En el proceso de envejecimiento de las personas con discapacidad


¿Cuál es la diferencia entre algo que «Es adecuado en este momento» y algo que «Necesita seguimiento»?



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¿Cuál es la diferencia entre algo que «Es adecuado en este momento»
y algo que «Necesita seguimiento»?

La información contenida en el apartado Sobre este indicador y los ejem-


plos de Situaciones sobre las que puede enterarse u observar permite deter-
minar esa diferencia. Si un indicador se valora como Necesita seguimiento,
eso significa que es necesario tomar algún tipo de medida (por ejemplo:
hablar más con la persona, informarle acerca de los recursos o facilitarle
asistencia técnica de la agencia de servicios) para mejorar su calidad de
vida.

La Guía de Calidad de Vida permite organizar la información resultante


de todos los indicadores y diseñar un Plan Personalizado que ayude a la
persona a lograr la mayor satisfacción posible con su calidad de vida.

La Guía de Calidad de Servicio, que acompaña y deriva de la de Calidad


de Vida permite que las agencias, centros o servicios de atención a personas
con discapacidad y minusvalía mejoren la calidad de sus servicios y reorien-
ten sus programas.

La Guía de Calidad de Servicio tiene básicamente la misma estructura


que la de Calidad de Vida y está diseñada para analizar y mejorar los
servicios ofertados. Es un instrumento que permite la autoevaluación de
nuestros programas y servicios con la referencia del modelo comentado
de la Calidad de Vida Personal.

CONCLUSIÓN

Resulta esencial que los programas y servicios en atención a las personas
con discapacidad se guien por modelos de Calidad de Vida [Schalock, R.
1996: «Quality of Life and Quality .Assurance». En Renwick, R., Brown, I.
y Nagler, M. (eds.) Quality of Life in Health Promotion and Rehabilitation.
N. York. Sage.], de tal forma que constituyan no sólo un modelo de provi-
sión de servicios, sino que promueva también la mejora de la calidad me-
diante la gestión y el control de programas y actividades.

Las agencias, centros y servicios podrán entonces formalizar su Sistema


o Plan de Mejora de La Calidad con referencia al usuario y a los logros
apreciables en su Calidad de Vida, de tal forma que la persona pueda valorar
los resultados en términos de satisfacción con el programa o servicio. Re-
cordemos que cualquier modelo de Estándares o Indicadores que busque la
implantación de un Sistema o Plan de La Calidad y, consiguientemente,
la acreditación institucional para su actividad, debe partir de unos principios
básicos similares a los siguientes:

EVALUACIÓN DE RESULTADOS PERSONALES EN INTERVENCIÓN... 283







  • Toda persona tiene capacidad de desarrollarse.

  • Toda persona debe tener acceso a servicios y oportunidades que le
    permita conseguir independencia, bienestar y capacidades para ser pro-
    ductiva y relacionarse socialmente con los demás, incluidas las perso-
    nas sin discapacidad.

  • Toda persona debe tener acceso al medio social y físico menos
    restringido posible y más normalizado culturalmente, de forma que sea
    adecuado a sus necesidades y se la considere como miembro válido de
    la sociedad.

  • Todo servicio debe proporcionarse, en la medida de lo posible, en
    lugares integrados de la comunidad, de tal forma que se promueva la
    interacción con familiares, amigos y otras personas sin discapacidad.

  • Todos los servicios deben responder a un plan individualizado y
    estar realizado, coordinado y controlado por un equipo multiprofesio-
    nal del que forma parte la persona y la familia.





ACDD, 1995; Standars and Interpretation Guidelines. Landover. MD.

EL «EMPOWERMENT» COMO ESTRATEGIA

DE INTERVENCIÓN CON PERSONAS

MAYORES


Miguel Costa Cabanillas
Universidad Autónoma de Madrid

1. INTRODUCCIÓN

Existe una lamentable tendencia en los profesionales de ayuda a centrar-
se obsesivamente sobre los problemas y enfermedades de la especie huma-
na, sobre sus déficits y sobre todo lo que hace mal. Es, por otra parte, muy
excepcional para estas profesiones —y profesionales— centrarse en aquello
que hacen bien quienes les consultan y en aquellas características de los
individuos que les han permitido sobreponerse a la adversidad y sobrevivir
al estrés y a las desventajas que presentan. Es inusual considerar los factores
o circunstancias que proveen de apoyo, protección o alivio y resistencia y,
en el caso de las personas mayores, aquellas condiciones que retrasan o
amortiguan su vulnerabilidad social y biológica.

Esta secular desatención de todo aquello que promueve la protección y


resistencia tienen —y ha tenido— notables consecuencias en relación con el
cuidado de personas mayores: escaso desarrollo de guías o protocolos ope-
rativos de cómo ayudar, resultados más que modestos de las acciones tera-
péuticas y, por último, dependencia acusada de los servicios y cuidadores.

