G. H. Mead Espíritu, persona y sociedad


«7 Erkenntnis, S, 19S2, pág. 207



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«7 Erkenntnis, S, 19S2, pág. 207.

» "Ueber ProtokoUsaetze", Erkenntnis, i, 1932, 223-8.

3» O/», cit., pdg. 228; cf. Testability and Meaning (véase la nota siguiente y la 60.)

*• Para una bvcvc critica del informe de Carnap, ver las notas 1 y 2 de la sección

29 de J-. Se. D. (La cita del texto siguiente al que corresponde a la nota '2 de la

sección 29 está tomada del infoime de Carnap.)

*i Erkenntnis, S, 1932, pág. 108.

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tido. *' Las diversas ciencias se convierten en partes de la ciencia unificada".

Es evidente que esta tesis del único lenguaje universal de la ciencia



unificada se halla íntimamente vinculada con la tesis acerca de la

eliminación de la metaíísica: si fuera posible expresar todo lo que un

científico no metafísico quisiera decir en un lenguaje que, por sus reglas,

no permite expresar ideas metafísicas, entonces podría hacerse

algo así como una defensa prima facie de la conjetura de que no es

posible expresar la metafísica en ningún lenguaje "razonable". (Por

supuesto que, aun así, se estaría muy lejos de haber demostrado la

conjetura.)

Ahora bien, lo extraño de esta tesis del ünico lenguaje universal es

que, aun antes de ser publicada (el 30 de diciembre de 1932), habla

sido refutada por uno de los colegas de Carnap del Círculo de Viena.

Pues Gódel, en sus dos famosos teoremas de incompletitud, había demostrado

que un lenguaje unificado no sería suficientemente universal

siquiera para los propósitos de la teoría elemental de niimeros:

aunque pudiéramos construir un lenguaje en el cual fuera posible expresar

todas las afirmaciones de esta teoría, ningún lenguaje semejante

bastaría para formalizar tenias las pruebas de aquellas afirmaciones

que (en algún otro lenguaje) pueden ser probadas.

Hubiera sido mejor, por lo tanto, descartar esta doctrina del único

lenguaje universal de la ciencia unificada (especialmente teniendo en

cuenta el segundo teorema de Godel, que demostraba la inutilidad de

intentar examinar la consistencia de un lenguaje dentro de este mismo

lenguaje). Pero desde entonces se conocen nuevos elementos tie

juicio para establecer la imposibilidad de la tesis del lenguaje universal.

Pienso, especialmente, en la prueba de Tarski de que todo lenguaje

universal es j)aradójico (prueba publicada ]3or vez primera en

1933, en polaco, y en 1935, en alemán). Pero a pe'^ar de todo esto, la

doctrina ha sobrevivido; por lo menos, nunca he visto una retractación.

" Y aún se continúa con la llamada "Enciclopedia Internacional

de la Ciencia Unificada", que se fundó sobre el cimiento de esta doctrina

(a pesar de mi opusií ion **, en el "Primer Congreso de Filosofía'

••2 I.oc. cit., las bastardillas son mías.



<^ l-.ii Te.Uabitily and Uleitniítg aún se defiende esa doctrina en todos sus aspeólos

('»'ii(:ialc'S (¡nniqiie con un espíritu inús cauteloso) , y no ha sido alterada en las

rorrcciiones y adiciones hechas cu l'J.'>0 a diversos pasajes; \'cr más adelante, la nota

.•«O y el texto corresponcliente. En un párrafo excelente y actiialnienlc famoso de su

¡iitriuliicc!Ó7t to Semantics (sección 39) , Carnap indicó "de qué manera es necesario

melificar las ideas de [su] anterior libro, The Logical Syntax o/ Language, como

resultado piincipalmentc del nuevo punto de vista, de la semántica". Pero en la

Sytiliix. aiinoiic continuaba adhiriendo a la doctrina de la cieiuiu unificada en un

lenguaje unificado (ver especialmente la sección 74, la parte inferior de la pág. 286 y

las (láns. 28(» y sigs.) , no se investigaba esta doctrina ron mayores detalles; ésta puede

haber sido la razón por la cual Carnap pasó por alto la necesidad de modificarla.

