Misión de los Dirigentes
La República Argentina enfrenta el desafío más grande del siglo XX.
a definición final depende del destino histórico que sus hijos elaboren de
aquí al año 2.000. Las alternativas indican claramente que está en juego
hasta la existencia de la Nación misma. Los argentinos deben saber que se
juegan la Patria.
La única posibilidad de oponerse a la perspectiva de continuar en la de-
pendencia, en la desintegración bochornosa y en la ofensa al pueblo, es la
realización de una profunda, acelerada y auténtica Revolución Nacional.
Cuanto más se postergue ésta, más se complicará el proceso y más dolorosas
serán las consecuencias finales, sean cuales fueren los resultados.
La Argentina presenta un cuadro de madurez y aptitud para emprender
la transformación requerida. Se hace necesario que a la motivación de las
masas nacionales, se las provea de los cuadros y núcleos esenciales para or-
ganizar, diagramar la estrategia y concretar la acción para el logro de los
objetivos.
La más alta misión que tienen en estos momentos los sectores dirigentes
es integrar el país sobre los grandes temas nacionales y proyectarlo hacia la
unidad sudamericana.
Si la dirigencia, que ocupa todos los sectores, instituciones y campos,
no acierta en los objetivos, ignora las estrategias, subalterniza las acciones
deteniéndose en las apetencias personales y de grupo; si confunde los gran-
des problemas con defensas de posiciones falsas e intrascendentes; si vende
los principios para salvar las conveniencias, le espera el juicio final de los
apóstatas y traidores. Si la dirigencia acierta, con lucidez y decisión, pasará
a la historia como ejemplo para las generaciones venideras.
Debe estar claro, que la historia enseña muchos casos, en que una dirigencia "De Facto" logró la legitimidad a través de hechos concretos; y otros, en que una dirigencia aparentemente legítima, perdió su legitimización por carencia de valores.
No puede existir legitimidad en una dirigencia que sectariza la Nación
No puede existir legitimidad en una dirigencia que olvida la autenticidad.
No puede existir legitimidad en una dirigencia que no asume los valores na-
cionales con acierto y valentía. No puede existir legitimidad en una dirigencia divorciada de su pueblo.
El llamado es para todos los argentinos, donde nadie será salvador, sino que deberá considerarse un servidor más de la causa emprendida.
Los frutos no serán recogidos en su totalidad por las generaciones que
se sacrifiquen, sino por las subsiguientes. Esa es la ley del devenir histórico
La grandeza sólo es alcanzable con heroísmo. No existe otro camino.
Doctrina y Metodología
La presencia de la geopolítica en la conducción de los Estados per-
manente. Por desconocimiento de su vigencia o bien por ausencia de una
doctrina correcta, se ha llevado al país a resultados negativos, pero esto no
significa que no haya habido y no se haya practicado una geopolítica.
La geopolítica está presente siempre. Por esta razón, es imprescindible
que el Estado posea y asuma una doctrina geopolítica correcta que se de-
sarrolle siempre, perdurable a través del tiempo e inmutable ante circuns-
tancias o contingencias internas o externas que pretendan perturbarla, mo-
dificarla o anularla.
La Argentina posee ricos antecedentes de una pléyade de pensadores y
hacedores, que han jalonado con su prédica y ejemplos todo el proceso na-
cional hasta nuestros días. Es hora de que el Estado congregue esos aportes
para plasmar una doctrina geopolítica nacional. Es necesario que la Argen-
tina utilice sus propios hombres, su propia experiencia, en todos los cam-
pos. El tiempo de la adolescencia está terminado. La Nación debe enfrentar
la madurez con su propio concurso y esfuerzo o sufrirá la desestructuración
de una situación alienante.
La doctrina geopolítica que hemos enunciado, basada en fundamentos
analíticos y en hechos históricos, sustenta la imperiosa necesidad de partir
de una idea perfectible, pero correcta e integradora, de una concepción
asentada en la realidad y objetividad situacional, que contenga en su génesis
un ideal de grandeza, propiedad de los pueblos fuertes. Por ello, hemos ho-
mologado en el título de este capítulo, el pensamiento sanmartiniano.
Metodológicamente, el primer paso será la Unidad Nacional. Sin ella
será imposible todo intento de liberación. El segundo, la Unidad Regional
del Cono Sur, objetivo intermedio insustituible para la autodeterminación
de los pueblos. El tercero, la Gran Confederación Sudamericana que plas-
mará la vigencia de la continentalidad.
