Ediciones tematica s. R. L. Buenos aires



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La zona más rica de la Nación se encuentra bajo la influencia de la
Cuenca, por lo que ésta ofrece a Bolivia las mejores posibilidades para su
desarrollo nacional, la presenta como "país de contacto", de nexo, de
unión natural entre los países del Atlántico y los del Pacífico, entre los Nor-
andinos y los de la Cuenca del Plata. Bolivia es un punto de fricción, una re-
gión clave en las crecientes tensiones del Cono Sur.


Al transporte terrestre y puerto franco que ha otorgado la Argentina,
se suma la gran posibilidad, hasta el momento neutralizada por intereses
ajenos al país, de la canalización del Río Bermejo, que ofrecerá facilidades
insospechadas de integración continental. La República Argentina ofrece
también un mercado consumidor seguro a la producción boliviana, princi-
palmente en hierro del Mutún, gas y otros minerales.


La posición geoestratégica resulta clave para el sistema continental. Es
espacio vital para Brasil en su objetivo de salida hacia el Pacífico y en su
estrategia para neutralizar a la Argentina, a la vez que hegemonizar el pro-
ceso continental. Rica en petróleo y hierro, es pivote geográfico de las dos
grandes cuencas continentales, cuyo control permitirá a Brasil proveerse del
petróleo que necesita su creciente industrialización y ser árbitro de las Co-
municaciones Terrestres del Continente.


La República Argentina ha conectado Santa Cruz de la Sierra con Ya-
cuiba, facilitando el transporte de productos a través de Ferrocarriles Ar-


gentinos hasta el puerto de Rosario. Asimismo está construyendo el ramal
Santa Cruz-Trinidad. En contrapartida Brasil está construyendo la via
férrea Santa Cruz-Corumbá, puerto sobre el Río Paraguay e interconectan-
do éste con el puerto de Santos. Aquél que sepa ofrecer mejores ventajas
privilegiará su posición con la Nación boliviana.


La República Oriental del Uruguay, comparte con la Argentina la llave
del estuario. Con una superficie de 137.000 km
2, poblada por 2.700.000 ha-
bitantes, la Cuenca ocupa el 80 % de la superficie total de ese país. La si-
tuación uruguaya es también muy singular, lo que le facilita una política
pendular. No obstante aún no se ha percatado de las enormes ventajas que
le otorgará una integración con la Argentina, que podrá estructurarse ven-
tajosamente para ambos países sobre la base del desarrollo de la Cuenca.


Las posibilidades de intercambio ventajoso para las dos naciones, la in-
terconexión rápida y eficiente, así como la tradicional política argentina,
otorga una clara seguridad al país hermano. Uruguay posee, por su parte,
valiosas ventajas que ofrecer, entre otras, un puerto de aguas profundas que
neutralice el proyecto brasileño y otorgue privilegios a la comercialización
de los productos mesopotámicos, paraguayos y bolivianos.


La decisión uruguaya seguirá los cánones que le presenta el proceso.
Dependerá, fundamentalmente, de la actitud coherente de la República Ar-
gentina, de las ventajas y seguridades que le ofrezca. Mientras la Argentina
mantenga su inercia, Uruguay, como los demás países hermanos, man-
tendrá la equidistancia.


Para la República Argentina, la Cuenca del Plata representa un objeti-
vo vital. Es el espacio nacional más directamente agredido por el oponente
regional. Esta es la realidad. Toda otra consideración o hipótesis falsean la
situación, haciendo desviar la atención hacia otros problemas que, aunque
pueden ser importantes, no son prioritarios.


La política nacional y sus concepciones estratégicas, las Fuerzas Arma-
das y sus planeamientos, la concepción geopolítica del gobierno, del pueblo,
de las instituciones, universidades e institutos de investigación y desarrollo,
deben fincar decididamente su preocupación y profunda labor al problema
que plantea la situación de la Cuenca del Plata.


Es necesario que el Estado comprenda que la prioridad inexcusable se
halla en la implementación y desarrollo de las potencialidades nacionales de
la Cuenca.


Las Fuerzas Armadas deben comprender que ninguna hipótesis que no
considere con primacía el estado conflictivo del espacio que tratamos, posee
validez. Equivocar esta realidad será espejismo y en consecuencia la historia
hará que se pague caro el fantaseo político.


El pueblo argentino debe saber la fundamental importancia que ad-
quiere la necesaria conceptualización geopolítica que la coyuntura y el futu-
ro del país exigen. La suerte de la Cuenca del Plata será el índice que señale
el destino de la Nación, porque en ella se juega la jerarquía en el concierto


sudamericano y, en consecuencia, el futuro nacional. En los próximos 50
años, la historia dará su veredicto.