** Kn l'aris, me opuse a la fundación de la Enciclopedia. (Neurath acostumbraba

a llamarme "la oposición oficial" del Circulo, aunque nunca tuve la fortuna de

pertineter a él.) Señalé, entre otras cos;is, que, tal como Neurath la concebía, no

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Científíca", realizado en París en 1935). Quedará como un monumento

a una doctrina metafísica, apasionadamente defendida antaño por

Neurath y brillantemente esgrimida por él como arma fundamental

de la cruzada antimetafísica.

Pues, indudablemente, la firme creencia filosófica que inspiró a ese

hombre lúcido y amable fue, medida por su propio patrón, puramente

"metafísica". Una ciencia unificada en un lenguaje unificado carece

realmente de sentido, lamento decirlo; y puede demostrarse que

es así, ya que Tarski ha probado que no puede existir ningún lenguaje

consistente de esta especie. Su lógica está fuera de él. ¿Y por qué no

lo estaría también su metafísica?

No sugiero, por supuesto, que Carnap no sepa todo esto; pero sí

sugiero que no vio su efecto devastador sobre la doctrina de la ciencia

unificada en el lenguaje unificado.

Podría objetarse, quizás, que tomo demasiado seriamente la doctrina

del lenguaje unificado y que no se pretendía crear una ciencia estrictamente



formalizada. (Neurath, por ejemplo, solía hablar, especialmente

en sus publicaciones posteriores, de un "slang universal", lo

cual indica que no pensaba en un lenguaje universal formalizado.)

Creo que esto es verdad. Pero esta idea también destruye la doctrina



de la falta de sentido de la metafísica. Pues si no hay reglas de formación

estrictas para el slang universal, entonces la afirmación de que no

podemos expresar en él enunciados metafísicos es gratuita; y sólo puede

conducirnos de vuelta a la idea naturalista ingenua de la falta de

sentido, criticada antes en la sección 3.

Puede mencionarse en este contexto que los descubrimientos de Godel

(y de Church) también sellaron el destino de otra de las doctrinas

caras al positivismo (y una de mis aversiones más caras **). Pienso en

la afirmación de Wittgenstein: "El enigma no existe. Si es posible

formular un interrogante, también se lo puede responder". **



tendría ninguna semejanza con una enciclopedia y que sólo seria otra serie de artículos

de Erkenntnis. (Con respecto al ideal de Neurath de una enciclopedia, ver

por ejemplo su artículo crítico sobre L. Se. D., en Erkenntnis, 5, págs. S5S a 365,

especialmente la sección 2.) En el Congreso de Copenhague realizado en 1936, al que

Carnap no asistió, traté de demostrar que la doctrina de la unidad de la ciencia y

del lenguaje universal era incompatible con la teoría de la verdad de Tarski, Sobre lo

cual Neurath sugirió, en la discusión que siguió a mi disertación, que las teorías

de Tarski acerca del concepto de verdad debían ser insostenibles; y estimuló (si mi

memoria no me engaña) a Arne Nacss, que lambién csialja prcseriic, paia que emprendiera

un estudio empírico de los usos de la palabra "verdad", con la esperanza

de^ poder refutar a Tardci. Ver también la adecuada observación de Carnap sobre

Naess en Introduction to Semantics, pág. 29.

<^ Otra de ellas es la expresada en 6.1251 del Traciatus (Ver también 6.1261):

"por consiguiente, nunca puede haber sorpresas en la lógica", afirmación que o bien

es trivial (es decir, si "lógica" quiere decir cálculo proposicional bivalente), o bien

es obviamente equivocada y sumamente engañosa, si se tiene en cuenta 6.234: "La

matemática es un método de la lógica". Creo que casi toda prueba matemática es

sorprendente. "Por Dios, esto es imposible", dijo Hobbes cuando leyó por primera

vez la deducción que hace Euclides del teorema de Pitágoras.

Traciatus, 65. También leemos aquí: "Para una respuesta que no puede ser

328

Esta doctrina de Wittgenstein, llamada por Camap en el Aufbau*''

"la orguUosa tesis de la omnipotencia de la ciencia racional", ya era

insostenible antes de aparecer, si recordamos las ideas de Brouwer,

publicadas mucho antes de que se escribiera el Tractatw. Ckín Godel

(especialmente debido a su segundo teorema de indecidibilidad) y

Church, la situación empeora, pues sabemos gracias a ellos que nunca

podremos completar ni siquiera nuestros métodos para resolver problemas.

