Presidencia: doctor Eduardo Menem, señor Alberto Reinaldo Pierri



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CONVENCIÓN NACIONAL CONSTITUYENTE


21ª Reunión - 3ª Sesión Ordinaria (Continuación)

1° de agosto de 1994



Presidencia: doctor Eduardo Menem, señor Alberto Reinaldo Pierri y doctor Ramón Bautista Mestre
Secretario Parlamentario: doctor Edgardo R. Piuzzi

Secretario Administrativo: doctor Juan Estrada

Secretario de Coordinación Operativa: doctor Luis A. J. Brasesco



VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
PRESENTES
ABRAHAM, Olga Catalina

ACUÑA, Augusto César

AGUAD, Oscar Raúl

AGUILAR TORRES, Luis María

AGUIRRE, Mauro

ALASINO, Augusto José María

ALBAMONTE, Alberto Gustavo

ALEGRE, Miguel Ignacio

ALFONSIN, Raúl Ricardo

ALSOGARAY, Alvaro Carlos

ALVAREZ, Carlos

AMENA, Jorge Daniel

ANCARANI, Hilda Norma

ANDRADE MUÑOZ, César G.

ARAOZ, Julio César

ARELLANO, María Cristina

ARIAS, César

ARMAGNAGUE, Juan Fernando

ARNOLD, Eduardo Ariel

AUYERO, Carlos Alberto Camilo

AVELIN DE GINESTAR, Nancy B.

AZCUETA, María Cristina

BABBINI, Bibiana

BALDONI, Hugo Domingo

BALESTRINI, Alberto Edgardo

BARBERENA, Juan Atilio

BARCESAT, Eduardo S.

BASSANI, Angel Marcelo

BATTAGION, Richard Gustavo

BAUM, Daniel

BAVA, Pablo Juan Angel

BENZI, María C. de los Angeles

BERCOFF, María Graciela

BERHONGARAY, Antonio Tomás

BIAZZI, Ricardo Roberto

BOGADO, Floro Eleuterio

BONACINA, Mario Héctor

BORINI, Rodolfo Eduardo

BOSIO, Néstor Mario

BRASSESCO, María Inés


BRAVO, Alfredo

BRAVO, Leopoldo

BRITOS, Oraldo Norvel

BROLLO, Federico Guillermo

BRUSCA, Vicente Mario

BUCCO, Jorge Luis

BUSTI, Jorge Pedro

CABALLERO MARTIN, Carlos

CACERES, Luis Alberto

CAFIERO, Antonio Francisco

CAFIERO, Juan Pablo

CAPPELLERI, Pascual

CARDESA, Enrique Gustavo

CARDINALE, Pablo Antonio

CARRETTONI, Jorge Carlos

CARRIO, Elisa María Avelina

CASARI DE ALARCIA, María L.

CASCO, María del Carmen

CASTILLO ODENA, Tomás E. R.

CAVAGNA MARTINEZ, Mariano A.

CIAURRO, Antonio

CORACH, Carlos

CORNET, Roberto Julio

CULLEN, Iván José María

DAHER, Zulema Beatriz

DALESIO DE VIOLA, Adelina

DE BERNARDI, Eduardo

DE LA RUA, Jorge Enrique

DE SANCTIS, Guillermo Horacio

DE VEDIA, Enrique

DEI CASTELLI, Mario

DEL BONO, Jorge Alejandro

DEL BONO, Tulio Abel

DEL CAMPO, Carlos Alberto

DEL CASTILLO, Fernando Raúl

DELICH, Francisco José

DENTICE, Enrique Salvador

DI TULIO, Héctor Horacio

DIAZ, Rodolfo Alejandro

DIAZ ARAUJO, Edgardo Alberto

DIAZ GIMENEZ, Héctor Antonio

DIAZ LOZANO, Julio César

DRESSINO, Ana María

DUBINI, Isidro Ramón

DUHALDE, Eduardo Alberto

EL BACHA, Leticia

ELORDI, María de las Mercedes

ESCOBAR, Jorge Alberto

ESCUDERO, José C.

ESPINDOLA, Zulma Celina

ESTEVEZ BOERO, Guillermo E.

