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Osiris Guillermo Villegas



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Osiris Guillermo Villegas. (Argentino - Militar)

"Una nación no se construye improvisadamente. Una Nación en creci­miento no es aquella que tan sólo acumula mayores riquezas materiales, si­no aquella que, en proceso contínuo, genera condiciones de vida espiritual, cultural y económica siempre mejores para su pueblo. Una Nación, en sínte­sis, se hace sobre sus esencias, sobre su Historia."

Villegas, pensador, educador, escritor, está adornado por una mente disciplinada, creadora y precisa en una praxis ejemplar. Su testimonio más importante lo constituye el dogma sobre "Políticas y Estrategias para el De­sarrollo y la Seguridad Nacional", elaborado con el concurso de calificadas figuras en circunstancias en que se desempeñaba como secretario de la Secretaría del Consejo Nacional de Seguridad (CONASE).

Hombre didáctico, crítico y de profunda raigambre nacional, este ar­gentino ha conseguido definir con claridad y trascendencia los factores y pa­rámetros del gran cambio, largamente esperado por las más lúcidas genera­ciones americanas.

Claro expositor del "Proyecto Nacional", expresa:

"Como es obvio, el proyecto nacional no puede ni debe ser una elabo­ración puramente teórica, desasida de la realidad pasada y presente y ajena a la evolución probable de la humanidad."

Más adelante afirma:


  • "los procesos no admiten demoras ni titubeos".

  • "muchas estructuras funcionales de la República y de los Organismos In­ternacionales no satisfacen las exigencias y finalidades para las cuales fueron creadas".

  • "los errores en la conducción del Estado no son perceptibles de inmediato y sus efectos adversos sobre el interés nacional son difíciles de corregir en el tiempo".

  • "el desarrollo y la seguridad tienen su base en el propio esfuerzo na­cional".

  • "en la lucha por el crecimiento y el poder, el competidor es hábil, difícil de precisar sus acciones y no da tregua".

  • "los poderosos no son fraternales; participan en la competencia".

  • "el imperialismo y colonialismo subsisten como una realidad, manifes­tándose con medios y modalidades distintos."

"La historia no perdona los fracasos y la Argentina ha fracasado buena parte del siglo veinte. Rodeados de vecinos que tienen un desarrollo demográfico mucho mayor que el nuestro, con vastos espacios despobla­dos, no nos queda más que el ingenio y el talento si queremos no solamente desarrollarnos sino sobresalir."

Como geopolítico, Villegas realiza un aporte sustancial, cuando en su obra "Tiempo Geopolítico Argentino" conceptualiza sintéticamente el

“ciclo histórico inconcluso del pueblo argentino”, sintetizando que el "pr ceso evolutivo en parte ya cumplido", comprende:



  • "Independencia política, iniciada por el Pueblo y las Fuerzas Arma das en,el lapso 1810 - 16, cimentada en el ámbito interno y regional sudame­ricanos, para mejor resistir las interferencias y presiones colonialistas. El pueblo dejó de ser subdito para ser soberano".

  • "Organización Jurídica, instrumentada por el Pueblo y las Fuerzas Armadas a partir de 1853, en base al constitucionalismo, para asegurar la existencia del Estado y ordenar la convivencia en el marco de sus leyes. El pueblo se hace ciudadano".

  • "Soberanía Popular, con punto de arranque en 1912, afirmada por el Pueblo y las Fuerzas Armadas mediante el respeto del sufragio universal secreto y obligatorio, que da a la civilidad la posibilidad cierta de elegir sus representantes. Los gobernantes dejan de ser digitados por minorías oligár­quicas y grupos de intereses foráneos para ser mandatarios de una real vo­luntad popular. El pueblo antes espectador se convierte en elector y pasa a ser un factor de control político".

  • "Justicia Social, afianzada a partir de 1943 por el Pueblo y las Fuer­zas Armadas mediante la conquista de derechos y beneficios sociales que mejoran el bienestar del hombre argentino, valorizando su dignidad huma­na y facilitando su acceso a la cultura. El Pueblo, en vez de ser solamente sufragante, pasa a ser también partícipe de los bienes espirituales y mate­riales de la Nación."

