Pilar mazzetti soler ministra de salud


Derechos sexuales y reproductivos



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Derechos sexuales y reproductivos:


Según el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994, “Los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos ya reconocidos en documentos nacionales e internacionales sobre derechos humanos, entre ellos el derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de los hijos, a disponer de la información, la educación y los medios para ello, el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva, el derecho a adoptar decisiones sobre la reproducción sin sufrir discriminación, coerción y violencia.” 52
A partir del Programa de esta Conferencia Internacional podemos inferir que los derechos sexuales incluyen el derecho humano de la mujer y del hombre a tener control respecto de su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, a decidir libre y responsablemente respecto de estas cuestiones sin verse sujeto/a a coerción, discriminación y violencia.
Para Profamilia (1998)53 el concepto de dignidad humana que sirve de base a los derechos sexuales y reproductivos descansa sobre dos pilares fundamentales:


  • La no instrumentalización del ser humano: la persona debe ser considerada como un fin en sí misma, no como un medio para lograr un fin.




  • La capacidad de autodeterminarse, implica el derecho de cada cual a buscar el sentido de su propia existencia, según le resulte más satisfactorio, la posibilidad de la persona de escoger un curso de acción determinado de acuerdo con sus propios valores, prioridades y conciencia, sin que medien interferencias extrañas a su voluntad.

Estos dos presupuestos abarcan tanto a hombres como a mujeres, por encontrarse dentro del marco universalizante de los derechos humanos, pero en el campo de los derechos sexuales y reproductivos fueron pensados y construidos teniendo como destinatarios a las mujeres, por lo que está pendiente incluir las necesidades y demandas de los varones.



Los derechos sexuales y reproductivos se orientan al mejoramiento de la vida, al bienestar y al logro de relaciones personales sanas y equitativas, permiten que la sexualidad y la reproducción se ejerzan con libertad, respetando la dignidad de las personas, permitiéndole a los seres humanos el disfrute de una sexualidad sana segura y con el menor riesgo posible.
Los derechos sexuales y reproductivos son parte inseparable del derecho a la salud y los derechos humanos, abarcan no sóolo la atención en salud oportuna y apropiada sino los principales factores sociales, económicos y culturales determinantes de la salud. Estos derechos como parte del derecho a la salud están protegidos por la legislación internacional y documentos de las Naciones Unidas.
Entre los principales derechos sexuales y reproductivos de varones y mujeres tanto adultos/as como adolescentes y jóvenes podemos citar los siguientes:


  • Derecho a recibir información, educación y orientación oportuna de calidad sobre el propio cuerpo y la sexualidad, incluyendo temas como métodos anticonceptivos, riesgo de embarazo, aborto, ITS y VIH SIDA.




  • Derecho a una educación formal que incluya temas de salud sexual y reproductiva como derechos, en diferentes escenarios.




  • Derecho a explorar el propio cuerpo y sexualidad sin miedo, vergüenza, culpa u otros impedimentos.




  • Derecho a ser libre para elegir la propia pareja y decidir tener o no tener relaciones sexuales sin presiones, manipulación, discriminación o violencia.




  • Derecho a expresar la sexualidad en condiciones dignas, placenteras, seguras sin ningún tipo de discriminación por la orientación sexual.




  • Derecho a una sexualidad libre y placentera independiente de la reproducción y el estado civil.




  • Derecho a la información, acceso y elección voluntaria de métodos anticonceptivos seguros que protejan de las ITS incluido el VIH SIDA y del embarazo no deseado.




  • Derecho a vivir una maternidad y paternidad voluntaria y sana, decidiendo libre y responsablemente si tener o no hijos, cuándo y cuántos tener.




  • Derecho a compartir la responsabilidad del control de la reproducción entre hombres y mujeres, en condiciones de equidad que posibiliten la toma de decisiones libres e informadas.




  • Derecho a acceder a una atención de salud de calidad de bajo costo, donde se resuelvan las necesidades, se brinde un trato respetuoso y se guarde confidencialidad.




  • Derecho a participar de manera individual u organizada en la planificación y ejecución de programas y formulación de políticas sobre salud sexual y reproductiva.




  • Derecho a la atención de calidad con enfoque de equidad, género e interculturalidad.


Sexualidad:

Para el Ministerio de Salud del Perú (2004)54 “la sexualidad forma parte de la vida de las personas durante toda su existencia y se desarrolla a través de los años sobre la base del conocimiento, valores, creencias y costumbres de su entorno social. La sexualidad es una realidad con la que viven a diario todas las persona, trasciende lo físico (relaciones sexuales); se traduce en las diferentes formas (conductas) que tienen las diferentes personas para expresarse, y relacionarse con su entorno social y constituye una de las fuentes más importantes de comunicación, bienestar, amor y placer tanto físico como mental, pero también constituye uno de los ejes fundamentales sobre los que se construyen las desigualdades”.


Según Quintana & Vásquez55 podríamos definir la sexualidad diciendo que es una dimensión subjetiva inherente a la persona humana, formando parte de nuestra existencia, comprometiendo la afectividad, intelectualidad, sociabilidad, creatividad y todos los otros ámbitos que son esenciales al ser humano.
La sexualidad se encuentra condicionada por la sociedad y la cultura particular en la que se desarrolla y por la forma particular en que se va integrando el conjunto de experiencias vitales por las que atraviesan las personas.
La sexualidad va más allá de las funciones de la reproducción y se sitúa en los ámbitos del erotismo y del placer, así como de la comunicación, la expresión de afecto y amor, todo lo que se produce en un contexto de diversidad. En ese sentido podemos entender el placer experimentado por los bebés al “chupar” los objetos, el disfrute de los niños/as pequeños/as al acariciarse los genitales y los impulsos sexuales de las personas mayores.
Género:

Según el Ministerio de Salud del Perú (2004)56 “el género se refiere a las construcciones sociales psicológicas, culturales e históricas que se asignan a hombres y mujeres en una sociedad y tiempo determinado. Estas características también incluyen los prejuicios y estereotipos, que se tienen de hombres y mujeres.”