La Argentina abarca el 31 % de la Cuenca y ésta comprende el 34 °7o de
la superficie total, con el 70 % de la población nacional y el 85 % de la acti-
vidad, se produce una vinculación dinámica de gran parte del país y de los
países vecinos, se realiza una variada producción agropecuaria e industrial y
posee un cuantioso potencial energético aún no desarrollado. Por otra par-
te, constituye el medio más económico y natural de transporte y comunica-
ción hacia el interior del Cono Sur.


La idea de crear un organismo internacional que se dedicara al estudio del
desarrollo integrado de la Cuenca del Plata, surgió al final del año 1965 (go-
bierno del Dr. Arturo Illia), pero fue concretada por el gobierno que le conti-
nuó y los sucesivos. Las adversas circunstancias nacionales no indicaban preci-
samente la conveniencia de crear e incentivar el proyecto, cuanto más, que en
torno del mismo se movían y se mueven, tendencias integracionistas alentadas
por grandes empresas multinacionales e intereses de las grandes potencias, que
sustentan una organización de producción por países, respondiendo a la divi-
sión del trabajo estructurada en el orden mundial. Desde el momento en que se
puso en marcha la idea hasta el presente, los hechos testifican los flancos vulne-
rables del proyecto y el riesgo que corre la propia Nación inventora del mismo.


El Gobierno Nacional ha creado una Comisión Nacional de la Cuenca
del Plata. Para desentrañar el significado y la función de la Comisión, en la
actual coyuntura Argentina, su trascendencia y proyección, se torna necesa-
rio descubrir la verdadera naturaleza del problema.


En este sentido, el motivo que mueve a las autoridades al crear la Co-
misión Nacional de la Cuenca del Plata (CONCAP) está signado por el fac-
tor de política exterior, a fin de coordinar los esfuerzos y desarrollos con los
países limítrofes. Los problemas se debaten en el seno de la Comisión de
Ministros de Relaciones Exteriores. De suyo, los únicos problemas que se
consideran están referidos a las obras internacionales.


De hecho, el espacio Nacional de la Cuenca incumbe e interesa priorita-
riamente al Gobierno.
El carácter internacional es importante, pero sólo es
parte del problema, no su esencia.
Por esta razón la Comisión de la Cuenca
del Plata debe estructurarse como un organismo nacional, cuya misión
prioritaria debe contener el estudio, dirección, control y coordinación del
desarrollo de las potencialidades de la Cuenca, como un todo,
empezando
la acción por el gran espacio nacional.


La estrategia comprometedora con que se gestó la iniciación, ha lleva-
do a reemplazar las obras argentinas que hubieran desarrollado e integrado
el interior, por las obras internacionales, que aunque importantes, terminan
por imponer otros intereses, cambiando el signo nacional en el aprovecha-
miento espacial. De esta manera se ha tergiversado la naturaleza del proble-
ma geopolítico, en detrimento de los genuinos intereses argentinos.


La Comisión de la Cuenca del Plata, debe funcionar como una corpo-

ración nacional para el desarrollo e integración con el Centro Oeste del
País. Subordinar las condiciones técnicas, operativas y cuanto más políti-
cas, de las obras nacionales al desarrollo de entes binacionales, constituye
un grave error geopolítico, que se ha originado justamente en la región más
conflictiva del Cono Sur.


Las obras Nacionales, no pueden estar supeditadas a las binacionales.
El desarrollo de la Cuenca debe encararse como lo puntualizara hace tiempo
el ingeniero Carlos Santos Rosell en la avanzada concepción del "Lago Ibe-
ra" y el consiguiente "Plan Integral de Obras Hidráulicas e Hidroeléctricas
para el Gran Litoral Río Platense".


Este enfoque realista y profundamente nacional, deviene también de
los Ingenieros Humberto Gamberale y Francisco Mermoz que investigaron
y estructuraron una serie de teorías y estudios concretos sobre el problema.
Poco o nada de estos se han aprovechado.


El proceso ha puesto en evidencia las contradicciones entre países
miembros de la Cuenca, en razón del agudo desequilibrio que crea el grado
de desarrollo relativo de sus comunidades, lo que genera fricciones estériles,
dilaciones y controversias de poder, donde la Argentina viene siendo perma-
nentemente perdedora. Brasil ha aprovechado la congénita debilidad de los
Gobiernos argentinos y la apoyatura de Washington, para concretar a
través de hechos irreversibles el trastrocamiento geopolítico de la región,
desconociendo y vulnerando entre otras cosas, el espíritu del ente jurídico
creado.