"No existe poderío nacional verdadero sin poder económico y no hay posibilidad de brindar bienestar al pueblo sin disponer de los medios para proporcionárselo. Debemos, pues, encauzar esta etapa, la económica, que presuntivamente, por los lapsos históricos apuntados, debería estar en su apogeo al promediar la década del 70."

"La más alta conducción del Estado no tiene el derecho de visorar sólo el corto plazo ni equivocarse en la planificación del mediano ni largo plazo Es muy peligroso para el devenir de la república conducir los más altos intereses de la Nación con impunidad política; ésto es lo que ha llevado a buena parte de los fracasos de la Argentina del siglo XX".

"En el mundo que se avecina sólo sobrevivirán los pueblos fuertes, que son los únicos en condiciones de enfrentar la verdadera naturaleza de 1a lucha contemporánea de la humanidad".

El pensamiento de Villegas comprende un modelo de Argentina asenta do en la historia, en principios coherentes, en circunstancias objetivas, y en un porvenir signado.

"La liberación es una constante histórica - política de América Sureña".

"...nuestra América del Sur, en toda su complejidad, combina y a ve­ces opone dos tendencias: la del nacionalismo y la del bienestar".


"La idea rectora que debe prevalecer es la comunidad de intereses".

Villegas sostiene que Sudamérica fue fraccionada después del derrum­be del imperio Español en una acción programada y mancomunada por las potencias mundiales. El axioma "dividir para reinar" fue rigurosamente aplicado a las ex colonias hispanas.

"El capital financiero internacional en su nomenclatura económica del mundo, asignó a la Argentina el papel de productor agropecuario."

"En el transcurso de una centuria, los diferentes capitales extranjeros que actuaron y actúan sobre el proceso económico latinoamericano —por incomprensión, complacencia, negligencia, ineptitud o corrupción de las clases dirigentes— impidieron y traban hoy el desarrollo nacional indepen­diente de la economía de las diferentes repúblicas, dificultan la complemen-tación económica entre las mismas y modelan su estructura productiva, de acuerdo con la posibilidad de explotar mejor un país que otro, o tal o cual materia prima, agrícola, ganadera o minera".

Villegas geopolítico propone un nuevo "Proyecto Nacional" cuya esencia especifica: "...teniendo en cuenta las circunstancias actuales y las previsiones fundadas que puedan hacerse con respecto al futuro, sea capaz de motivar y movilizar a la sociedad nacional en su conjunto, y a cada uno de los miembros que la componen."

Esta motivación que se propone como medio importante para lograr la movilización, está basada en la creación de "una idea fuerza" con sentido y consenso nacional. Para ello, "los Actores", como denomina a los diferen­tes sectores del quehacer nacional, comprende a los empresarios, gremialis-tas, intelectuales, el Estado, las FF.AA. y la Iglesia.

"La República Argentina ha entrado en un proceso revolucionario, por el agotamiento de un régimen político-social que fue útil en cuanto y en tanto subsistieron las condiciones del país y del orden mundial que justifica­ron su concepción".

En el estudio de la problemática argentina, Villegas plantea una "Estrategia para el futuro", propone una orientación "Hacia un nuevo cauce", concreta cuál es "La decisión fundamental", bisecta la "Cultura y Política Nacional", clarifica la interrelación de "Energía y Política Na­cional", devela la insistente "Política Nacional sin rumbo", dentro de la Cuenca del Plata, señalando que:

"Las naciones que integran la Cuenca del Plata no encontrarán la ar­monía de sus intereses si insisten en soluciones de superficie, si continúan desvinculando las obras a construir en los ríos internacionales, del de­sarrollo subregional, que en las actuales circunstancias, tiene limitaciones estructurales a su capacidad de expansión".

"Los países en vías de desarrollo, en un mundo que al finalizar el siglo va a sufrir la carencia de petróleo, no se pueden dar el lujo de desaprovechar un sólo kilovatio de energía hidroeléctrica."

