38 En carta de la Sociedad Naturista de Barcelona a la editorial Estudios valenciana (aggce. ps Barc. 1420), de 1935, le pide «las condiciones más especiales que podrían conceder a ésta entidad, para la adquisición de grandes lotes de libros de la colección de Medicina Natural». La misma relación establece la editorial Vértice con el Ateneo Racionalista de Castellón.
39 En la voluminosa biblioteca del aggce, se encuentran bastantes ejemplares que están dedicados y con sellos administrativos, que muestran el intercambio particular entre las diversas editoriales libertarias; ello queda recogido en I. Soriano Jiménez [et al. (1994: 917-1035).
40 Por ejemplo, José María Blázquez de Pedro (Tierra y Libertad, núm. 36, 19-9-1907) expone que tiene que realizar un viaje urgente de Béjar a Mahón para asistir a un juicio propio, pero no puede hacerlo de no ser que Rafael Matarredona, de Alcoy; José Pedro Vives, de Denia; y Juan Espinas Pérez, de Jergal (Almería) le abonen lo debido por los ejemplares de Rebeldías cantadas. Este mismo periódico (núm. 48, 20-2-1908) denuncia el proceder de Manuel Castilla, corresponsal en Badajoz, que ha retenido 63 pesetas.
41 La madrileña Biblioteca de Espartaco, con sede en calle Monteleón, n.º 27, advierte en 1920: «No servimos pedidos a nadie si no vienen acompañados de su importe. Esta decisión la adoptamos en vista de que varios individuos a quienes estorba nuestra propaganda nos han hecho pedidos con objeto de sabotearla» (La dictadura del proletariado, de F. Jordán, cubierta).
42 Entre los libertarios: José Abraldes Torres es librero en Canarias; P. Porta, antiguo miembro del ces tarraconense, regenta una librería en Puigcerdá; Juan Balagué, de editorial Lux, posee dos librerías en Barcelona, en las que trabaja Juan Usón; Antonio Zalabardo en la plaza de la Universidad; Salvador Plaja (republicano) en Palamós; Kiosco Tasso en Barcelona; Miguel d’Lom era representante de librería en La Línea y librero en Huelva y Ceuta, etc.
43 La Revista Blanca cuando lanza al mercado la colección La Novela Libre, en 1932, en la circular de presentación se dirige a «quiosqueros y vendedores de prensa». El quiosco también es lugar de venta para libros libertarios desde principios de siglo. Otro aspecto a tener en cuenta, creemos que de importancia nada desdeñable, es la adquisición de obras en los puestos callejeros, que en ciudades como Barcelona tiene entonces su exponente en las paradas del Paralelo. Hay que distinguirlo del libro vendido en las librerías de lance, las cuales tienden a eliminar (sin éxito) el citado mercado callejero.
44 Surgidas a partir de 1928, se ocupan de temas sociales y coinciden con un boom lector a nivel popular. Ponen su mirada en un principio en la narrativa soviética y alemana (Oriente, Cénit, Hoy), siendo algunas de ellas de marcado carácter marxista. Desde ellas se da cabida, algo después, a la nueva novela social española y extranjera (Ulises, Historia Nueva, Zeus). Varios/as de sus impulsores/as pertenecen, durante alguna época de su vida, al Partido Comunista (A. Pumarega García, G. García Maroto, W. Roces, C. Falcón, J. Arconada, etc.), o son apoyados/as por él (R. Giménez Siles). Mantienen una organización básicamente empresarial (capital inicial, contratos con agentes literarios) que no pudo subsistir (salvo Cénit y Zeus) a la absorción de ciap y a la crisis económica.
45 Eran de vistosos colores y en ellas se leía: «estudiante, sea cual fuere tu condición social, escucha: Unos cuantos compañeros tuyos, amantes de la Justicia y la Libertad, hacen llegar a tus manos este pequeño folleto; léelo, en él encontrarás opiniones e ideas que pueden interesarte si en tu pecho anida un sentimiento de amor hacia tus semejantes. No pretendemos que estés conforme con todo cuanto leas, pues en todo escrito hay una parte mala y otra buena; analiza lo que leas y fórmate tus opiniones. razona libre de prejuicios y hallarás la Verdad, tu verdad, la única que a ti te interesa. ¡Sé libre! Cuando lo hayas leído, si lo encuentras razonable, entrégalo a cualquier compañero tuyo; si, por el contrario, crees que no debes hacerlo, guárdalo para leerlo otro día, ya que para combatir una cosa considerad injusta, se precisa concocerla a fondo».
