Fisiología del Alma



Yüklə 1,25 Mb.
səhifə41/152
tarix03.01.2022
ölçüsü1,25 Mb.
#34094
1   ...   37   38   39   40   41   42   43   44   ...   152
Pregunta: En el caso de un individuo de alma excelsa que después de desencarnado mereciese hasta la felicidad de poder ver a Jesús, ¿Qué le sucedería si hubiese sido un fumador in­veterado en la Tierra?

Ramatís: ¡Sería semejante a un balón o globo cautivo que, habiéndose librado de noventa y nueve amarras, luchase aun, aflictivamente, para desprenderse de la última y frágil cuerda de seda que le impidiese dar el salto al espado! Esa alma santificada, aunque pudiese ingresar inmediatamente en el seno de una humanidad feliz y gozar de todos los beneficios y ale­grías de una vida superior, sentiría que su ventura se turbaba de vez en cuando, ante el deseo insólito y condicionado del cigarro, vibrando todavía en su intimidad astral. Ante la Ley justa de ascensión espiritual, tanto disfrutamos de las glorías merecidas por una vida humana santificada, como tenemos que sufrir el resultado de cualquier descuido o imprudencia que ha­yamos practicado en la forma de vicios o de pasiones de la carne.

He ahí por qué el sufrimiento en la vida futura, puede alcanzar, también a aquellos que ya lograron desarrollar los bienes superiores del espíritu, pero que se han descuidado de extinguir algún vicio o hábito mientras alimentaron la carne. Algunas almas desencarnadas, de cuyo espíritu se desprenden ya refulgencias de luces, no se pueden sustraer, de vez en cuando al hecho de que su mente se vea perturbada por el insufrible deseo del tabaco, del "churrasco" de carne, del whisky hidalgo o del pobre aguardiente. "En verdad os digo que todo lo que ligareis en la Tierra será ligado también en el cielo, y que todo lo que desligareis en la Tierra, será desligado también en el cie­lo." (Mateo 18:18). Como se puede ver, en ese admirable con­cepto de Jesús, está implícita la enseñanza que sólo habitaremos el cielo en el más completo estado de paz, libertad y alegría, después que nos hayamos desligado por completo de las cosas deseos y vicios del mundo carnal. Por tanto, lo que en la Tierra fue desatado por la voluntad y por la propia consecuencia del espíritu, también lo será en el Más Allá. Aquel que fuma, bebe o se alimenta desconsoladamente en la Tierra, queda ligado a esos placeres terrestres hasta que el propio espíritu se olvide de ellos, toda vez que la muerte no lo obliga a dejar los vicios con el cuerpo físico en el túmulo de la materia. El cuerpo carnal solamente revela las sensaciones del espíritu en el mundo físico. Por ello, los deseos inferiores que viven en la intimidad del alma, continúan manifestándose aun ante los excelsos ambientes celestiales.



Preguntas En vista que el tabaco es tan pernicioso para el hombre, ¿no hubiera sido más sensato que Dios no hubiese creado la planta "Nicotina tabacuna", con cuyas hojas se preparan los cigarros?

Ramatís: ¿Creéis que Dios haya creado alguna cosa perni­ciosa? Por ventura, ¿la medicina terrestre no se vale actualmente de los venenos, ácidos y drogas mortíferas que en su empleo terapéutico logran salvar millares de criaturas? El propio veneno de las arañas, escorpiones y culebras, ¿no está siendo aplicado con éxito para remediar diversos males al parecer incurables? En la planta a que os referís, existen gran cantidad de elementos que pueden ser aplicados con excelente utilidad en la industria, en la medicina, en el comercio y en otras esferas del trabajo digno. No consta en la tradición espiritual y en otras esferas de nuestro plano, que el Creador haya creado el tabaco para que el hombre lo mascara, lo fumara o lo tostase para introdu­cirlo en las narices, ni siquiera para absorber el humo de sus hojas secas enrolladas bajo vistosos rótulos coloreados.

Ciertos indios, masticaban las hojas del tabaco o las chu­paban enrolladas, porque todavía les faltaba el sentido estético y el conocimiento médico que poseen los actuales civilizados. ¡No obstante, los hombres modernos, sustituyendo los antiguos colgajos de huesos de los salvajes por pitilleras elegantes conti­núan succionando los mismos hijos del tabaco! La diferencia consiste en que se engañan por el hecho de ordenarlas en artís­ticas cajas de madera o quemarlas reducidas a hebras, metidas en papel satinado y hasta entre pajas de mijo.

La planta "Nicotina tabacum", no es una cosa perniciosa creada por Dios. ¡Es el hombre el que la transforma en humo, perdiendo su comando mental y transformándose en un obceca­do del cigarro, que controla sus nervios motores y lo obliga a rendirle tributo desde la madrugada hasta la noche!

Pregunta: ¿Cuál es la forma más práctica, a vuestro juicio, para dejar de fumar?

Ramatís: Es obvio que el problema no se resume en largar el cigarro", como acostumbráis a decir, y sí en readquirir el poder de la voluntad, que se halla esclavizada por él. Si el hom­bre decide abandonar el tabaco, la carne o el alcohol, pero con­tinua mentalmente fumando, comiendo carne e ingiriendo al­cohol, poco importa que está huyendo del objeto del vicio, pues lo verdadero es que todavía no es dueño de su voluntad. Es en la mente del hombre, ante todo donde debe ser emprendida la campaña sana contra el vicio. A través de reflexiones inteli­gentes, debe convencerse de la estulticia de someterse a pre­juicios físicos, psíquicos y económicos, causados por el cigarrillo, el cigarro o la pipa. La ofensiva, por tanto, no debe ser iniciada contra el objeto del vicio, que es el tabaco, y sí en el sentido de recuperar el comando mental perdido. ¡Hay que volver a tomar nuevamente el psiquismo director de los fenómenos de la vida de relación entre el alma y él medio! Es necesario que el hombre vuelva a convertirse en el señor absoluto de sus ac­tos, despreciando las sugestiones tontas y perniciosas del vicio que lo domina. Es cierto que la liberación del vicio de fumar será mucho más difícil si, por afinidad de vicios o debido a cualquier desarreglo moral, el individuo estuviera siendo cercado por entidades del astral inferior, atraídas por él. En este caso, la liberación no sólo requiere el dominio de la propia voluntad, sino también la adopción de un modo de vida que provoque la desunión de otra entidad viciosa y libre, del Más Allá.


Yüklə 1,25 Mb.

Dostları ilə paylaş:
1   ...   37   38   39   40   41   42   43   44   ...   152




Verilənlər bazası müəlliflik hüququ ilə müdafiə olunur ©muhaz.org 2024
rəhbərliyinə müraciət

gir | qeydiyyatdan keç
    Ana səhifə


yükləyin