
un novel superior al de muchas Constituciones nacionales.
. Otorga a la Unión personali-
dad jurídica propia.
. Integra con carácter vinculan-
te la Carta de Derechos Funda-
mentales.
. Refuerza las capacidades de la Unión en política exterior y de defensa.
. Reafirma la política de cohesi-
ón económica y territorial
. Democratiza la adopción de las leyes de la Unión, incluido el resupuesto.
. Extiende el uso de la mayoría
cualificada con el doble criterio de la población y número de Estados.
. Amplía las cooperaciones re-
forzadas entre los países que deseen ir más lejos.
. Clarifica la división de pode-
res con legislativo bicameral.
. Introduce el concepto de de-
mocracia participativa.
. Refuerza el papel de las regiones.
. Aumenta la participación de los Parlamentos nacionales.
, Institucionaliza la Convención en el proceso de reforma cons-
titucional. (Carlos Carnero, eurodipu-
tado socialista).
29.10.04
La crisis de la Comisión en- sombrece la firma de la Cons- Constitución europea en Roma.
Durâo barroso tendrá que efec-
tuar varios cambios en su equi-
po.
UNIDAD EN LA DIVERSIDAD.
, Nuevo reparto de poder.
El poder de cada Estado en el Consejo de la UE estará directamente relaciona-
do con su población.
Alemania (82 millones de habitantes, el 17% de la Unión) será el país con más peso a la hora de tomar las decisiones. Los acuerdos en el Consejo serán válidos cuando sean apoyados por al menos el 55% de los Estados y el 65% de la población.
. Recorte del veto.
El nuevo Tratado deja sentado que la regla general para tomar las decisiones es la mayoría cualificada, antes señala-
da, no la unanimidad.
Desaparece el veto el todo el capítulo de normas relacionadas con Justicia e Interior, como la inmigración, la cola-
boración policial y judicial o el con-
trol de fronteras. Ka unanimidad, el derecho al veto, quedará quedará re-
servada a la política exterior, (con mínimas excepciones), la defensa y la fiscalidad.
. Presidente de la UE.
La Unión tendrá i Presidente estable durante un mandato de dos años y medio, prorrogable una vez, en lugar del turno semestral de ahora.
Representará a la UE ante los jefes de Estado y de Gobierno del resto del mundo y preparará y presidirá las Cumbres europeas, aunque sin derecho a voto.
. Ministro europeo de Exteriores.
Nombrado por los líderes, estará al frente de la Política Exterior y de la Defensa. Presidirá el Consejo de Minis-
tros de Exteriores y será también vicepresidente de la Comisión.
. Cláusula de solidaridad.
Si un Estado sufre un ataque terroris-
ta o una catástrofe natural, la Unión pondrá a su servicio todos los medios
incluidos los militares.
La Europa de la Defensa.
Los Estados que lo deseen y tengan capacidades militares elevadas po-
drán formar una cooperación estruc-
turada para avanzar más rápido en este terreno.
. Ciudadanos y Parlamentos naciona-
les.
Los europeos tendrán la ciudadanía de la Unión, unida a la nacional, sin sustituirla. Un MILLÖN de europeos podrán exigir un proyecto legal deter-
Minado. 1/3 de los Parlamentos nacio-
nales podrán forzar a la Comisión a re-tirar o reconsiderar un proyecto de Ley.
. Retirada de la UE.
La UE está abierta a todos los Estados europeos que respeten sus valores. A los Estados miembros que violen esos principios se les suspenderán sus derechos en la Unión. Si un Estado quiere abandonar la Unión, tendrá que negociar su salida.
. Carta de Derechos.
La Carta de Derechos Fundamentales de la UE se incorpora como II Parte de la Constitución y por tanto, para a tener fuerza jurídica. El Reino Unido ha impuesto dejar constancia de que la misma no interferirá la legislación británica.
. Bandera y símbolos.
LaBandera de la Unión representará un círculo de 12 estrellas sobre fondo azul. El himno de la Unión se tomará del himno de la alegría de Beethoven
La divisa de la Unión será Unidad en la diversidad, El 9 de Mayo se celebrará en todo la Unión el Día de Europa.