Según Quintana & Vásquez, el género adjudica características, funciones y responsabilidades distintas a los seres humanos sólo por el hecho de ser hombres y mujeres. Así las características consideradas masculinas y femeninas son producto de la socialización, en este proceso intervienen activamente diferentes actores sociales entre los que destaca la familia como espacio de socialización primaria, la escuela, el grupo de amigos, los medios de comunicación, las instituciones de la sociedad civil entre otros.
En ese sentido género alude a construcciones culturales y subjetivas que se encuentran asociadas a ser mujer y hombre, y a las relaciones que se establecen entre ambos.
Identidad de género

Según Quintana & Vásquez la identidad de género se refiere a aquel aspecto de la identidad integral que alude al modo en que cada uno percibe su propia individualidad como varón o mujer57. No es determinada solamente por el sexo biológico, sino por el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, costumbres y mandatos culturales atribuidos a cierto género. La masculinidad y la femineidad son entonces independientes del sexo biológico, mientras la identidad sexual se asocia más a este aspecto.

La identidad de género alude a construcciones sociales, culturales y psicológicas con respecto a ser varón o mujer, así como la forma particular en que cada individuo las interioriza.

Roles de género

Son los comportamientos, tareas y responsabilidades consideradas masculinas y femeninas. Estos roles están condicionados por factores tales como la edad, clase social, religión, pertenencia a grupos étnicos, origen regional, tradiciones y por cambios inducidos por los procesos de desarrollo (Minsa 2004)58. Podemos identificar tres tipos de roles principales:




  • Productivo

Incluye la producción de bienes y servicios remunerados en dinero o especies. Generalmente aparece como el rol principal del hombre, y a pesar de la creciente incorporación de la mujer en el mercado de trabajo se considera un rol secundario para ella. Este rol en el caso de las mujeres se lleva a cabo en peores condiciones, tiene menos reconocimiento, prestigio y les otorga menos poder de decisión y autonomía


  • Reproductivo

Incluye la reproducción biológica y aquellas actividades necesarias para garantizar el bienestar familiar. Está relacionado con las tareas domésticas vinculadas con la protección, cuidado y crianza de los hijos.


  • Comunitario

Asociado con las actividades y tareas que aporten al desarrollo comunitario. Generalmente lo realizan las mujeres como extensión de su rol productivo, asegurando el mantenimiento y la provisión de recursos de consumo colectivo, como el agua, la educación y otros.
Según Quintana & Vásquez59 el sistema de relaciones y controles sociales plantea limitaciones y exigencias para ambos, así el varón tiene que demostrar constantemente que es “un hombre” lo cual significa correr riegos, no parecer débil ni “afeminado”, no mostrar sus afectos en tanto que la mujer debe ser delicada, femenina y tranquila.
Aún se mantienen los roles tradicionales en los que se determina que el ámbito de la mujer es el privado –la casa- y el del varón es el público -la calle- lo que refuerza inequidades de género.

Enfoque de género en la salud

Estas construcciones culturales y subjetivas que conforman el género se manifiestan en una valoración desigual, en relaciones de dominio y subordinación, en acceso y control diferencial de los recursos, suponen desventajas en todos los ámbitos para las mujeres (incluida su salud) así como costos en la salud de los hombres.


Estas valoraciones desiguales se expresan por ejemplo en la mayor cantidad de alimentos que reciben los niños en desmedro de las niñas y que dan como resultado una mayor prevalencia de desnutrición entre éstas últimas.
La asignación de la identidad masculina asociada a correr riesgos puede explicar la sobremortalidad masculina por causa de accidentes y violencias.
La construcción social de lo permitido y prohibido para hombres y mujeres, influyen en diferentes tipos de conocimientos, actitudes y comportamientos frente a la protección de la propia salud y la de los demás. De esta manera las mujeres descuidan su propia salud por velar la salud de sus hijos y los varones difícilmente acuden a buscar ayuda médica o consultan por alguna enfermedad, para ellos esto significaría una muestra de “debilidad” que no es compatible con su condición de ser varón.
En el campo de la salud sexual y reproductiva específicamente, las prescripciones asociadas a ser varón qué implican experiencias sexuales y tener diferentes parejas, pueden llevar sobre todo a los adolescentes a riesgos de contagio de infecciones de transmisión sexual y VIH SIDA. En el otro lado el mandato social de la mujer a ser fiel, y a no tomar la iniciativa para el uso de métodos de protección sexual, puede conducirla también a una situación de riesgo de contagio de infecciones de transmisión sexual y VIH SIDA.
El diferente acceso a información y control sobre el uso de métodos anticonceptivos, puede llevar a embarazos no deseados. Generalmente es el varón quien decide en la pareja si se usa o no un método anticonceptivo.
Asimismo estas relaciones de dominación y subordinación entre hombres y mujeres pueden permitirnos entender la violencia de género, que implica riesgos para la salud y hasta para la vida de muchas mujeres en nuestro país.

Salud Materna:

La salud materna tiene como bien proteger la vida - y su calidad a futuro- de la madre y su hijo/a. El nacimiento de hijos sanos, provenientes de madres sanas - en el más amplio sentido de la definición universalmente aceptada de salud - incidirá significativamente en el mejoramiento de lvida de las personas, las familias, las comunidades y de todo el país.


