4.2 El estilo atribucional de cada persona: es cuando una persona atribuye sus éxitos a causas externas no controlables, sin embargo se culpabiliza de sus fracasos, atribuyéndolos a causas internas sobre las que tampoco ejerce un control, siendo otro buen candidato a desarrollar una depresión. La no controlabilidad sobre los acontecimientos de la propia vida, llegan a sumir al ser humano en estados de indefensión aprendida, como precursores de trastornos del estado de ánimo. De acuerdo con esta idea, Kobasa (1979) llegó a la conclusión de que frente a un mismo suceso traumático, habrían dos tipo de personas: las personas resistentes, con un gran sentido del compromiso - entendido como la tendencia de estos individuos a implicarse en todas las actividades de la vida, sintiendo que lo que se hace es parte de lo que se es, (mantienen una fuerte sensación de control) entendida como la convicción de que lo que se hace influye directamente en los acontecimientos. Hay una mayor apertura a los cambios vitales; es decir, ver las circunstancias de la vida, especialmente las adversas, no como amenazantes, sino como incentivadoras del crecimiento personal; tienden a interpretar las experiencias estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia. Por otro lado, existen las personas no resistentes, que muestran muchas carencias en el sentido del compromiso, una tendencia a considerar el cambio como negativo y no deseado.