La Unidad Nacional significará la Confederación Regional del Cono
Sur, ésta a su vez, la vertebración sudamericana.
El Ideario
La gran preocupación debe consistir en conservar la identidad como
Nación y la preservación de la heredad territorial.
El destino de un pueblo se gana con un ideal sostenido a raja-tablas,
una estrategia correcta y un espíritu de sacrificio rayano en lo sublime.
Lo que no debe entregarse jamás es la esencia vital de la Unidad, soste-
nida por una profunda conciencia de lucha, para demostrar que sabemos
morir por lo que somos, por lo que queremos y por el lugar donde forjamos
nuestra vida.
Debemos saber que no se puede pactar con el enemigo ni desconocer las
dificultades: O lo vencemos o somos vencidos.
En la vida hay sólo dos rumbos, la victoria a través de la lucha y el
sacrificio; o la derrota por el camino de la humillación y la deshonra.
En nosotros, y sólo en nosotros, radica elegir la senda a transitar en los
años por venir.
La sumisión, la decadencia, la partición, son los sucedáneos de los
pueblos advenedizos, de las naciones sin dirigencia nacional auténtica y de
los Estados sin voluntad y entendimiento. El mundo vive una era crepuscu-
lar, que abarca todas las naciones y sus ámbitos, donde está ausente la gene-
rosidad, no se encuentra la prudencia, los sistemas fallan donde los dirigen-
tes, estadistas y conductores no encuentran la "piedra filosofal" de la hu-
manidad.
Existen sobrados síntomas, que hacen pensar que asoma un nuevo or-
denamiento mundial, donde la esencia girará en torno a una reestructura-
ción profunda de los sistemas e ideologías. Tanto el liberalismo capitalista
como el marxismo leninista, ante su fracaso histórico deberán operar un
cambio cualitativo en sus llamados estilos de vida. El sentido antropológico
cristiano se yergue con su fuerza milenaria, alimentando el entendimiento y
la voluntad, dando luz renovada a la fe y proporcionando él áncora de sal-
vación del hombre y de superación de las sociedades.
Enmarcada dentro de este contexto general, La Patria Argentina debe
ubicarse históricamente, para lo cual resulta ineludible que primero se en-
cuentre a sí misma, como Nación vertebrada, como pueblo unido y como
Estado fuerte.
Séptima
Parte
(Agregada a la 2da. edición)
LA CONFIRMACIÓN DE LAS TENDENCIAS
El cerco y contracerco implementados
por las superpotencias, sufre
variaciones en función directa a la
correcta aplicación de las maniobras.
Rusia emplea su centro de gravedad
en lo ideológico-político. USA
privilegia lo económico-militar.
Quo Vadis
Si América Latina no se une como
factor de poder mundial, frente a las
naciones imperialistas, su suerte está
echada.
Si la República Argentina no logra
conciliar el sectarismo partidocrático
y encontrar un modelo nacional por
encima de alineaciones culturales,
políticas y económicas, profundizará
su estado de dependencia y correrá el
riesgo de ser partida.
1. Política y Geopolítica
Nada más peligroso que pensar que la Geopolítica se mantiene estática
o que las modificaciones son circunstanciales. La evolución teórica de sus
enunciados e interpretaciones se corresponde con una modificación real de
la situación y profundización de sus estudios que deben realizarse íntima-
mente ligados a la política.
La política se basa en la historia y la geografía. Las decisiones políticas
y estratégicas no pueden ni deben prescindir del tiempo histórico y del espa-
cio. Todo esto se desarrolla en una geografía, donde el hombre es el creador
de ideas (buenas o malas). En consecuencia, la acción política se desenvuel-
ve en un espacio geográfico y en un tiempo histórico específico, conducida
por la inteligencia y voluntad del hombre (grupo dirigencial). Sin tiempo y
sin espacio, no hay política; por ello ésta comprende el pasado, el presente y
el futuro, y tiene un método que le da contenido.
La Geopolítica es una disciplina auxiliar de la política, que crea una
doctrina particular, a fin de establecer las valoraciones políticas resultantes
de los elementos de la geografía para fines prácticos.
La geopolítica es tan vieja como la política y la estrategia, aunque in-
vestigadores contemporáneos hayan metodizado los criterios y ordenado las
definiciones.