Así, un interrogante matemático bien formado puede "carecer

de significado" si adoptamos un criterio del significado según el

cual el sentido de un enunciado reside en el método por el cual se lo

puede verificar (en la matemática: probar o refutar). Esto muestra

que podemos formular un interrogante (y análogamente, las posibles

respuestas al mismo) sin tener la menor idea acerca de cómo

podríamos establecer cuál de las posibles respuestas es verdadera; lo

cual revela la superficialidad de la "orgullosa tesis" de Wittgenstein.

Carnap fue el primer filósofo que reconoció la inmensa importancia

de los descubrimientos de Godel, e hizo lo posible por darlos a

conocer al mundo filosófico. Por eso, es sorprendente que los resultados

de Godel no produjeran el cambio que deberían haber provocado

en las concepciones del Círculo de Viena (concepciones indudables

y obviamente metafísicas, en mi opinión, todas ellas defendidaá

con tenacidad) concernientes al lenguaje y al alcance de la ciencia.

(c) La Logical Syntax de Carnap es uno de los pocos libros filosóficos

que pueden ser considerados, realmente, como de primera importancia.

Indudablemente, algunos de sus argumentos y doctrinas están

superados, debido principalmente a los descubrimientos de Tarski,

como el mismo Carnap explicó francamente en el famoso último

párrafo de su Introduction to Semantics. Indudablemente, el libro no,

es fácil de leer (y es aún más difícil en inglés que en alemán). Pero

tengo la firme convicción de que, si alguna vez se escribe la historia

de la filosofía racional de la primera mitad de este siglo, ese libro

deberá ocupar un lugar cuya importancia no será inferior -a la de

ningún otro. "Ni siquiera puedo tratar de hacerle justicia aquí (en

medio de análisis críticos). Pero debo mencionar un punto, al menos.

El mundo filosófico situado al oeste de Polonia aprendió a través de

este libro el método de analizar lenguajes en un "metalenguaje" y

de construir "lenguajes objeto", método cuya importancia para la lógica

y la fundamentación de la matemática es imposible exagerar. Y

fue también en ese libro donde se hizo por vez primera —y, creo, con

una justificación completa— la afirmación de que este método es de

la mayor importancia para la filosofía de la ciencia. Si se me permite

"hacer una digresión personal, diré que el libro (que apareció pocos

expresada, tampoco la pregunta correspondiente puede ser expresada." Pero la pregunta

puede ser: "¿Es esta afirmación (por ejemplo, la conjetura de Goldbach) demostrable?"

y la respuesta verdadera ^uede ser: "No lo sabemos; quizás nunca lo

sabremos; y quizás no podemos saberlo."



*1 Véase Aufbau, sección 183, pág. 261, bajo el título "Literature".

329


meses antes que mi Lógica de la investigación científica y que leí

mientras el mío estaba en prensa) marca el comienzo de una revolución

en mi propio pensamiento filosófico, aunque no lo comprendí

totalmente (creo que debido a sus reales dificultades internas) antes

de leer el gran artículo de Tarski sobre el concepto de verdad (en la

traducción alemana de 1935). Luego comprendí, por supuesto, que el

análisis sintáctico metalingüístico es inadecuado y debe ser reemplazado

por lo que Tarski llamó "semántica".

Creo, claro está, que desde el punto de vista del problema de la demarcación

se dio un gran paso adelante en la Syntax. Digo "claro está"

porque aludo al hecho de que algunas de mis críticas fueron aceptadas

en este libro. Parte del pasaje correspondiente ha sido citado

antes (en la nota 24). Pero la más interesante desde nuestro punto

de vista presente es el pasaje que sigue inmediatamente a la cita, pues

muestra, según creo, que Carnap no aceptó mi crítica en la medida

suficiente. "La concepción que aquí presentamos —escribe— ** permite

gran libertad para la introducción de nuevos conceptos primitivos y

nuevas oraciones primitivas en el lenguaje de la física o de la ciencia

en general; sin embargo, conserva la posibilidad de diferenciar los

sendo conceptos y las sendo sentencias de los conceptos y sentencias

científicos reales, y de este modo eliminar los primeros". Aquí volvemos

a encontrar la vieja tesis de la falta de sentido de la metafísica.