ETCHENIQUE, Roberto Alejandro

FABIO, José Domingo

FALBO, María del Carmen

FALCO, Domingo Julio

FARIAS, María Susana

FELICEVICH, Sara Lía

FERNANDEZ DE KIRCHNER, Cristina

FERNANDEZ MEIJIDE, Graciela

FICOSECO, José Carlos

FIGUEROA, María Cristina

FONZALIDA, Nicolás Lázaro

FRONTERA, Rodolfo

GARCIA, Daniel Oscar

GARCIA, Francisco Sixto

GARCIA LEMA, Alberto M.

GARCIA VDA DE BARROSO, Ida G.

GIACOSA, Luis Rodolfo

GIORDANO, Evaristo José

GOMEZ DE MARELLI, Nilda Mabel

GONZALEZ, Elsa Gladis

GONZALEZ, Rafael Alfredo

GORLERI, Horacio Carlos

GUERRERO, Antonio Isaac

GUINLE, Marcelo Alejandro

GUZ DE EQUIZA, Elba Rosa

GUZMAN, María Cristina

GUZMAN, Ricardo Gaspar

HARVEY, Ricardo J. G.

HERNANDEZ, Antonio María

HERNANDEZ, Simón Fermín

HERRERA, Humberto Antonio

HITTERS, Juan Carlos

IBARRA, Aníbal

INSFRAN, Gildo

IRIARTE, Luis

IRIBARNE, Alberto J. B.

IRIGOYEN, Roberto Osvaldo

ITURRASPE, Juan Bernardo

JÁNDULA, Jorge Eduardo

JAROSLAVSKY, César

JUAÑUK, Emilia Itatí

kENT, María del Pilar

KESSELMAN, Pedro J.

KIRCHNER, Néstor Carlos

LA PORTA, Norberto L.

LA ROSA, Carlos Salvador

LARREGUY, Carlos Alberto

LEIVA, Rina Martha

LIPSZYC, Cecilia Norma

LLAMOSAS, Esteban Miguel

LLANO, Gabriel Joaquín

LLAVER, Santiago Felipe

LLUDGAR, Rosa Emilia

LORENZO, Carlos Alberto

LUCERO, María Zunilda

LUNA, Julio Alberto

MAEDER, Ernesto Joaquín

MANFREDOTTI, Carlos

MAQUEDA, Juan Carlos

MARCOLINI, Nora María

MARIN, Claudio Miguel Angel

MARIN, Rubén Hugo

MARQUEZ, Pablo Antonio

MARTINEZ, Esteban

MARTINEZ, María de las Mercedes

MARTINEZ SAMECK, Pablo E.

MARTINO DE RUBEO, Marta N.

MARUCCO, Hebe Aurora

MASNATTA, Héctor

MATILLA, José

MAY ZUBIRIA, Diego

MAYANS, María Susana

MAZZEO, Iris Artemisia

MEANA GARCIA, María Nelly

MELO DE LA BARBA, Susana Beatriz

MENDEZ, María T.

MENEM, Eduardo

MERCADO LUNA, Ricardo Gastón

MESTRE, Ramón Bautista

MIGUEZ BONINO, José

MIRANDA, Julio Antonio

MOINE, Mario Armando

MOLINA, Pedro Eustacio

MONTES DE OCA, Luis G.

MORENO, Ricardo María Diego

MURUZABAL, Hilario Raúl

MUSALEM, Alfredo

NATALE, Alberto Adolfo

NUÑEZ, José Luis

OLIVEIRA, Alicia

OLMEDO, Mario Antonio

OLSINA, Maria Luján

ORSI, René Saúl

ORTEGA, Ramón B.

ORTIZ, Jorge Oscar

ORTIZ PELLEGRINI, Miguel Angel

PAIXAO, Enrique

PANDO, Ana María

PARDO, Angel Francisco

PARENTE, Rodolfo Miguel

PECULO, Alfredo

PEDERSOLI, Juan Mario

PELTIER, Teresa Camila

PERETTE, Pedro

PETTIGIANI, Eduardo Julio

PICCININI, Alberto José

PIERRI, Alberto Reinaldo

PIZZURNO, Ana María

PONCE DE LEON, Rodolfo O. J.