2. El enfoque geopolítico
La geopolítica posee un enfoque planetario. Cualquier hecho que se su-
ceda, aunque fuere en el lugar más remoto del globo terráqueo, tiene de al-
guna manera su influencia y repercusión en el aspecto mundial.
Esto presupone reconocer a la geopolítica como una disciplina esclarecedora de los procesos de la política internacional, con más acierto que cual-
quier otro método de razonamiento.
Los diferentes enfoques (teorías) se han procesado en etapas progresi-
vas, según las siguientes líneas generales.
La Geovisión Marítima. Harold Mackinder establece la primera doctri-
na geopolítica a escala mundial (Geovisión), creada expresamente para
Gran Bretaña. A esta concepción la enriquece con la geovisión marítima
(britania domina las olas) basada en particular en el estudio y análisis de la
expansión del Imperio Español y a la réplica de Inglaterra en la disputa del
mundo. Podrá decirse que la plasmación doctrinaria de Mackinder se
enrraiza en la conceptualización del viejo Imperio Español.
"No puede ser ninguno poderoso por la tierra si no lo es por el mar"
(Cardenal Gonzalo Ximenez Cisneros - Canciller de Isabel la Católica).
Si Gran Bretaña fue la nación colonialista más poderosa del siglo XIX,
lo fue en esencia por ser una potencia marítima.
La Geovisión Aérea. Sucede y complementa a la Geovisión marítima.
Se basa en el empleo de los medios aéreos partiendo del uso militar, pero ge-
neralizando en la utilización comercial del espacio aéreo.
La Geovisión Atómica. El acelerado desarrollo tecnológico hace sufrir
un cambio cualitativo muy importante a la geopolítica. Los medios y modos
de acción se multiplican, los sistemas se relativizan cada vez más, los espa-
cios y los tiempos adquieren un valor crítico (teoría de la aceleración del
tiempo y compresión de los espacios).
La Geovisión Espacial. La exploración y explotación del espacio extra-
terrestre modificaron nuevamente, en corto lapso, las teorías preexistentes.
El factor espacial globaliza las doctrinas y unlversaliza las ideas. Su conse-
cuencia directa se traduce en la presencia real de las superpotencias y sus
aliados directos, en todos y en cualquier zona o punto geográfico. La detec-
ción en tiempo y lugar se hace realidad; la capacidad de réplica aumenta se-
riamente la vulnerabilidad; la operatividad requiere cada vez más velocidad
y creciente autonomía, así como mayores espacios, con gran importancia de
los subterráneos y submarinos.
3. La Estrategia y la Geoestrategia
A la estrategia que se concibe y ejecuta a nivel zonal, regional o conti-
nental, le corresponde el concepto geoestratégico a nivel planetario. Esta
disciplina (arte-ciencia) ha sufrido a semejanza de la Geopolítica la modifi-
cación de los tiempos, los medios y los espacios, principalmente con la pre-
sencia de los medios nucleares y espaciales.
4. Marcos de referencia
Es conveniente definir en líneas generales los marcos en que se conju-
gan los encuadramientos referenciales de los países, a fin de evitar equivoca-
ciones de medios, tiempos y espacios.
Para simplificar la explicación, dividiremos a los países en dos grupos:
GRUPO A: Superpotencias y Potencias. Incluye también a los Factores de poder mundial (multinacionales, etc.).
GRUPO B: Naciones del mundo periférico.
GRUPO A. Le compete:
Marco Planetario
-
Geopolítica de las superpotencias, potencias y factores de poder mundial.
-
Geoestrategia de las superpotencias, potencias y factores de poder mundial.
Marco Espacial
-
Espacio, medios y tiempos utilizados por las superpotencias, potencias y factores de poder mundial.
GRUPO B. Le compete:
Marco Planetario
-
Geopolítica de encuadre general y referencia permanente.
-
Geoestrategia referida al campo económico. Se excluye el campo militar.
Marco Continental y Regional
-
Geopolítica. Es el espacio natural
-
Estrategia. Es el espacio natural. Incluye el campo militar.
Marco Espacial
-
Escapa a las posibilidades mediatas. Beneficios en comunicaciones. Debe excluirse la capacidad militar.
5. Objetivos de las Superpotencias y Potencias.
La constante política demuestra una permanente y acelerada compe-
tencia, referida a acrecentar sus respectivos potenciales. Esta meta ha lleva-
do a éstas, a tres esfuerzos concurrentes y complementarios. A saber:
-
La exploración y ocupación de todos los espacios disponibles en el globo
terráqueo.