Refiriéndose a la "Minería", puntualiza una "Política Nacional inexis­tente", concluyendo que: "No es fácil resolver en un par de décadas el atra­so minero de cien años".

"No es tarea sencilla ni rápida crear una grande y moderna industria minera nacional que independice al país del abastecimiento externo. Pero la situación es tal, que la Argentina debe superar su estancamiento minero an­tes de finalizar el siglo, como condición esencial, si desea verdaderamente alcanzar una real autonomía en las decisiones económicas."

Recogemos como frase final de esta breve síntesis, una sentencia clara y trascendente que singulariza el pensamiento nacional de Villegas: "Sin in­dustria de base no se logrará la transformación de la estructura económica ni se romperán los lazos de la dependencia. En esta tarea radica la clave del problema revolucionario argentino".

Juan Enrique Guglialmelli (Argentino - Militar)

Moldeado por una sólida formación intelectual, basada en la vieja Es­cuela Superior de Guerra, Guglialmelli, dominando las concepciones teóri­cas, es fundamentalmente un pragmático.

Asentado en el conocimiento de las distintas ciencias y teorías, autodi­dacta, creador por naturaleza, ha plasmado en sus estudios y enunciados, el equilibrio del artista con el racionalismo científico.

De recio pensamiento, de brillante y aguda percepción, se destaca níti­damente por su seria y arraigada autenticidad, que le otorga una significati­va personalidad como pensador y docente.

Pero lo que posee un rasgo identificatorio muy especial, en todo lo pro­ducido por Guglialmelli, es su acendrada vocación nacional. Nada escribe, dice o enuncia, que no tenga su raíz en un problema argentino.

Geopolítico, estratega, formador de hombres, se caracteriza también por su capacidad de lucha, nunca arredrada por los diversos factores que debe enfrentar.

Fundador del "Instituto Argentino de Estudios Estratégicos y de las Relaciones Internacionales" (INSAR), cuyo órgano de expresión es la revis­ta "Estrategia", de la cual es Director, ha desarrollado una proficua labor de investigación y difusión, tendiente a enriquecer la formación de una diri­gencia nacional, a la vez que proporcionar pautas concretas para la solución de los grandes problemas argentinos.

Su aporte a la geopolítica nacional tiene un gran valor tanto en el cam­po de la teoría, como del planeamiento y ejecución.

"...es indispensable llevar a cabo una política nacional que supere con

urgencia las causas profundas de la crisis argentina... Para ello se deberá recrear los valores morales y espirituales; atacar con premura las falencias sectoriales y espaciales de la estructura económica agroexportadora, con el objeto de obtener un desarrollo global independiente y asegurar de manera creciente la prosperidad compartida de su sociedad; perfeccionar el sistema institucional en consonancia con los campos estructurales y las nuevas nece­sidades de la comunidad".


“En orden al quehacer futuro en la materia, lo fundamental será elabo­rar una auténtica geopolítica nacional basada en el análisis objetivo y desa­pasionado de la realidad nacional y su mundo circundante. En la Argentina, pese a los muchos grupos que han incursionado en la temática, no se ha ela­borado esa doctrina geopolítica. En esa tarea, habrá que concentrar los es­fuerzos rastreando el pasado, interpretando el presente y oteando el porve­nir. Frente a esta labor, que no será fácil, habrá que estar prevenido contra por lo menos cuatro posibles «malas artes»: el charlataneo pseudocientífico; la conclusión superficial o no debidamente comprobada; las tesis veni­das de afuera y fuertemente publicitadas, como entre otras, la de que cada nación debe concentrarse según su "mayor eficiencia relativa y mayor efica­cia selectiva", promovida en el informe de Nelson Rockefeller; por último, los "astigmatismos geopolíticos" derivados de los intereses de grupo o sec­tor".

En su estudio de "Geopolítica en la Argentina", Guglialmelli finaliza expresando:

"Para nuestro caso, la geopolítica nacional, debe buscar respuestas adecuadas a tan vasta problemática, proyectando sus conclusiones en con­sonancia con la evolución de su sociedad. Para ello convendrá tener en cuenta entre otros, dos principios geopolíticos de alta significación:

"• los espacios nacionales, geoeconómicamente integrados, con alto nivel de industrialización, son polos naturales de atracción para los Estados más débiles, sobre los cuales, por otra parte, aquellos proyectan sus necesi­dades de recursos, naturales y humanos.

