“La Depresión”


Manifestaciones externas del duelo



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Manifestaciones externas del duelo


La manifestación externa del duelo sería el luto, que es su expresión más o menos formalizada y cultural. El duelo psicológico tiene en el luto su correlato más social. El duelo también se puede exteriorizar con llantos, rabia, ataques violentos y un sinnúmero de reacciones, todas ellas normales en esos momentos. Hay que tener en cuenta que los especialistas reconocen que para una buena elaboración y superación del duelo, no es aconsejable querer huir de esas sensaciones de dolor, pues no se puede enfrentar si no se sienten. Lo contrario, sería la negación de la pérdida, lo que llevaría a comportamientos desadaptativos.

Etapas del duelo individual


Se describen 3 fases (Lindenmann, Brown, Schulz):

1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Se Inicia el proceso de duelo al poder ver el cuerpo, y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas, la de separar al muerto de los vivos.

2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso seudo-alucinaciones, la rabia emerge suscitando angustia. Es un trabajo penoso el deshacer los lazos que continúan en el vínculo con la persona, o animal amados, y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones, como los aniversarios y puede durar 6 meses o más.

3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con la vida diaria, estabilización de los altibajos de la etapa anterior. Los recuerdos de la persona desaparecida traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.

Se describen 4 tareas para completar el duelo:



  • Aceptar la realidad de la pérdida.

  • Experimentar la realidad de la pérdida.

  • Sentir el dolor y todas sus emociones.

  • Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió; aprender a vivir sin esa persona, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas relaciones.

También se pueden encontrar otras fases del duelo, pues por discrepancia de autores, se tiene entre 3 o 4 fases.

Tipología del duelo


El duelo no es una enfermedad en sí misma, aunque puede convertirse en una enfermedad si su elaboración no es la adecuada, o correcta. Diferentes autores han dado diferentes tipologías del duelo, si bien, se carece de una tipología comúnmente aceptada por todos. Se ha hablado por ejemplo, de duelos complicados, crónicos, exagerados, congelados, reprimidos, enmascarados, psicóticos... y una larga lista.

1. Duelo bloqueado: Ocurre una negación a la realidad de la pérdida, donde hay una evitación del trabajo de duelo, y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas somáticos, mentales o relacionales.

2. Duelo complicado: Síntomas o conductas de riesgo, sostenidas en el tiempo, y de intensidad riesgosas para la salud, dentro de un contexto de pérdida.

3. Duelo patológico: Cuando la persistencia o intensidad de los síntomas, ha llevado a alguno o varios de los miembros de la familia, a detener la vida laboral, social, académica, orgánica.

En el DSM-IV se contempla una situación de duelo que puede precisar el tratamiento, aunque sin cumplir los criterios de ninguno de los trastornos previos.



CAPITULO IX

9.- Evaluación Diagnóstica :

El diagnóstico de la depresión es clínico; debe incluir una historia médica completa, pero en ella deben descartarse, en primer lugar, causas orgánicas, farmacológicas o tóxicas, compatibles con un cuadro similar al de un trastorno depresivo. Sin embargo, es en última instancia la entrevista clínica la que ofrece los datos necesarios para el diagnóstico, cuando se cumplen los criterios establecidos más arriba. Se debe indagar primero ¿cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, qué tan serios son?. Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados anteriormente y qué tratamiento se dio, debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión, asimismo, si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos fueron efectivos?.

Existen también varios cuestionarios estandarizados que pueden ayudar a discriminar si existe o no un trastorno depresivo: como la Escala de Depresión de Yesavage, la Escala de Depresión de Zung, el Inventario de Depresión de Beck, el Test de Depresión de Goldberg o el Test de Depresión de Hamilton. Algún estudio llevó a evaluar incluso la eficacia de dos simples preguntas para un diagnóstico rápido, de elevada fiabilidad.

El objetivo del diagnóstico desde la terapia de conducta está en realizar una evaluación individual, cuyos datos permitirán el diseño individual de tratamiento y controlar dicho proceso. Los cuestionarios no serían usados para comparar distintos sujetos o para comprobar si alcanzan una determinada puntuación; sino, que permiten comparar la puntuación antes y después del tratamiento, como una medida de control sobre las variables psicológicas en cuestión.



CAPITULO X

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