Ceder Instituto: El 23 de febrero de 1888 obtenida la dispensa curial de Colonia, escribe Jordan a María Teresa, que quizás es más conveniente ceder el Instituto al párroco, asunto ya de trasfondo largo y doloroso ante la vecina fundación, que a su vez cunde más tarde en el proceso de beatificación del Fundador. Ella compradora única, busca el avalúo. En él 12 años de tareas apostólicas. Cedido en 1882 a la Sociedad. Pero lo dejado es bien poco ante lo que va adquiriendo y ya nadie le puede quitar. “Con el desarrollo de nosotras las hermanas… a no ser que solo seamos obstáculo”. El 5 de marzo escribe: “Gracia por su amable carta (aunque muy corta)”. D65. Ae54. JB37.
Dura carta: El 30 de marzo de 1888, viernes santo, el P. Otto Hopfenmüller, a medio año de su ingreso y ya ecónomo se dirige a la “apreciada señorita” María Teresa por encargo y en nombre del Fundador, con estilo categórico, “franco y decidido” para ayudar con su consejo:
“El señor párroco nos comunica que por una parte la Rvda. Superiora General no quiere una tercera persona con derecho a residencia en la casa si su sociedad toma la dirección de un hospital… El Rvdo. Padre quiere deshacerse definitivamente de la posesión de allá por no ser adaptada a los fines de la Sociedad. Por otra parte él no quiere obligarla con algún mandato y la deja a su propia decisión. Quedan solo dos caminos: conseguir otro domicilio… o retirar simplemente su donación… Augurándole un dichoso Aleluya de Pascua”. Ae55.