PONTUSSI, Ennio Pedro

POSE, Guillermo Alfredo

PRIETO, Hugo Nelson

PUCHMULLER, Alberto Francisco

PUERTA, Federico Ramón

PUIGGROS, Adriana Victoria

QUIROGA LAVIE, Humberto

RAIJER, Beatriz Irma

RAMPI, Pascual Angel

REBORA, Luis Armando

REGAZZOLI, Zelmira M.

REPETTO, Víctor Roberto

REUTEMANN, Carlos Alberto

RICO, Aldo

ROBLES, Miguel Angel

ROCAMORA, Alberto Luis

ROCHA DE FELDMAN, Dora

RODRIGUEZ, Jesús

RODRIGUEZ DE TAPPATA, Anahí Silvia

RODRIGUEZ SAÑUDO, Hugo B.

ROMERO, Juan Carlos

ROMERO, Nilda

ROQUE, Blanca Lelya

ROSATTI, Horacio Daniel

ROULET, Elva

ROVAGNATI, Dina Beatriz

RUBIO DE MINGORANCE, Elena

RUFEIL, José Tanus

RUSSO, Federico Pedro

SACHS DE REPETTO, Dora H. N.

SALAZAR, Víctor Hugo

SALINAS, Isabel Marta

SALUM, Humberto Elías

SANCHEZ DE DE MARIA, Susana B

SANCHEZ GARCIA, María V.

SAPAG, Luz María

SARAVIA TOLEDO, Fernando

SCHIAVONI, Ester Aída

SCHIUMA, Stela Maris

SCHRODER, Juan

SEQUEIROS, Néstor Adrián

SERRA, José María

SERRAT, Teresita Beatriz

SERVINI GARCIA, Clara C.

SKIDELSKY, Carlos Rubén

SOLANAS, Fernando Ezequiel

SPINA, Carlos Guido

STEPHAN, Sergio

TIZON, Héctor Eduardo

TORRES MOLINA, Ramón

VALDES, Eduardo Félix

VALLEJOS, María Cristina

VASQUEZ, Alejandro Jorge

VEGA DE TERRONES, Ana María

VELARDE, Marta Sylvia

VERANI, Pablo

VIUDES, Isabel Josefa

VIVIANT, Alfredo Ramón


VIYERIO, Eduardo Alfredo

WEST, Mariano Federico

WINTER, Jorge Enrique

YOMA, Jorge Raúl

ZAFFARONI, Eugenio R.

AUSENTES
ACHEM, Antonio

BARRA, Rodolfo Carlos

BELLO, Claudia Elena

BERTOLINO, Enrique Antonio

BULACIO, Rafael Alberto

BUSSI, Antonio Domingo

CARATTOLI, Héctor Jorge

COLOMBO, María T. del Valle

CONESA MONES RUIZ, Horacio E.

COUREL, Carlos Alberto

DE JESUS, Juan

DI LANDRO, Oscar Jorge

ESTABILLO, José Arturo

FERREYRA DE LAS CASAS, Ignacio

HERNANDEZ, Santiago A.

HONCHERUK, Atlanto

HUMADA, Julio César

KAMMERATH, Germán L.

LOPEZ DE ZAVALIA, Fernando J.

MAESTRO, Carlos

MARCONE, Hugo Dante O.

MARTINEZ LLANO, José R.

MASSACCESI, Horacio

MAZA, Norma Beatriz

NAVARRO, Argentino Miguel

ORTEMBERG, Raquel Elisa

PEÑA, Daniel Alberto

PICINATO, José Alejandro

PITTE DE LANDA, María A.

ROMERO FERIS, José A.

SALCEDO, Carmen Inés

SANTANDER, Mario Armando

SCHIAVONI, Domingo José

VARESE, Luis Alejandro

ZAVALIA, José Luis


AUSENTES CON AVISO


MERLO, Mario Raúl

RODRIGUEZ SAA, Adolfo


CON LICENCIA


FEIJOO DO CAMPO, María del C.

