Gloria Leticia Díaz
L a experiencia del voto en blanco no es inédita en México .. Por lo menos, una comunidad entera ya tomó esa opción. En las elecciones intermedias de 2003, el pueblo de Garrapatas, del municipio de Acapulco, manifestó su protesta por el olvido institucional con cero votos para los partidos políticos que entonces pugnaban por la diputación del Distrito 09 federal.
En los tres siguientes procesos electorales —en 2005 para gobernador y presidente municipal, y en 2006 para presiden te de la República, senadores y diputados federales— los ciudadanos repitieron ese tipo de sufragio.
Sin embargo, en octubre de 2008, en la elección para presidente municipal, decidieron votar por Luis Walton Aburto, candidato de Convergencia-PT, quien perdió
la presidencia municipal frente al priista Manuel Añorve Baños.
En la elección de 2003, el estado de Guerrero ocupó el cuarto lugar nacional de abstención, con 66.7%. Era gobernador el priista René Juárez Cisneros, y alcalde de Acapulco el perredista Alberto López Rosas, quien sucedió en el cargo a Zeferi no Torreblanca Galindo, también del PRD y actual gobernador.
Ese año, el noveno distrito fue ganado por la perredista Rosario Herrera, que du rante la LIX Legislatura (2003-2006) formó parte de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales y coordinó el área de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de su grupo parlamentario.
Días antes del 6 de julio, los 150 electores de Garrapatas acordaron aclararles por escrito a la autoridad electoral y a los partidos políticos sus motivos para no elegir ninguna de las opciones. Cuando llegó la jornada electoral, en el sobre de la casi lla básica 348, destinado a las actas y vo tos emitidos, colocaron una hoja con el siguiente texto escrito a mano:
“Garrapatas, municipio de Acapulco, Guerrero a 6/07/03. Siendo las 13 horas se levanta el presente documento referente a la casilla del IFE que se clausuró a las 13 horas con un total de cero votos por las siguientes razones: porque la voz del pueblo de Garrapatas ningún candidato la ha tomado en cuenta. No tenemos agua potable, no tenemos comisaría, hemos exigido la rastrillado ra para las carreteras, han pasado tres largos años y no ha habido resultado alguno.”
El texto fue conocido por el Consejo Distrital 09 el 9 de julio, durante la sesión del cómputo distrital presidida por José Antonio Balderas Cañas. Pero quien in formó a los medios de comunicación sobre la protesta de los electores de Garrapa tas fue la consejera ¡la Kuri Hernández (El Sur, 20 de julio de 2003).
Otra vez la frustración
La comunidad rural de Garrapatas pertenece
a los Bienes Comunales de Cacahuatepec,
y según el Censo de Población y Vivienda
2005 del INEGI, hasta entonces tenía 722
habitantes: 346 hombres y 426 mujeres.
A dos horas del puerto de Acapulco, por accidentados caminos de terracería en los que no circula transporte público, la mayoría de la población tiene que trasladarse a pie hasta la carretera federal a la Costa Chica, que comunica con Acapulco, o bien pagar pasajes de hasta 700 pesos a los dueños de vehículos particulares.
No hay clínica de salud. Sólo existe una escuela primaria, llamada Leonar do Bravo, con grupos multigrado. No hay agua entubada. La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de
Acapulco (CAPAMA) abastece a los habitantes cuatro días a la semana.
En Garrapatas la gente siembra para el autoconsumo, principalmente maíz, jamaica y mango. Sus principales fuentes de ingresos son la venta de leña, que recolectan en el monte, y las divisas que mandan sus familiares desde Estados Unidos.
Para colmo, es una de las 14 comunidades a las que afectaría la construcción de la hidroeléctrica La Parota, obra sus pendida desde 2002 por la movilización de campesinos opositores al proyecto.
Ya integrados al movimiento en contra de la planta hidroeléctrica —el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa Ja Parota (CECOP)—, en 2008 los ciudadanos de Garrapatas rompieron su tradición de votar en blanco.
En septiembre de ese año, en una asamblea encabezada por el comisario Guadalupe Flores Valente, los campesinos de Garra patas determinaron apoyar a Luis Walton, el candidato de Convergencia-PT que en-
frentó a la perredista Gloria Sierra, coma dre del gobernador Zefermo Torreblanca.
Acorde con la defensa que ha hecho Torreblanca de la hidroeléctrica, Gloria Sierra consideró que ésta era “un buen proyecto”, en tanto que Luis Walton declaró con pru dencia: “Nadie por encima de la ley, nada sobre la voluntad del pueblo”.