La reducción de la mortalidad y la morbilidad asociadas al proceso reproductivo - materna, fetal, neonatal, infantil - sigue siendo un desafío importante para el logro de un mejor desarrollo humano. Cada muerte asociada a este proceso debe ser registrada y, analizada en relación a las circunstancias, directa o indirectamente asociadas a ella, a fin de adoptar las medidas necesarias para evitar aquellas muertes consideradas "evitables".
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (2000) lanza la iniciativa "Reducir los riesgos del embarazo", en la cual se plantea los siguientes propósitos60:

  1. Cada embarazo debería ser deseado;

  2. Toda mujer embarazada y su hijo debieran tener acceso a atención por personal calificado;

  3. Cada mujer debería tener acceso a un establecimiento asistencial para obtener una atención apropiada cuando se presentan complicaciones en su embarazo.

La iniciativa, “Reducir los Riesgos del Embarazo” (RRE) considera que el trabajo con individuos, familias y comunidades –con un enfoque de promoción de la salud- es el enlace fundamental que asegura el proceso continuo recomendado de asistencia durante todo el embarazo, el parto y el puerperio. Además, se reconoce que la disponibilidad de servicios de calidad no producirá los resultados de salud deseados si no hay ninguna posibilidad de estar sano, tomar decisiones saludables y poder actuar conforme a esas decisiones saludables61.



La promoción de la salud –en el objetivo de lograr una maternidad saludable en el país- tiene como propósito contribuir a otorgar poder de decisión a las mujeres, las familias y las comunidades para mejorar y aumentar su control sobre la salud de la madre y el recién nacido.
Bajo el marco de los Lineamientos de Política de Promoción de la Salud62, proponemos trabajar los siguientes aspectos:


  • Alianzas intra e intersectoriales para la Promoción de la Maternidad Saludable (PMS):




    • La salud materna es una responsabilidad compartida entre el sistema de salud, la población, sus organizaciones y las diferentes instancias del estado.

    • Se deberá desarrollar mecanismos de coordinación con los municipios, las instituciones educativas y otras instituciones en el ámbito regional y local para favorecer el desarrollo de entornos y estilos que promuevan una vida saludable para la población, especialmente para las mujeres y niños.

    • Colocar el tema de la salud materna en las agendas públicas, generando políticas y planes de desarrollo que la favorezcan, a nivel regional y local.

    • Promover el acceso de las mujeres, los varones, la familia y la comunidad en procesos de toma de decisiones a nivel regional y local.




  • Fortalecer la acción comunitaria:




    • Reconocer y revalorar el rol de los agentes comunitarios como actores claves para la promoción de la Salud Materna.

    • Incorporar el tema de la promoción de la Salud Materna en la agenda de las redes sociales existentes en la comunidad.

    • Reconocer y revalorar la importancia de la participación activa de las organizaciones sociales en la promoción de la Salud Materna.




  • Reorientar servicios de salud materna:




    • Organizar los servicios de salud materna con el enfoque de promoción de la salud en los ámbitos intra y extramural.

    • Generar competencias entre el personal de salud para que brinden atención con enfoque de promoción de la salud.

    • Promover el ejercicio de corresponsabilidad social en el desarrollo de la comunidad.

    • Generar evidencias de la efectividad de las intervenciones en promoción de la salud materna que aporten información relevante para el diseño de políticas que protejan la salud de la madre y el niño.




  • Buscar recursos e inversión para la PMS:




    • Desarrollar estrategias de abogacía para involucrar a otros actores sociales -principalmente gobiernos regionales y locales – en el compromiso de reasignar recursos para mejorar la calidad de vida de las mujeres y niños.

    • En el sector salud se deberá generar que los diversos niveles operativos asignen en forma creciente mayores recursos económicos para el desarrollo de actividades vinculadas a la promoción de la salud Materna.

    • Promover la relación con la cooperación técnica y financiera nacional e internacional para obtener mayores recursos para el trabajo en promoción de la Salud Materna.

Las intervenciones propuestas se organizan en cuatro áreas prioritarias:

  • Desarrollo de aptitudes y capacidades para mantenerse sanos, tomar decisiones saludables y responder a las emergencias obstétricas y neonatales.

  • Mayor conciencia social de los derechos, las necesidades y los problemas potenciales relacionados con la salud de la madre y el recién nacido.

  • Fortalecimiento de los vínculos para lograr el apoyo social entre las mujeres, los hombres, las familias y las comunidades y con el sistema de salud.

  • Mejoramiento de la calida de la atención, los servicios de salud y las interacciones con mujeres, hombres, familias y comunidades.

A continuación se presenta el marco estratégico para el desarrollo de intervenciones para la Promoción de la Maternidad Saludable, el cual contiene los lineamientos de política, las metas cualitativas propuestas, las áreas prioritarias a desarrollarse y los entornos en los cuales se desarrollaran las actividades propuestas.

Marco estratégico para el desarrollo de intervenciones para la Promoción de la Maternidad Saludable en el Perú

Lineamientos de Política Meta Áreas Prioritarias Entornos

Facultar a las mujeres, hombres, familias y comunidades en el cuidado de la SM

  • Alianzas intra e intersectoriales para la PMS.

  • Fortalecer la acción comunitaria.

  • Reorientar servicios de salud materna.

  • Buscar recursos e inversión para la PMS.




Desarrollar

Aptitudes y

Capacidades

Mejorar

la

Calidad de SSM



Aumentar la

Conciencia

Social




Fortalecer los

vínculos

  • Familia y Viviendas

  • Comunidad y Municipios

  • Instituciones Educativas

  • Centros Laborales

  • Servicios de Salud

Aumentar el acceso y la utilización de SS de calidad en SM





Aumento

Sostenibilidad

Sistema de salud del distrito/comunidad




Generación de Políticas Públicas para la Promoción de la Salud Materna

Adaptado de: Trabajo con Individuos, Familias y Comunidades, para mejorar la salud de la madre y el RN. OMS. 2002.