EUROPA EN LA ENCRUCIJADA:
LA FIRMA DE LA CONSTITUCIÓN.
Con todos sus defectos, la UE consti-
tuye una proeza extraordinaria, sobre todo cuando nos detenemos a pensar
que ni siquiera sus arquitectos están seguros de lo que representa exacta-
mente. El problema es que nunca ha existido ninguna institución de Gobier-
no como la UE. No es un Estado, aunque actúa como tal. Sus leyes pre-
valecen sobre las leyes de los 25 países que la componen, y son vincu-
lantes. Tiene una moneda única – el
euro – que utilizan muchos de sus mi-
embros. Regula el comercio y coordina
la energía, el transporte, las comunica-
ciones y, cada vez más, la educación por encima de todas las fronteras na-
cionales que abarca. Sus ciudadanos tienen un pasaporte común. Posee un Parlamento europeo que elabora leyes, y un Tribunal Europeo cuyas decisio-
nes son vinculantes. Tiene un Presi-
dente y una fuerza militar, es decir, la UE cumple muchos de los requisitos que constituyen un Estado.
Sin embargo, no puede cobrar impuse-
Tos a sus ciudadano, y los estados miembros tienen derecho de veto so-
bre cualquier decisión que pueda desembocar en el envío de tropas.
A diferencia de los Estados e Imperios
del pasado, cuyos orígenes se inscribí-
an en el campo de batalla. La UE pre-
senta la novedad de ser la primera ins-
titución de megagobierno en la historia
que ha nacido de las cenizas de la de-
rrota. En vez de conmemorar un noble pasado, su intención es garantizar que ese pasado no vuelva a repetirse.
Se cumple el deseo de Churchill en 1948: Confiamos en ver una Europa en la que los hombres de todos los países
Piensen que ser eurioeos es pertenecer a su tierra natal, y... que vayan donde vayan dentro de este vasto territorio, siempre se sientan en casa.
Hoy, cuando todavía no hace medio siglo que los fundadores empezaron a soñar con una Europa unida, 2/3 de los
Pueblos que viven en la UE dicen que se sienten europeos. 6 de cada 10 ciu-
dadanos de la UE dicen sentirse muy apegados o bastante apegados a Euro-
pa y 1/3 de los jóvenes entre 25 y 31 años dicen que “se sienten más europeos que ciudadanos de su país”
La Constitución europea que se firmó solemnemente a finales del mes pasa-
do y tendrá que ser ratificada por los Estados miembros a lo largo de los dos
próximos años, es el primer documen-
to regulador en toda la historia que pre-
tende crear una conciencia global.
La Constitución subraya un claro com-
Promiso con el “desarrollo sostenible... basado en un crecimiento económico equilibrado”, “una economía social de mercado” y la “protección y mejora de la calidad ambiental”. “Fomentar la paz
combatir la exclusión social y la discri-
minación.. promover la protección y la justicia social, la igualdad entre hombres y mujeres, la solidaridad entre generaciones y la protección de los derechos de los niños, poniendo la prioridad no en un pueblo, un territorio o una nación, sino la raza humana y el planeta en que vivimos.
Quiero subrayar que el sueño europeo todavía es un sueño, y los sueños siempre son aspiraciones de un futuro que todavía no es realidad.
Aunque es demasiado pronto para sa-
ber hasta qué punto tendrán éxito los “Estados Unidos de Europa” en una era en la que nuestros problemas ( e identidades) se extienden mucho más allá de las fronteras de los Estados, ningún país podrá seguir arreglándose-
las por su cuenta, de aquí a 25 años.
Los Estados europeos son los prime-
ros en comprender las nuevas realida-
des de un mundo interdependiente y actuar en consecuencia.
(Jeremy Rifkin es autor de El suelo europeo: Cómo la visión europea del mundo está eclipsando el sueño ame-
ricano. EL PAIS, 08.11.04)
POR LA MEJOR EUROPA SIEMPRE POSIBLE.
