Pregunta: Considerando que los espíritus encarnados o no, son entidades inmortales y que vivieron en "otras vidas", ¿no se justifica que eso motive los resentimientos, complejos o tendencias enfermizas para ser tratadas por el método freudiano?
Ramatís: Actualmente los mismos psicoanalistas y diversos psicólogos atenuaron bastante la cobertura de la terminología freudiana que pesaba sobre la humanidad, puesto que sería muy difícil encontrar sobre la tierra alguna persona que estuviera totalmente exceptuada de cualquier anomalía registrada en los procedimientos freudianos. El arsenal freudiano era inmenso y tenía rótulos para todas las actitudes, actividades y comportamiento humano. El mundo se llenó de complejos, desde los más ridículos hasta los más excéntricos.
Había complejos de pobreza, de riqueza, de inferioridad, de superioridad, de gloria, de derrota, de masculinidad, de feminidad, de frustración, de todo cuanto se le pueda ocurrir a la mente humana, atribuidos a efectos causados por los conflictos desde la infancia. Muchos acontecimientos, impulsos y ciertas actividades que hace milenio perturba a la humanidad en la terminología sencilla de los "pecados" tradicionales y aun, cuando el hombre lucha contra su propia organización espiritual, servirían de base a numerosas y excéntricas obras en la sistematización de Freud. El nuevo rotulado médico aplastó violentamente las viejas "fobias" habituales, como ser "claustrofobia" que pasó a ser un complejo de prisión ante la presencia y miedo de lidiar con las multitudes. Además y siguiendo el mismo criterio, ni el mismo Jesús, el más sabio y equilibrado de los hombres, escaparía de la manía freudiana. El Divino Maestro no dejaría de ser un enfermo resentido, portador del "complejo mesiánico", quizás producido por alguna arrasadora frustración de dirigir desde la infancia.
En consecuencia y bajo la luz de Freud, cualquier hombre debe tener su complejito enterrado en su inconsciente y que será descubierto por la pericia del sentencioso psicoanalista. El motivo ha de ser por lo menos, proveniente de alguna escena violenta que presenció cuando era pequeño o por el susto que se llevó ante el grito y gesto rabioso de su progenitor, ajusticiando a su madre.
Pregunta: ¿Los médiums no tienen motivos o complejos pasibles de un examen psicoanalítico? ¿No es posible que se confunda mediumnidad con ciertos complejos freudianos?
Ramatís: Apartándonos de las exageraciones y fantasías de los psicoanalistas, Freud realmente identificó muchas causas mórbidas radicadas en el subconsciente, aplicando una técnica revolucionaria en todos los métodos y estudios psicológicos anteriores. También es cierto, que existen médiums de "mesa" o de "terreiro" (médium de la Umbanda), que requieren un drenaje freudiano para mejorar su contacto con el mundo psíquico y distinguir su interferencia anímica en las comunicaciones con los fallecidos. Tanto en la línea espirita como en los terreiros de la Umbanda, hay criaturas neuróticas, esquizofrénicas, exaltadas, neurovegetativas e histéricas, que tienen un contacto empobrecido con el Más Allá y confunden sus propios resentimientos (complejos) y alucinaciones como si fueran las manifestaciones de los espíritus.
No hay dudas, que el médium en general reviste nuestras ideas con algo de su naturaleza anímica, pudiendo deformar parte de nuestros pensamientos por su forma de sentir y pensar. Evidentemente, una buena sacudida psicoanalítica tal vez podría sanear la mente complicada de muchos médiums, ajustándolos en su función de verdaderos intérpretes del Más Allá.
Pregunta: ¿Podrías darnos algunos ejemplos que evidencie lo manifestado?
Ramatís: Existen los médiums indisciplinados en sus emociones y entontecidos por el exceso de fantasías, motivados por las imágenes que bailan en su mente descontrolada. Cuando son histéricos, exaltados, neurovegetativos o esquizofrénicos, transfieren fácilmente para la actividad mediúmnica los hechos o simpatías que más lo impresionaron en su vida. Los grandes líderes, profetas, santos, escritores, artistas, gobernadores, ministros y demás personalidades que se destacan en la vida material, ejercen una gran impresión en los médiums muy anímicos. Entonces, sustituyen a sus guías espirituales con los nombres que más resaltaron en la historia religiosa o literatura profana. A través de supuestas comunicaciones mediúmnicas del Más Allá, los personajes exaltados en los romances históricos o grandes nombres de la ciencia, aún continúan manifestándose con insistencia en ciertos trabajos espiritas, copiando las mismas características que hace siglos debían tener en vida.
Bajo tales condiciones, predominan las ideas fijas, los falsos mecanismos, auto exaltaciones, resentimientos, fobias y sublimaciones engañosas. Aunque esos médiums actúen sin mala intención, son improductivos y hasta siembran perjuicios por confundir lo sensato con lo ridículo, lo verdadero con lo falso. Sin dudas, el método del psicoanálisis freudiano podría ayudar a esos médiums en lo que respecta al drenaje de sus propias contradicciones y complejos, manifestados a cuenta de la supuesta mediumnidad.
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