Dos semanas antes de la jornada elec toral, Walton fue eJ único candidato que acudió a Garrapatas. El comisario Flores Valente le comunicó la decisión comunita ria de apoyarlo y comentó que en comicios anteriores no sufragaban por “culpa de los candidatos que nunca nos habían visitado, rio sabíamos sus propuestas” (El Sur, 23 de septiembre de 2008).
Pese a todo, el 5 de octubre el resultado fue plural en la comunidad: la alianza Con vergencia-PT obtuvo 57 votos; el PRD, 24; y el PRI, 7. Hubo 17 votos nulos.
La presidencia municipal fue para el priista Manuel Añorve Baños, quien, como sus antecesores, nunca visitó Garrapatas.
La niña de Jesús Ortega Rosalía Vergara
Poco antes de las dos de la tarde, el auto compacto gris plata enfila hacia la escuela primaria Dos Naciones Unidas, en la colonia Del Valle de la Ciudad de México, para recoger a unamenuda niña que cursa tercer grado. El tablero trae colocado un letrero con el s brenombre de la menor: Suki Mañana, la pequeña que se convirtió en la imagen del PRD para “cocinar un nuevo partido”.
Con ese seudónimo los directivos del plantel vocean a la menor. Apenas oye su nombre sale al portón vestida con el uniforme escolar. Su oscura y larga cabellera le cae sobre la espalda. Sonríe igual que en los spots de televisión. El conserje acompaña a Suki Mariana hasta el auto y la deja que suba por la parte trasera.
La reportera se acerca a la conductora, madre de Suki Mariana, para solicitarle una entrevista con ella y la niña, quien se acomoda en el asiento. “Ahorita no tengo tiempo, vamos a una comida. Traigo la ropa para que la niña se cambie”, responde la interpelada.
La reportera insiste y la señora reitera que no, ni siquiera para otro día. Luego le ordena a su hija que se cambie de ropa. Y pone en marcha el vehículo.
Suki Mariana es el nombre artístico de la menor. Ella ha hecho castings en la empresa Interforos Casting y pertenece a la agencia de modelos Imán, según la información de la propia agencia.
En los medios de comunicación se le
conoce simplemente como Mariana. Con ese nombre la promocionaron los perredistas que realizan la parte “creativa” de la campaña electoral. El sobrenombre es motivo de críticas de colur tas y blogge ros que crearon un espacio en Internet para especular sobre el futuro de la menor.
Sus compañeros de escuela dicen que su nombre de pila es Asuka Matsushima. La reconocen porque todos los días sale en la televisión. Sus rasgos orientales, aseguran, se deben a su padre, que es japonés. Su madre es mexicana.
Proceso solicitó una entrevista con Mariana a los directivos del PRD, pero Ai deé Reséndiz, secretaria particular y sobrina de Jesús Ortega, presidente nacional del partido, asegura que a petición de la madre, la pequeña no dará entrevistas a nadie.
El PRD ha hecho de la historia de Mariana un enigma. Sin embargo, de un momento a otro el partido deberá rendir cuentas ante el Instituto Federal Electoral (IFE) sobre los costos y medios utilizados para elaborar la campaña Así sí gana ¡agente.
Ante la falta de información sobre Suki Mariana, en el propio partido algunos militantes llegaron a decir que era pariente de Jesús Zambrano, “por el parecido en los ojos”; unos, que era hija de Jesús Ortega; otros, que la menor no tiene padre, por lo que su madre quiere protegerla.
El jueves 4 por la noche, Proceso pre guntó a Jesús Ortega sobre SukiMarianay sobre los promocionales de la campaña del PRD en los que interviene la menor.
“Es una niña que estudia actuación. Fue localizada por la empresa que nos ayuda en la
producción y en la idea política”, asegura el presidente nacional del PRD.
— es esa empresa?
—Eso no te lo puedo decir. Asegura que la empresa y el partido firmaron un contrato particular. Los empleados de la agencia “hacen una parte” de la producción de los spots, y el resto lo elabora el partido en Tv Sol.
Sin embargo, el caso de Alejandro Encinas, candidato plurinominal a diputado federal, parece desmentir a Ortega. Cuando el candidato acudió a la sede de1 partido a grabar un promocional la producción se hizo con un equipo
improvisado: una cámara semiprofesional y como fondo se pegó una tela en la pared. Participaron seis chavos que trabajan con Guadalupe Acosta Naranjo. Encinas pidió que no lo grabaran junto a Suki Mariana, incluso entregó su propio guión.