Se hace imprescindible no sólo revisar y corregir las deficiencias instru-
mentales del convenio sobre la Cuenca del Plata, sino, fundamentalmente,
ajustar correctamente nuestras relaciones con Brasil, tan irresponsablemen-
te descuidadas por tanto tiempo.


Es aquí donde debe jugar el concepto geopolítico del Cono Sur, relega-
do a segundo plano, pero vigente por ser una realidad insoslayable. La Ar-
gentina latinoamericana, vertebrada por el sistema andino, debe formularse
un proyecto que contemple la inclusión de los países del Pacífico, por ser
parte interesada en el Atlántico, como los del Este lo son en el Pacífico. Por
otra parte, como ya se ha dicho, a la concepción dependiente del Atlántico,
ahora expresada por la Cuenca del Plata, sólo se la puede neutralizar por la
idea del Pacífico y de los Andes, que posee hondas raíces culturales e histó-
ricas.


Una Argentina conjugada con sus hermanos del Pacífico, consustan-
ciados en el objetivo de creciente autodeterminación, sería plataforma de
reversión positiva de la actual situación.


La Cuenca del Plata comprende directamente a las provincias de Mi-
siones, Formosa, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Norte de
Buenos Aires. Su extensión puede calcularse en aproximadamente 530.700
km
2, con 20.269.509 habitantes, aproximadamente. Comparativamente
Francia posee una extensión de 551.208 km
2, con más de 50.000.000 habi-

tantes. Pero la influencia de la Cuenca llega en forma directa hasta Bolivia
hacia el Norte y por Córdoba hacia el Oeste, involucrando a Jujuy, Salta,
Tucumán y Santiago del Estero.


Las riquezas que presenta el territorio bañado por la Cuenca son cuan-
tiosas, diversas y complementarias. A la tradicional explotación agrope-
cuaria, se le agregan las grandes posibilidades industriales derivadas de un
potencial energético virgen. No nos detendremos a exponer las posibilidades
que presentan la ganadería y agricultura intensivas, la forestación, etc. Fin-
caremos nuestra atención en materia de energía hidráulica y navegación, en
forma particular.


El sistema contiene un enorme potencial hidráulico que deberá propor-
cionar la energía necesaria para el desarrollo industrial de la zona, esto sin
mencionar la irrigación, navegación y otras ventajas concomitantes.


La Argentina ha iniciado la construcción de presas binacionales sin haber
desarrollado primero plenamente sus potencialidades nacionales. En este orden
de cosas, se está habilitando la presa y central de Ayuí (Salto Grande), que
forma un gran lago. Tiene una potencia instalada de 1.890.000 KW, un
puente internacional vial y ferroviario, un canal de navegación de
13 km
sobre la margen argentina —que permitirá la circulación de embarcaciones
y transportes de hasta 9 pies de calado hasta Bella Unión y Monte Case-
ros—, una extensa red de transmisión eléctrica, la posibilidad de riego para
130.000 hectáreas y el aprovechamiento intensivo del embalse.


Referente a Salto Grande —y siempre dentro del enfoque geopolítico—
debemos señalar que ella es sólo una parte de las obras necesarias para el de-
sarrollo nacional y el logro de una integración acorde con nuestros intere-
ses. Las posibilidades principales están dadas por la energía a proporcionar
y las capacidades de navegación y riego. En este sentido debe sentarse la
premisa de su utilización en la zona de Entre Ríos, Santa Fe y Sur de
Corrientes, a fin de proporcionar la electricidad necesaria para la radicación
de industrias y el desarrollo tecnológico del campo. Si así no fuere se tergi-
versarían los fines geopolíticos y las oportunidades que brinda la obra. Con
respecto a la navegación, presenta interesantes alternativas para revitalizar
el tráfico y puertos sobre el Río Uruguay, así como para crear corriente de
transportes combinados con el ferrocarril, desde Paraguay hasta el Plata, o
bien realizar la conexión del Alto Uruguay con el Río de la Plata.


Por otra parte, la complementación entre esta obra, la de Yacyretá
Apipé y Puente Posadas-Encarnación, facilitará el transporte rápido y eco-
nómico hasta Puerto Ibicuy, que podría transformarse así en puerto de
ultramar.