III. OBJETIVOS

3.1 Objetivo General
Definir las orientaciones técnicas a seguir para la puesta en práctica de la promoción de la salud sexual y reproductiva en el marco del modelo de abordaje de promoción de la salud, a nivel de las Direcciones Regionales, Redes y Microrredes de Salud en coordinación con otras entidades públicas y privadas que estén relacionadas con el tema.

3.2 Objetivos Específicos


  • Uniformizar los criterios para la promoción de la salud sexual y reproductiva por etapas de la vida, en la familia y la comunidad.




  • Uniformizar los criterios para la promoción de la salud sexual y reproductiva en los escenarios a través de los Programas de Familia y Vivienda Saludable, Promoción de la salud en Instituciones Educativas, Municipios y Comunidades Saludables y Centros Laborales Saludables.


IV. ASPECTOS NORMATIVOS

__________________________________________________________________________________________

4.1. Población sujeto de intervención.
Para el desarrollo de las acciones de Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva la población objetivo serán los niños, adolescentes, adultos y adultos mayores, es decir la persona por etapas de vida, la misma que permitirá identificar las brechas entre los diferentes grupos de edad y sexo, mejorando la planificación que facilite la priorización y la selección de intervenciones costo-efectivas que influyan sobre los riesgos críticos y minimicen las brechas entre los diversos grupos poblaciones, al mismo tiempo que permitan la identificación de acciones sinérgicas intra e intersectoriales63.
Las personas, mujeres y varones, en las diferentes etapas de vida, en el contexto de su familia y comunidad, serán abordadas en los escenarios donde se desarrollan en forma individual o colectiva: Vivienda, Institución Educativa, Municipio y Centro Laboral. Bajo este contexto, las personas son el centro de las acciones y son reconocidas en su carácter multidimensional, como seres biopsicosociales, inmersos en un complejo sistema de relaciones políticas, sociales, culturales y eco-biológicas.
Partiendo de la persona como población objetivo, podemos reconocer además:

La familia, quien cuenta con el recurso del afecto para facilitar el crecimiento sano y estable de sus hijos/as. Las personas que pueden vivir de manera responsable y segura su sexualidad son aquellas en que la familia les ha brindado comprensión y orientación oportuna, para que puedan desarrollar su autoestima y aprendan a cuidar de sí mismas y de los demás, y les haya permitido adquirir la capacidad de responsabilizarse de sus actos y acciones.
Los miembros de la familia tienen la oportunidad de educarse y de aprender a proteger sus cuerpos y a cuidar de su sexualidad, su salud y su vida. Es importante reconocer que las decisiones de los hijos frente a la sexualidad están influidas por la orientación y el ejemplo de los padres o quienes están en el lugar de ellos.
Las personas que se sienten amadas y valoradas son aquellas que tendrán conductas de autocuidado de su salud sexual y reproductiva y podrán vivir su sexualidad de una manera satisfactoria segura y responsable.
La comunidad, porque constituye un espacio privilegiado para la interacción y la integración de personas y familias. Para promover comportamientos y practicas saludables y que éstas sean efectivas y sostenidas.

Se intervendrá con la comunidad promoviendo hábitos y comportamientos saludables para preservar y fomentar la salud sexual y reproductiva, aprovechando reuniones de las organizaciones propias de la comunidad, como la organización vecinal o comunal, los clubes de madres, el vaso de leche, las asociaciones de comedores populares, las juntas de administración de agua y saneamiento (JAAS), ONGs, organizaciones juveniles y sociedad civil en general.


En cada uno de estos grupos se hará promoción de la salud a nivel de la persona y por etapas de vida: niñas y niños, las y los adolescentes, adulto y adulto mayor.

4.2. Escenarios de intervención.

La Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva deberá desarrollarse a todo nivel, en los servicios de salud y especialmente en el ámbito extramural, en los diversos escenarios donde la gente vive, estudia, juega, trabaja; etc. Ello significa que los trabajadores de salud deberán reorientar su atención con el enfoque de Promoción de la Salud y deberán desarrollar competencias para el trabajo en comunidad y realizar alianzas estratégicas que le permitan involucrar a otros actores sociales que participaran en el proceso de generar una adecuada Salud Sexual y Reproductiva para la población.


Asimismo se deberán aprovechar los medios audiovisuales y otros espacios, dentro y fuera de los servicios de salud, para dar mensajes de promoción de la salud.

Por otro lado, siendo que los Programas de Promoción de la Salud están determinados por el escenario de intervención y los ejes temáticos priorizados, a través del cual se organizan y se implementan las acciones, teniendo en cuenta los enfoque y ejes transversales en su diseño, las acciones de Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva se desarrollaran a través de los siguientes programas:



a). Familias y Viviendas Saludables:

El Programa de Familia y Vivienda Saludable es el conjunto de acciones integradas orientadas a promover comportamientos y hábitos que contribuyan a generar estilos de vida saludables entre los miembros de una familia, así como mecanismos de prevención, buscando que el grupo familiar genere capacidades en la mejora de sus condiciones y que la vivienda se ajuste a estándares locales y regionales. Este programa fomenta la construcción de una cultura de vida y salud, basada en la solidaridad, respeto, desarrollo de valores y principios64.


Siendo la familia el ámbito donde la persona nace, crece, se forma y se desarrolla. La Constitución Política del Perú65, en su artículo 4°, reconoce a la Familia como una institución natural y fundamental de la sociedad, es su unidad básica 66 primer espacio de socialización del ser humano67 en el que se generan derechos, deberes y relaciones, orientados al bienestar y desarrollo integral de las personas y donde se aprenden valores fundamentales para la convivencia social.
Considerando que en nuestro país en las últimas décadas se han producido cambios en el modelo familiar, caracterizados por el aumento de la familia extendida, el aumento de las jefaturas de hogar femeninas, el establecimiento del doble ingreso por hogar como normal y la extensión de la convivencia. En ese sentido se debe estar preparado para apoyara a los diferentes tipos de familia existentes basados en el fin fundamental de la protección mutua en especial de aquellos miembros que por razones de edad, maduración, entre otras, se encuentren en una posición más vulnerable.
La intervención en la familia será brindando información sobre salud sexual y reproductiva, sensibilizándolos sobre su rol socializador, y favoreciendo la adquisición de habilidades psicosociales, hábitos y comportamientos saludables para preservar la salud sexual y reproductiva de sus miembros, en todas las etapas de la vida; a través de diferentes acciones educativo promocionales.