En alguna ocasión he manifestado que me siento anímicamente más próximo a quienes defienden con ardor europe-
ísta sus opiniones contrarias al nuevo Tratado constitucional, aunque los crea equivocados, que a quienes hacen gala de su indiferencia. Desde este primas de cordial discrepancia, quiero contestar al interesante artículo de José Vidal Beneyto, recientemente pu-
blicado en estas páginas.
Vaya por delante que coincido plenamente con su afirmación de que “el avance de la construcción europea
En el último medio siglo ha sido extra-
ordinario”.
No puede afirmarse, sin embargo, sin faltar a una parte de la verdad que Europa sea solo un éxito económico.
La Unión es y ha sido cada vez más un foco de estabilidad y progreso social y político innegable. ¿O creemos acaso que España estaría hoy mejor, en cualquier sentido, si no hubiéramos sido miembros de pleno derecho de la Unión durante los últimos 18 años?
¿O, por citar un ejemplo, que el medio ambiente estaría mejor y más protegido
sin las normas de la UE sobre reciclaje,
depuración de aguas, protección de la biodiversidad, evaluación del impacto de obras públicas, etc?
Sí, es verdad la UE es un gran mercado interior, el mejor del mundo, por cierto que con normas de protección de los consumidores y de la libre competen-
cia que se encuentran entre las más avanzadas, pero Europa es más, mu-
cho más que un mero proceso de inte-
gración económica. Europa es, también probablemente hoy más que nunca, un proyecto social y político.
Claro que en la Unión hay problemas,
(paro, marginación) que afectan grave-
mente a lo que debe ser el objetivo úl-
timo del orden social : el respeto y la promoción de la dignidad del ser hu-
mano. Pero ni Europa es la causa ni permanece indiferente ante esta situa-
ción. Es cierto que el sistema de eco-
nomía de mercado puro procede de a una expulsión darwiniana de los secto-
res menos afortunados de la sociedad,
pero también lo es que Europa ha sido y es el continente en cuyo seno se han desarrollado los mecanismos de protección social más completos.
¿Qué es entonces lo que está sucei-
diendo?
Que el fenómeno de la globalización, de la libre circulación de capitales y el desarrollo del transporte y las comuni-
caciones a escala mundial junto con el modelo de consumo occidental, ha co-
locado a nuestro sistema económico, de producción y de consumo, frente a inmensos desafíos.
Se afirma que el nuevo texto constitu-
cional de la UE no es la respuesta a un-
estras necesidades. Se nos dice que quienes tenemos hoy la responsabili-
dad de impulsar el proyecto de integra-
ción de Europa hemos renunciado a construir la dimensión ciudadana y po-
lítica de la Unión y hemos optado por seguir el método funcionalista, la política de los pequeños pasos, que mi a migo considera agotada, anclando la construcción europea solo en su di-
mensión económica.
No comparto este parecer. En primer lugar, porque en el origen mismo del nuevo texto constitucional se encuen-
tra el claro convencimiento de los dirigentes europeos de que no era po-
sible seguir avanzando en el proceso de integración, en esta nueva fase en la que abordamos cuestiones que atañen al núcleo duro de la soberanía de los Estados (justicia, seguridad, defensa, fiscalidad, etc), sin contar con una mayor y más comprometida participa-
ción de los hombres y mujeres de Europa, de los ciudadanos.
De ahí que la elaboración del proyecto del Tratado constitucional haya segui-
Do un procedimiento inédito al enco-
Mendarse su primera redacción a un órgano singular: la Convención euro-
pea, compuesta por representantes de los Gobiernos y de los Parlamentos nacionales, así como de las institucio-
nes de la Unión, con un grado de apertura y transparencia en sus traba-
jos y documentación sin parangón has-
ta la fecha. Algunos critican que no haya habido una Asamblea constitu-yente; sucede, sin embargo, que para que esa Asamblea hubiera sido conce-
bible habríamos necesitado un sustrato
político del que hoy carecemos: un demos europeo.
En segundo lugar, porque no creo que la aplicación del método funcionalista
Haya llevado al abandono de la idea de una Europa mejor. La creación paulati-
na de solidaridades de hecho está en la base misma del progreso de la cons-
trucción europea y la reciente amplia-
ción de la Unión a 25 Estados, que es lo que verdaderamente preocupa a los que anuncian el fin del proyecto políti-
co europeo, no ha acabado con la enorme potencialidad del método fun-
cionalista.