46 Es ilustrativo al respecto el artículo: «Canalicemos la cultura. Acción de retaguardia». Boletín de Artes Gráficas(bag), núm. 2, Barcelona (25-XI-1936), p. 5.
47 En las paradas abrían un lateral para expedir los libros. Estos detalles los conocemos gracias al reportaje gráfico –11 fotografías– que incluye el artículo de 4 páginas de Horizontes, núm. 4 (30-X-1936): «La Caravana de venta de libros a beneficio de las Milicias», firmado por Herreros. Componían la misma: Herreros, organizador y delegado; María Madrenas, secretaria; María Callicó, encargada de las listas; Quiñonero, orador; Colomer, reporter gráfico; Manuel Cortiguera, Cándido Escudero y Gregorio Sánchez, conductores; y dos compañeras de las JJLL del Centro. La segunda salida en: «La caravana de venta de libros a beneficio de los compañeros que luchan en el frente». Horizontes, núm. 6 (1-II-1937), firmado por Herreros. La componían un coche y un camión, al que llamaban Shangai-Express.
48 Constituido en 19 de septiembre de 1936, disuelve la Secretaría de Trabajo Colectivo creada desde la Ponencia del mes anterior. Incautan 9 editoriales: Labor, Montaner y Simón, Maucci, Salvat, Bauzá, Sopena, Baguñá, Seix y Barral, y SGP; después también Seguí, Alas, y M. Marín. A pesar de su trabajo, no consiguen controlar todo el sector; por el contrario, los antiguos dueños (Joaquín Sopena, Coll de Librería Catalonia, S. Olives, S. Sintes, Sánchez de Ed. Labor, Recasens de Seix Barral, J. A. Foix de Imp. Elzeviriana, Peñarroya de Casa Vileya…) se quedan trabajando como cuadros técnicos y, con el tiempo, irán adueñándose de la situación.
49 En realidad, nace de los acuerdos del comicio de octubre de 1937, lo mismo que la editorial etyl. La planificación general la lleva un Consejo Administrativo, del que forman parte: M. R. Vázquez, como presidente, M. Villar, como vicepresidente, A. Carreras, como consejero, y dos vocales, entre los que estuvieron: G. Díez, I. Martí, J. Arnalda, etc.
50 Hemos hallado seis: Archivo Social, Estudios, La Escuela Moderna, El Productor, Tierra y Libertad, Vértice. Pueden incluir comentarios o incluso introducir efemérides y textos cortos, lo que hace que en ocasiones sean amplios. Así la editorial Estudios, en nota inserta en la revista del mismo nombre, núm. 65 enero 1929, pone a disposición «un catálogo conteniendo más de 2.000 títulos de obras de todas clases, el cual enviaremos gratis a quien lo solicite». Lo mismo sucedía con la editorial Fueyo, de Buenos Aires.
51 Así sucede con la impresión de 500.000 ejemplares, entre varios títulos, por el comité regional catalán en 1918. En 1937 se hace una tirada de 200.000 ejemplares del folleto de Juan López.
52 En algunas, los anarquistas tenían su biblioteca con bibliotecario (Nemesio Galve y Arcadio Durán lo eran en Barcelona en 1932). El hábito se extiende también a las cárceles franquistas. Nos dice F. Romero, en una semblanza de Progreso Alfarache: «Era también el bibliotecario particular de nuestra galería [cárcel de Ocaña. Inútil solicitar un libro de los pocos que clandestinamente teníamos en existencia. [...] Cuando conseguimos La noche quedó atrás, solicité del querido compañero turno para lectura, e imperturbable, libreta en mano, me sentenció a no leerlo nunca: “Tienes el número 132 y supongo te tocará dentro de tres o cuatro años”» (Comunidad Ibérica, núm. 9. México d.f., marzo-abril 1964).
53 Decreto sobre creación de bibliotecas en las Escuelas Nacionales (7-VIII-1931). La gestión se le encarga al Patronato de Misiones Pedagógicas. En abril de 1932 pasan de trescientas las bibliotecas instauradas, y en 1933 alcanzan el número de 3.000.
54 Creada la primera en Madrid en 1933. Se refuerza con la realización de giras en 1934 por cuarenta poblaciones de Málaga y Badajoz, vendiendo libros, donándolos a los ayuntamientos y dejando encargada en cada localidad a una persona que asuma la representación de las editoriales que difunden. De las veintiocho editoriales que exponen en las Ferias del Libro entre 1933-36, así como de las que aportan ejemplares para las giras, ninguna es libertaria.