-
La exploración y ocupación del espacio extraterrestre.
-
El acrecentamiento acelerado de presupuestos y costos en un grado
impredictible.
Los grandes estados se movilizan bajo el lema: "Ningún esfuerzo pecu-
niario es exagerado para llegar a la meta, porque es obligación nuestra, pre-
ver los acontecimientos por lejanos que parezcan sus consecuencias".
(Nuevos Potenciales - La Política Mundial - T.A. Kozlowski - Pleamar).
6. El Signo de los tiempos
El mundo está en crisis, porque la humanidad (el hombre) está en cri-
sis. Las superpotencias se han repartido los pueblos y la geografía, han cre-
ado un sistema satelitario denominado neocolonialismo, utilizando los me-
dios milenarios para la dominación: la economía, la ideología, la cultura y
el medio militar.
Dentro de este planteo general, los estudios indican con nitidez, facto-
res perfectamente identificables. Ellos son:
-
Una profunda reconversión económica e industrial alimentada por
nuevos y crecientes adelantos tecnológicos.
-
Una lucha constante, aunque con altibajos de los estados menores en
busca de una creciente autodeterminación.
-
La búsqueda de una nueva sociedad más justa y comunitaria dentro de
sus espacios nacionales.
-
El acceso de las masas como protagonistas de renovadas formas de parti-
cipación y representación.
-
Una búsqueda de religiosidad y la participación cada vez más activa de
las religiones, como piedra de salvación de la humanidad frente a los sis-
temas ideológicos.
-
Cosmovisión Mundial
Hemos sostenido que la importancia, vigencia y naturaleza de la Geopolítica es su condición Nacional. Cuando esta disciplina no cumple con
este requisito esencial, es porque no ha abandonado el campo de la teoría, o
porque está al servicio de intereses extranjeros.
Para esta rápida cosmovisión planetaria, partiremos pues, de un
problema que nos interesa directamente: el espacio del Atlántico Sur.
8. La NATO y el Atlántico Sur
El interés supuestamente repentino de la NATO en el Atlántico Sur,
tiene basamentos suficientes y claros antecedentes en la intención pública y
notoria de Gran Bretaña, a través de actos registrados por la historia.
Ante todo debemos definir a la NATO. En este sentido debe compren-
derse y aceptarse como hecho real:
-
— USA es el creador y sostenedor de la NATO.
-
— La NATO es la expresión avanzada en el continente europeo de los intereses y seguridad de USA.
-
— Gran Bretaña es el socio más importante y seguro de USA en la NATO.
-
— El Atlántico Sur es mucho más importante para USA como superpotencia que para la NATO.
-
— Gran Bretaña, aprovechando los hechos y con sagaz política, ha hecho
conciliar la seguridad de USA a través de la NATO, con sus propios in-
tereses colonialistas.
9. El enfoque geopolítico
Se ha expresado que la geopolítica posee un concepto planetario. Cual-
quier hecho que suceda, aunque fuere en el lugar más remoto del globo
terráqueo, tiene de alguna manera, influencia y repercusión en el aspecto
mundial.
Para desentrañar con aproximación metodológica el problema del
atlántico Sur y de la República Argentina, agudizado luego del funesto
Tratado del Beagle y de la desgraciada derrota de Malvinas, debemos partir
de la consideración de ciertas premisas básicas de la realidad mundial. Estas
son:
1 — Geopolítica general de USA.
2 — Geoestrategia general de la NATO.
3 — La respuesta Soviética.
El discurrir de estas tres vertientes, confrontadas en tiempo y espacio
nos proporcionarán los parámetros, sobre la intención manifiesta de Gran
Bretaña para motorizar en provecho particular a la NATO y a USA, en el
espacio considerado.
10. El Concepto Norteamericano
Inspirados en el modelo colonialista inglés y bajo la advocación de las
doctrinas geopolíticas de Manan y Spykman, como respuesta a la proyec-
ción pendular soviética, la política norteamericana concibió la idea llamada
de los "países llaves", que consiste en mantener "grandes puntos de
apoyo" y vigilancia a escala mundial. En este proyecto son contribuyentes
todos los territorios de sus aliados así como las colonias de éstos (Gráfico
47).