Se nos dice que la Constituci-
ón europea lo fosiliza todo e impide futuras evoluciones ha-
cia una Europa mejor. Se alega para ello que todas las cuestio-
nes importantes y conflictivas,
(la realización de la Europa social, la superación de la dis-
paridad en los regímenes fisca-
les, la promoción del desarro--
llo sostenible) están sujetas a la decisión unánime o por ma--
yoría cualificada entre los Es-
tados miembros. Mi respuesta esclara: La Unión ha sido y es una estructura política comple-
ja en la que se trata de hacer compatibles intereses sociales
económicos y políticos muy diversos; en una estructura de esta naturaleza se precisa el establecimiento de mecanis--
mos de decisión que garanti--
cen una protección reforzada a las minorías, de modo que las decisiones que se adopten se-
an respetadas por todos los partícipes porque todos se sa-
ben representados en ellas, incluso los que han votado en contra. Este sistema de toma de decisiones es el que ha permitido a la Unión llegar hasta donde ha llegado. Y con la nueva Constitución europea lo hacemos mucho más eficaz, al tiempo que ampliamos las posibilidades de uso de las llamadas cooperaciones refor-
forzadas (entre aquellos Esta--
dos que quieren avanzar más o más deprisa que el resto en determinado ámbito), todo para evitar el posible anquilo-
samiento de la Unión que pu--
diera derivarse de la ampliaci-
ón del número de sus miem--
bros.
(Miguel Ángel Moratinos, Ministro es-
palol de Asuntos Exteriores, 11.11.04).
Los socialistas europeos piden a la UE más inversiones públicas y que prima la solidaridad.
Los socialistas europeos exigirán a la nueva comisión de Duräo Barroso una apuesta por las inversiones públicas y que el objetivo de solidaridad sea tan importante como el del crecimiento económico.
Este es uno de los acuerdos de la Cumbre del Partido Socialista Europeo que se clausuró ayer en Madrid con la aprobación unánime de una resolución de apoyo a la Constitución. El objetivo es animar a la participación en España e influir en la Consulta que los socialistas franceses celebrarán el próximo día 1.
(EL PAÍS, 28.11.04)
CIUDADANÍA MEDIÁTICA.
La ètica de los Medios está en entredicho.
El Gobierno anuncia un código de
corregulación pensando sobre todo en proteger a los niños.
Convendría preguntarse si una regula-
ción de la actividad de los Medios no
podría tener también otro fin además del de proteger a las gentes, por ejem-
plo, potenciarlas. Sin duda, el mandato supremo de la ética moderna es no dañarás, no instrumentalizarás a las perso-
nas, pero ese mismo mandato tiene otro lado positivo:
Empoderarlas, posibitar que lleguen a ser también ciudada-
nas, artífices de sus vidas jun-
to a sus conciudadanos.
La tarea no es fácil.
Para construir una ciudadanía mediática, es decir, personas que son también protagonistas en ese decisivo ámbito que es el de los Medios de Comunica--
ción es necesaria una ética de los Medios, porque es rentable a medio y largo plazo y, sobre todo, porque ara dignificar y hacer creíble esta profesión.
¿En qué consistiría está ética?
En generar una opinión pública y responsable en esa esfera de la dis-
cusión abierta que debería ser la médula de las sociedades pluralis-
tas.
Debería estar fundada sobre cuatro principios:
. Contribuir a hacer ciudadanos más libres al ampliar su informa-
ción.
Sin información no hay libertad. Los Medios deben proporcionar informaciones contrastadas, opi-
niones razonables e interpreta- ciones honestas restringiendo lo más posible entre informaci- ón, opinión e interpretación, para que los ciudadanos dis-- pongan de elementos para for- mar su propia opinión y ser mas libres.
Pero la realidad es que en los Me-
dios la no existe la independencia.
Desde sus orígenes, la prensa en Particular, nace para defen-
der y reforzar distintas ideolo--
gías e intereses.
