Los investigadores infieren que en efecto “el computador ha llegado a la escuela como nuevo artefacto, más no la racionalidad que le subyace” Por ello, las clases de informática juegan un gran rol porque aunque se puede continuar con las clases tradicionales en el laboratorio de sistemas basadas en la mera utilización instrumental.
También se puede lograr nuevos espacios escolares en donde se promuevan actuaciones y relaciones entre docentes y estudiantes caracterizadas por dinámicas reales con las cargas afectivas que se generan en su interacción. Las maneras en que los sujetos se relacionan con el computador y sus ambientes comunicativos parecen estar diferenciadas por el género.