Ortega admite que parte de la producción la realiza el equipo que dirige Verónica Juárez, la secretaria de Comunicación y Propaganda del PRD. insiste: La estrategia electoral está orientada a cambiar la mala imagen del partido en un sector de la población. “Ha tenido buenos resultados”, dice.
Evaluaciones
Aideé Reséndiz, mercadóloga de profesión, asegura que el equipo creativo lo forman sólo perredistas; ellos pensaron en una cocina como el lugar donde se puede hablar de la privatización petrolera. Adelanta que la nueva etapa se iniciará el miércoles 10 y se privilegiará la promoción de la imagen del partido.
Las encuestas realizadas para el PRD parlas empresas Parametría y Mitofsky en mayo pasado revelaron que la imagen de Mariana es el elemento “más llamativo” de los spats, aunque “en el Distrito Federal y en Querétaro se considera un golpe bajo de la campaña”.
Los encuestados, oriundos del Distrito Federal, Querétaro, Chiapas y Ecatepec, Esta do de México, consideraron que el ambiente familiar presentado en los spots “se enfoca a una clase media no representativa”.
Para los hombres consultados, la actuación del dirigente del PRD resta credibilidad al mensaje y consideran “baja” la estrategia de usar a Mariana. Las mujeres, en cambio, tienen empatía con la promoción de la niña y aunque ubican a Ortega como miembro del partido, no saben cuál es su cargo. Los jóvenes, en cambio, creen que la niña resta credibilidad a los anuncios.
Algunos perredistas afirman que se realizaron alrededor de 600 promocionales en los que se invirtieron 30 millones de pesos. Señalan que Suki Mariana fue con tratada de manera exclusiva para el PRD en la agencia de publicidad Iman y que los spats fueron producidos por la Asociación Civil Euro que creó su productora Comu nica, A. C., cuyo propietario es e/argentino José Bécquer, estrechamente vinculado con Reséndiz.•
24 IU 1701 /7de junio de 2009
Derecbos peligrosos
“Votar en blanco es un derecho irrenunciable, nadie os lo negará, pero, así como les prohibimos a los niños que jueguen con fuego, también a los pueblos les prevenimos de que no les conviene manipular la dinamita”, dice el personaje protagónico de la novela Ensayo sobre la lucidez (Alfaguara, 2004), de José Saramago. Los sugerentes paralelismos de la ficción del Nobel portugués con la actual convocatoria para anular el voto o votar en blanco el 5 de julio próximo obligan a ofrecer a nuestros lectores fragmentos de la misma.
DERECHOS PELIGROSOS
José Saramago
La rápida instauración del estado de excepción, como una es pecie de sentencia salomónica dictada por la providencia, cortó el nudo gordiano que los medios de comunicación so cial, sobre todo los periódicos, venían intentando desanu dar con más o menos sutileza, con más o menos habilidad, pero siempre con el cuidado de que no se notase demasiado la intención, desde el infausto resultado de las primeras elecciones y,más dramáticamente, desde las segundas. Por un lado era su deber, tan obvio como elemental, condenar con energía tenida de indigna ción cívica, tanto en los editoriales como en artículos de opinión en comendados adrede, el irresponsable e inesperado proceder de un electorado que, enceguecido para con los superiores intereses de la patria por una extraña y funesta perversión, había enredado la vida política nacional de un modo jamás antes visto, empujándola hacia un callejón tenebroso del cual ni el más pintado lograba ver la salida. Por otro lado, era preciso medir cautelosamente cada palabra que se escribía, ponderar susceptibilidades, dar, por así decir, dos pasos adelante y uno atrás, no fuera a suceder que los lectores se indispusieran con un periódico que pasaba a tratarlos como mentecatos y traidores después de tantos años de una armonía perfecta y asidua lectura. La declaración del estado de excepción, que permitía al gobierno asumir los poderes correspondientes y suspender de un plumazo las garantías constitucionales, vino a aliviar del incómodo peso y de la amenazadora sombra la cabeza de los di rectores y administradores. Con la libertad de expresión y de comunicación condicionadas, con la censura miran do por encima del hombro del redactor, se halló la mejor de las disculpas y la más completa de las justificaciones. Noso tros bien que querríamos, decían, proporcionar a nuestros estimados lectores la posibilidad, que también es un derecho, de acceder a una información y a una opinión exentas de interferencias abusivas e intolerables restricciones, particularmente en momentos tan delicados como los que estamos atravesando, pero la situación es ésta, y no otra, sólo quien