Sobre el Río Uruguay existen otros proyectos alentados por Brasil, a
los que la Argentina ha prestado su conformidad. Tales son el de la presa El
Roncador, Garruchos, San Pedro, que conforman el último acuerdo firma-
do entre ambas naciones.


Referente al proyecto de Yacyretá se puede consignar que su ubicación







al Norte de la provincia de Corrientes, sus 2.700 MW así como las utilidades
para la navegación y comunicación, permitirá el acelerado desarrollo de la
zona. En este sentido le caben las reflexiones realizadas para la obra de Sal-
to Grande, referente al empleo de la electricidad generada prioritariamente
en la misma zona.


Por otra parte, se ha firmado el acuerdo sobre el proyecto de Corpus
cuya viabilidad potencial depende de Itaipú, en razón de las diferencias de
cota.


En el orden Nacional los estudios se fincan en el Paraná medio, la La-
guna Iberá y Cuenca del Río Bermejo.


La Cuenca del Bermejo presenta un problema particular de gran signi-
ficación. Este curso de agua posee sus nacientes en las mesetas bolivianas,
junto con el Río Grande de Tarija recorre la parte sur de este país, se intro-
duce en la Argentina a través de Salta, transita el Chaco y desagua en el Pa-
raná.


Del estudio integral de los distintos cauces surgió el gran proyecto lla-
mado "Canalización del Río Bermejo", que inspiró el contraalmirante Gre-
gorio A. Portillo, cristalizado en un análisis profundo en la "Comisión del
Río Bermejo", cuya finalidad era dar al proyecto un carácter de aprovecha-
miento fluvial múltiple.


Recientemente un Grupo de Trabajo elaboró el "Plan Maestro para el
Río Bermejo", que consiste en un conjunto de ideas coherentes sobre un sis-
tema de obras que permiten el máximo aprovechamiento de las aguas con
distintos fines (Gráfico 43).


Si se hubiera sumado el esfuerzo del Bermejo a los proyectos del Para-
ná medio y Laguna Iberá, otras hubieran sido las condiciones y la trascen-
dencia del País en el Cono Sur y en el concierto internacional.


Existen otros numerosos cursos de agua aún no estudiados lo suficien-
te, o bien no considerados para el aprovechamiento integral. Tales como el
Río Pilcomayo, que corre entre Paraguay y Formosa. El Río Corrientes con
sus nacientes en la Laguna del Iberá su desembocadura en el Paraná. El
Santa Lucía, el Gualquiraró, el Río Salado, Río Carcarañá, Río Galeguay
afluentes todos del Paraná. En tanto, desembocando en el Uruguay, pode-
mos citar el Río Aguapey, Río Miriñay, Río Moceretá, Río Gualeguaychú.
Aún faltarían consignar los estudios necesarios para el aprovechamiento del
Paraná inferior, así como el aprovechamiento hídrico de la Provincia de
Misiones.


Las posibilidades para la navegación que presenta el sistema del Plata
son extraordinarias, las cuales, servidas por una adecuada técnica y mante-
nimiento, reportará grandes beneficios económicos. En la medida en que se
abandonen negligentemente estas posibilidades, Brasil podrá concretar sus
objetivos de neutralizar nuestro sistema nacional de transporte natural, por
el construido por ese país hacia el "hinterland" costero, cumpliendo sus ob-
jetivos de "integrar" la Cuenca del Plata a su territorio.







El desarrollo de esta zona debe hacerse sobre la base de la explotación
intensiva del campo, auxiliada por una moderna tecnología. La electrifica-
ción del campo es posible a corto plazo, utilizando todos los recursos
energéticos descriptos. De esta manera la ganadería, los cultivos cerealeros,
los oleaginosos y los textiles darán posibilidad a la radicación industrial que
se verá facilitada por el sistema integrado de transporte fluvial y terrestre.


Es necesario incentivar con medidas concretas el crecimiento de polos
de desarrollo con capacidad de expansión integradora.


Un caso muy especial presenta la provincia de Misiones, por su si-
tuación geográfica relativa, su desarrollo comparado y su relativo aisla-
miento de centros industriales nacionales.


Por esta razón, la mencionada provincia deberá gozar de un régimen
preferencial y prioritario por parte del Estado Nacional. Entre otras medi-
das se propone que todo su territorio sea declarado "zona de fronteras"; las
escuelas, infraestructura sanitaria y vial, reciban un tratamiento de urgente
actualización. En este sentido la pavimentación de las rutas 14, sobre el Pa-
raná y 2 sobre el Uruguay, debe ser concretada cuanto antes, a la vez que se
deben lograr interconexiones de los caminos transversales, los que también
deben ser pavimentados. Otras medidas deben tender a la explotación
hidroeléctrica de los cursos de agua interiores y la puesta en servicio de ca-
nales de Televisión, repetidoras y emisoras radiales, que abarquen
ampliamente todo el ámbito provincial.


