NOTAS AL CAPITULO X
1 Juan Marinello, Prólogo a Fidel Castro, Educación y revolución (México: Editorial Nuestro Tiempo, 2a. edición., 1975), p. 16.
2 El Alcalde de Lota, Danilo González, fue detenido y fusilado poco después del golpe militar de septiembre de 1973, junto al profesor Wladimir Araneda y al gerente de las Minas del Carbón de Lota y ex-dirigente obrero, Isidoro Carrillo.
3 Oficina de Relaciones Públicas de la Universidad de Concepción, Inauguración de las actividades universitarias en la zona del carbón (Concepción: Imprenta Universidad de Concepción, 1971), pp. 15, 18-20 y 24.
4 Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, S.A., Programa de Capacitación de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (Santiago: agosto de 1977), p. 3.
5 La Universidad Técnica del Estado estuvo representada por Mónica Encina, de la Oficina de Relaciones Universitarias, quien desarrolló una excelente labor.
6 Convenio, Archivo de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, S.A., Puente Alto.
7 Los detalles de estos planes de educación de trabajadores se analizan en el capítulo siguiente.
8 Enrique Kirberg, Discurso del rector de la Universidad Técnica del Estado al VI Congreso Nacional Ordinario de la Central Unica de Trabajadores (Santiago: Ediciones Convenio CUT-UTE, diciembre de 1971), p. 1.
CAPITULO XI
UN SISTEMA NACIONAL PARA
EDUCACION DE TRABAJADORES:
PRINCIPIOS PARA UNA ESTRUCTURA
EDUCACIONAL
"De la fuerza de trabajo de Chile, el 65.2% (1,811,256 personas) no ha alcanzado siquiera la educación media y el 12.1% (336,138 personas) son sin estudios o totalmente analfabetos".
Central Única de Trabajadores, 1968.1
De la educación básica a cursos universitarios
Cuando se habla de educación de trabajadores, surgen varios puntos de vista muy diferentes entre sí y, en algunos casos, contrapuestos.
Una es la visión tradicional del empresario capitalista, con decisiva influencia en las esferas educacionales, que entiende la educación del trabajador como la capacitación y adiestramiento de mano de obra a fin de aumentar la productividad para acrecentar las utilidades. Esta concepción se traduce, por su carácter practicista, en un sistema de educación restringido y limitado. Sin embargo, es conveniente dejar en claro que la capacitación es necesaria en algunas fases de la Producción, sobre todo con el avance del maquinismo y la automatización; pero ello no puede ser considerado como un verdadero intento de llevar al trabajador a otras esferas del conocimiento, pues el adiestramiento es sólo empírico y circunstancial.
Otra posición es la concepción ideologizante que entiende por educación de trabajadores únicamente su preparación doctrinario. También tiene ésta sus antecedentes históricos en las primeras "universidades obreras" en México y Perú en que lo fundamental era enseñarle a los trabajadores, especialmente a los líderes, los principios y métodos revolucionarios, la actividad sindical y otros aspectos de la lucha de los trabajadores. Valga la observación anterior para la capacitación: esta clase de enseñanza es necesaria y útil en un contexto de educación general y es indispensable para los obreros; pero no puede ser un objetivo único.
Finalmente existe la posición que ha venido abriéndose paso en distintos sectores que se ocupan de estos problemas, especialmente entre los trabajadores, y fue la posición sostenida por la Universidad Técnica del Estado desde que iniciara esta actividad. Ella significa la entrega, sin reservas, de la cultura, en todas sus etapas y con todas las posibilidades y aspectos que implica, para los que no han podido alcanzarla. Tratar de que sus capacidades y sus esfuerzos encuentren los caminos adecuados para acceder a los niveles donde quieran y puedan llegar, y obtener los grados a que aspiren; que puedan salir y reingresar al sistema educacional si lo estiman conveniente. Entre otros objetivos, responde a la necesidad de reparar una vieja injusticia, propia del sistema social que ha discriminado a grandes sectores del proceso educacional.
