Primer Encuentro: Del 4 al 7 de julio de 1882 el joven Fundador P. Juan Bautista Jordan de 34 años se encuentra por primera vez en Neuwerk con la ya mayor María Teresa von Wüllenweber de 49. Ella delgada y alta, de cabello rubio, ojos azules, faz abstraída y melancólica, nobleza de linaje, esbelta figura, educación de trayectoria, inteligencia clara, con propias convicciones, visión abierta y amplia, carácter decidido, espontánea, generosa de corazón, búsqueda incansable y en todo caso elegida ya por Dios para este encuentro fecundo y consenso de identidad, que marca complacencias acertadas, transparencias comprobadas y trascendencias históricas de aquiescencias fundacionales, para una herencia unánime, que en veces han tratado de separar lo que Dios ha unido. Pero no. A María Teresa le quedan en la fecha 25 años de vida, 6 de los cuales en preparación a la fundación misma. Lo que Jordan “enviado de Dios” significa para María Teresa, lo escribe después de dicha visita:
“Jamás pude esperar para mí tan intensa alegría. Él me impresionó como un humilde, verdadero y celoso apóstol… Mi mejor y más íntimo deseo es pertenecer más firmemente a esta Sociedad hasta la muerte”. D 4-42. S77.
Otro Encuentro: El 7 de julio de 1882 realiza Jordan el otro encuentro con el párroco local durante 14 años y director espiritual de María Teresa, P. Luis von Essen, teólogo, políglota, exégeta, educador, predecesor de Steyl, misionero de espíritu. También él solicita y obtiene ser admitido en el I Grado de la SAE. Con votos recibidos por Jordan. El 22 de julio María Teresa compone entusiasmada un himno… RC98. PPP67,87.