Por otro lado, una vivienda saludable 68es aquel espacio físico que propicia condiciones satisfactorias para la persona y la familia, reduciendo al máximo los factores de riesgo existentes en su contexto geográfico, económico, social y técnico.


Una vivienda que promueve un adecuado nivel de salud sexual y reproductiva, es aquella que puede garantizar mínimamente la privacidad e intimidad para la expresión sana de los afectos y sexualidad de sus miembros y que posee una distribución que facilita las relaciones y la convivencia adecuada de las personas.

b). Instituciones Educativas Saludables:

Las instituciones educativas constituyen el segundo espacio de socialización más importante para niños y adolescentes por su papel en la transmisión de conocimientos y valores. La misión de la escuela es ofrecer una formación integral a los educandos que los prepare para ser competentes y productivos a su sociedad. En este sentido las instituciones educativas se convierten en espacios estratégicos de formación y desarrollo, pues es allí donde los alumnos elaboran conocimientos, fortalecen hábitos e internalizan los valores que los conducirán hacia una vida plena.


Una escuela saludable es aquella, en la que mediante una gestión participativa y democrática, se mejora la calidad de vida de los niños y adolescentes, promoviendo una cultura de salud, estilos de vida y espacios saludables. Para ello, es necesario trabajar con la comunidad educativa, involucrando tanto a los docentes como a los propios niños o adolescentes y a los padres de familia.
Una escuela

que promueve un adecuado nivel de salud sexual y reproductiva es aquella que

cuenta con políticas y acciones de educación sexual (incluyendo el VIH SIDA), promoviendo así la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje en materia de sexualidad para lograr un desarrollo socio afectivo saludable y armónico de niños/as y jóvenes.

c). Municipios y Comunidades Saludables:

El municipio es considerado como el escenario ideal para las acciones promocionales por ser el núcleo del desarrollo local donde se puede tener mayor impacto sobre las determinantes de la salud con procesos y logros en corto, mediano y largo plazo. A nivel local es donde mejor se puede estimular la participación ciudadana y el compromiso político.


El trabajo en este escenario propone buscar espacios de concertación con las autoridades municipales para que los gobiernos regionales y locales asuman la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva como parte de la inversión del capital humano ligado al desarrollo regional y sustentable, promoviendo municipios saludables. Un municipio empieza a ser saludable cuando sus instituciones locales y sus ciudadanos adquieren el compromiso e inician el proceso de mejorar continuamente las condiciones de salud y el bienestar de todos sus habitantes. Para ello se requiere involucrar a las autoridades locales o regionales, a los líderes sociales y políticos, a las organizaciones locales y a los ciudadanos en general en torno a la idea de mejorar las condiciones de salud y bienestar de sus habitantes. Es necesario promover, desde el sector, la participación comunitaria tanto en la planificación local como en la implementación, evaluación y toma de decisiones.
Un municipio que promueve un adecuado nivel de Salud Sexual y Reproductiva es aquel que genera políticas y programas elaborados concertadamente con las principales organizaciones de la sociedad civil, instituciones y vecinos de la localidad y que responde a las necesidades en salud sexual y reproductiva detectados por ellos mismos.
Promueve el ejercicio de una sexualidad informada, sana, segura, sin presión o violencia de los miembros de la colectividad y vela porque se den las condiciones adecuadas para lograr una maternidad saludable, para el desarrollo adecuado y sin riesgos priorizando los embarazos desprotegidos (por ejemplo madres solteras, adolescentes y mujeres mayores solas).

d). Centros Laborales:

Promoviendo la seguridad laboral y fomentando un ambiente de trabajo saludable. Un ambiente de trabajo saludable es esencial, no sólo para lograr la salud de los trabajadores, sino también para brindar un aporte positivo a la productividad, la motivación laboral, el espíritu de trabajo, la satisfacción en el trabajo y la calidad de vida general. Es importante que se desarrollen habilidades y responsabilidades personales y colectivas relacionadas con la gestión de la salud, la seguridad, el autocuidado y el desarrollo personal de los trabajadores, sus organizaciones y las comunidades de su entorno.


El centro laboral que promueve un adecuado nivel de salud sexual y reproductiva es aquel que favorece que los trabajadores manejen información, desarrollen habilidades y responsabilidades personales y colectivas en la gestión y el autocuidado de su salud sexual y reproductiva y además garantiza un ambiente laboral en que se respete la integridad física, psicológica y social de las personas eliminando todo tipo de violencia basada en las diferencias sexuales y de género, acoso sexual y discriminación (trabajadores con SIDA p.e.). Asimismo, aquel que proteja la salud de la mujer gestante trabajadora y lactante, respetando la normatividad laboral vigente.

4.2.3. Estrategias de intervención.
a). Comunicación y Educación para la salud, que consiste en la aplicación de metodologías de educación y comunicación participativas, en diversos escenarios y en los espacios individual, familiar y comunitario; para propiciar que los grupos objetivos adopten nuevos hábitos y comportamientos saludables en Salud Sexual y Reproductiva, y que estos sean incorporados en sus prácticas cotidianas. Ello se puede hacer a través de sesiones educativas grupales, con participación activa de las personas, reconociendo y revalorando su saber previo, construyendo juntos los nuevos mensajes de salud, con apoyo de material educativo elaborado y validado localmente.
Asimismo, es importante desarrollar procesos de formación y de desarrollo de competencias en el personal de salud, tales como planeamiento estratégico de la comunicación educativa, mercadeo social, planificación de base de la comunidad y técnicas de comunicación interpersonal. La formación flexible y la educación a distancia son también estrategias interesantes que pueden llevarse a cabo.