siempre ha vivido de la honrada profeSión de periodista sabe cuánto duele trabajar prácticamente vigila do durante las veinticuatro horas del día, además, y esto entre noso tros, quienes tienen la mayor parte de responsabilidad en lo que nos sucede son los electores de la capital, no los otros, los de provincias, desgraciadamente, para colmo, y a pesar de todos nuestros ruegos, el gobierno no nos permite que hagamos una edición censurada para aquí y otra libre para el resto del país, ayer mismo un alto funcionario del ministerio del interior nos decía que la censura bien entendida es como el sol, que cuando nace, nace para todos, para nosotros no es ninguna novedad, ya sabemos que así va el mundo, siempre son los justos quienes pagan por los pecadores. Pese a todas estas precauciones, tanto las de forma como las de contenido, pronto fue evidente que el interés por la lectura de los periódicos había decaído mucho. Movidos por la comprensible ansiedad de disparar y cazar en todas la direcciones, hubo periódicos que creyeron poder luchar contra el absentismo de los compradores salpicando sus páginas de cuerpos desnudos en nuevos jardines de las delicias, tanto femeninos como masculinos, en grupo o solos, aislados o en parejas, sosegados o en acción, pero los lectores, con la paciencia agotada por un fotomatón en que las variantes de color y hechura, aparte de niínimas y de reducido efecto estimulante, ya eran consideradas en la más remota antigüedad banales lugares comunes de la exploración de la libido, continuaron, por apatía, por indiferencia e incluso por náusea, haciendo bajar las tiradas y las ventas. Tampoco llegarían a tener influencia positiva en el balance cotidiano del debe y haber económico, clara mente en marea baja, la búsqueda y la exhibición de intimidades poco aseadas, de escándalos y vergüenzas de toda especie, la incansable rueda de las virtudes públicas enmascarando los vicios privados, el carrusel festivo de los vicios privados elevados a virtudes públicas, al que hasta hace poco tiempo no le habían faltado ni los espectadores ni los candidatos para dar dos vueltitas. Realmente parecía que la mayor parte de los habitantes de la ciudad estaban decididos a cambiar de vida, de gustos y de estilo. Su gran equivocación, como a partir de ahora se comenzará a entender mejor, fue haber votado en blanco. Puesto que habían querido limpieza, iban a tenerla.
La frase favorita del ministro de defensa, Una carga de profundidad lanzada contra el sistema, parcialmente inspirada en la inolvidable
experiencia de un histórico paseo submarino de ir dia hora en aguas mansas, comenzó a tomar cupo y a atraer las atenciones cuando los planes e ministro del interior, a pesar de algún que ot pequeño éxito conseguido, aunque sin significado apreciable en el conjunto de la situación, se mostraron impotentes para llega lo fundamental, es decir persuaca los habitantes de la ciudad, o, c más precisión denominadora, a 1’ degenerados, a los delincuente a los subversivos del voto blanco, para que reconocían sus errores e implorasen la merce al mismo tiempo penitencia, de un nu yo acto electoral, al que, en el momen adecuado, acudirían en masa para purg los pecados de un desvarío que juraban que volvería a repetirse. Se hizo evidente para todo gobierno, excepto para los ministros de justicia y cultura, ambos con sus dudas, la necesidad urgente de d otra vuelta de tuerca, teniendo en cuenta que la declaracir de estado de excepción, del que tanto se esperaba, no había producido ningún efecto perceptible en el sentido deseado, por cuant no teniendo los ciudadanos de este país la saludable costumbre e exigir el cumplimiento regular de los derechos que la Constitucid les otorgaba, era lógico, incluso era natural que no hubiesen llegad a darse cuenta de que se los habían suspendido. Se imponía, pc consiguiente, la implantación de un estado de sitio en serio, qu no fuese sólo una cosa de apariencias, con toque de queda, cien de salas de espectáculos, intensivas patrullas de fuerzas militare por las calles, prohibición de reuniones de más de cinco persona interdicción absoluta de entradas y salidas de la ciudad, procedier do simultáneamente al levantamiento de las medidas restrictivas, bien que mucho menos rigurosas, todavía en vigor en el resto di país, para que la diferencia de tratamiento, por ostensiva, tornar más pesada y explícita la humillación que se infligía a la capital. L que pretendemos decirles, declaró el ministro de defensa, a ver si 1 entienden de una vez por todas, es que no son dignos de confianza:
que como tal tienen que ser tratados.