Esta posición, básicamente correcta, corre el riesgo de ser distorsionada cuando se la considera al margen de las circunstancias reales y de los objetivos principales de la etapa que vivía el país. Podía surgir entonces la tendencia a concebir la educación de trabajadores únicamente en función de ciertas metas formales, tales como la licencia secundaria que se podría transformar en un objetivo único. La educación de trabajadores aunque se la ubique dentro del contexto de la educación de adultos, deberá tener características propias. En numerosos países se ofrece la "educación continuada" (continuing education) en forma de cursos de perfeccionamiento de adultos en diversas materias de ciencias y artes considerando a personas con una cultura ya formada o a graduados. Estas personas tienen otros intereses, inclinaciones o perspectivas. En todo caso, la educación de trabajadores no debiera ser desgajada de un sistema general de educación de adultos.
No hay duda que un sistema integrado y nacional de educación de trabajadores debería estar a cargo del Ministerio de Educación Pública, en el contexto de la educación de adultos, y no de una universidad, por lo menos en lo que se refiere a las etapas preuniversitarias. Pero en los hechos, en Chile, durante el período que se comenta, no existían condiciones inmediatas en dicho organismo para acometer tal labor, la que no admitía espera tanto por las necesidades urgentes de profesionales originados en la clase obrera como por las razones sociales de atender de inmediato tales tareas. A propuesta de la Universidad Técnica, el Ministerio de Educación Pública proyectó el Instituto Superior Tecnológico que habría de absorber este tipo de educación en Chile. La universidad estaba dispuesta a traspasar sus institutos tecnológicos que funcionaban a través del país a este organismo, una vez que estuviese funcionando y asegurara una continuidad exitosa. De este modo, se configuraría un sistema nacional con una tupida red de organismos de educación superior (educación post media) y que no debía ser necesariamente de la universidad. Desgraciadamente esta iniciativa se demoró en el Ministerio y después no pudo llevarse a cabo por el golpe militar. Las autoridades militares cancelaron esta idea así como la nueva dirección de la Universidad Técnica cerró la gran mayoría de los institutos tecnológicos y todos los cursos que funcionaban en las industrias nacionales.
Un imperativo histórico
Los requerimientos planteados por las necesidades del desarrollo económico y las características de los adelantos tecnológicos del mundo moderno, imponían la necesidad de una formación básica sólida que posibilitaba nuevas calificaciones profesionales de nivel superior e, incluso, la reorientación de algunos profesionales.
“La incorporación de los trabajadores a todos los niveles de decisión nacional, impone una necesidad adicional, si queremos hacer de éste un proceso profundo y significativo, una formación integral y completa de modo que se produzca la identificación real del proceso técnico y científico con el proceso social”, escribió el director del convenio CUT-UTE.
Y luego agregaba: "La tarea de educación de los trabajadores la consideramos como parte integrante y condición necesaria del cumplimiento de las grandes tareas del movimiento histórico que está viviendo nuestro país. A través de ella se expresa, además, en forma más clara la coincidencia de los intereses de los trabajadores y las grandes mayorías nacionales con su gobierno popular".2
Por este camino se llega a la conclusión de que se debe integrar los esfuerzos múltiples en un sistema total de educación y formación profesional de trabajadores. Este sistema debe incluir, en un todo, nivelación, formación profesional y la educación universitaria. Y este sistema deberá adaptarse a las necesidades de desarrollo económico planificado formuladas por los organismos pertinentes. Para tales efectos, además era necesario diseñar planes específicos para cada rama de la producción que interesase promover, partiendo de las características reales de los trabajadores que allí laboraban, de las características técnicas de las áreas en cuestión y de los requerimientos de recursos humanos para cada etapa de desarrollo.
Este sistema debía, además, ofrecer al trabajador la posibilidad de ir desde la llamada nivelación hasta la formación profesional más avanzada y, además, a cualquiera de las carreras universitarias, permitiéndole también quedarse en etapas intermedias con una formación relativamente completa y sin la sensación (tan conocida en Chile) de haberse frustrado.