"• el factor geopolítico fundamental es el grupo humano, su capacidad creadora, su fuerza espiritual, su aptitud para transformar y aprovechar la naturaleza, su inventiva científico-técnica, su voluntad para dominar los factores adversos de la geografía, su resolución para aceptar y encontrar respuestas adecuadas a los desafíos. El poder, en síntesis, que es capaz de crear y desarrollar para satisfacer sus intereses y concretar sus objetivos".

No hay tema relacionado con la problemática argentina sobre el cual este pensador no haya sentado una doctrina y aportado soluciones concre­tas. Sus trabajos son así, un aporte documental de gran valor para el Esta­do, para la dirigencia nacional y para el pueblo argentino.



Con respecto a la Patagonia, su tesis, claramente explicitada, sostiene Que "Los intereses vinculados al «statu quo» postergan la Integración pata-

gónica".

El análisis de los diversos factores y el planeamiento que propone se re­sumen en estos conceptos:

"1. La postergación patagónica es consecuencia de su falta de de­sarrollo económico, social y cultural".

"2. Dicho desarrollo se encuentra ligado al proyecto nacional".

"No habrá desarrollo patagónico con esquemas que mantengan o con­soliden el statu quo, es decir que concentren el «crecimiento» del país sobre la pampa húmeda y adquiera rubros esenciales que podemos obtener dentro de nuestras fronteras. La Nación debe ser una Nación integrada en lo espa­cial y sectorial, lo cual significa incorporar al quehacer nacional las áreas re­zagadas o postergadas y promover el desarrollo de las industrias básicas e infraestructura de servicios".

"3. La integración patagónica constituye un deber histórico irrenunciable".

"4. Poblar con argentinos la Patagonia es tarea urgente y perentoria. Ello sólo se logrará, mediante su desarrollo integral y acelerado".

"5. Los grandes intereses externos y sus colaboradores dentro del pais, así como los beneficiarios del statu quo, no tienen interés en el desarrollo in­tegral patagónico. Antes bien, pueden tratar, de impedirlo, distorsionarlo o de sólo favorecer aquellos rubros en los cuales tengan objetivos particula­res".

"6. Este desarrollo a su vez, creará las mejores condiciones para la Se­guridad Nacional en su conjunto y, en particular, para la zona patagónica".

"7. La falta de desarrollo en cambio, mantendrá a la Patagonia en su actual carácter de frontera interior más vulnerable. En estas condiciones, no sólo no se cumple el deber insoslayable de integrarla, antes mencionado, si­no que se estimula la apetencia de potencias extranjeras".

Uno de los trabajos más testimoniales en el campo doctrinario, es el que se refiere al problema de las fronteras y su relación con la política na­cional. La aseveración de que: "no hay política de fronteras sin una política nacional que la encuadre", posee no sólo una profunda base científica, sino que subyace en su expresión una realidad acuciante.

El límite, dice Guglialmelli, separa jurisdicciones administrativas de respectivas naciones. "La frontera en cambio, es el ámbito geográfico que, a partir de dicho límite, se extiende hacia el interior del propio territorio hasta una distancia determinada. Como este espacio está en contacto con el del pais vecino, es lícito también afirmar que «frontera» es el ámbito ge­ográfico de dos naciones, a ambos lados del linde. Este, en síntesis es un concepto lineal. La frontera una noción geoambiental".

Profundizando el tema sobre la base de la bisección de los componen­tes, el pensador argentino caracteriza y determina la «frontera periférica» y
la «frontera interior». Esta última, conformada fundamentalmente por la «cultura nacional». En este sentido, la cultura adquiere un especial signifi­cado geopolítico por cuanto: "es la facultad del hombre para obrar sobre sí mismo y sobre la naturaleza".