Es importante que se utilicen métodos de aprendizaje participativos que refuercen los valores individuales, las normas grupales, que promuevan el desarrollo de habilidades, sociales, la competencia en la comunicación y la resolución de conflictos, e incidir en promover la responsabilidad, la toma de decisiones y el desarrollo de la autoestima y la autodeterminación, reconociendo por ejemplo el grado de madurez en los y las adolescentes.

Una estrategia especialmente efectiva es el trabajo en grupo de iguales o pares (niño a niño, madre a madre, etc.), que permite en general mayor adecuación de los contenidos, estrategias, mayor motivación y credibilidad de la información.
La educación para la salud en el ámbito de la sexualidad y salud sexual reproductiva es particularmente relevante, porque permite identificar, cuestionar y cambiar una serie de nociones, percepciones, relaciones, estereotipos y roles que se convierten en barreras para el autocuidado del cuerpo, y el desarrollo de una sexualidad sana, segura, responsable y libre de coerción y violencia así como de un nivel adecuado de salud sexual y reproductiva.

b). Abogacía y políticas públicas, es una estrategia que combina acciones individuales y sociales destinadas por un lado, a superar resistencias, prejuicios y controversias; y por otro lado, a conseguir compromisos y apoyo para las políticas de promoción de salud. La abogacía es hacer pública una idea o propuesta, es llamar la atención de la comunidad y de quienes toman decisiones sobre un problema o tema de importancia, para ponerlo en agenda y actuar sobre éste.
Se pueden desarrollar mecanismos a través de las Mesas de concertación, Mesas de lucha contra la pobreza, Foro salud, Sociedad Civil Organizada, Asociación de ONGS., etc. A través de ellas se deben impulsar políticas públicas saludables desde todos los sectores gubernamentales en torno a la promoción de la Salud Sexual y Reproductiva, de manera que incidan positivamente sobre los factores determinantes de esta (alimentación, vivienda, saneamiento básico, educación, medio ambiente, ingresos, etc.) y que constituyan un vehículo esencial para las acciones que reduzcan las inequidades sociales y económicas.

Es importante la movilización, obtención de apoyos y alianzas políticas y sociales para la influencia acumulativa en la esfera pública con un objetivo estratégico de cambio, en este caso la protección, promoción y defensa de los derechos Sexuales y Reproductivos.

Si bien se ha conseguido una serie de avances en las últimas décadas, se necesita incidir en políticas de Salud Sexual y Reproductiva para adolescentes, jóvenes y personas adultas mayores. En políticas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio, que permitan la vivencia de una sexualidad responsable, sin riesgos de embarazos no deseados ni enfermedades de transmisión sexual incluido el SIDA.

c). Participación comunitaria en salud, que consiste en fomentar el empoderamiento individual y comunitario en torno a la salud. El primero se refiere la capacidad del individuo para tomar decisiones y ejercer control sobre su vida personal (ejerciendo derechos y responsabilidades ciudadanas); y el segundo supone que los individuos actúen colectivamente con el fin de conseguir una mayor influencia y control sobre los determinantes de la salud y la calidad de vida de su comunidad. Es importante incorporar el tema de promoción de la Salud Sexual y Reproductiva en la Agenda de las Redes Sociales existentes.
La participación comunitaria en salud es la intervención de la comunidad y sus organizaciones en la toma de decisiones, asumiendo de manera libre y consciente, el ejercicio de sus derechos y las responsabilidades específicas para la promoción y conservación de la salud personal, familiar y comunitaria, en forma coordinada con el sector salud.

La participación comunitaria en Salud Sexual y Reproductiva es la estrategia que va a permitir a los pobladores hacer vigente el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, coordinando desde sus diferentes instancias organizativas con el sector salud diferentes acciones que permitan generar las condiciones para la vivencia de una sexualidad sana, placentera, segura, sin riesgos y sin coerción ni violencia en todas las etapas de la vida, incluyendo el ejercicio de una maternidad deseada y saludable.



4.2.4. Enfoques transversales.
a). Enfoque de equidad de género, es decir, desarrollar intervenciones dirigidas a ampliar las opciones que faciliten los procesos de autonomía y autodeterminación de mujeres y hombres para decidir sobre su futuro tanto a nivel individual como el de la comunidad donde viven. La participación comprometida de mujeres y hombres en igualdad de oportunidades resulta fundamental para el logro de una cultura de la salud orientada al desarrollo integral, ya sea individual o comunitario.
La equidad de género en salud procura la eliminación de diferencias innecesarias, injustas y evitables entre hombres y mujeres, en relación con las oportunidades de disfrutar de salud y las probabilidades de enfermar, sufrir discapacidad o morir prematuramente por causas prevenibles.
Las inequidades entre hombres y mujeres se traducen en causas de morbilidad y mortalidad específicas así como en problemas, necesidades, y expectativas de atención diferentes en cada una de las etapas de su vida. Así, en el área de la salud sexual y reproductiva, las mujeres adolescentes enfrentan situaciones de presión para el inicio temprano de relaciones sexuales, embarazos no deseados, problemas nutricionales y sobrecarga de trabajo doméstico, violencia doméstica mientras los varones sufren más de violencia en la calle, accidentes de tránsito y de enfermedades de transmisión sexual como el SIDA. Por lo cual es necesario promover la capacidad y respeto de las decisiones frente a cuestiones sexuales, incluyendo la elección de pareja, el inicio sexual, el acceso a métodos anticonceptivos, el ser madre o no, escoger la manera de vivir la expresión de su sexualidad sin ser sometido a presión ni tener que asumir riesgos innecesarios.
La equidad de género en la salud reproductiva procura identificar y modificar las causas que estructuran relaciones de poder-subordinación que coloca principalmente a las mujeres en situación de desventaja para acceder y controlar los recursos de atención de la salud para su propio beneficio.
El enfoque de equidad de género procurará identificar y modificar los saberes y prácticas respecto a la sexualidad y salud sexual y reproductiva que reproducen inequidades entre hombres y mujeres, de empoderar principalmente a las mujeres para que estén en condiciones de acceder y controlar los recursos de salud en su propio beneficio, comprometiendo en esta tarea a todas las instituciones y actores sociales que tienen que ver con el bienestar y la condiciones de vida que influyen en la salud sexual y reproductiva.
Asimismo este enfoque requiere desarrollar estrategias que promuevan la responsabilidad masculina, y la mejora de la calidad de vida de los hombres.
El enfoque de género en la promoción de la Salud Sexual y Reproductiva nos permitirá identificar por ejemplo cómo las diferentes normas sociales para varones y mujeres respecto a la sexualidad (estímulo a la expresión o al contrario represión de la misma), devendrán en diferentes vulnerabilidades, problemas, necesidades y expectativas en hombres y mujeres.