En la búsqueda de cómo llevar a la realidad este sistema, la Universidad Técnica del Estado y la Central Unica de Trabajadores se entendieron con el Instituto Nacional de Capacitación (INACAP), organismo que se ocupaba del adiestramiento de trabajadores y que disponía de centros de adiestramiento en numerosas localidades del país, muchos de ello, con buena dotación de talleres, salas de clase y laboratorios. El 26 de octubre de 1971, en el Edificio de los Trabajadores, se firmó un convenio por el cual todas las instalaciones y recursos humanos de las tres instituciones se ponían a disposición de un Programa Nacional e Integral de Educación de Trabajadores. En la ceremonia, el presidente de la CUT, Luis Figueroa, puntualizó con exactitud las intenciones del programa:
La firma de este convenio significa echar las bases de todo un Sistema Nacional de Educación de Trabajadores, enmarcados en la concepción de una educación integral, no parcelada ni discriminatoria, realmente democrática y al servicio de los cambios que se están operando en el país, cambios que deben darse también en el ámbito de la educación y la cultura.
Este Sistema Nacional de Educación de Trabajadores debe partir de la alfabetización hasta llegar a los estudios universitarios. En cada uno de los niveles, el trabajador debe tener acceso a una calificación reconocida, que le permita quedarse allí, si es su deseo, o continuar sus estudios hasta alcanzar los más altos niveles de calificación profesional.3
Finalmente, la Oficina del Convenio CUT-UTE resolvió elaborar un proyecto de este sistema nacional basado en las experiencias ya realizadas, en las estructuras que se habían estado creando y en las ideas propuestas por los propios trabajadores y sus organizaciones.
Proyecto de la estructura de un Sistema Nacional de
Educación de Trabajadores en Chile : antecedentes4
El gobierno de la Unidad Popular trajo cambios fundamentales a los trabajadores en el terreno económico, social y político.
En todos estos cambios, los trabajadores habían jugado un papel de primordial importancia, interviniendo en su control y dirección. Esta participación iba en aumento a medida que se aproximaban a los objetivos planteados para instaurar una sociedad más justa en el país.
Por otra parte, la planificación y el desarrollo de la economía nacional exigía delinear una política para satisfacer las necesidades de recursos humanos profesionales. La urgencia de cubrir con mano de obra responsable, con mandos medios competentes y dirección acertada las áreas productivas más importantes, preocupaba a los dirigentes nacionales, especialmente a los que tenían la responsabilidad mayor en la definición de la estrategia general que orientaría el plano económico. Los planes de expansión por ramas de producción y los planes regionales de desarrollo, debían ayudar a definir en forma clara las orientaciones generales de un plan de educación con el fin de que respondiera debidamente a tales requerimientos.
La herencia dejada al obrero por los regímenes anteriores en cuanto a escolaridad, mostraba un término medio de los a tres años de estudio, incluyendo a cerca de 700,000 analfabetos mayores de 15 años en el país. En un estudio de la Central Unica de Trabajadores realizado a comienzos de 1968 sobre "Análisis de la Fuerza de Trabajo sean su Nivel Educacional", llegaba a las conclusiones de la tabla 28.5
De tal manera que el 65.2% (1,811,256 personas) “no han alcanzado siquiera la educación media, y el 12.1% (336,138 personas) son sin estudio o totalmente analfabetos.”6
Tabla 28
Nivel educacional de la fuerza de trabajo.
Chile, 1968. Central Unica de Trabajadores
Total fuerza de trabajo: 2,778,000
Tipo de educación Años de estudio % de la Total Total
Fza. de T. parcial
Universitaria Entre 4 y 6 años 2.1% 58,338
Menos de 4 años 0.9% 25,002
3.0% 83,340 83,340
Media cien-hum Entre 4 y 6 años 11.2% 311,136
Menos de 4 años 13.7% 380,586
Media téc-prof. Entre 4 y 6 años 4.2% 116,676
Menos de 4 años 2.7% 75,006
31.8% 883,404 883,404
Primaria Entre 4 y 6 años 34.0% 944,520
Entre 1 y 4 años 19.1% 530,598
53.1% 1,475,118 1,475,118
Sin estudios Alfabetos 1.2% 33,336
Analfabetos total 10.9% 302,802
12.1% 336,138 336,138
2,778,000
Causa de lo anterior era el sistema socioeconómico del país que impedía a los trabajadores obtener mejores niveles de educación. Y, finalmente, existía una verdadera anarquía en lo relacionado con la educación de adultos y de trabajadores, habida cuenta de que cada institución que desarrollaba esta labor contaba con sus propios planes y programas sin que hubiera conexión ni relación entre ellas.
