Las plagas
Un rey acudió a visitar a Buda y le dijo:
-Señor, supongamos que las plagas comenzaran a venir por el norte, el sur, el este y el oeste, ¿qué podríamos entonces hacer?
-Lo único que podríamos hacer, ¡oh, monarca!, es mantenemos serenos, meditar y hacer el bien a los otros. -Buda hizo una pausa y agregó-: Pero en verdad, ¡oh, rey!, que las plagas están inexorablemente viniendo por el norte, el sur, el este y el oeste. Son la enfermedad, la vejez y la muerte, y lo único que podemos hacer es permanecer serenos, meditar y hacer el bien a los otros.
Comentario
Como indicaba Séneca, la serenidad la conserva quien se entrega a su activo cuidado y no desfallece nunca. Es difícil estar sereno en circunstancias habituales, pero mucho más lo es permanecer cuando surgen las vicisitudes y, sin embargo, es lo mejor que podemos hacer en tales situaciones: mantener la mente firme y el ánimo estable, en suma, ser ecuánimes. Con apabullante realismo declara el Dhammapada: «Decadencia para este cuerpo, nido de enfermedades, perecedero. Esta putrescible masa se destruye. Verdaderamente la vida acaba con la muerte». Pero suceda lo que suceda, podemos refugiamos y animamos a través de la práctica de la meditación, que contribuirá a sanar nuestras desilusiones y desfallecimientos y, por supuesto, podemos, por fortuna, seguir haciendo el bien a las otras criaturas y lograr así un sentido especial para nuestras vidas hasta el último segundo.
evitar
el
sufrimiento
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