RICO, Aldo


CON RENUNCIA PENDIENTE DE APROBACIÓN

DE NEVARES, Jaime Francisco

GALARZA, Edith* Falta incorporar el reemplazante de Salazar, Evangelina



S U M A R I O


1. Continúa la consideración del dictamen de la Comisión de

Redacción en los despachos generales en mayoría y en mino-

ría originados en la Comisión de Coincidencias Básicas sobre

los proyectos referidos a los puntos A, B, C, D, E, F, G, H, I, J,

K, L y LL del artículo 2° de la ley 24.309 (Orden del Día N° 6) Pág. 2555

2. Apéndice:



I. Sanción de la Convención Nacional Constituyente. Pág. 2702

II. Inserciones. Pág. 2711

III. Votaciones. Pág. 2811
En Santa Fe, a las 11 y 4 del lunes 1° de agosto de 1994:

Sr. PRESIDENTE (Mestre).— Continúa la sesión.



1

NÚCLEO DE COINCIDENCIAS BÁSICAS



(Continuación)

Sumario

Sr. PRESIDENTE (Mestre).— Prosigue la consideración del dictamen de la Comisión de Redacción en los dictámenes originados en la Comisión de Coincidencias Básicas sobre los proyectos referidos a todos los puntos del artículo 2° de la ley 24.309.

Tiene la palabra la señora convencional por Corrientes.

Sra. PANDO.— Señor presidente: vengo en representación de una provincia en la que el Pacto de Olivos no triunfó, seguramente porque los liberales y los autonomistas supimos interpretar de deseo de sus habitantes. Pero también dijimos que nos haríamos presentes en esta Convención para sostener las bondades de ese Pacto y para rechazar lo que fuera extraño a nuestro sentimiento nacional y a lo que entendemos es lo más preciado, es decir, el hombre y sus libertades; me refiero, fundamentalmente, a la libertad de decidir y de expresarse, que no es otra cosa que la exteriorización del pensamiento.

Ese fue el motivo por el que no acompañamos el Pacto de Olivos. O sea, no porque estuviésemos un ciento por ciento en contra de su arquitectura sino porque, justamente, no teníamos autonomía de expresión en cada uno de los temas que considerábamos eran viables con nuestra filosofía política y con los derechos que preservamos, y por los que hoy estamos en este recinto.

Luego de lo que hemos escuchado a lo largo de las tres jornadas en las que venimos considerando el Núcleo de Coincidencias Básicas, llegamos a la conclusión de que existen dos líneas de exposición y de pensamiento: una argumental, que habla de más poder, de hombres providenciales y que le dice no a la reelección y sí a la prohibición, mientras que la segunda significa el freno y es sustentada por el partido que se ha constituido en el equilibrio que garantiza la no concentración del poder.

En ese sentido, queremos razonar ubicándonos en el medio de esas dos vertientes y de esas dos líneas argumentales, para lo cual habremos de analizar el Núcleo. Pero antes de eso leemos los fundamentos del dictamen de mayoría, del que sobresale principalmente el tema del equilibrio del poder, en una participación total de ideas entre mayorías y minorías, es decir, entre quienes sostienen este pensamiento y entre quienes lo rechazan.

Al respecto, como constituyentes, tenemos que ser sinceros. El Núcleo, tal como lo estamos debatiendo, no es producto del trabajo de esta Convención ni de la preconstituyente sino de un acuerdo anterior. Es decir que no nació con la sanción de la ley 24.309, y tampoco surgió como consecuencia de nuestra tarea. Entonces, como para poder respetarnos tenemos que ser sinceros, debemos decir que en este recinto ni en las comisiones se pudo intercambiar ideas y opiniones como para hacer un aporte superior; el tema es extremadamente cerrado.

Por lo tanto, no es cierto lo que se ha dicho sobre la participación —en especial, la de las minorías—, razón por la cual no podemos aceptar esos fundamentos, principalmente cuando se indica que todos tuvimos las alternativas para ampliar el debate y para participar.

Por otro lado, quienes han hecho uso de la palabra por el bloque radical manifestaron que el corazón del Núcleo reside en el jefe de gabinete, porque él constituye el equilibrio. Personalmente me ocupé de leer y de releer cada uno de los artículos que establecen las atribuciones que va a tener, y honestamente tengo que decir que no creo que eso vaya a ser así, porque para que el jefe de gabinete actúe con el efecto que pretenden sus inspiradores, debería tener, como mínimo, un origen parlamentario. Digo esto porque si realmente pretendemos que constituya el equilibrio del poder, debería actuar de fusible y de elemento fiduciario del gobierno. Así, en caso de que el Congreso y el gobierno entren en colisión debería comenzar a funcionar ese sistema parlamentario, que justamente es el que garantiza el equilibrio en circunstancias de choque.