Por ese entonces, la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) señalaba la protección del Plan Sexagenal 1971-1976, en el que figuraba la suma de 988.000 empleos a proveer en el sexenio. El siguiente es el detalle de estos cálculos:7
Tabla 29
Empleo a proveer en el sexenio 1971-1976
a) Por crecimiento vegetativo de las fuerzas de trabajo: 402,000
b) Por disminución del desempleo:8 119,000
c) Por creación de ocupaciones remuneradas para la mujeres 467,000
Total: 988,000
Sin lugar a dudas, en los propósitos de la superación económica del país y del esfuerzo por elevar la producción y la productividad, necesariamente debía contarse con trabajadores especializados, técnicos e ingenieros que fueran capaces de ir desarrollando una tecnología nacional.
La situación que existía requería de medidas concretas y rápidas, orientadas a gestar una política educacional de trabajadores coherente con el proceso histórico que se vivía, en especial en lo que se refería a las metas productivas. Esta política educacional debería contemplar la necesidad de poner en funcionamiento un sistema nacional de educación de trabajadores que tuviese como objetivo primordial la incorporación de todos los trabajadores marginados por los regímenes anteriores y con la perspectiva de formar cuadros técnicos capaces de contribuir al desarrollo económico del país y afianzar las posiciones de los trabajadores en la lucha por la participación integral en la actividad política social y económica.
Los primeros acuerdos
Una representación de la Universidad Técnica del Estado participó en los trabajos de la Comisión de Educación del VI Congreso de la Central Unica de Trabajadores en diciembre de 1971. En dicha Comisión se aprobó, y luego lo hizo el Congreso en pleno, un proyecto de esquema general para un Sistema Nacional de Educación para Trabajadores, al mismo tiempo que hizo un llamado a las autoridades educacionales y a todas las instituciones que desarrollaban la educación de trabajadores para que, junto con tomar conciencia de la importancia que ésta tiene, vieran modo de llevarla a la realidad en un esfuerzo coordinado y conforme a las necesidades del país y los intereses de la clase trabajadora.
En este sistema se pueden definir claramente los siguientes niveles (que se verán en detalle más adelante):
a) Nivelación básica de carácter politécnico;
b) Nivelación media tecnológica;
c) Cursos tecnológicos de formación de técnicos de nivel medio; y
d) Enseñanza superior.
El trabajador se incorpora en el nivel y en el semestre que corresponda a sus conocimientos y aptitudes. Al finalizar la nivelación básica, el trabajador recibe su licencia básica politécnico, debiendo complementar los conocimientos adquiridos con alguna especialidad si desea obtener un grado o una calificación profesional.
La segunda fase del sistema es la nivelación media tecnológica, cuyos programas deben prepararse para entregar una amplia comprensión de los problemas científicos y técnicos de la producción, a la vez que una sólida base científico - humanista.
A cada participante se le da facilidades a la salida del sistema, aun cuando no haya terminado todos los semestres, para hacer un curso de capacitación técnica de acuerdo al nivel que le corresponda y así mejorar su calificación profesional. Un trabajador que ha salido del sistema puede reincorporarse a él, haciéndose realidad con esto el principio de continuidad y permanencia.
Al término de los cinco semestres, debe obtener una licencia media y, si realiza cursos de capacitación técnica, recibe el grado de técnico profesional, previa memoria y examen de grado.
Posteriormente, puede incorporarse a los cursos universitarios tecnológicos de formación de técnicos de mando medio y obtener el título de técnico universitario. Las características de la empresa, sus planes de expansión, determinan el número de técnicos que deben formarse.
En posesión de la licencia media, existe la continuidad del sistema hacia las carreras universitarias superiores.
La puesta en marcha de esta estructura en las empresas no debe considerarse en forma rígida en cuanto á tiempo de educación y a programas para cada nivel, por cuanto hay que adecuarlos a la realidad y a las necesidades que se observen en el lugar en que vayan a funcionar.
Aplicación
Las actividades de educación de trabajadores que desarrolló la Universidad Técnica del Estado vinculadas a algunas empresas podrían servir como frustración del funcionamiento de este sistema (ver fig. 5).
Específicamente, su estructura puede desglosarse en cuatro proyectos (que se llamarán aquí A, B, C y D).
