El fardo de la erudición
Anhelaba recibir enseñanzas espirituales para madurar interior
mente. Acudió a visitar a un maestro, que le sometió a un examen por escrito de un buen número de preguntas de carácter filosófico, metafísico y religioso. Como era un hombre muy culto, respondió brillantemente a todas las cuestiones. El maestro le dijo:
-Muy bien, muy bien. De hoy en un año te impartiré enseñanzas espirituales.
-Pero ¿no he contestado correctamente a todas las preguntas? -Claro que lo has hecho. Por eso mismo. Un año.
-Y si no hubiera entonces contestado correctamente a las cuestiones, ¿cuándo me hubieras impartido enseñanzas?
-Ahora mismo -aseveró el maestro-. Pero tienes tanta erudición que hasta que no te liberes un poco de ese fardo, nada puedes absorber de la enseñanza.
Comentario
El pensamiento es experiencia, datos e información; la erudición es acumulación de datos; el saber libresco es conocimiento conceptual salvo que se transmute en experiencia real. El intelecto encierra en sí mismo sus peligros. La mente, salvo que esté purificada y bien canalizada, puede ser un obstáculo en ella misma. «Algo que liberar para algo tomar», dice la antigua instrucción. La investigación verdadera consiste en dudar para descubrir y en ese proceso muchos conceptos y conocimientos deben ser arrojados por la borda. En una ocasión me dijo un maestro: «La meditación es como una aspiradora para quitar la basura de datos que está obturada en los conductos del cerebro». Hay muchas personas incapacitadas para escuchar porque su mente está tan saturada de ideas y opiniones que no hay espacio ni para recibir ni para escuchar y todavía menos para aprender.
Dostları ilə paylaş: |