Capítulo I
ESTIMACIONES Y PREVISIONES
DE CARA AL SIGLO XXI
PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y DOBLE
ENVEJECIMIENTO
Lydia la Riviére-Zijdel
Miembro del Comité de Mujeres en el Foro Europeo de Discapacidad.
Miembro Ejecutivo del Lobby Europeo de Mujeres
INTRODUCCIÓN
Los factores que justifican hablar sobre doble envejecimiento o mayor
edad de las personas con discapacidad están relacionados de forma directa
con la sociedad, como son factores económicos, sociales, geográficos, his-
tóricos y legislativos, además de médicos.
En una aproximación a los factores históricos, procede hacer una sepa-
ración en la historia de la discapacidad, marcando la diferente situación
antes y después de la II Guerra Mundial. Aunque la historia de la discapaci-
dad se remonta a las épocas de la Antigua Grecia y el Imperio Romano; lo
que marca la separación de los dos períodos propuestos es el salto de la
ciencia médica en el siglo XX con el resultado de la supervivencia de
personas con ciertos impedimentos y el efecto de los estados de bienestar
surgidos después de la II Guerra Mundial.
ESTADOS DE BIENESTAR EN EUROPA
El bienestar social está directamente relacionado con las personas con
discapacidad, de ahí la importancia de hacer una aproximación al creciente
interés por los estados de bienestar social.
La opresión del Régimen nazi por un lado y la necesidad de más soli-
daridad entre las personas para evitar limpiezas étnicas por otro, sientan las
bases para la apertura hacia una sociedad socialmente más justa. El soció-
logo político Marshal promovió en 1944 el principio social de ciudadanía
como una respuesta a las sucesivas fases en la historia de las democracias
capitalistas.
La aproximación igualitaria de Marshal sienta las bases de una sociedad
de ciudadanos, donde todos tienen garantizadas unas necesidades sociales
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básicas, independiente de su capacidad para afrontar el pago. Para expresar
el significado de los altos ideales de solidaridad nacional, se pueden presen-
tar las políticas de bienestar como un compromiso entre el «mercado pro-
tegido» y la «ciudadanía estatal garantizada» (Clarke y Newman, 1997).
La base social del estado de bienestar incorpora nociones de familia,
nación y trabajo (Williams, 1992). En este contexto, «familia» y «trabajo»
estaban basados en los ingresos de una persona de género masculino que
servían para mantener a otros miembros de la familia. De esta forma se
establecen varios grupos dependientes, niños, personas mayores, mujeres
casadas, más aquellos que están enfermos o tienen discapacidades (Langan
y Clarke, 1993).
AVANCES MÉDICOS
En Europa, dentro de los emergente Estados de Bienestar, se fueron
creando más y más espacios para que las personas con discapacidad vivieran
fuera de las instituciones y simultáneamente se fue dotando de mayor finan-
ciación a las investigaciones médicas y farmacéuticas.
Antes de la II Guerra Mundial, raramente sobrevivían las personas con
ciertas deficiencias, por ejemplo, personas con lesiones medulares, enferme-
dades musculares, fallos cardíacos, espina bífida o daño cerebral. Algunos
trastornos se incrementaron enormemente tras la II Guerra Mundial, como
fue el caso de la poliomelitis. Un gran brote de polio fue localizado en
centroeuropa entre 1944 y 1950. Lo mismo sucedió con el incremento de
personas con espina bífida, especialmente en Reino Unido (Gleeson, 1999).
El Estado de Bienestar trajo consigo mejores condiciones de vida para
personas con discapacidades o enfermedades crónicas, pero también nuevas
discapacidades y enfermedades, como enfermedades del corazón o del ce-
rebro, consecuencia de alta presión vascular y de nuevos factores de estrés;
también se incrementa el número de personas con discapacidad que presen-
tan algún impedimento tras sufrir accidentes de tráfico.
El rol que ha desempeñado la medicina ha sido crucial en el aumento de
la supervivencia en caso de enfermedades graves, lo que ha aumentado la
edad de las personas con algún tipo de discapacidad o enfermedad.