Bajo este párrafo se describirá en rasgos generales, el siguiente proyecto:
Proyecto A: Escuela de Nivelación
La Escuela de Nivelación estaría destinada a entregar una formación científico - humanista y tecnológica que capacite a los trabajadores para alcanzar una mayor significación dentro del proceso productivo, y, posteriormente, si lo desea, su incorporación a una carrera universitaria que podría ser en la misma Universidad Técnica del Estado.
Para ingresar a la Escuela de Nivelación, el trabajador deberá cumplir con los siguientes requisitos:
- Tener estudios comprendidos entre 6o. básico y 1o. medio o estudios equivalentes.
- Tener dos años, como mínimo, en la empresa.
- Estar afiliado al sindicato de la empresa.
En todo caso, los trabajadores serían sometidos a una prueba de diagnóstico para su ubicación dentro del sistema.
Constaría de cinco semestres o niveles, en los cuales se entregarían conocimientos distribuidos en tres áreas:
a) Ciencias básicas: matemáticas, física, química, biología y castellano (gramática, redacción y literatura).
b) Ciencias sociales: historia universal y de Chile, geografía económica y sociología. Estos conocimientos estarían destinados a darle al trabajador - alumno una formación que le permita adoptar una posición consciente dentro del proceso de cambios sociales que el país estaba viviendo.
c) Tecnología, que constaría de cinco cursos distribuidos a lo largo de los diferentes semestres del sistema que serían ofrecidos por el departamento respectivo de la Universidad Técnica en colaboración con la empresa respectiva.
Cada semestre constaría de un total de veinte semanas de clases, funcionando en cuatro días a la semana con cinco horas de clases por día y de acuerdo con horarios que se ajustasen a los turnos de trabajo de las industrias, de modo que habría cursos diurnos y nocturnos.
Futuro de los trabajadores que ingresen al proyecto A
Como en realidad no es posible que todos los trabajadores lleguen al término de los cinco semestres, debido a las limitaciones de diferente tipo y considerando que las necesidades de las empresas no pueden ser sólo de mandos medios, sino también de mano de obra especializada a todo nivel, se proponen salidas horizontales al sistema en cuestión y, a la vez, nombres para sucesivos grados de calificación que a continuación se señalan:
a) Obrero capacitado, para todo aquel trabajador que rinda satisfactoriamente el II semestre de la Escuela de Nivelación.
b) Obrero especializado, para todo aquel trabajador que linda satisfactoriamente el III semestre de la Escuela de Nivelación.
c) Maestro o ayudante de jefe de grupo, al rendirse satisfactoriamente el IV semestre.
d) Jefe de grupo, para todo aquel trabajador que complete en forma satisfactoria los 5 semestres de la Escuela de Nivelación.
Futuro de los egresados de la Escuela de Nivelación
El alumno que egresa como jefe de grupo, tiene cuatro posibilidades:
a) Optar al título de técnico profesional, para lo cual deberá realizar una memoria y posteriormente rendir un examen de grado.
b) Optar al título de técnico universitario, para lo cual deberá proseguir el plan de estudios que para tales efectos fije el Instituto Tecnológico de la Universidad Técnica (2 a 2 años y medio).
c) Postular a ingeniería en cualquiera de sus dos grados: ingeniero de ejecución o ingeniero civil (4 a 6 años). En la Facultad de Ingeniería de la Universidad Técnica en Santiago, existen cursos vespertinos para ingeniería de ejecución y estaba en estudio el plan vespertino para ingeniería civil.
d) Optar a cualquiera carrera y a cualquiera universidad, pues estaba en posesión de su licencia secundaria. Esta posibilidad, en la experiencia de la Universidad Técnica del Estado, era elegida rara vez.
Proyecto B
Estaría destinado a aquellos trabajadores con estudios correspondientes a II medio o equivalente. Constaría de tres semestres:
a) Primer semestre: destinado exclusivamente a tecnología, al término del cual sale como obrero especializado.
b) Segundo semestre: a partir del segundo semestre se incorpora al cuarto semestre del Plan de Nivelación, alcanzando el grado de calificación, que allí se otorga, esto es, maestro o ayudante de jefe de grupo.
c) Tercer semestre: al término de este semestre, que corresponde al quinto del Plan de nivelación, el trabajador alcanzaría el grado de jefe de grupo y su continuación.