¿Pero cómo vamos a decirle a la gente que porque lleve la administración del gobierno y porque se le saca al ministro de Economía el control de la recaudación y la ejecución presupuestaria, el jefe de gabinete va a desequilibrar y fundamentalmente retacear poder al sistema presidencialista?

Este último está instalado históricamente en la Argentina porque la división de los poderes así lo indica, porque el presidencialismo es fuerte y porque no hemos hecho en esta reforma ningún tipo de derivación respecto del poder, y cuando ello no ocurre debemos pensar que no solo no se lo disminuye, sino que se concentra cada vez más.

De manera que si existe un jefe de gabinete que cumple funciones administrativas y está sujeto a un voto de censura o a la remoción, estos últimos se vinculan con dicho cargo, pero no con el Congreso ni con el cuerpo de ministros, por lo que tampoco el pueblo tiene una participación que signifique elegir un nuevo jefe de gabinete, que son las bondades y las características del sistema parlamentario.

Entonces, si sostenemos que tenemos un presidencialismo fuerte y que necesitamos que cada tanto el pueblo participe en la ratificación de sus autoridades, busquemos la forma, pero con la identidad propia de una funcionario en vez de utilizar estos maquillajes con los que sólo logramos no ser honestos con nosotros mismos y fundamentalmente injertamos una figura que no es propia del presidencialismo y muchos menos del parlamentarismo.

En la Constitución uruguaya de 1967 se creó un sistema bastante parecido al parlamentarismo, que sin ser extremadamente genuino brinda la posibilidad al pueblo para que en caso de que le reste confianza a cualquiera de las dos instituciones fundamentales de la vida democrática vuelva a tener participación para encolumnarse detrás de cualquiera de ellas.

Por ello no vemos al primer ministro, jefe de gabinete o ministro coordinador como la solución, el corazón o el centro neurálgico de esta reforma, porque si producimos una reforma y convocamos al pueblo de la Nación para decirle que vamos a menguar este fuerte presidencialismo, no podemos mostrarle algo tan desdibujado como esta figura del primer ministro.

Si a ello le sumamos una reelección más cuatro años en el ejercicio del poder, que no son suficientes para ningún plan presidencial, no llegamos a armar un esquema de gobierno organizado.

Ese es el motivo por el cual no nos convence la reelección y menos aún cuando ella se va a definir en cinco jurisdicciones, que son las que concentran el 69 por ciento de los habitantes del país: las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, y la Capital Federal. Cuando el esquema deja de ser federalista, cuando existe una mayor concentración del poder, cuando el primer ministro no va a ser el resorte ni tampoco el colchón —como escuchamos decir reiteradamente al señor convencional Barra en numerosas publicaciones—, significa que la reelección y este presidencialismo, cada vez más fuerte, tiene una gran ausencia de ética, porque no está armada con vista al futuro, no está hecha para los que vienen, sino que está preparada para quien es juez y parte; y cuando uno es juez y parte de una estructura donde decide la vida y la hacienda de 33 millones de argentinos, eso le resta seriedad y apoyo a un planteo que en principio no es malo.

Es que cómo podemos sostener con fuerza y honestidad que debemos apoyar una reelección de las actuales autoridades en función de que ello implica un equilibrio de poderes cuando la figura del primer ministro no es tal, sino que representa a un secretario general técnico de la gobernación fundamental que es la presidencia de la República.

Esos son los elementos que no permiten que acompañemos el artículo 2° de la reforma. Pero no se trata sólo de la figura del primer ministro que nos impide que acompañemos el tema de la reelección del actual presidente —este saco que le queda a medida y que le quita los dones éticos que debe contener una proposición—, sino que a ello debemos agregarle la cuestión del tercer senador.