Tras este planteamiento se observa que el envejecimiento de las personas
con discapacidad es un fenómeno nuevo. En la segunda mitad del siglo XX
y en el inicio del XXI, tenemos que trabajar con un nuevo grupo de perso-
nas con discapacidad que alcanzan más edad de lo habitual en siglos pasa-
dos y en el comienzo del siglo XX. Al mismo tiempo, vemos como este
número aumenta como resultado de nuevas situaciones, debidas al aumento
de la esperanza de vida de los ciudadanos, quienes, en una edad cada vez
PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y DOBLE ENVEJECIMIENTO 43
más avanzada desarrollan enfermedades o transtornos que conducen a dis-
capacidades.
ENVEJECER EN EUROPA
En los Estados Miembros de la Unión Europea, la media de la pobla-
ción por encima de 65 años está alrededor del 15% (11% Irlanda - 17%
Suecia). En el año 2020 esta media se situará entre el 18% y el 23%. Este
envejecimiento de la población será el resultado de un aumento de la
esperanza de vida. Al mismo tiempo el envejecimiento y el sobreenveje-
cimiento de la población implicará un incremento importante en el número
de personas dependientes. En personas de más de 65 años, entre el 3%
y el 5% son muy dependientes, mientras que un 15% son dependientes
parcialmente. Si consideramos a personas de 75 años y más, la proporción
de muy dependientes aumenta al 10%, y la de parcialmente dependientes
al 25%. Esto nos presenta una población de personas con mucha necesidad
de apoyos, representando el 3% de la población europea, o alrededor de
9 millones de personas, respecto a los 38 millones de personas con dis-
capacidad «más jóvenes».
Como la esperanza de vida de las mujeres en 2015 será de 83,1, en
comparación con la de los hombres de 77,2, se espera que haya más mujeres
dependientes que hombres. Actualmente se ve cómo en el grupo de personas
con discapacidad en Europa existe una proporción mayor de hombres que
de mujeres (aprox. 53% - 47%).
En los documentos sobre protección social para la dependencia de per-
sonas mayores, realizados en los quince países miembros de la Unión Eu-
ropea y en Noruega y en los estudios demográficos de la Comisión Europea
se ponen de manifiesto las preocupaciones sobre el riesgo relacionado con
el coste de la edad avanzada en combinación con el grado de enfermedad
y discapacidad o la dependencia como resultado de ellas.
La Comisión menciona que aproximadamente el 20% de la población
será dependiente de asistencia para las actividades de la vida diaria después
de los 65 años. La presión de este aumento de dependencia y aumento de
la esperanza de vida coloca a los sistemas presupuestarios existentes en
situación muy diferente a la del modelo original para el que fueron diseña-
dos. Ello obligará a establecer sistemas de bienestar con un enfoque diferen-
te al mantenido en la segunda mitad del siglo XX.
Deberíamos entonces preguntarnos en qué medida existen todavía esta-
dos de bienestar social o están siendo más y más oprimidos por la globali-
zación de la economía y en qué medida esto genera consecuencias para las
personas con discapacidad en general y para las personas con discapacidad
mayores en particular.
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GLOBALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA, PERSONAS
CON DISCAPACIDAD Y ENVEJECIMIENTO
Estamos viendo muchas conferencias europeas e iniciativas relacionadas
con la globalización. Dentro de la mitología moderna, la globalización de la
economía se presenta como un fenómeno natural que, como la expansión del
universo, no puede ser parado ni orientado. Pero en realidad la globalización
está basada y reforzada por cambios cuidadosamente planificados, decididos
en el seno de pactos y acuerdos internacionales.
Incluso a través de acuerdos como el GATT1, la NAFTA2 y el Mercado
Único de la Unión Europea, se apoya el libre movimiento de bienes y de
dinero, liberado por todas las regulaciones gubernamentales y poderes, alum-
brando un poder inalcanzable por el ciudadano de a pie, semejante al alcan-
zado por la OMC3.
Como consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías y de su
incremento, las empresas multinacionales crecen y se abarca cada vez más
poder, haciéndose más y más grandes. Con creciente arrogancia el mundo
del comercio y de la industria dicta los acuerdos europeos e internacionales
que «pavimentan la carretera» de la globalización de la economía. De esta
forma, el poder de los gobiernos reducido, los bancos y las grandes compa-
ñías pueden operar de forma más libre.