Proyecto C
Estaría destinado a trabajadores con estudios correspondientes a III medio o equivalente. Constaría de dos semestres:
a) Un primer semestre dedicado en forma exclusiva a tecnología, de 24 semanas de duración. Al término de este semestre, el trabajador alcanzaría el grado de maestro o ayudante de jefe de grupo.
b) Un segundo semestre correspondiente al quinto semestre del Plan de Nivelación, con las salidas ya previstas en el Proyecto A.
Proyecto D
Proveería de capacitación a los trabajadores que tengan estudios correspondientes a IV medio (enseñanza media terminada) o equivalente y que no deseen seguir carreras universitarias.
Constaría de dos semestres destinados en forma exclusiva a tecnología con un total de 760 horas, y al término de los cuales el trabajador obtendría el grado de jefe de grupo.
También pueden optar al ingreso en la Universidad Técnica del Estado, acogiéndose al porcentaje destinado a trabajadores, como en los acápites (b), (c) y (d) del Proyecto A.
Las personas que se incorporen a los proyectos B, C o D, tendrían las mismas posibilidades de continuidad de estudios que tienen los que cursan el Proyecto A.
Consideraciones generales para la puesta en marcha del
Sistema Nacional de Educación de Trabajadores
El funcionamiento del sistema, que está claramente vinculado con las empresas, deberá en lo posible tender a desarrollarla actividad educativa en tomo a la agrupación de unidades. La razón para esto es que su ordenación por áreas productivas facilita la elaboración de programas, atiende en mejor forma a las necesidades de cada empresa y se produce un mayor aprovechamiento de los recursos materiales y humanos.
El sistema anteriormente descrito deberá estructurarse en forma paralela y transitoria al sistema regular de enseñanza, puesto que éste no satisface todas las necesidades de los trabajadores y del país; además tendrá, como se ha dicho, un carácter transitorio por cuanto, en la medida que se realicen los cambios económicos y sociales, el sistema regular podrá atender en forma oportuna las necesidades educacionales de todos los sectores.
Las necesidades de mejoramiento de los niveles de calificación de la mano de obra empleada, eran demasiado urgentes como para poder satisfacerlas con programas de formación a largo plazo; de allí que se hiciera necesario, a la brevedad, montar esta estructura que iba a permitir en corto tiempo alcanzar los objetivos planteados. El tiempo que se establece para llegar a los diferentes grados de calificación no se consideró rígido, sino que se adecuó a las condiciones en que se trabajaba.
Entre las ventajas que se pueden señalar de la estructura misma y del funcionamiento de ésta, estrechamente vinculado a la empresa están:
1) La formación profesional se realiza íntimamente relacionada con las necesidades reales de la empresa, de la región y del país.
2) Responder a concepciones pedagógicas, por cuanto la enseñanza se halla directamente vinculada con la producción y la realidad, con el consiguiente beneficio que esto tiene para el proceso de enseñanza - aprendizaje en lo que se refiere a relacionar la teoría con la práctica en la producción y la productividad misma.
3)Permite adecuar el funcionamiento con los turnos y la disponibilidad de tiempo de los trabajadores, lo que significa disminuir considerablemente las inasistencias y diserciones que se producen con programas que se realizan desvinculados del lugar de trabajo.
4) La motivación por el estudio, con esta forma de funcionamiento, es superior, por cuanto el trabajador ingresa a un régimen de aprendizaje que se combina con su trabajo diario.
5) Permite la incorporación, tanto de hombres como de mujeres, ya sea que laboren en las minas, el campo, las industrias y otros sectores, según sean las demandas de recursos humanos que planteen los organismos pertinentes.
6) Una vez adoptado ampliamente, el sistema permitirá, primero en las empresas y más tarde a nivel nacional, elaborar un criterio de evaluación para localizar a los trabajadores en una escala jerárquica y, en última instancia, asignar una remuneración conforme al grado de calificación profesional, terminando así con la anarquía existente en cuanto a salarios.
Planes y programas
A causa de las características del trabajador, que son bastante diferentes a las de los niños y jóvenes, los estudios no deberán ser necesariamente similares en cuanto a métodos y organización, pero sí deben tener la equivalencia correspondiente.
Esto último y el tiempo de duración de los estudios, no deberán significar en ningún caso concesiones en la calidad de la formación con respecto a los egresados de la enseñanza regular. Para ello, los programas que se establezcan en los diferentes niveles de este sistema, deberán adecuarse a las necesidades educativas peculiares de los trabajadores para quienes estén destinados.
