4.2. Sesiones de terapia individual
En todos los programas implementados hasta el momento siempre ha
surgido la necesidad de realizar apoyo terapéutico individualizado a alguno
de los cuidadores. En unas ocasiones la demanda parte del propio cuidador
ante la dificultad para seguir el ritmo de trabajo de las sesiones grupales. En
otras, es el terapeuta quien detecta la necesidad de atención psicológica y
propone al cuidador trabajar en sesiones individuales, siempre de forma
paralela y complementaria a las sesiones grupales.
El tipo de actuación terapéutica requerida con más frecuencia en estas
sesiones es la modificación de la forma en que el sujeto aborda ciertas situa-
ciones ante las que no encuentra ningún tipo de solución. Se pone en marcha
un entrenamiento en solución de problemas, incidiendo especialmente en una
mejor recogida de la información y un procesamiento más adecuado de la
misma. Lo que interesa es promover el desarrollo de alternativas de actuación
ante los problemas que aparecen, y que el cuidador seleccione la más adecua-
da y verifique la eficacia de su ejecución. De esta forma se promueve el de-
sarrollo de alternativas de actuación, la búsqueda y selección de la alternativa
que resulte más adecuada y viable y la puesta en práctica de la misma. El
esquema de trabajo seguido pasa por las siguientes fases:
-
Formulación del problema: el problema ha de estar definido en tér-
minos claros, precisos y objetivos.
-
Búsqueda de alternativas de solución: el cuidador propone el mayor
número de soluciones posibles, sin proceder aún a la valoración de
las alternativas propuestas. Se insiste en que ante un problema hay
más probabilidades de éxito en su afrontamiento cuando de antemano
se buscan distintas formas de solucionarlo.
-
Análisis y elección de alternativas: cada una de las alternativas pro-
puestas es analizada en función de las ventajas y desventajas que
acarrea. Se valora cuáles son viables, útiles y con más probabilidad
de logro. Este análisis determina la elección de la alternativa más
adecuada.
-
Verificación: el cuidador pone en práctica la alternativa elegida para
saber si realmente funciona, observa sus efectos y valora su adecua-
ción si finalmente consigue la meta que se ha propuesto. Si la alter-
nativa elegida no lleva a la solución es necesario poner en práctica
otra alternativa.
Exponemos, a continuación, un ejemplo de este tipo de entrenamiento.
Se trata de uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los
cuidadores en su quehacer diario, y prácticamente en todas las fases de la
enfermedad: el rechazo del enfermo de Alzheimer a bañarse.
492 A.-L. AGUADO DÍAZ, M. A. ALCEDO RODRÍGUEZ Y N. SUÁREZ SUÁREZ
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