Con delicadeza: El domingo 6 de mayo de 1894 responde Jordan la carta triste de María de los Apóstoles y con delicadeza acoge esa misiva anterior sobre las lágrimas de tal hija espiritual y su confidencia epistolar, máxime que le acaba de asegurar tanta confianza depositada en él.
“Querida hija espiritual: Le expreso con esta mi participación en el sufrimiento de los suyos, los incluiré en la plegaria. Llevemos cada cruz con gran paciencia. Antepongamos con calma la confianza en el Señor… El buen Dios la consuele, fortalezca y le ayude a sufrir con paciencia todas las penas. Cordiales saludo y bendición de su Padre espiritual en Cristo. Francisco María de la Cruz”. DSSX 195.