Pero está mitigada, aunque sea un poco, por lo que sigue a este pasaje

(que Carnap coloca entre corchetes y que muestra la influencia

de mi crítica, mencionada por él en la página precedente). "Esta eliminación,

sin embargo, no es tnn simple como parecía sobre la base

de la posición anterior del Círculo de Viena, que era en esencia la

de Wittgenstein. Segím esta concepción se trataba de "el lenguaje",

en un sentido absoluto; se pensaba que era posible rechazar tanto los

conceptos como las oraciones si no se adecuaban al lenguaje".

La posición indicada en esos pasajes (incluyendo la citada brevemente

en la nota 24) puede ser descripta de la siguiente manera:

(1) Se reconocen algunas dificultades, especialmente las que presenta

el criterio de verificabilidad del significado de Wittgenstein, así

como las fallas de la que he llamado teoría "naturalista" del significado

(que corresponde a la creencia en "el lenguaje", en el cual las

cosas simplemente son o no son, por su naturaleza, esencialmente signifííCaliivas).

(2) Pero se mantiene la creencia de que podemos, por algún rasgo

de ingenio, crear nn lenguaje que realice la estratagema de hacer que

carezcan de significado precisamente los conceptos y oraciones "metafísicos",

y no otros.

(3) Aún se defiende la creencia de que podemos construir un lenguaje

universal de la ciencia unificada, como consecuencia de (2);

pero no se pone énfasis en ella y no se la examina en detalle. (Ver

<8 Syntax, sección 82, pág. 322 arriba. (Las bastardilla* son de Carnap.)

330


el punto (b) de esta sección y, especialmente, el pasaje de la Syntax,

sección 74, pág. 286, mencionado en la nota 43.)

Esta situación no requiere una ulterior crítica de mi parte: ya he

dicho prácticamente todo lo necesario, en particular que este enfoque

quita mentido a la Semántica de Tarski y, con ella, a la mayor parte

de la teoría de la inferencia lógica, es decir, a la lógica. Sólo debo

agregar un comentario que considero importante.

Una de las dificultades de este importantísimo libro de Carnap reside

en su énfasis en el hecho de que es posible formular la sintaxis

4e un lenguaje dentro de este mismo lenguaje. La dificultad es tamo

mayor cuanto que apenas se le ha enseñado al lector a distinguir

entre un lenguaje objeto y un metalenguaje, se le dice que, a fin de

cuentas, la distinción no es tan radical como él suponía, ya que el

metalenguaje, se subraya entonces, puede formar parte del lenguaje

objeto.

Induilablemente, el énfasis de Carnap está mal colocado. Es un hecho



que parte del metalenguaje (a saber, su "sintaxis") puede formar

parte del lenguaje de objeto. Pero aunque este hecho sea muy importante,

como sabemos por la obra de Godel, su principal utilidad se

halla en la construccicin de oraciones de autorreferencia, lo cual constituye

un problema sumamente especializado. Para el propósito de

facilitar la comprensión de la relación entre el lenguaje objeto y el

metalenguaje, habría sido más conveniente tratar el metalenguaje como

distinto del lenguaje objeto. Se podría haber mostrado, por supuesto,

que una parte, al menos, del metalenguaje —lo suficiente para los

propósitos de Gódel— puede ser expresada en el lenguaje objeto,

sin dar énfasis a la tesis errónea de que es posible expresar de tal

forma todo el metalenguaje.

Ahora bien, no queda duda de que fue la doctrina del lenguaje

universal único en el cual iba a expresarse la ciencia unificada la que

condujo a Carnap a dar ese énfasis que tanto contribuye a crear las

dificultades de su libro; pues seguía abrigando la esperanza de construir

un lenguaje unificado que eliminara automáticamente la metafísica.

Es una gran lástima que este excelente libro pierda calidad por

el dogma antimetafísico y por una errónea demarcación que elimina,

junto con la metafísica, las partes más importantes de la lógica.