Frente a cada momento del desarrollo de la sexualidad y a aspectos de la salud sexual y reproductiva deberemos preguntarnos, cuales son las expectativas sociales, las normas, prescripciones, lo que está permitido y prohibido, los roles a desempeñar según se es hombre o mujer y de que manera afecta a su salud, asimismo deberemos analizar como juega el poder, al interior de las relaciones y cual es la condición de la mujer respecto al varón. Por ejemplo, en relación a la decisión de iniciarse sexualmente o no en la adolescencia


Finalmente tendremos que analizar también quién tiene acceso a los recursos informativos de conocimientos y quién tiene el poder y manejo sobre ellos. Por ejemplo, en el caso del recurso de información sobre métodos anticonceptivos en la pareja.

b). El enfoque de interculturalidad en la promoción de salud, supone desarrollar en los prestadores de salud, tanto valores de solidaridad y respeto, como competencias y habilidades que les permitan reconocer y valorar la relación con “el otro”, comprendiendo las diferentes lógicas que sustentan sus conocimientos.
Partiendo del hecho que las diferencias culturales, sociales, económicas y lingüísticas son las que componen el complejo telón de fondo sobre el cual se construyen los procesos de salud – enfermedad de la población peruana.
Este enfoque permitirá reconocer que existen una serie de patrones culturales de cuidado de la salud que son sumamente valiosos y efectivos - tales como el uso de plantas medicinales- que merecen se estudiados adecuadamente, revalorizados y que podrían ser recuperados para el uso actual.
El enfoque de interculturalidad en la promoción de la salud sexual y reproductiva implicaría por ejemplo una mejor comprensión de los cuidados en el embarazo que realizan las culturas indígenas, enriqueciendo la atención prenatal no sólo para las mujeres que residen en las zonas indígenas sino también en las grandes urbes. Asimismo, nos ayudaría a una mejor comprensión del proceso de la menstruación y otras funciones fisiológicas del organismo femenino, lo que repercutiría finalmente en la comprensión de los temores y recelos frente al uso de métodos anticonceptivos.

c). Enfoque de equidad y derechos en salud, que implica reconocer la salud como un derecho humano fundamental y contribuir a la consolidación de una cultura democrática de los deberes y derechos de las personas, grupos y pueblos, en la que cada actor social participe responsablemente a favor del mantenimiento de la salud, del bienestar individual y colectivo. Significa construir ciudadanía en salud, sobre la base de una auténtica participación que propicie el desarrollo de iniciativas autónomas, con criterios de descentralización y relaciones equitativas en cada localidad.
El enfoque de derechos en salud incluye el derecho de todas las personas a gozar del más alto nivel de salud sexual y reproductiva. Implicaría el reconocimiento y promoción de los derechos sexuales y reproductivos que abarcan el derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de los hijos, a disponer de la información, la educación y los medios para ello; el derecho a adoptar decisiones sobre la reproducción sin sufrir discriminación, coerción y violencia; el derecho humano de la mujer y del hombre a tener control respecto de su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, y a decidir libre y responsablemente respecto de estas cuestiones sin verse sujeta/o a la coerción, la discriminación y la violencia.

4.3. Unidades de Implementación.
Las orientaciones técnicas propuestas en el presente documento, deben ser coordinados por las Direcciones de Promoción de la Salud de cada una de las DISAs y DIRESAs, a través de los cuatro Programas de la DGPS que son: el Programa de Familias y Viviendas Saludables, el Programa de Promoción de la Salud en las Instituciones Educativas, el Programa de Municipios y Comunidades Saludables y el Programa de Centros Laborales Saludables.
A nivel más descentralizado, serán los equipos constituidos para tal fin en las Redes y Microrredes de Salud que conforman los establecimientos del Ministerio de Salud, los encargados de su implementación.
La implementación y coordinación de las Orientaciones Técnicas para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva se hará en estrecha vinculación con el Ministerio de Educación, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Trabajo, el CONAJU, así como los gobiernos locales y la comunidad: organizaciones sociales de base, incluyendo las organizaciones de mujeres, comités de salud, asociación de padres de familia, asociaciones de vecinos, asociaciones y organizaciones juveniles entre otros.

V. ASPECTOS TÉCNICOS

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5.1. Orientaciones Técnicas Generales para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva.

Para implementar las Orientaciones Técnicas para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva será imprescindible considerar los Lineamientos de Política de Promoción de la Salud, los cuales proponen romper paradigmas vigentes, generar mecanismos de coordinación intersectorial, fortalecer la ciudadanía, contribuir a la descentralización y al fortalecimiento de los gobiernos locales y a la reorientación de los servicios promoviendo la participación de la población en procesos de toma de decisiones y vigilancia ciudadana.


