Índice de Forum en Línea 218

Héctor Barragán Valencia

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Mientras regiones enteras del país son asoladas por una guerra civil no declarada, mientras la atroz desigualdad carcome los cimientos de la convivencia pacífica, la tolerancia y la pluralidad, mientras la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, mientras los monopolios o cárteles de televisión, radio y telefonía nos esquilman y envilecen, y mientras más y más mexicanos descreen de los políticos y de la política como medio para construir acuerdos, instituciones, y leyes –y se ve desafortunadamente a la política como instrumento para el pillaje–, varios senadores del PAN son sorprendidos en plena sesión donde se discute la reforma política, viendo películas, corridas de toros y automóviles en su iPad.

Y seguramente los legisladores de todos los partidos usan esa herramienta electrónica para su esparcimiento, que debería ser para trabajar. Indignan estos sucesos. Como también irritan las prebendas y privilegios que se dispensan diputados, asambleístas, jueces y toda laya de funcionarios. ¡Basta ya de frivolidad! ¡Ya basta de cinismo! Como ciudadano, exijo a los senadores y diputados que donen sus iPad a la UNAM, el Politécnico o cualquier otra universidad pública. La estulticia, la desfachatez y la insensibilidad de los políticos están gestando la destrucción de nuestra patria. Luego, no se sorprendan ni se rasguen las vestiduras si en 2012 gana Andrés Manuel López Obrador las elecciones para la Presidencia de la República.

Les pregunto a los políticos: ¿Acaso están ciegos ante tantos signos de descomposición política y social? Creo que sí. Son insensibles a lo que vivimos la mayoría de los mexicanos, porque sus altísimos salarios y prebendas propician que no entiendan las angustias, las penurias y la inseguridad patrimonial, personal y laboral que día con día enfrentamos los mortales. De ahí la justeza de la máxima juarista acerca de que los funcionarios públicos deben vivir con un salario medio, como el de una persona de clase media. Mientras el sueldo de los políticos es tan elevado y gocen de prebendas, se alejan del ciudadano común: forman parte de la plutocracia. Por ello se sienten tan cómodos en un país de abismal desigualdad, que además de socavar la estabilidad, provoca infelicidad, enfermedades, adicciones y mucha violencia. ¡Despierten! ¡Cambien este estado de cosas antes que sea demasiado tarde!

Las madres de la Tierra