La Syntax desarrolla la doctrina de la falta de sentido de la metafísica

de la siguiente manera:

Todas las oraciones significativas, o bien pertenecen al lenguaje de

ía ciencia, o bien (si son filosóficas) pueden ser expresadas dentro de

la sintaxis de este lenguaje. Esta sintaxis comprende toda la filosofía

y la lógica de la ciencia, en la medida en que éstas son traducibles al

•"modo formal de lenguaje"; además, esta sintaxis puede ser formulada,

si lo deseamos, en el mismo lenguaje ("objeto") universal en el

que pueden ser formuladas todas las ciencias.

Aípií, ya no es solamente la doctrina del lenguaje universal lo que

no puedo aceptar: tampoco puedo aceptar la regla de que lo que yo

331

digo debe ser traducible al "modo formal de lenguaje" para que tenga



significado (o para que sea entendido por Camap). Sin duda, es menester

expresarse de la manera más clara posible; y sin duda, lo que

Carnap llama el "modo formal de lenguaje" es a menudo preferible

a lo que llama el "modo material"; lo he usado con frecuencia en mi



Lógica de la investigación científica y antes, sin que nadie me hubiera

dicho que lo hiciera. Pero no es necesariamente preferible. ¿Por qué

habría de serlo? ¿Porque la esencia de la filosofía es el análisis del

lenguaje? No creo en las esencias. (Ni en Wittgenstein.) La manera

de hacerse entender mejor sólo puede ser una cuestión de pensamiento

y de experiencia.

¿Y por qué toda filosofía debe ser análisis lingüístico? Sin duda,

a menudo puede ser útil plantear una cuestión en términos de la

construcción de lenguajes. Pero, ¿por qué todas las cuestiones filosóficas

deben ser de esta especie? ¿Acaso es ésta la única tesis no lingüistica

de la filosofía?

El ataque positivista ha creado el temor de Dios, por decir así, en

todos los que queremos hablar con sentido. Todos nos hemos hecho

más cuidadosos en lo que decimos y en la manera como lo decimos,

y esto es sumamente loable. Pero debe quedar bien en claro que la

tesis filosófica de que el análisis lingüístico lo es todo en filosofía es

paradójica. (Admito que esta crítica ya no se aplica, en esta forma,

a Testability and Meaning, que reemplaza la tesis por una propuesta

que ya no es paradójica; pero no se ofrece ninguna razón en favor de

la propuesta, excepto que se trata de una versión mejorada de la tesis;

lo cual no es ninguna razón, me parece, para aceptarla.)

5. TESTABILIDAD Y SIGNIFICADO

El artículo de Carnap Testability and Meaning es, quizás, el más

interesante e importante de todos los trabajos sobre la filosofía de las

ciencias empíricas" que se escribieron en el período entre el Tractatus

de Wittgenstein y la publicación en alemán del ensayo de Tarski sobre

el concepto de verdad. Fue escrito en un período de crisis y revela

grandes cambios en las concepciones del autor. Al mismo tiempo, sus

pretensiones son muy modestas. "El objeto de este ensayo no es ofrecer...

soluciones... Más bien se propone estimular ulteriores investigaciones."

Este objetivo fue alcanzado con creces: las investigaciones

que surgieron de él se cuentan por centenares.

Reemplazando "verificabilidad" por "testabilidad" (o por "confirmabilidad");



Testability and Meaning es en gran medida, como indica

su título, un tratado sobre nuestro problem?, central. En él.

Carnap aún intenta excluir la metafísica del lenguaje de la ciencia:

" . . . se hará un intento por formular el principio del empirismo de

una manera más exacta, enunciando un requisito de confirmabilidad

o testabilidad como criterio de significado", leemos en la sección 1.

En la sección 27 (pág. 33), se detalla esta alusión: "Como empiristas,

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exigimos que se restrinja de cierta manera el lenguaje de la ciencia;

exigimos que no se admitan predicados descriptivos y, por ende, oraciones

sintéticas que no tengan alguna conexión con observaciones

posibles..." Aquello que "no debe admitirse" es, por supuesto, la

metafísica: " . . . aunque L fuera un lenguaje adecuado para toda la

ciencia... [nosotros] no debemos desear, por ejemplo, tener [en L]

. . . oraciones [correspondientes] a muchas o a la mayoría de las oraciones

que aparecen en los libros de los metafísicos." *»

