VII
Sancho García de Garibay
Señor de Garibay en los reinos de Enrique IV e Isabel la Católica. En 1448 asistió a la batalla de Mondragón; en 1457 suscribió el famoso Desafío de los Parientes Mayores; dos años antes había él solo desafiado solemnemente a Juan Pérez de Isasigaña y a Pedro de Orduña, hermanos.
En 1494 otorgó en su palacio de Garibay escritura, de donación del sel de Ascargorta a favor de Juan de Elorregui, su nieto, hijo de Miguel de Elorregui, ya difunto; en atención a los muchos servicios que a entrambos Miguel y Juan les debía y acatando el debdo y otros respetos honestos. Hay entre sus hechos uno que enaltece su memoria y merece consignarse. Es el caso que, prevalidos los Señores de Oñate de la división creada por los bandos entre los vecinos de dicha villa, iban cercenando las libertades de ella cuanto podían; y se le ocurrió a D. Iñigo de Guebara exigir de la Junta popular, o Batzar, que se le señalara un río cuya pesca fuera exclusivamente para él y sus sucesores. De antemano contaba con el
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apoyo de sus adeptos hasta el servilismo los Arrietas y Olaldes. Apercibido de ello Sancho García, formó el propósito de poner dique a las pretensiones Señoriales, y no vaciló en sacrificar su amor propio, acudiendo en persona a solicitar la ayuda de García Ruiz de Murguía, su mortal enemigo, Pariente Mayor oñacino, con quien años hacía no se había cruzado el saludo. Recibióle este con hidalga cortesanía, diciéndole que le había vencido en tener más vigilancia por la república. Y cuando se reunió el Batzar o congreso oñatiense e hizo don Iñigo la propuesta, se levantó García Ruiz y dijo que aquel río que el señor pedía y todos los de Oñate estaban en su servicio; pero que había de ser común como siempre. Enojado Guebara, le amenazó con ponerle la cabeza donde tenía los pies, por tamaño desacato. Entonces alzóse erguido Sancho García de Garibay y, con asombro de D. Iñigo, le replicó que «demasiado pesaba la cabeza de Murguía para poderla quitar de donde estaba». Conoció el magnate que tenía perdida su causa y huyó aburrido a Guebara, donde desahogó su cólera contra Gil García de Garibay, que servía en su casa; y le hubiera matado a no escapársele de entre las manos defendiéndose con su espada. D. Iñigo, para imponerse a us súbditos, pidió favor al Condestable, de Castilla D. Miguel Lucas de Iranzo, quien le envió seiscientos de a caballo al mando del capitán Herrera; y llegó el despechado Señor con esta fuerza al valle de Léniz. No esperaron los de Oñate a que pasara adelante y, habiéndose levantado todos, así gamboinos como oñacinos padre por hijo, le hicieron frente en las herrerías de Marulanda. Como observase el Capitán tanta muchedumbre de gente y su decisión a la pelea, se retiró con las tropas al Condestable y D. Iñigo con los suyos a Guebara. .
A este Sancho García de Garibay se le nombra Anso Garsia en algunas canciones euskaras de su tiempo.
Estuvo casado con D.ª María Beltrán de Guebara, hija de Juan Beltrán de Guebara y D.ª María Beltrán de Iraeta, Señores de Alzolaras. Fueron sus hijos: Gil García, María García de Garibay y D.ª Sancha de Garibay. De D.ª Sancha sabemos que casó con Juan Miguelez de Araoz y tuvo a Pedro de Araoz, Preboste de San Sebastián, casado con D, María Perez de
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Zabala, de Vergara, padres de D.ª Magdalena de Araoz, que casó en 1498 con Martín García de Oñaz y Loyola, hermano mayor de San Ignacio de Loyola.
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