3. La atención a la respiración para tranquilizarse y aflojarse
Fija la atención mental en la respiración. Trata de hacer más lenta y larga la exhalación. Cada vez que inhales hazlo con mucha atención. Pero la importancia de este ejercicio descansa sobre todo en la exhalación. Al ir exhalando el aire, siente que te sueltas, te relajas, te sosiegas y abandonas agradablemente. Insiste en cultivar un estado de calma y laxitud; una sensación de relajación y sosiego, apoyándose en la exhalación del aire.
4. Atención a la respiración contando
Para algunas personas con una mente muy distraída, éste puede ser durante un tiempo un método muy eficaz. Consiste en contar las exhalaciones en la medida en que se va acabando de expulsar el aire. Ahí, se toma con mucha atención el aire y al ir finalizando la exhalación, se cuenta 1; con la siguiente exhalación, 2..., y así sucesivamente hasta llegar a la para comenzar de nuevo entonces la cuenta por 1.
5. Atención a la respiración con visualización de luz dorada
Enfoca la mente sobre la respiración para efectuar este importante ejercicio de tranquilización mediante la visualización de la agradable y relajante luz dorada, con la que han trabajado durante miles de años muchos meditadores de Oriente. Imaginando que el aire que tomas es como apacible luz dorada, al inhalar siente que esta energía dorada te calma y pacifica, y al exhalar, mentaliza que esta luz dorada impregna todo tu cuerpo y te otorga un sentimiento profundo de paz, relajación y sosiego.
6. Atención a la respiración para cultivar la cualidad de sosiego
Este ejercicio se puede efectuar seleccionando cualquier cualidad positiva, pero por el carácter de nuestra obra elegimos la serenidad. Enfócate sobre la respiración y, al inhalar, siente que te saturas de una sensación de profundo sosiego y al exhalar mentaliza que sueltas y te liberas de cualquier sensación de agitación o desasosiego.
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