Así, la idea principal —excluir la metafísica de las fórmulas bien

formadas de L, el lenguaje de la ciencia— se mantiene inalterada. También

se mantiene la idea del lenguaje único de la ciencia: aunque

Carnap afirma ahora muy claramente que podemos elegir nuestro lenguaje

y que científicos diferentes pueden elegirlo de diferentes maneras,

propone que aceptemos un lenguaje universal y hasta defiende la



tesis del fisicalismo en una forma modificada. Habla a menudo (como

en los pasajes citados) del lenguaje de la ciencia, o de la posibilidad

de crear un lenguaje para toda la ciencia, o del lenguaje total

de la ciencia''*'; ^^u ^Q comprende la imposibilidad de tal lenguaje.

Carnap, sin embargo, es muy cuidadoso en la formulación de sus

nuevas ideas. Afirma que podemos elegir entre muchos lenguajes para

la ciencia y que el "principio del empirismo" —que resulta ser otro

nombre del principio de la falta de sentido de la metafísica— debe

ser formulado preferiblemente, no como una aserción, sino como una

"propuesta o requisito" **: la de elegir un lenguaje para la ciencia.

Podría pensarse que, en esta formulación, se ha abandonado la idea

de excluir la metafísica por carente de significado; pues el metafísico

no necesita aceptar esta propuesta y evidentemente, no lo hará; simplemente,

puede hacer otra propuesta en lugar de la de Camap, propuesta

según la cual la metafísica adquiera significado (en un lenguaje

apropiado). Pero no es así cómo ve Carnap la situación. Por el

contrario, considera que la tarea o el deber que se le impone al antimetafísico

es justificar su idea de la falta de sentido de la metafísica



construyendo un lenguaje de la ciencia libre de metafísica. Y me temo

que es asi como muchos ven el problema todavía.

Es fácil demostrar, apelando a mis viejos argumentos, que no es

posible construir un lenguaje semejante.

Mi tesis es que un lenguaje satisfactorio para la ciencia tendría que

contener, además de toda fórmula bien formada, su negación; y puesto

que deberá contener oraciones universales, deberá contener también

oraciones existenciales. Pero esto significa que deberá contener

oraciones que Carnap, Neurath y todos los otros antimetafísicos siempre

han considerado metafísicas. Con el propósito de aclarar bien esto,

elegiré, como ejemplo extremo, una afirmación que podría ser Ua-

« Testability, sección 18 (pág. 5).

so Véase Testability, secciones 15 (págs. 467 y sig.) y 27 (pág. 83), 18 (pág. 5), de

la manrra citada, y 16 (págs. 469 y 470).

51 Sección 27 (pág. 38).

333


mada "la aserción archimetafisica" ''^•. "Existe un espíritu omnipotente,

omnipresente y omnisciente." Mostraré brevemente de qué manera

es posible construir esta oración, como oración bien formada o significativa,

en un lenguaje fisicalista muy similar al propuesto en Testability



and Meaning.

Podemos tomar como primitivos los cuatro siguientes predicados f¡-

sicalistas:

(1) "El objeto a ocupa una posición b" o, más precisamente, "a

ocupa una posición de la cual forma parte la región (o el punto)

b": en símbolos "Pos(a, b)". «

(2) "El objeto (máquina, cuerpo o persona...) a puede colocar el

objeto b en la posición c"; en símbolos "Col(a, b, c)". "

(3) "a hace la exclamación b"; en símbolos "Ex(a, b)".

(4) "Se le pregunta a a (o sea, se lo estimula adecuadamente mediante

una exclamación combinada, por ejemplo, con ima droga de

la verdad) si í> o no b"; en símbolos "Preg{a, b)".

Suponemos que en nuestro lenguaje disponemos de nombres para

todas las expresiones de la forma "Pos {a, b)", "Col (a, b, c)", etc.,

incluyendo algunos de los introducidos más adelante con su ayuda.

Para simplificar usaré nombres construidos coa comillas. [Soy consciente,

sin embargo, del hecho de que este procedimiento no es exacto,

especialmente cuando las variables entre comillas están ligadas, como

en (14); pero es posible superar esta dificultad.]

Mediante definiciones explícitas que usen (1) y (2), podemos introducir

fácilmente, ahora, las oraciones ^•':



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