55 Un ejemplo ilustrativo: en Barcelona, ciudad en la que las editoriales anarquistas tienen solidez, no aparecen en las relaciones de editoriales asociadas a la Cámara del Libro, fundada en 1918; lo mismo sucede en las treinta que se relacionan en Catálogo de Catálogos (1925). Esta práctica, que se tomaba como clandestina, era combatida no sólo desde estamentos oficiales, sino desde las mismas editoriales no libertarias; por ello, se tiene como uno de los objetivos prioritarios en la declaración de principios de ciap, la empresa que acapara el 80% de la producción del libro en el inicio de los años treinta.
56 Hay más: así, las facilidades dadas a las poblaciones que superaban los 5.000 habitantes para crear o renovar sus bibliotecas, en las que se les regalaba otro tanto del importe que gastaban. En estos casos se daba la posibilidad de realizar desideratas a los particulares, y sucedió que en alguna localidad, como Bujalance en Córdoba, se pidieron obras de Kropotkin, Mella, Lorenzo, etc.
57 Sucedía ya entonces. En el artículo «La vida editorial de 1930», publicado el 1-I-1931 en La Gaceta Literaria (bajo la égida de ciap), de las 17 editoriales que analiza ninguna es libertaria.
58 Así lo comprobamos en: N. Franco Fernández, Catálogo de la Biblioteca de la Casa del Pueblo de Madrid, 1908-1939. Madrid, Fund. Largo Caballero; Comunidad de Madrid, 1998. (No es el de la biblioteca principal, la cual se perdió, sino de un fondo ambulante.)
59 Fulano de Tal (1914).
60 Maricourt, Thierry (1990), 11.
61 De todos modos, para quien tenga interés en discusiones y debates, teorías e hipótesis sobre esta cuestión, podrá encontrar una excelente puesta al día en Navarro Navarro, Francisco Javier (2002).
62 Para quienes estén interesados en los aspectos estilísticos y estéticos de los anarquistas españoles, el excelente estudio de Litvak, Lily (1981), es una buena fuente de información.
63 L'Infra litterature en Espagne aux xixe et xxe siècles. Du roman feuilleton au romancero de la guerre d'Espagne (1977).
64 Esta serie de cuentos fue reeditada en diversas ocasiones, a veces con algunas variantes. La última que conozcamos es la realizada por Lily Litvak, El cuento anarquista. Antología (1880-1911) (1982).
65 La Revista Blanca (Barcelona), 34 (15 octubre 1924), p. 5.
66 La Revista Blanca (Barcelona), 36 (15 noviembre 1924), p. 3.
67 La novela proletaria (1932-1933) (1979), p. 17.
68 El cuento anarquista. Antología (1880-1911) (1982), p. 24.
69 Para quien esté interesado es muy recomendable el trabajo de Carrasquer, Francisco (1981).
70 Los estudios sobre Urales son ya bastante numerosos, pero es muy interesante el espacio que le dedicó la revista Anthropos (1987) y su suplemento Anthropos (1988), ya que además de analizarlo desde muy distintas ópticas, reproduce algunos de sus escritos más significativos.
71 Estudios, año XI, núm. 124 (diciembre 1933), p. 2.
72 El relato ha sido reeditado en muchas ocasiones. Puede consultarse: Utopías Libertarias (1991), T. II.
73 El estudio llevado a cabo por Paniagua, Xavier (1982), nos facilita la inmersión en estos intentos teóricos por acceder a una sociedad libertaria. Con todo, citaremos algunos de estos trabajos: Pedro R. Piller (Gaston Leval) (1932), Higinio Noja Ruiz (1933), José Maceira (s.a.).
74 El correspondiente a la época 1901-1930 se compone de 5 volúmenes, tres de ellos son anteriores a 1936; el IV y el V ven la luz en 1944 y 1951, respectivamente, cada uno de los cuales contiene unos 20.000 asientos bibliográficos. La época 1931-1950 queda recogida en otros 5 volúmenes, aparecidos entre 1957 y 1965. A igual que la revista, está propiciadas por las Cámaras del Libro de Madrid y Barcelona, basando su información en la elaboración de unas fichas que entregan a editores/as, libreros/as y autores/as para el envío de datos, además de en la consulta de la Biblioteca Nacional.
75 Su pretensión es mayor que la del Catálogo... ya que abarca desde la invención de la imprenta. Son 7 volúmenes de su edición primera que elabora Antonio Palau y Dulcet, entre 1923-27. Inicia una segunda más completa en 1948, la cual se extiende hasta 1977, lo cual da como resultado 28 volúmenes, con un total de 381.897 referencias. Su iniciador fallece en 1954, al llegar a la letra ‘M’, continuada por uno de sus hijos, Agustín Palau Claveras, el cual le añade apéndices.