"La cultura nacional, constituye la resultante de un proceso que reco­noce como factor determinante una herencia cultural propia, enriquecida por pautas de tipo universal que son asimiladas y desenvueltas en el marco de aquella cultura autóctona. Teniendo en cuenta sus componentes espiri­tuales y materiales la cultura nacional como «frontera interior» debe ser considerada «bidimensional».

Luego de señalar la necesidad de un proceso vertebrador en el ámbito cultural y la imperiosa necesidad de protegerlo de la penetración foránea expresa:

"El ámbito espiritual de la cultura es cada vez más vulnerable debido al desarrollo de los medios masivos de comunicación social (libro, prensa, ra­dio, televisión y respectivas estructuras de apoyo) así como por otros modos de penetración".

"La economía es la base material y el sustento del bienestar y del de­sarrollo espiritual de la nación. Sostiene a las instituciones políticas: es el apoyo de la justicia social. De la economía dependen el orden y la seguri­dad. Afecta al poder militar, tanto en sus factores cualitativos como cuanti­tativos. Determina, en fin el poder real de la nación, su capacidad soberana, el grado de independencia de un pueblo. Contra ese ámbito también opera el enemigo. Maniobró a través de viejas fórmulas. Actúa ahora mediante neocolonialismos o con pretendidos ordenamientos económicos regionales, donde algún país será beneficiado con industrias claves y multiplicadoras, mientras otros quedarán relegados como proveedores de alimentos y mate­rias primas. Pero todos sirviendo a las grandes potencias y a las corpora­ciones internacionales".

"Una dependencia integral que se instrumenta mediante el control de sectores claves de la economía, en particular el financiero; créditos externos «atados» o préstamos dirigidos donde más convenga; bloqueando el apoyo financiero y técnico internacional; con los precios que manejan a voluntad en el mercado mundial las grandes corporaciones; con la servidumbre tec­nológica; mediante la promoción de sus empleados o asociados ideológicos para funciones y cargos de responsabilidad decisiva, etc. El ámbito econó­mico adquiere así fundamental importancia. Revela el grado de autonomía o dependencia; de soberanía o sometimiento de la Nación".

"Contra la sumisión económica no bastan líricas declamaciones. La li­beración se gana todos los días con hechos concretos en los sectores real­mente estratégicos del quehacer económico. Para lo cual se necesitan objeti­vos claros, metas y prioridades acertadas. Y un enemigo, incluido sus servi-

dores internos, ubicado con certeza tanto en su identidad como en sus for­mas de proceder".

Guglialmelli define a la Argentina desde el enfoque geopolítico, como «peninsular» y «no insular», concretando que es «continental, bimarítima y antártica». Esto significa que goza de los beneficios de la continentaliza-ción, a la vez, del usufructo de su situación bioceánica. Servirse de estas dos virtudes, es arte de la conducción política.

El análisis ideológico-político del grupo López; de Carlos Pellegrini; de la llamada generación del ochenta; el análisis de la protección para la in­dustria nacional; la economía como factor del poder militar y seguridad na­cional; la presencia de las corporaciones internacionales y de los grupos de presión contra el desarrollo económico nacional; la política arancelaria y la seguridad nacional; son algunos de los tópicos de geoeconomía que analiza Guglialmelli, siempre desde la óptica del genuino interés nacional.

Pero donde este pensador adquiere una característica trascendente en el campo de la arena internacional, es en el enfoque de la problemática del «Cono Sur». Especialista versado, estratega ágil, analista agudo, critico audaz, ha sabido componer una réplica nacional al reto histórico que vive la Argentina.

Definidor del concepto geopolítico del Cono Sur, cabal intérprete de los objetivos y de la estrategia instrumentada por Brasil en la región, Guglialmelli, devela las incógnitas de las concepciones de Travassos, Gol-bery, Mattos y Teresinha de Castro, planteando a su vez, las correctas apti­tudes de la Argentina.

"En este orden de ideas, lo que oponemos a la estrategia de proyección regional brasileña y a su capacidad de ejecución, es nuestra propia ineptitud para concretar el desarrollo integral del país, en particular de su interior; la preponderancia, en síntesis, de la mentalidad portuaria bonaerense aferrada a los beneficios de la estructura agro-importadora e insensible a los cambios que las circunstancias exigen".