En este sentido, la Isla de Ascensión era el último eslabón ocupado co-
mo base militar al Sur de la línea imaginaria que divide el Atlántico Norte
del Atlántico Sur. El conflicto Malvinas, demostró que este enclave oceáni-
co carecía de la capacidad suficiente para garantizar un control y dominio
del vasto espacio oceánico y sus naturales conexiones con el Indico y el Pací-
fico.
La República de Chile no posee las condiciones necesarias para garanti-
zar operaciones sostenidas y profundas en el espacio marítimo de referen-
cia.
Brasil, por su situación geográfica relativa así como por su política in-
dependiente y su situación evolutiva interna, tampoco reúne las condiciones
óptimas que satisfagan las plenas exigencias.
Lo mismo sucede con las naciones africanas, excepto la difícil y
conflictiva República de Sudáfrica, que podría eventualmente cubrir el flan-
co oriental y la intercomunicación con el océano Indico.
En este encuadramiento, es la República Argentina y sus Islas Malvi-
nas, las que reúnen la condición relevante y la cualidad más apta para tales
fines.
Pero para aproximar mejor el problema, es conveniente analizar breve-
mente las contradicciones y falencias que subyacen en el concepto geopolíti-
co norteamericano.
La idea de "países llaves" exige una organización y conducción que
responde simultáneamente a una misión ofensiva-defensiva (doble misión)
de características funcionales dinámicas, proyectivas y centrífugas.
Esta doctrina, no falla tal vez por su concepción militar que es imper-
fecta, cuanto por su idea y aplicación política. Esta concepción, más militar
que política, ha concluido en una peligrosa situación de inseguridad y defi-
ciencia, en razón de que ha demandado al país del Norte, a una creciente
presión imperialista sobre los "países llaves" y sus zonas de influencia, que
ha producido una permanente y creciente inestabilidad (nacional - regional -
continental).
La idea ha demostrado que no contiene cualidades constructivas, no
ofrece perspectivas duraderas y produce ciclos de desequilibrios en los dis-
tintos espacios y ámbitos, así como alimenta estados de opinión antinorte-
americana de carácter masivo.
Más aún, las situaciones creadas no pueden ser controladas y generan
progresivas contradicciones nacionales, regionales, continentales y hasta
mundiales.
Fácil es advertir que la política internacional de USA está muy condi-
cionada por el Factor Militar. Esto ha llevado a la Casa Blanca al replanteo
de las ventajas militares y las desventajas políticas.
Es en este punto donde entra a conjugarse la presencia de las Islas Mal-
vinas, territorio insular de propiedad Argentina, pero en posesión concreta
del miembro más importante (después de USA) de la NATO, Inglaterra, so-
cio de USA y estado de esencia colonialista.
Podríamos decir que las Malvinas ofrecen en forma súbita, una viabili-
dad que supera la dicotomía de la política continental norteamericana,
aumenta la capacidad militar en la región sin riesgos de enclaves continenta-
les, a la vez que asegura con la complicidad del socio mayor, la continuidad
británica en el Atlántico Sur y en la Antártida.
11. Geoestrategia de la NATO
Estados Unidos y sus aliados (NATO) han ejecutado un despliegue mi-
litar ofensivo-defensivo, consistente en un amplio cinturón de bases, que los
rusos han calificado como "un cerco" (Gráfico 48).
Esta maniobra geoestratégica adolece de la gran contradicción que con-
tiene el concepto geopolítico explicitado anteriormente, en tanto y en cuan-
to condiciona la política por el factor militar y crea problemas de poder,
económicos financieros y de relaciones internacionales. Otra vez el tiempo
se encargó de demostrar la insuficiencia conceptual y práctica del cinturón
militar intercontinental, siendo superado por la geovisión y cosmovisión so-
viéticas.
El despliegue realizado nos lleva a las siguientes reflexiones generales:
1 — El escenario geoestratégico del cerco norteamericano (NATO) se circunscribe al Hemisferio Norte.
2 — El despliegue militar del mundo capitalista ha obviado el Hemisferio Sur. La reciente base militar de Malvinas es la excepción de la regla y
configura un pragmatismo surgido por la reciente experiencia bélica.
3 — Los planificadores han pasado por alto los dictados doctrinarios de la geopolítica y geoestrategia, en el sentido amplio y específico de sus vigencias planetarias. La reversión se inicia luego de la guerra de Malvinas.
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