Pregunta: Pero, ¿por qué debe ceder el joven espirita y no lo hace el católico, si ambos deben sustentar los mismos principios, de respeto mutuo?
Ramatís: Si cediera el católico ante la incomprensión del espirita, eso demostraría, que el más capacitado es el católico. Además, el casamiento por la Iglesia Católica, no altera absolutamente su convicción. Se trata de un acto con finalidad espiritual; es un compromiso íntimo y moral de la unión que los cónyuges hacen delante de Dios a través de la ceremonia religiosa. Mientras que la Ley oficial apenas los compromete sobre el vínculo carnal. La religión advierte sobre la responsabilidad que ambos asumen, para respetarse, comprenderse y amarse hasta el fin de la vida.
Pregunta: Perdonad nuestra insistencia, pero el casamiento por la iglesia, ¿no es un desmentido a las convicciones de los espiritistas?
Ramatís: Espiritismo es doctrina y espiritualidad de grado evolutivo. No se conquista el corazón ajeno, despreciándole sus simpatías religiosas, y principalmente, cuando se trata de la futura o futuro esposo. No es conveniente comenzar el largo camino conyugal, perturbando la paz y la armonía, que proviene, justamente, desde el comienzo de la hora del esponsalicio. Ese acto de tolerancia por parte de cualquiera de los citados, gana un mayor aprecio de la familia del cónyuge, por demostrar el respeto a sus convicciones religiosas.
Pregunta: Es muy posible, que muchos espíritus se extrañen ante vuestras conclusiones, respecto al asunto tratado. ¿Qué opináis?
Ramatís: La verdad, es que no existe otra alternativa; alguno de los dos deberá ceder, sea el espirita o el católico. Y, ¿por qué no ha de ser el espirita, que siempre se juzga más comprensivo y esclarecido, que el católico? Además, eso nos hace recordar los viejos proverbios indochinos, que dicen así: "El más sabio y el mejor, que se contente con lo peor."
Pregunta: Pero, también debemos pensar, que la parte católica, que exige casarse por la iglesia, lo haga movido por la repercusión de la ceremonia, antes que por sus convicciones, ¿no es verdad?
Ramatís: El ceremonial del esponsalicio religioso en la Iglesia Católica, que simboliza la "unión espiritual", entre dos seres en la tierra, es de gran importancia entre las jóvenes casaderas, porque les deja un grato recuerdo para el futuro. Además, el casamiento religioso es uno de los más importantes rumbos en la vida del joven católico, sin llegar a ser una manifestación de vanidad, pero sí un sentimiento tierno y hasta infantil. Existen personas que sienten un vacío y hasta desconfianza, cuando los principales acontecimientos de su vida, no están remarcados por un acto público o ceremonial, que satisfaga sus sentidos físicos.
Por eso, el casamiento civil les parece no tener significado alguno, cuando se realiza sin el amparo ritual, consagrado por la iglesia, con sus vestidos nupciales apropiados a las fórmulas convencionales del mundo.
Pregunta: Considerando, que la novia o el novio católico, exigen su casamiento en la Iglesia, impulsados por su "amor propio" u obstinación religiosa, ¿aun así, debe ceder el espirita?
Ramatís: Sin dudas, ese amor propio puede ser tan obstinado en los jóvenes católicos, que "exigen" casarse por la Iglesia, cuando los espiritas se "niegan", conforme a su convicción espiritista. En ambos casos puede predominar el amor propio; pero el rechazo siempre ha de ser indecoroso para el espirita, porque se sobreentiende que es el más esclarecido espiritualmente. Al ceder en favor del casamiento religioso con la persona que escogió para la ventura de su hogar, tal vez le está dando realidad a un largo y dorado sueño, alimentado desde su juventud, en la vivencia mental y prematura del ceremonial festivo en la Iglesia. La nave iluminada, las imágenes adornadas de flores en medio de sirios, los vestidos sacerdotales, la "Marcha Nupcial" tocada por el órgano acompañando el coro de las voces humanas, no sólo fascinan a las jóvenes católicas, sino, a muchas jóvenes espiritas.
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