Entonces, al declarar el estado de sitio es como si estuviésemos diciendo que la capital del país se encuentra sitiada, cercada, asediad por un enemigo, cuando la verdad es que ese enemigo, si se me permite llamarlo de esta manera, está dentro, no fuera. Los ministros S( miraron unos a otros, el primer ministro se hizo el desentendido, re movió unos papales. Pero el ministro de defensa iba a triunfar en batalla semántica. Hay otra manera de entender las cosas. Cuál, Qu los habitantes de la capital, al desencadenarse la rebelión, supongo que no exagero dando el nombre de rebelión a lo que está suceden do, fueron por eso justamente sitiados, o cercados, o asediados, elij el término que más le agrade, a mí me resulta indiferente.
Pido licencia para recordarle a nuestro querido colega y al conse jo, dijo el ministro de justicia, que los ciudadanos que decidieron yo tar en blanco no hicieron nada más que ejercer un derecho que la 1e3 explícitamente les reconoce, luego hablar de rebelión en un caso como éste, además de ser, como supongo, una grave incorrección se mántica, espero que me disculpen por internarme en un terreno en e que no soy competente, es también, desde el punto de vista legal, ur completo despropósito. Los derechos no son abstracciones, respondió el ministro de defensa secamente, los derechos se merecen o nc se merecen, y ellos no los merecen, el resto es hablar por hablar. Tiene toda la razón, dijo el ministro de cultura, realmente los derechos no son abstracciones, tienen existencia incluso cuando no son respetados. Lo que faltaba, filosofías.
Pasaron los días, las dificultades iban creciendo sin parar, se agravaban y se multiplicaban, brotaban bajo los pies como los hongos después de la lluvia, pero la firmeza moral de la población no parecía inclinada a rebajarse ni a renunciar a aquello que había considerado justo y por eso lo expresó con su voto, el simple derecho a no seguir ninguna opinión consensualmente establecida. Ciertos observado res, por lo general corresponsales de medios
de comunicación extranjeros enviados a toda prisa para cubrir el acontecimiento, así se decía en la jerga de la profesión, luego con poco conocimiento de las idiosincrasias locales, comentaron con extrañeza la ausencia absoluta de conflictos entre las personas, a pesar de que se hubieran realizado, y luego verificado como tales, acciones de agentes provocadores que estarían intentando crear situaciones de una inestabilidad tal que justificaran, ante los ojos de la denominada comunidad internacional, el salto que hasta ahora no había sido dado, es decir, pasar de un estado de sitio a un estado de guerra.
Vosotros, sí, sois los culpables, vosotros, sí, sois los que ignominiosamente habéis de sertado del concierto nacional para seguir el camino torcido de la subversión, de la indisciplina, del más perverso y diabólico desafío al poder legítimo del estado del que hay memoria en toda la historia de las naciones. No os quejéis de nosotros, quejaos ante vosotros mismos, no de estos que a través de mi voz hablan, éstos, al gobierno me re fiero, que una y muchas veces os pidieron, qué digo yo, os rogaron e imploraron que enmendaseis vuestra maliciosa obstinación, cuyo sentido último, a pesar de los ingentes esfuerzos de investigación desarrollados por las autoridades del estado, todavía hoy, des agraciadamente, se mantiene impenetrable. Durante siglos y siglos fuisteis la cabeza del país y el orgullo de la nación, durante siglos y siglos, en horas de crisis nacional, de aficción colectiva, nuestro pueblo se habituó a volver los ojos hacia este burgo, hacia estas colinas, sabiendo que de aquí le vendría el remedio, la palabra consoladora, el buen rumbo para el futuro. Habéis traicionado la memoria de vuestros antepasados, he ahí la dura verdad que atormentará para siempre jamás vuestra conciencia, ellos levantaron, piedra a piedra, el altar de la patria, vosotros decidisteis destruirlo, que la vergüenza caiga pues sobre vosotros.
Votar en blanco es un derecho irrenunciable, nadie os lo negará, pero, así como les prohibimos a los niños que jueguen con fuego, también a los pueblos les prevenimos de que no les conviene manipular la dinamita. Voy a terminar. Tomad la severidad de mis avisos, no como una amenaza, más sí como un cauterio para la infecta supuración política que habéis generado en vuestro seno y en la que os estáis revolviendo. Volveréis a yerme y a oírme el día que hayáis merecido el perdón que, a pesar de todo, estamos inclinados a conceder, yo, vuestro presidente, el gobierno que elegisteis en mejores tiempos, y la parte sana y pura de nuestro pueblo, esa de la que en estos momentos no sois dignos. Hasta ese día, adiós.
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