Gonzalo fernández-gallardo jiménez


CAPÍTULO IV: LOS BREVES PONTIFICIOS Y EL PLAN DE LA CORONA: LOS ACONTECIMIENTOS



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CAPÍTULO IV:

LOS BREVES PONTIFICIOS Y EL PLAN DE LA CORONA: LOS ACONTECIMIENTOS



1.- PÍO V (1566-1572): UN NUEVO RUMBO.


El 7 de enero de 1566 es elegido para ocupar la sede romana Miguel Ghirlieri, cardenal Alejandrino, fraile dominico, inquisidor y partidario de la reforma. "El pueblo romano recibió con frialdad y temor"285 este nombramiento. En España fue todo lo contrario. Era el candidato español. La noticia llegó a la Corte el 25 de enero. Al día siguiente escribía el rey al nuevo Papa: "yo he recibido tan particular contentamiento"286. Inmediatamente el embajador Luis de Requesens volvió a Roma y, el día 25 de ese mismo mes de enero, escribía al rey una carta que no tiene desperdicio:

"La primera vez que hable al Papa sobre la confirmacion de los breves que llevo el legado, yendo discurriendo por cada uno dellos, y llegando al de la reformaçion de los claustrales me dixo que en esto daria a V.Md. mucho mas que en la comission se contenia, que seria todo los que V.M. le pidiesse mayormente en los de la orden de Sant Françisco, que savia que vivian en España desordenadamente, y dixome que avisase a V.Magd. de su voluntad, para que V.M. viesse la manera que queria que se lo cometiesse y que se guardase secreto en ello, porque assi en España como aqui avia gentes apasionadas en esta reforma, y que por todo tenian espias estos claustrales, y que convenia que estuviesse conçedido primero que se entendiesse, y diome un breve que embiase a fray Feliçe de Montalto287 que esta en la corte de V.M. para que fuesse en tanto comissario general dellos, y que aun que este era buen hombre, era bien que no supiesse lo que su Beatitud offrescia desta reformaçion, V.M. mandara lo que se ha de pedir en esto que la voluntad del Papa esta bien dispuesta para ello"288.

A pesar de esta buena noticia, en Madrid no se apresuraron para dar respuesta. El mismo Requesens, en carta del 18 de abril, urgía órdenes precisas, porque el Papa había dicho que "en lo que tocaba a la reformaçion de los frayles claustrales de essos reynos proveeria todo cuanto V.M. le pidiesse sin consultar con los cardenales porque avia muchos que lo contradezian y me encargo mucho el secreto, diziendo que convenia que estuviese hecho antes que se supiesse que se tratava y aunque V.M. mando responder a lo demas de aquellas cartas no he tenido respuesta deste particular y el Papa me lo ha recordado algunas veces V.M. vea lo que en esto es servido que se trate, porque quiça no se offrescera en mucho tiempo otra ocasion tal para executar lo que V.M. ha deseado"289.

¿Por qué la corte no tiene ahora la urgencia de otros momentos, sino más bien todo lo contrario? De momento sólo vemos una posible respuesta a esta pregunta: Bernardo de Fresneda no estaba con el rey. Había estado en el concilio de Toledo, después estuvo enfermo en Madrid y el día 7 de abril de 1566 tenía previsto partir hacia Uclés, donde se hallaba el soberano. Allí podría ejercer su ministerio de confesor290 y mover los hilos "reformadores".

En esta ocasión, la respuesta al embajador no se hizo esperar. El 13 de mayo, desde Madrid, se le pedía que aprovechase la coyuntura y procurase los breves necesarios, tal y como se había pedido en noviembre de 1563. Por si se había perdido el memorial, se le envía una copia291.

Pero, a pesar de la predisposición a la reforma de los Franciscanos Conventuales que, según la correspondencia diplomática española, tenía Pío V, éste no estaba dispuesto a aceptar sin más los planteamientos de Madrid292. Quería contar con el "general -en este momento con Peretti del Moltalto, vicario general- que esta detenido en Napoles, esperando a que llueva, por la mutacion del ayre que de ally aqui ay en este tiempo"293. Le parecía excesivo encomendar la reforma "a V.M. y a las personas que nombrase, por parescerle que es darle mucha jurisdicion en las cosas eclesiasticas"294. Tampoco le parecía conveniente encargarla a los obispos, "porque no podran saber de las cosas de las religiones sino los que se han criado en ellas"295. Pero, cuando el embajador le propuso tres obispos religiosos (Fresneda, franciscano observante; Muñatones, agustino; y Tocco, benedictino), el Papa respondió "que aunque no uviesen sido frayles, si el entendiesse que eran muy religiosos, se lo fiaria"296. Aún hay más. Pío V tenía otro plan y otras personas297. Sin embargo, no tenemos noticias de que lo pusiera en marcha, al menos antes de consentir y decretar la supresión de los Franciscanos Conventuales. Su plan, intuimos en este documento, consistía en informarse con detalle y veracidad de la situación real de las órdenes, para luego dar los pasos oportunos. Era lo coherente y sensato. Pero la presión vehemente del embajador fue más fuerte que sus ideas y proyectos, a los que el rey se oponía abiertamente.

El 28 de octubre de 1566 el rey escribía de nuevo al embajador. Hablaba ahora de su alegría por ver al Papa favorable a la reforma298, cuando Requesens en su carta anterior le comenta las dificultades que surgían también con Pío V. Esta carta del rey nos proporciona un dato que, posteriormente nos confirmará el embajador: en este momento se pide la reforma para Castilla y Navarra299.

¿Por qué en este momento no se pedía para Aragón, cuando desde el principio se había sostenido que allí era donde más urgía? El mismo Requesens, en carta de 8 de diciembre de 1566, dirá: "He entendido que algunos quieren persuadir a V.M. que por agora no conviene hazer esta Reforma en la corona de Aragón, y ademas de que yo creo que alli se puede assequutar tambien como en otra parte, tomandolo tan deveras y con el zelo que V.M. lo toma, me ha parecido avisar a V.M. que el Papa se offendera mucho que esto se diffiera alli aviendole hecho tanta instancia por parte de V.M.; y sabe su Beatitud muy bien que en Cathaluña y Aragón y Valencia es el daño y necessidad mayor que en ninguna parte de España"300. ¿Quién aconsejaba esto al rey?¿La situación política de ese momento concreto puede ayudar a entender este cambio de postura? Si era allí donde más falta hacía la reforma, ¿qué razón poderosa podía diferirla? ¿Se pretendía evitar el agravamiento del conflicto entre la Inquisición y los diputados y oidores de la Generalitat?301 ¿Tendría algo que ver Juan Moreno, el comisario general de los Franciscanos Conventuales para su propia reforma? A la hora de la verdad se acometió en toda España.



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