Dentro de esta carrera por la globalización de la economía se ve como
tendencia que los ciudadanos más pobres devienen más pobres todavía.
Según se basa la economía de forma más intensa en la pervivencia de lo
mejor y debido a que debemos continuar con un estilo de vida y competir
con otras grandes empresas en esta economía globalizada, se observa una
creciente tendencia a abandonar el alto coste relacionado con los factores
sociales.
Necesidades y servicios para los ciudadanos europeos, como ciudadanos
con discapacidad o ciudadanos mayores dejan paulatinamente de estar cubier-
tos por las instituciones públicas y se convierten en servicios privados. La
visión democrática asociada con servicios públicos es abandonada o seriamen-
te dañada a favor del ideal de eficiencia. Hay una creencia generalizada de
que la democracia debe limitarse porque interfiere con las decisiones priva-
das de los especialistas en mercados reduciendo riqueza y capital. Y cualquier
cosa percibida como interferencia en el crecimiento del capitalismo (como el
sistema de bienestar social, uniones sindicales, derechos civiles, derechos de
1 GATT: General Agreement on Tarifs and Trade, consistiendo en acuerdos o reuniones
internacionales para la liberación del comercio y la eliminación progresiva de aranceles.
2 NAFTA: Acuerdo de liberación en el intercambio de mercancías entre países europeos.
3 OMC: World Trade Organitation, creada como fruto de las reuniones del GATT, y en
cumplimiento de su objetivo de constituir una organización estable que regulara el comercio
internacional.
PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y DOBLE ENVEJECIMIENTO 45
las personas con discapacidad) está siendo rechazada, mientras los miembros
de estructuras y políticas que protegen el capitalismo, incluyendo las fuerzas
militares, están siendo potenciados y apoyados.
Las personas con discapacidad son, igual que otros grupos minoritarios
e igual que las mujeres, un grupo olvidado y se podría incluso decir un
grupo en peligro en esta globalización de la economía.
El sistema del estado de bienestar es ensalzado a través de todo tipo de
regulaciones, tratados y convenios (por ejemplo regulación antidiscrimina-
toria, igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres), pero el desarro-
llo de estas regulaciones es acompañado de restricciones económicas, duras
regulaciones, privatizaciones y presión en los grupos «objetivo» para que
contribuyan a crear riqueza.
Los programas de empleo para incrementar el número de personas con
discapacidad empleadas están basados más en los beneficios a obtener que
en la participación real de las personas con discapacidad basada en sus
capacidades en el mercado de trabajo. Por el contrario, sólo se tiene presente
la reducción de beneficios en un período determinado, o si el empleo sólo
puede ser llevado a cabo a media jornada, debido al impedimento que pueda
tener la persona.
Bienes y servicios prestados a las personas con discapacidad se plantean
con la premisa de enmarcarse en regulaciones más generales en relación a
contribuciones financieras y en muchos estados esta regulación no existe o
lo hace en un nivel mínimo. Aquellas personas con discapacidad con gran-
des necesidades debido a su alta dependencia y sus familias, así como per-
sonas con discapacidad intelectual o personas con enfermedad mental, viven
con frecuencia por debajo del umbral de la pobreza, como resultado de la
reducción de las prestaciones sociales, la privatización de los bienes y ser-
vicios y las aportaciones económicas que tienen que hacer ellos mismos. La
oportunidad para estos grupos de incrementar sus ingresos a través del
empleo es nula (Daykin y Doyal, 1999). Y además las posibilidades de
beneficiarse de un sistema de pensiones contributivas es casi imposible para
estos grupos, obligados a vivir en la pobreza hasta la muerte.
¿DISFRUTAN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
DE SU EDAD AVANZADA?
Todos los elementos complejos mencionados abren el camino a plantear
el envejecimiento de la persona con discapacidad cuando llega ésta a una edad
avanzada y sus verdaderas oportunidades para disfrutar el ocio de esa edad en
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