Basándonos en los Lineamientos de Política de Promoción de la Salud, proponemos los siguientes lineamientos para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva:


      1. Desarrollar alianzas intra e intersectoriales para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva, mediante la articulación de redes sociales de distinto nivel institucional, comunitario o individual.

  • Trabajar en coordinación con las diez estrategias sanitarias nacionales, especialmente con la ESN Salud Sexual y Reproductiva (la cual formamos parte del comité técnico como DGPS), ESN VIH/SIDA, ESN Pueblos Indígenas y ESN Salud Mental.

  • Promover convenios de cooperación técnica con Ministerios y organizaciones (gubernamentales y no gubernamentales) que constituyen nuestros aliados potenciales.

  • Promover acciones de sensibilización y capacitación a diversos actores sociales para el logro de voluntades de trabajo en la visión de obtener una adecuada salud sexual y reproductiva en el Perú.




      1. Promover la participación comunitaria conducente al ejercicio de la ciudadanía, reconociendo y revalorando el rol de los agentes comunitarios y la participación activa de las organizaciones sociales en la promoción de la salud y el desarrollo local.

  • Capacitar en temas de Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva, con énfasis en maternidad saludable, a los Agentes Comunitarios de Salud.

  • Sensibilizar a los líderes sociales para la defensa y promoción de la Salud Sexual y Reproductiva.

  • Involucrar en nuestro trabajo a las organizaciones sociales de base.




      1. Reorientar los servicios de salud sexual y reproductiva con enfoque de promoción de la salud en los ámbitos intra y extra mural.

  • Capacitar al personal de salud en temas de Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva, con énfasis en maternidad saludable, así como en el modelo de abordaje para la Promoción de la Salud (especialmente en enfoques y estrategias).

  • Generar documentos normativos que orienten el trabajo intra y extra mural para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva a nivel nacional.




      1. Reorientar la inversión hacia la promoción de la salud y el desarrollo local.

  • Desarrollar acciones de abogacía a nivel local, regional y nacional que logren obtener recursos para el trabajo en promoción de la salud sexual y reproductiva.

  • Realizar acciones de sensibilización y abogacía que logren Involucrar a las instituciones (públicas y privadas) que operan a nivel regional y local a comprometer presupuestos para las acciones de promoción de la salud sexual y reproductiva, con énfasis en maternidad saludable.



5.2 Aspectos a desarrollar por población sujeto de intervención.
5.2.1. Por etapas de la vida.

Promoción de una sexualidad saludable, plena y responsable en el/la niño/a (0 - 9 años).

La sexualidad forma parte de la vida de las personas desde el inicio hasta el final de su existencia y se desarrolla a través de los años sobre la base del conocimiento, valores, creencias y costumbres de su entorno social.


La sexualidad tiene una naturaleza subjetiva y social y en ella juega un importante papel la afectividad, tanto por su intensidad como por su profunda significación. Se puede afirmar entonces que la sexualidad se va configurando a partir de la interacción del sujeto con otras personas que actúan como mediadores entre el individuo y la cultura de la sexualidad.
Según la teoría psicoanalítica69 la sexualidad infantil y el desarrollo afectivo atraviesan una serie de etapas en las cuales se experimenta placer en diferentes zonas del cuerpo.
La primera de estas etapas del desarrollo psicosexual esta caracterizada por la recepción pasiva y dependiente del placer. La principal actividad es la succión y en esta primera etapa es fundamental la relación con la madre, que es la persona más importante en la vida del bebé, los cuidados amorosos que ella pueda dispensarle, las diferentes expresiones de afecto y ternura, permitirán que el /la bebé constituya una base de confianza y seguridad que lo acompañarán durante toda la vida.
Con el inicio del segundo año de vida aproximadamente, se inicia otra etapa en la que emergen dos conductas importantes la marcha y el lenguaje. El niño/a encuentra placentero el momento en que aprende a controlar sus esfínteres. Mientras tanto la dependencia ha disminuido, la obstinación ha aumentado así como el egoísmo y la dificultad para compartir.

Al alcanzar mayor independencia del adulto, comienza a descubrir las relaciones entre los objetos, sus funciones y empieza a reconocerse a sí mismo por sus aspectos externo.


Entre lo tres y los cuatro años el niño que se ha ido adaptando poco a poco a los deseos de los padres y a las exigencias de la realidad, inaugura otra etapa en el que alcanza importancia el conocimiento de las diferencias sexuales, la exploración del propio sexo y el tocamiento de los genitales así como una relación muy estrecha con el padre del sexo opuesto y por momentos celos y rivalidad con el padre del mismo sexo. El reconocimiento de si mismos como seres sexuados se logra en este periodo en el que además empiezan a identificarse con los roles que realizan los adultos con su mismo sexo.
Según la teoría psicoanalítica posteriormente se inicia otra etapa que coincide con la escolaridad y donde se privilegia la actividad intelectual y donde los impulsos sexuales no se manifiestan de manera directa.
Partiendo de que la sexualidad es un fenómeno sociocultural diverso en el tiempo y en el espacio vamos a entender que la sexualidad se construye socialmente, debemos otorgar importancia a diversos agentes sociales que intervienen en la tarea de formación de la misma, la familia, los profesores y personas significativas. Las actitudes y mensajes que el niño/a reciba frente a sus diversas expresiones sexuales, irán cargando de diferentes significados a las mismas.

Desde una lectura de género comprenderemos los procesos mediante los cuales niños y niñas construyen su ser masculino y femenino desde que nacen en cada cultura. Lo que se les permite, prohíbe, el estimulo a determinadas actividades y no a otras, el tipo de juego y juguetes que se estimula según sean niños o niñas.




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