Tres rasgos comunes básicos que suelen estar implícitos o explícitos en la mayoría de las definiciones: a) La competencia no existe en sí misma, independiente de una actividad, sino que está ligada al desempeño profesional. Por tanto, las competencias implican acción y se desarrollan al enfrentarse a una tarea. La importancia de la acción en educación ya se puso de manifiesto con la aparición de la escuela nueva, a finales del siglo XIX (Rouseau, Pestalozzi, etc.), cuyo principio fundamental era “aprender haciendo” (“Me lo explicaron y lo olvidé, lo ví y lo entendí, lo hice y lo aprendí”).
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