La atención a la respiración
Existen múltiples ejercicios de atención a la respiración, que se centran en el proceso respiratorio. La respiración debe ser sosegada y por la nariz, pero no se requiere ningún tipo de controlo restricción sobre la misma.
1. Atención a la sensación táctil del aire
Al entrar y salir por la nariz, el aire produce un toque o roce en algún lado de la nariz. Es la denominada «sensación táctil de la respiración». En este ejercicio, se procede fijando la atención mental en la entrada de los orificios nasales, es decir, en las aletas de la nariz. Una vez detectada la sensación táctil, es necesario mantener la mente bien concentrada en esa sensación, con ausencia, en lo posible, de cualquier otra idea y, si la mente se distrae, corrigiéndola en cuanto uno se percate de ello. Hay que evitar pensamientos o ideas y desarrollar sobre la sensación táctil la atención pura y directa. Si en las primeras sesiones el practicante no siente la sensación táctil, mantendrá igualmente fija la atención en las aberturas de la nariz y se observará con concentración la entrada y la salida del aire, evitando reflexiones o divagaciones de cualquier tipo.
2. La atención al punto de encuentro de la inhalación y la exhalación y viceversa
Desconéctate de todo, para enfocarte firmemente sobre la respiración. Sigue, con mucha atención, el curso de la inhalación y la exhalación, pero presta todavía más atención, si cabe, para tratar de captar el fugaz momento en el que la inhalación confluye y se funde con la exhalación y la exhalación con la inhalación. Libre de ideas y distracciones, se sigue, pues, el curso del aire y se trata de percibir con la mayor lucidez posible el punto de confluencia entre la inhalación y la exhalación.
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