En el orden de la infraestructura vial, la Argentina inició hace tiempo
obras de gran envergadura para conectar la mesopotamia. Entre estas pode-
mos contabilizar el puente Barranqueras - Corrientes, el túnel subfluvial
Santa Fe - Paraná y el puente carretero-ferroviario de Brazo Largo. Casi si-
multáneamente se concretaron obras de interconexión internacional a través
de los puentes de Gualeguaychú - Fray Bentos, en Colón - Paysandú, a las
que se ha agregado, el puente vial y ferrocarrilero de la presa del Ayuí (Salto
Grande). Con Brasil existe, hace tiempo, la conexión que proporciona el
puente de doble propósito que une Paso de los Libres - Uruguayana y el
proyecto de Iguazú, mientras que con Paraguay están proyectadas las cone-
xiones Posadas - Encarnación, también de doble propósito y la que brinda-
rá la presa de Yacyretá-Apipé.


Las múltiples intercomunicaciones internacionales entrañan un grave
riesgo, por cuanto se han ejecutado sin haber previamente desarrollado el
potencial nacional. La vasta red de comunicaciones orientales en sentido
transversal a la Cuenca, es, en realidad, un sistema colector de transportes
convergentes hacia el Nord Este, con el nudo central en el Estado de Río
Grande del Sur (Gráfico 44).


De esta manera, la situación se presenta con el enfrentamiento del ace-
lerado desarrollo del espacio brasileño, con el despoblado territorio na-
cional, carente de infraestructura, de industrias y sin planes a corto, me-
diano y largo plazo.


La ley geopolítica enseña que cuando dos zonas se enfrentan a través de
una política dinámica, la zona de mayor desarrollo relativo con continuo
crecimiento, impone su superioridad. En esta situación, la misma norma ge-
opolítica indica que se realiza una
acción de doble sentido y que "el avance
se concreta en la línea de menor esfuerzo". Esta acción se produce por la
succión de la riqueza que cede la zona menos desarrollada, en beneficio
de
la atracción de la otra y la inyección simultánea que ésta produce por un
mayor desarrolo, en la primera. De esta manera, se va produciendo el domi-
nio cultural-económico-financiero, que dá sustento a la
teoría golberiana
de "las fronteras vivas".

El modelo elegido por la Argentina para el desarrollo de la Cuenca del
Plata es paradojal, porque la estructura en ejecución produce la desintegra-
ción nacional, al servicio de la integración regional hegemonizada por Bra-
sil.


Frente a la teoría de la "Sourbonne" brasileña, no existe ninguna
doctrina de pensamiento geopolítico nacional, que haya tenido eco en las
distintas esferas gubernamentales de turno. A la de "la marcha hacia el oes-
te" y de "las fronteras vivas" no se le opone ninguna acción y se la ayuda
con la negligencia en la ejecución de medidas concretas.


Frente a la teoría de Mario Travassos, a la de Golvery Da Cuoto e Silva
y Meira Mattos los responsables de la conducción del país, en distintas eta-
pas, no supieron escuchar a los estudiosos argentinos de la geopolítica. A la
acción de unos, se le opuso la inoperancia de los otros.


No hay unidad de medida para evaluar los errores geopolíticos, pero la
historia enseña que normalmente cuestan muy caros y casi siempre son irre-
versibles.


Se hace necesario, imprescindible, revertir el proceso rápidamente, con
decisión, valor e inteligencia. Las medidas racionales deben iniciarse cuanto
antes. Ninguna demora podrá ser justificada, ningún sacrificio será sufi-
ciente.


Por lo expuesto debe quedar claro que todo intento de tratar el proble-
ma de la Cuenca del Plata en forma unilateral, atenta contra la integridad
del Cono Sur y de la Soberanía Argentina. La zona no es una región autár-
quica, ni tampoco está descolgada de una realidad geográfica continental.
Pretender considerarla por sí sola, parcializando la geografía y el patrimo-
nio territorial, atenta contra lo que la historia nos señala como ejemplo elo-
cuente, materializado con la participación geoestratégica del Cono Sur y la
segregación sistemática del territorio argentino. Persistir en ese serio error,
seria equivocar nuevamente la realidad geopolítica.


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