RACIONALISMO CRISTIANO
ÍNDICE
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
Capítulo I - LINEAMIENTOS GENERALES
Capítulo II - FUERZA Y MATERIA
Capítulo III - GRANDE FOCO
Dioses y Religiones
Capítulo IV - EL ESPACIO
Capítulo V - EL ESPÍRITU
Capítulo VI - ENCARNACIÓN DEL ESPÍRITU
Capítulo VII - DESENCARNACIÓN DEL ESPÍRITU
Capítulo VIII - EL PENSAMIENTO
Capítulo IX - EL LIBRE ALBEDRIO
Capítulo X - LA AUREOLA
Capítulo XI - LA EVOLUCIÓN
Capítulo XII - EL VALOR
Capítulo XIII - EL CARÁCTER
Capítulo XIV - LA FAMILIA
Capítulo XV - EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
Capítulo XVI - FENÓMENOS FÍSICOS Y PSÍQUICOS
Capítulo XVII - LA MEDIUMNIDAD
Capítulo XVIII - LA OBSESIÓN
Capítulo XIX - SÍNTESIS DE LOS PRINCIPIOS RACIONALES
CONCLUSIÓN
PREFACIO
La obra básica del Racionalismo Cristiano, no obstante sencilla, es bien profunda y debe ser vista como el cimiento base de conocimientos cuya estructura deberá ser levan-tada mediante el esfuerzo de cada uno.
Está consustanciada en ella, en la sencillez de sus principios fundamentales, una nueva concepción del Universo y de la vida, y una conducta sana para los seres humanos que deseen seguirla. Tal conducta, merced de los conocimientos que proporciona, impele a la persona hacia el conocimiento de si propia, como Fuerza y Materia probando que en toda manifestación de vida hay un centelleo de inteligéncia que, como en nosotros propios, hace parte de la vida total.
Aprendemos, así, a saber que somos pequeño rayo, no obstante aún muy débil, de un inmenso Fóco de Luz que impulsiona el Cosmos - que es la vida inteligente Universal.
Fuerza y Materia - he ahí, en el sentido Doctrinario, la síntesis del Universo.
Fuerza es vida, es Inteligencia, es el principio Creador y animador de todo cuanto existe. Solamente podremos entender la Vida, en lo que ella posee de universal, de grandioso y profundo, conociéndonos a nosotros mismos, por lo tanto entendíédonos como inteligencia, y solo es posible com-prendernos lo que somos como Maleria, penetrando, con el auxilio de la Física, ese microscópico sistema planetario - que es el átomo. Con su estudio moderno, fragmentándolo en electrones, demonstró el hombre científico que la materia, en otro tiempo juzgada inerte, es un enorme repositorio de energías, las cuales, en el día en que pudieren ser utilizadas industrialmente, mudarán de aspecto la faz de la Tierra.
Son esos pacientes trabajos, desarrollados por pesquisidores del saber, que nos permiten sostener, que "desde la estrella más lejana hasta el barro en que pisamos, todos somos hechos del mismo material"
Estas dos palabras - Fuerza y Materia - cuya síntesis comprende al hombre y el Universo, representan, para las futuras generaciones, un programa de realizaciones, que continuará siempre, sin jamás detenerse.
En el Racionalismo Cristiano se hace, constantemente, elocuente exhortación para que haya estudio y raciocinio, en intuito de que todos comprendan la imperiosa necesidad de entregarse perseverantemente al esfuerzo de tornarse cada vez mejores.
El conocimiento de la vida real es un proceso continuo de estudio y jamás será comprendido por aquellos que se limitan a repetir, sin raciocinar, conceptos sojuzgados a dogmatismos religiosos o concepciones absolutistas.
Por todo eso, la divulgación de los prin-cípios racionalistas cristianos es, en los tiempos que pasan, medida imperiosa y de gran alcance.
Luiz de Mattos reveló el Racionalismo Cristiano después de sentir muy bien el deplorable. estado a que había llegado la mentalidad humana, y lo hizo, sin economizar esfuerzos, seguro de poder ofrecer al mundo el único y gran recurso para dirimir los graves malos morales que lo estavan, y aún están, asolando.
Su vida de hombre honrado, digno, em-prendedor, prudente, perseverante, intrépido, fué un ejemplo de acción vivificante que subsistirá, como incentivo de fuerte repercución, en la consciencia vigilante de las generaciones presentes y venideras.
Esa espléndida personalidad no quiso imponer a nadie una disciplina que ella misma no pudiese ejecutarla y no condensó una norma de conducta que no fuese la suya; de ahí la principal razón de haber hablado siempre con la autoridad que le era peculiar, reveladora de la convicción de quien sabe que puede dar el ejemplo.
Actuó Luiz de Mattos con el especial cuidado de presentar los Principios Racionalistas Cristianos de un modo práctico y sencillo, al alcance de todas las mentalidades, y el resultado ahí lo tenemos, viéndolos comprendidos y acatados por todas la clases sociales.
Y son ellos tan sencillos, que en una sola palabra podrían ser sintetizados: esa palabra, es Conducta. De hecho su explanación persigue ese gran objetivo, que es darle a la criatura humana una norma de conducta. Y cuando decimos norma de conducta, nos referimos al procedimiento del individuo en la colectividad, en obedencia a la filosofía cristiana. Por eso mismo, el Racionalismo se llama también Cristiano.
Lo que constituye una realidad incontestable, es que Luiz de Mattos, con ese código de disciplina cristiana, creó una mentalidad nueva, que dia a dia más se expande, a medida que de el vayan tomando conocimiento aquellos que, en esta encarnación, ya consiguieron romper con las cadenas de las creencias y de las concepciones místicas.
Es, pues, bajo una norma de conducta bien definida, modelarmente conducida, que el racionalista cristiano habrá de imponerse en la lucha por la vida, a la consideración y al respeto de todos.
No son las palabras, sino los actos y las aptitudes, que señalan el valor de los principios que la persona adopta.
La vida ordenada de cada persona es el reflejo de su sentir espiritual, y de nin-guna forma puede la conducta humana aproximarse más de aquél modelo esculpido por Cristo y reanimado por Luiz de Mattos, de que, estableciendo cada individuo una norma de vivir calcada, rigurosamente, en los sanos enseñamentos de los Principios Racionalistas Cristianos.
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