El libro de la serenidad



Yüklə 0,94 Mb.
səhifə41/156
tarix02.01.2022
ölçüsü0,94 Mb.
#19903
1   ...   37   38   39   40   41   42   43   44   ...   156
¿Acaso sois jueces?
Eran unos cuantos discípulos que llevaban muchos años con su maestro. Tenían la lengua demasiado ligera y a veces la utilizaban como un estilete. juzgaban de modo irreflexivo a unos y a otros, criticaban adversamente y censuraban, habiendo hecho de todo ello su diversión favorita. Incluso llegaron a criticar al maestro. Como éste sabía que todos eran dados a la censura fácil, intuyó que él no era una excepción. Cierto día les llamó y les dijo:

-¿Acaso sois jueces? ¿Habéis estudiado leyes que tan bien ejer­céis la profesión de jueces?

Los discípulos enrojecieron hasta las orejas. No sabían qué responder.

-Os he enseñado muchas cosas, pero os voy enseñar otras cuan­tas, queridos jueces. ¿Sabéis una cosa? Al criticar a los demás, os estáis criticando a vosotros mismos. Si destacáis lo peor de los otros, es que sólo veis lo peor de vosotros mismos. En vuestra mi­rada hay fealdad porque vuestra mente y vuestro corazón son feos. Si después de tanto tiempo no habéis mejorado, es que no mere­céis ser mis discípulos ni yo merezco teneros como tales.

Y el maestro se retiró a una cueva en los Himalayas.
Comentario
El antiguo adagio reza: «El ladrón sólo ve en el santo su cartera». El control de la palabra viene precedido por el de la mente. Cuan­do en la mente hay desorden, en la palabra hay desorden e impre­cisión; cuando en la mente hay venenos, las palabras destilan ve­nenos y la lengua se convierte en un estilete para herir a los otros. El dominio sobre la palabra es muy importante. Con ella podemos arruinar muchas vidas, generar mucha desdicha, sembrar discor­dia, crear alteraciones y malentendidos, difamar y calumniar, en suma, no sembrar sosiego, sino insuperables tensiones. El que aprende a controlar las palabras no es dado a engañar a sabiendas ni a adulterar los hechos, ni se pierde en chismorreos de comadres, ni utiliza las palabras con acritud o despotismo; no es mordaz al ha­blar, evita la ironía hiriente, no censura por censurar, no difama, no se extravía en términos violentos o groserías, no incita con sus pala­bras a crear conflictos y equívocos entre las personas. Habla con precisión y cordura, se ajusta a los hechos, utiliza palabras cariño­sas y amables, siembra concordia con sus sabias frases y sabe ha­llar la palabra amorosa para ayudar a los otros.


Yüklə 0,94 Mb.

Dostları ilə paylaş:
1   ...   37   38   39   40   41   42   43   44   ...   156




Verilənlər bazası müəlliflik hüququ ilə müdafiə olunur ©muhaz.org 2024
rəhbərliyinə müraciət

gir | qeydiyyatdan keç
    Ana səhifə


yükləyin