Ante esta realidad el ciudada—no que recibe la información deberá discernir con un talante crítico dicha información.
En cualquier caso, no es de recibo mezclar información y opinión ni, por supuesto, ofre--
cer informaciones no contras-
tadas.
. Los Medios de comunicación de-
berían convertirse en plataformas
para la libre expresión de las opi-
niones.
Participar es saberse patícipe,
saber que la opinión personal tam-
bién es tenida en cuanta e interesa.
. Potenciar una opinión pública pensante, favorecer el debate público, sin el que no hay democracia posible ni socie--
dad adulta, sino masa o multi-
tud.
Manipular emociones y senti--
sentimientos para elevar el índice de audiencia o aumen--
tar las ventas es una violala-
ción del principio ético de manipulación. Por el contrario, empoderar a los afectados es cintribuir a que la masa se convierta en público, en un conjunto de personas, unidos por la discrepancia en el diá-
logo que intentan pensar y ra-
zonar conjuntamente, la apues-
ta por el Intercambio de opinio-
nes del que se obtiene enrique-
cimiento mutuo.
. Los Medios tienen la misión de entretener.
Y en esta tarea la TV tienen la pri-
macía, lo cual es perfectamente le-
gítimo, solo que se puede entrete-
ner con calidad o con culebrones o
telebasura, medir la audiencia no solo cuantitativa, sino cualitativa,
evitando la información poder y la
información mercancía.
¿Qué podemos hacer?
Fomentar la poliarquía de centros mediáticos, poten-
ciar la creación de asocia-
ciones de consumidores que expresen su opinión y reivindiquen sus derechos,
sin olvidar la importancia de apoyar la información al-
ternativa.
(Adela Cortina, catedrática de Ética
y Filosofía política de la Univer-
sidad de Valencia, 24.11.04)
16.12.04.
UN “COLCHÓN PROTECTOR” DE
LA UNIÓN EUROPEA.
La UE busca seguridad me- diante planes de acción con—
junta con siete vecinos del Es-
te y del Mediterráneo.
La UE está en expansión y ma-
ñana dará el visto bueno a la adhesión de Bulgaria y Ruma-
nía en 2007 y a la apertura de negociaciones, en fecha no de-
terminada, de Turquía.
También Croacia espera abrir el año entrante el proceso ne-
gociador para su incorporaci-
ón cuanto antes a la UE.
Las fronteras exteriores de la Unión siguen sin estar oficial-
Mente definidas, pero llevan camino de serlo. Fuera quedan, por ahora, en el Este y ribera sur del Mediterráneo, países cuya estabilidad, seguridad y desarrollo son cruciales para el propio futuro de la UE.
Con siete de estos vecinos (Ucrania, Moldavia, Jordania, Israel, Autoridad Palestina, Tú-
nes y Marruecos a los que po-drían unirse Georgoa, Azerbaiyán y Armenia) acaba de negociar Bruselas planes de acción conjunta que buscan establecer un circulo de ami--
gos. En realidad, un colchón protector de la Unión que aleje las fronteras de facto de la UE más allá de las fronteras de jure.
Los Planes de acción son la plasmación de la llamada Polí-
tica Europea de Vecindad (PEV), con la que se pretende asociar a los residentes en el Este y Sur a la paz, estabilidad y prosperidad que son consus-
tanciales a la UE. Es una decisión estratégica de gran calado, dado que la seguridad y el desarrollo de la frontera sin tan vitales para la Unión como bienes escasos sobre el terreno y la Unión no quiere ni necesita incertidumbres.
“Se trata de crear un círculo de amigos alrededor de la UE ampliada” para quienes los pla-
nes de acción de la PEV crean una situación en la que todos salen ganando. “Nosotros tene-
mos la plusvalía de exportar nuestra estabilidad, que lleva a un desarrollo pacífico.
La mejora del nivel de vida supone reducir la presión mi-
gratoria. Los pedimos también que trabajen contra el terroris-
mo, la no proliferación de ar—
mas de destrucción masiva y la resolución pacífica de los conflictos.
ASPECTOS POSITIVOS DEL TRA-
TADO CONSTITUCIONAL.
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