La Central Unica de Trabajadores y los sindicatos de las empresas donde se trabaje, por ser los organismos representativos de los trabajadores, deben desempeñar un papel preponderante en cuanto a asesoría, ejecución y control de programas (objetivos, métodos, contenido y evaluación). Así. se evitaría de una vez por todas ese carácter paternalista que tradicionalmente ha marcado a la educación de trabajadores.9 Por otro lado, estos programas debían responder también a los requerimientos técnicos derivados de la planificación del desarrollo nacional, para lo cual se tenía que operar en forma coordinada con los organismos dedicados a la promoción económica del país y a la investigación de sus recursos humanos.
Ya que los egresados que se formen deberán ser individuos conscientes del rol social que desempeñan en la producción y tener una concepción científica del hombre, del mundo y de la sociedad, el sistema deberá programar, conjuntamente con la formación técnica, una sólida preparación en las áreas de todas las ciencias, especialmente las ciencias sociales.
Hasta entonces, los trabajadores que habían asistido a cursos generales o de entrenamiento recibían a su término un certificado. Este no los habilitaba para continuar otros cursos y no tenía mayor valor. De allí que se proyectaba que al final de cada etapa de estudio en el sistema se otorgase un certificado que tuviese carácter legal y que acreditase el grado de calificación que se hubiese alcanzado. Este documento, como asimismo determinados conocimientos prácticos acumulados por el trabajo, debían servir como créditos al reingresar al sistema.
Profesores
Cabe señalar que los planes de estudio deberán contemplar tiempo libre para el deporte, la recreación, las actividades sindicales, comunales y la vida familiar de los trabajadores. Los profesores que trabajen en este tipo de educación, en consecuencia, deberán estar especialmente preparados desde el punto de vista pedagógico para que sus alumnos obtengan de las clases el máximo de provecho.
El desarrollo de este programa conlleva la necesidad de preparar especialistas en educación de trabajadores a todos los niveles y en las diferentes áreas del conocimiento. Se proyectaba con este propósito que el Ministerio de Educación con su centro de perfeccionamiento, las universidades y las escuelas normales, se preocuparan de adecuar sus programas de formación de profesores y sus especialidades a los requerimientos del sistema. No hay duda de que el éxito en estos programas dependería de la preparación de los profesores y, especialmente, los directores o coordinadores.
También debería considerarse dentro de la metodología a adoptar, la elaboración de textos especialmente diseñados de acuerdo a las características del trabajador, de tal modo que contribuyan a su formación.
Para poner en práctica el Sistema Nacional de Educación de Trabajadores, era indispensable que el Ministerio de Educación y la Central Unica de Trabajadores coordinaran a los diferentes organismos que desarrollan este tipo de educación, integrándolos al sistema y unificando su orientación en cuanto a planes y programas.
Es interesante destacar la importancia que tiene el que se incorporen a este plan las universidades y organismos que, en alguna medida, han impulsado actividades en relación a educación de trabajadores. La gran experiencia que han ido acumulando en este terreno es un elemento valioso para el buen éxito de un plan como éste.
La Universidad Técnica, en virtud del Convenio CUT-UTE, desarrolló una labor sobresaliente en la educación de trabajadores. Lo realizado se enmarca, en gran medida, en la estructura propuesta por la Central Unica de Trabajadores. La incorporación de un importante contingente de trabajadores a los estudios universitarios; el funcionamiento de cursos directamente vinculados a las empresas tales como escuelas de nivelación con estudios de formación técnica y carreras tecnológicas especialmente diseñadas, permitieron a esta universidad adquirir una inapreciable experiencia en los diferentes aspectos que deben ser considerados en la coordinación y desarrollo de un plan nacional de educación de trabajadores. Sin embargo, no se debe desatender el hecho de que un sistema como el que se ha descrito, debe estar a cargo, no de una o vanas universidades, sino del propio Ministerio de Educación en aquellas etapas de nivel y contenido preuniversitarios. Las universidades, preocupadas transitoriamente de las fases de nivelación, delegarían estas responsabilidades en el ministerio apenas estuviese éste en condiciones de asumirlas.
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