Pregunta: ¿Podrá la Homeopatía convertirse en una ciencia que dispense la cirugía?
Ramatís; En modo alguno, pues solamente la cirugía podrá atender los casos de lesiones corporales, deformaciones orgánicas, estenosis o destrucción y rotura de los tejidos, así como la extracción de cuerpos extraños al organismo humano. Sin duda, la Homeopatía podrá ayudar a consolidar fracturas en los casos de accidentes óseos o favorecer determinada calcificación en las lesiones pulmonares. En cuanto a la operación mecánica de componer huesos o ajustar músculos traumatizados, sólo la intervención quirúrgica u ortopédica podrán resolver el caso.
No tenemos la intención de considerar la Homeopatía como la única ciencia médica, como tampoco la consideramos capacitada para que su dinámica pueda sustituir la preciosa asistencia quirúrgica que puede resolver o corregir las deformidades orgánicas. Queremos explicar que la sabiduría homeopática es medicina que, en su penetración sutil en el cosmos orgánico, puede conservar mejor la salud humana porque, además de curar las enfermedades más contumaces, inmuniza el organismo contra futuras consecuencias, evitando determinadas intervenciones quirúrgicas.
Nuestro principal objetivo en estas consideraciones, consiste en despertar la atención de los facultativos bien intencionados, a fin de que estudien atentamente la medicina homeopática, comprobando que cura por la movilización de las fuerzas del propio organismo, en vez de forzar los órganos enfermos a un trabajo aislado, obligados a funciones violentas e inesperadas para los cuales no están preparados ni fortalecidos, resultando más bien agravados por el drenaje tóxico de la medicina alópata. Bajo la Homeopatía, es el propio organismo el que acelera y dinamiza sus energías vitales, promoviendo las operaciones necesarias para sustentar y destruir la invasión microbiana perniciosa. Ella reeduca el organismo y lo inmuniza en sus bases energéticas y vitales, potencializándolo en un estado de vigilia y seguridad que lo coloca a la defensiva contra cualquier enfermedad imprevista.
Pregunta: En cierta ocasión, hemos oído decir a personas entendidas en cuestiones terapéuticas, que la Homeopatía no evolucionó. ¿Qué podéis decirnos al respecto?
Ramatís: Uno de los principios más importantes de la Homeopatía, es el estudio de las relaciones recíprocas del individuo, en contacto con las manifestaciones comunes de su morada física. Muchos de los principios adoptados por Hahnemann, están en franca aceptación por la medicina alópata, aunque solamente los reconozca bajo otros aspectos y quiera negarles la prioridad en la práctica homeopática. Los homeópatas, como ya os hemos dicho, consideran siempre al hombre enfermo en sus relaciones con el ambiente en que vive, pues además de la necesaria búsqueda de las causas mórbidas generadas en la intimidad de la criatura, la estudia en cualquier analogía que ofrezca con el mundo exterior en donde ella opera.
Como la Homeopatía se funda en principios inmutables y bajo leyes permanentes que garantizan la estructura definitiva de la doctrina, es evidente que su evolución sólo podría ser constatada en la multiplicidad y en la variedad de la aplicación de nuevos medicamentos dinamizados. A medida que aumenta la población terrestre, crece también el número de nuevos tipos psicosomáticos capaces de recibir modificación o impresión de nuevas oportunidades terapéuticas de los medicamentos dinamizados. Así como las leyes y las reglas espirituales que gobiernan el mundo terreno son inmutables y ciertas, las leyes que fundamentan la Homeopatía no se alteran ni se sustituyen en época alguna ni en ninguna latitud geográfica del orbe. Sus leyes no evolucionan, porque son principios definitivos derivados de las leyes que gobiernan la vida espiritual, que a su vez son fijas como el propio Dios, que no evoluciona, puesto que ya contiene en sí mismo el máximo de sabiduría, Poder y Voluntad. Ellas regulan la afinidad entre las sustancias, la cohesión entre los astros y la afinidad entre los seres, pues se derivan de una sola Ley, que es la Ley del Amor de Dios expresándose por medio de varias formas y planos de la vida cósmica.
Es por eso que tanto en el pasado como en el presente y como lo será en lo futuro, la ley de los semejantes que curan a los semejantes", permanece disciplinando el proceso de la cura homeopática, sin alteración alguna en su fundamento inmutable. Esta es una de las principales verdades de la Homeopatía, bajo cuya ley se mantiene la misma calidad original desde su consolidación, pues solamente la modificación de tal principio fundamental es lo que podría cambiar también la doctrina de la medicación infinitesimal.
Pregunta: Pero el descubrimiento de nuevos medicamentos, ¿no comprueba también que la Homeopatía necesitó de otros recursos terapéuticos y que, por tanto, carece de progreso?
Ramatís: El progreso de la Homeopatía sólo sería comprensible en su mayor amplitud de servicio terapéutico con la identificación de nuevos tipos de enfermos en su área de aplicación medicamentosa. Además de sus medicamentos seculares, fueron también dinamizadas nuevas sustancias que pudieran atender a nuevos tipos de enfermos, algunos cuyos temperamentos "sui generis" son más afines a la inquietud del siglo atómico. En vista de la complejidad y superactividad en que vivís actualmente, aumentan también las susceptibilidades de los individuos, que son obligados a constantes mutaciones que aceleran sus reacciones temperamentales y sensibilizan su psiquismo lleno de angustias cotidianas. Por eso es que los homeópatas modernos encuentran también tipos más sutiles y complejos para su acostumbrada identificación psicofísica, pues no pueden despreciar sus inesperadas reacciones, propias de la vida bulliciosa de las ciudades y de las mil adaptaciones en la atmósfera saturada de electricidad, emanaciones químicas y creciente radiactividad, cosas que no sucedían en la época de las experimentaciones de Hahnemann y de sus devotos discípulos. Ellos se ven obligados hoy a emplear un proceso semejante al que en la medicina alópata, se acostumbra a hacer con los enfermos alérgicos cuando se les aplica la medicación insensibilizadora, para ayudarlos a expeler los factores alérgicos. Así, procuran primeramente neutralizar en sus pacientes los factores provenientes del ambiente sumamente contradictorio, a través de dosis preventivas que desintoxiquen e insensibilicen el psiquismo afectado por los disturbios de la vida moderna, por la cual aumenta cada vez más la perturbación, debido a los motivos ya apuntados.
Aunque en la vida actual se hayan manifestado nuevos y múltiples factores de perturbaciones que todavía no existían y hasta eran imprevisibles en la época de Hahnemann, todos los principios de su genial método de curación, continúan aplicándose cada día con mayor éxito. Los homeópatas modernos pudieron comprobar que el sistema terapéutico hannemaniano posee un arsenal definitivo para atender a todos los tipos de individuos que constituyen la escala humana, cuyo éxito de curación depende, sin duda, de su efectividad. He ahí por qué la Homeopatía, como ciencia exacta y disciplinada por medio de reglas perfectas y derivadas de elevadas leyes espirituales, no presenta un patrón evolutivo diferente de su doctrina original, puesto que ya se consolidó, en su comienzo, bajo inalterable cualidad espiritual. Su progreso, por tanto, si así se considera, ha de consistir en su eficiencia en atender la mayor cantidad de pacientes.
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