"Se ha pretendido como fundamento geopolítico del sistema, la carac­terística de la cuenca hídrica del Río de la Plata y sus constituyentes princi­pales: ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. Todos formando un sistema flu­vial centrípeto que, según los teóricos de aquella ciencia, tienden a asociar los intereses que se mueven dentro de su área de influencia".

"Sin embargo, quienes utilizaban este argumento para estimular el sis­tema de la Cuenca del Plata, omitieron, a sabiendas o no, el hecho geopolí­tico fundamental: el sistema fluvial, en caso de integrarse, es vertebrado por un grupo humano, el llamado núcleo geohistórico. Este núcleo dotado de una fuerza vital (espiritual, moral y cultural), y de un poder material (eco­nómico, político y militar), opera en función de intereses concretos, y muchas veces, por encima de los condicionamientos de la geografía. Parece lícito preguntarse en orden a esta idea cuál sería el núcleo geohistórico líder

de la integración de la Cuenca".

"¿Los EE.UU.? ¿Las grandes corporaciones? ¿El Brasil? ¿La Argentina? ¿O se aceptaba, lo que desmiente a diario el acaecer mundial, que la nación y su aspecto territorial, el Estado, han cumplido su etapa, su categoría histórica, y por lo tanto debía ser sustituida por alguna forma de entidad supranacional?".

"En el marco de una política de desarrollo acelerado de su potencial económico (especialmente energético, nuclear e industrias básicas) así como de la propia integración territorial, las jugadas maestras de la estrategia brasileña en el Cono Sur, están hoy centradas en los siguientes aspectos:"

"- Itaipú como expresión del control de los recursos hidroeléctricos en el alto Paraná. Itaipú sirve asimismo para acentuar su penetración y consolidar su hegemonía sobre Paraguay".

"- Ampliar y acelerar la construcción de carreteras, ferro e hidrovías, que sirvan al pretendido hinterland del puerto de Río Grande".

"- Ganar a la Banda Oriental del Uruguay como área de neto predominio, neutralizando los esfuerzos argentinos de cooperación".

"- Consolidar su hegemonía sobre Bolivia, controlando en particular la riqueza minera y de hidrocarburos del oriente boliviano. Un objetivo concurrente sería interferir la solicitud argentina de esos recursos ofreciendo en cambio su hierro y manganeso de la zona de Urucum".

"- Establecer firmes lazos económicos y de seguridad con Chile, tendientes a aprovechar algunos de sus recursos mineros. Aislar en lo posible a dicho país de la Argentina para lo cual puede utilizar la cooperación económica y los asuntos todavía pendientes entre Buenos Aires y Santiago".

"- Neutralizar las históricas relaciones argentino-peruanas, país éste sobre el cual ha lanzado una ofensiva de entendimiento y eventual cooperación económico-financiera".

"- Operar en el mediano plazo hacia la Antártida y el Atlántico Sur".

"Tanto para la política como para la estrategia el factor predominante es el poder. La relación de fuerzas necesarias para alcanzar los propósitos perseguidos. En el caso de Argentina - Brasil, sólo un efectivo y adecuado poder nacional será garantía de negociación y en última instancia, de alcanzar en paz, los objetivos propuestos. Nuestra debilidad nos conducirá inexorablemente a la subordinación o al conflicto. La
fuerza, el desenvolvimiento acelerado del potencial nacional por el contrario inducirá al acuerdo y a la cooperación". "El hecho capital de la geopolítica se relaciona con el factor humano, su capacidad creadora, su fuerza espiritual, su aptitud transformadora de los recursos naturales, su inventiva científico-técnica, su voluntad para do-
minar los factores adversos de la geografía, su resolución para aceptar y
enfrentar los desafíos. El poder, en síntesis, que es capaz de crear y de­sarrollar para satisfacer sus intereses y concretar sus objetivos".

Esta apretada síntesis la cerramos con una clara sentencia de este pen­sador: "... no hay poder militar sin un poder nacional integrado, pues aquél, es una consecuencia del último".

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