La hipótesis de la que partimos es que nuestras acciones de ayuda me-


jorarían si pudiéramos determinar las fuentes de competencia social e iden-
tificar la naturaleza de las influencias de protección. ¿Por qué hay personas
mayores que a pesar de su vulnerabilidad biológica se mantienen con nive-
les de autonomía y bienestar apreciables?

El cambio de óptica, de enfoque y de modo de mirar a los mayores se


contempla como el componente nuclear para la calidad de los servicios de
cuidado que se les prestan. Un enfoque que, lejos de considerarlos como
consumidores pasivos de programas y de servicios, los mire como agentes
activos de su salud y bienestar. Este cambio de enfoque es lo que ha dado
lugar al desarrollo de un nuevo modelo en la prestación de servicios: mo-
delo de competencia o de potenciación.

286 MIGUEL COSTA CABANILLAS

El Modelo de Competencia o de Potenciación (en inglés «empower-
ment»),
según autores (White, 1958; Albee, 1980; Costa y López, 1986,
1991, 1996, 1999), es, pues, un enfoque alternativo de cómo ayudar y cómo
prestar servicios en general y cómo cuidar y apoyar a los mayores en par-
ticular. Este enfoque se asienta en los valores y creencias de que las perso-
nas son competentes para crecer y desarrollarse e influir activamente en su
entorno, y pretende que las personas objeto de servicios de atención y de
programas tengan un mayor control de sus vidas y de las condiciones que
definen su salud y bienestar.

Este enfoque se asienta en estudios actualizados sobre el desarrollo y


hunde sus raíces en una profunda comprensión del comportamiento humano
y de los factores que promueven su desarrollo.

Los criterios, principios y estrategias de este enfoque las vamos a expo-


ner a través de las respuestas a las siguientes preguntas:

¿Por qué la gente mayor se comporta como lo hace?

¿Cuáles son los factores y procesos que potencian la vida de la gente
mayor y retrasan incluso los procesos de declive?

2. POR QUÉ LA GENTE MAYOR SE COMPORTA COMO LO


HACE: MODELO ABC

Para comprender por qué la gente se comporta como lo hace y por qué


las personas mayores incurren o desarrollan prácticas de riesgo o, por el
contrario, prácticas que inciden en su salud y bienestar no parece útil mirar
a la «cabeza», propio de los enfoques mentalistas. «El uso de artilugios y
artefactos internos
para tratar de comprender el comportamiento de la gente
ha gozado en la historia (...) de gran predicamento (...). En la psique, la
mente o el aparato psíquico, o más modernamente, en el cerebro, habría un
misterioso lugar en el que se fabricaría el comportamiento y del que saldría
ya manufacturado» (Costa y López, 1986). Para comprender el comporta-
miento de una persona es necesario mirar más allá de la cabeza, es necesario
mirar también a su comportamiento en un sentido amplio (lo que piensa, lo
que siente, lo que hace), a los contextos proximales en los que vive (familia,
amigos, barrio) y a las transacciones que mantiene con estos: ejemplos a los
que están expuestos, a los riesgos y oportunidades que se les ofrece y a las
reacciones que las personas significativas de su entorno (hijos, parejas,
amigos, cuidadores) tienen cuando se comportan. De hecho, podemos pre-
decir mejor el comportamiento de una persona por el comportamiento que
muestran los amigos o por la organización del ambiente en que viven o por
los éxitos o fracasos que cosechan en sus experiencias de vida cotidiana.

No obstante, no faltan quienes desde el sistema de prestación de servi-


cios aconsejan aún mirar obsesivamente a la mente para encontrar solució-

EL «EMPOWERMENT» COMO ESTRATEGIA... 287

nes. Y ocurre lo que puede ser normal que ocurra en estas situaciones:
cuando pedimos a alguien que mire a un lugar equivocado para intentar
comprender o encontrar algo se corre el riesgo de generar indefensión,
impotencia. Y se mina la competencia, en este caso, de las personas mayo-
res y de sus familiares que no alcanzan a comprender por qué se comporta
como lo hace. De esta manera, les colocamos en una situación de fracaso
al sugerirles mirar en una dirección equivocada para encontrar algo que
nunca encontrarán: las claves para comprender el comportamiento.

En la figura 2 se ofrece un modelo básico (el ABC del comportamiento)


que nos ayuda a entender las claves fundamentales de por que' la gente se
comporta como lo hace y por qué la gente opta por unas prácticas o por
otras. En otra parte, ya tuvimos ocasión de desarrollarlo ampliamente (Costa
y López, 1996; Costa y López, 2000). Aquí tan solo vamos a describir sus
dimensiones más relevantes para detenernos en aquellos aspectos más espe-
cíficos de las personas mayores.




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