La circunstancia de que sean tres senadores no nos preocupa, sino el hecho de que dejen de tener representatividad provincial. Si estábamos en contra de la institución del Senado ya que se dice que se trata de legisladores elegidos por el pueblo que pierden contacto con las bases en virtud de que nueve años representan un lapso extremadamente prolongado, hubiésemos utilizado los dos remedios realmente viables: que después de cada período legislativo, los senadores nacionales rindan cuenta ante las asambleas legislativas provinciales. De ese modo habrá una mayor participación del pueblo y una aprobación anual vinculada al cumplimiento de los designios para los que su provincia les ha otorgado poder. Y el segundo remedio era el sí a un voto de censura y de remoción en caso de que el senador no representara a su provincia, sino a los intereses de su partido.

Sr. PRESIDENTE (Mestre).— Señora convencional: la Presidencia le informa que ha concluido su tiempo.

Sra. PANDO.— Ya culmino, señor presidente.

Resulta ser que ahora no sólo van a dejar de representar a las provincias, sino que representarán a los partidos políticos. Se podrá decir que el de los partidos polìticos es el camino y el conducto para llegar a la representatividad. Puede ser que sí. pero también lo es la Cámara de Diputados. De ahí que, entonces, estaríamos burlando la fuente y razón de existencia de cada una de las cámaras.

En razón de todos esos ingredientes, decimos no a la reforma. Pero, fundamentalmente, lo hacemos porque ha sido tergiversado el hilo fundamental de lo que es la participación y la libertad. La libertad de decidir cada uno en qué puntos queríamos brindar nuestro apoyo.

Sin embargo, como ya lo dijimos, esta reforma no es totalmente negativa. Hemos apoyado los puntos que hasta ahora se han aprobado, correspondientes al artículo 3° de la ley 24.309. También lo hicimos con respecto a las intervenciones federales a través de la ley, al control de legalidad de la administración y a la libertad de culto del presidente de la República.

Pero así como expresamos con toda sinceridad a qué puntos prestamos nuestro apoyo y cuál es el motivo de la falta de nuestra adhesión total, queremos responsabilizar a quienes están dando todas las llaves y salvoconductos para una reelección, a la que no desdeñamos si es para el futuro. Sin embargo, reprochamos que sea armada para el actual titular del Ejecutivo.

Quisiera, señor presidente, pedir al señor convencional Alfonsín que, como gran demócrata y con la hidalguía que lo caracteriza, si en el curso de los años esta reforma no funcionara, si el equilibrio de los poderes no resultara, sean utilizados todos los mecanismos constitucionales para que la Argentina busque los medios y los conductos para que sea corregida la hegemonía del poder a la que, cada vez, vemos más acentuada.

Como palabras finales, quiero puntualizar que quede expresamente a salvo que el Pacto Autonomista Liberal de Corrientes no viene a sostener un no en función de una negativa cerrada. En realidad, viene a sostener el no simplemente porque no hemos tenido la libertad de decidir. (Aplausos)

Sr. PRESIDENTE (Mestre).— Corresponde que haga uso de la palabra la señora convencional Dalesio de Viola, por la Capital, quien no se encuentra presente en el recinto. El siguiente orador es el señor convencional Péculo, por Buenos Aires, quien tampoco lo está.

Por lo tanto, tiene la palabra el señor convencional por Santa Fe.

Sr. ESTEVEZ BOERO.— Señor presidente: como lo expresara el señor covencional Auyero, hemos llegado al núcleo de la reforma. Luego avanzaremos hacia el corazón del núcleo, que es la reelección, que figura en el artículo 77.

Como lo mencionara el fiscal Molinas... perdón.... Lisandro de la Torre...

Sr. CABALLERO MARTINO.— Hay una diferencia.

Sr. ESTEVEZ BOERO.— Sí, hay diferencia. Todos somos diferentes, y también lo son los tiempos.

Entonces, como decía Lisandro de la Torre prologando los párrafos de Carlos Sánchez Viamonte en la constituyente del 34, " lo que debía consumarse, se consumó" y aquí estamos, con este Núcleo, con cuyo contenido y, fundamentalmente, con cuya metodología en materia de votación hemos planteado nuestras disidencias. A pesar de ello hemos presentado nuestro punto de vista para tratar de mejorarlo.


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