Primitiva casa baroja

ZAÑARTUBEITIA, Juan, v. de Oñate, en 1489.

ZAPATERO, García López, v. de Mondragón, en 1353.- Lope, v. de Villarreal de Urrechu, en 1472.- Martín, v. de Zumarraga, en 1478.

ZAPIAIN, Pedro, de la casa de Zapiain, en San Sebastián, v. de dicha villa, en 1566.- Juanes, h. Hernani, 1617.- Agustín y sus

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hermanos, h. Astigarraga, 1773.- Sebastián y su hijo José, h. San Sebastián, 1733.- Pedro Ignacio y otros, h. Rentería, 1779.

ZARAA, Pedro, h. Mondragón, 1634.- Juan, h. Placencia, 1704. La filiación antigua de esta familia en Mondragón, es como sigue:

I

Miguel de Zaráa

Señor de la casa solar infanzonada de Zaráa, en Campanzar, por los años de 1467, casado con D.ª Catalina de Aranzaeta, elorriana. Hijos: Pedro, que sigue esta línea; Miguel Mateo, cuyo estado no consta, y Martín, que casó a la casería de Arbincelay, en Arechavaleta, y cuyos descendientes fueron: Juan de Zaráa, vecino de Ochandiano, que murió el año 1696, dejando tres hijas muy bien casadas en Vitoria.

II

Pedro de Zaráa

Señor de la casa de Zaráa, casó con D.ª Catalina de Ermua, hija de la noble casa solar de Ermua, en Alava. Fué su hijo Pedro, que sigue esta línea.

III

Pedro de Zaráa

Vivió en la villa de Mondragón y profesó la milicia en ser­vicio del Emperador Carlos V. Se distinguió mucho como sargento del Capitán Bolibar, en la campaña de Cataluña el año 1542, y particularmente en el socorro de Perpiñán, entran­do con su compañía y otras dos en la plaza cuando la tenían cercada y batida los franceses, que hubieron de levantar el cerco. Casó dos veces: 1.º con D.ª Catalina Fernández de Oxinaga, en Mondragón, en su juventud; y 2.º con D.ª Juana de Urquizu, natural de Elorrio. Durante sus segundas nupcias residió en Aragón. Fueron sus hijos: Del primer enlace: Fran­cisco, que sigue esta línea, y Pedro, que falleció joven; del segundo, Pedro y Martín, ambos hombres de armas de la com­pañía del marqués de Montemayor, que militaron por tierra y

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mar en el real servicio, distinguiéndose particularmente el segundo el año 1582 en la batalla naval de la isla de San Miguel, donde le quemaron la cara y un brazo, y el año 1583 en la de las Terceras, donde mereció la merced de una ventaja o sobresueldo.

IV