Relaciones comerciales externas y flujos de inversion


(en porcentajes respecto del total captado por América Latina)



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(en porcentajes respecto del total captado por América Latina)

Bonos 52.2 48.5 39.4 53.1

Acciones 91.0 75.3 43.5 44.2

Créditos bancarios 60.0 22.2 18.2 55.6

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*Periodo enero junio

Fuente: FMI Private Market Financing for Developing Countries, marzo 1995.

En ese cuadro, se observa claramente el mayor crecimiento de los bonos y acciones mexicanos negociados en el mercado internacional de capitales en comparación con la contratación de créditos bancarios, así como la elevada participación alcanzada por el país en dicho mercado, sobre todo en lo que respecta a la colocación de acciones. Así, las acciones colocadas por empresas mexicanas alcanzaron volúmenes absolutos y relativos sin precedentes, llegando a representar para 1991 más de nueve décimos del total de los países latinoamericanos  que por ese entonces en su gran mayoría estaban todavía marginados del mercado financiero internacional  y casi un cuarto del total mundial, porcentaje éste último que es superior a cualquiera de los niveles de participación que en los años setenta y a comienzos de los ochenta México llegó a tener en el total de créditos bancarios internacionales.

Con base en otra fuente, en el cuadro 30 se presenta información desagregada de los totales acumulados de compra de valores mexicanos por parte de inversionistas extranjeros, distinguiendo entre operaciones en el mercado de dinero y operaciones en el mercado de capitales, así como el tipo de instrumentos que fueron negociados en cada uno de esos dos mercados.

Según las cifras del cuadro 30, el total de inversión extranjera en valores mexicanos se multiplicó por más de diez veces entre 1990 y 1993, alcanzando para ese último año un monto superior a los 76,000 millones de dólares, luego de lo cual disminuyó hasta alcanzar un mínimo de 28,000 millones en 1995. Para todo el periodo considerado en el cuadro, la mayoría de la inversión extranjera de cartera se dirigió hacia el mercado de capital, acentuándose esa tendencia a partir de la crisis a tal punto que para 1996 el mercado de dinero absorbió apenas un 9% del total.

CUADRO 30

De los distintos valores gubernamentales adquiridos por los inversionistas extranjeros en el mercado de dinero, para 1990 los mayores montos correspondían a dos de ellos: los Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal (BONDES), por un total de 1,560 millones de dólares, y los Certificados de la Tesorería (CETES), por un total de de 1370 millones. En los años siguientes el monto de Bondes tendió a decrecer, en tanto que el de CETES se incrementó rápidamente hasta alcanzar un máximo de 15,300 millones en 1993, luego de lo cual, en 1994  y según veremos posteriormente con más detalle , disminuyó de manera súbita al mismo tiempo que se multiplicaba la compra de Bonos de la Tesorería de la Federación (TESOBONOS) por parte de los inversionistas extranjeros. La situación más reciente, según se observa en el cuadro 30, es que prácticamente los únicos papeles gubernamentales en poder de dichos inversionistas han pasado a ser los Cetes y además por un monto que corresponde a menos de un quinto del máximo alcanzado en 1993.

En lo que respecta a la inversión extranjera de cartera en el mercado de capital  que, como ya se dijo, ha sido permanentemente mayor que la dirigida al mercado de dinero , los principales instrumentos utilizados han sido los American Depositary Receipts (ADR),33 seguidos a bastante distancia por las acciones de libre suscripción, a tal punto que en una buena parte del periodo 1990 1996 los ADR por sí sólos han concentrado alrededor de la mitad del total de inversiones extranjeras de cartera y más de tres cuartos de las inversiones extranjeras dirigidas al mercado de capital (cuadro 30).

En esa elevada participación de los ADR y, más en general, en los grandes montos de inversión extranjera que se han dirigido al mercado de capitales, un papel de primer orden lo han jugado las colocaciones de acciones de TELMEX, tal como puede verse en el cuadro 31.

CUADRO 31

Según se desprende de dicho cuadro, desde el inicio de los años noventa la colocación de acciones por parte de TELMEX no sólo ha sido con mucho el principal componente del monto total de ADRs negociados, sino que además dicha colocación, al menos hasta 1995, representó entre 40% y 64% del total de títulos negociados en el mercado de capitales y absorbió entre 27% y 50% por ciento de todas las inversiones de cartera realizadas en valores mexicanos por inversionistas extranjeros.

Ese conjunto de cifras, no dejan lugar a dudas respecto del enorme peso que ha tenido las colocaciones de TELMEX, no sólo en el contexto de las inversiones extranjeras de cartera ingresadas a la economía mexicana, sino incluso en el funcionamiento global del mercado financiero internacional y en las operaciones de compra venta de acciones realizadas en dicho mercado, operaciones a las cuales TELMEX llegó a contribuir en 1993 con un monto total acumulado de más de 22,000 millones de dólares.

Para concluir con esta revisión de las inversiones extranjeras de cartera, nos parece necesario recordar que el espectacular crecimiento que tuvieron dichas inversiones durante los primeros años de la década de los noventa terminó abruptamente en 1994, y que con ello no sólo se puso fin a un periodo de fuerte sobrevaluación del peso y de sucesivos record históricos de déficit en la balanza comercial y estalló la más grave crisis económica de la historia contemporánea de México, sino que también se demostró la inviabilidad de una estrategia de desarrollo basada de manera extrema en la captación de ahorro externo y en la ausencia total de normas hacia el capital extranjero.

En los hechos, esa ausencia de normas creó las condiciones para que las inversiones extranjeras de cartera desplegaran al máximo su volatilidad y su carácter especulativo, y para que la retirada de esas inversiones provocara un grave daño a la economía nacional, empujando al estallido de una crisis tan profunda y generalizada como la que efectivamente se dió desde fines de 1994.

Respecto a ese papel jugado por las inversiones de cartera en la crisis de 1994, en el cuadro XI del Anexo Estadístico hemos reunido, para el periodo enero 1994 / diciembre 1996, los montos mensuales de dicha inversión en el mercado de capitales y en los principales instrumentos del mercado de dinero.

En lo que respecta al mercado de capitales, de las cifras presentadas en el cuadro se desprende que  a diferencia de los años previos, en que se daban tasas muy elevadas de crecimiento  en los primeros cuatro meses de 1994 hubo una disminución importante de la inversión extranjera dirigida a dicho mercado, que desde abril de 1994 se dió un estancamiento, y que en octubre y noviembre se da una nueva disminución, la cual a partir de diciembre de 1994 se multiplica, alcanzando tal profundidad que en tan sólo tres meses el volumen de inversión extranjera en dicho mercado se redujo en más de un 60%, pasando de 50,000 millones en noviembre de 1994 a 19,000 millones en febrero de 1995.

Si bien las elevadas tasas de incremento de los años anteriores y la caída y posterior estancamiento de los primeros dos cuatrimestres de 1994 se corresponden en lo general con el comportamiento de las tasas de interés en los EE.UU.  que tendieron a la baja y luego, desde principios de 1994, al alza , a partir de octubre de 1994 dicha correspondencia se rompe, y a pesar de que las tasas estadunidenses de interés tienden nuevamente a la baja, ello se acompaña de una caída de las inversiones de cartera tanto en el mercado de capitales como en el de dinero.34

En cuanto al mercado de dinero, lo que se observa desde febrero hasta agosto de 1994 es principalmente un traslado de la inversión extranjera dentro del mismo mercado, la cual abandona los Cetes  y también los Ajubonos, aunque a partir de menores volúmenes  y se concentra masivamente en los Tesobonos, poniéndose con ello a cubierto de posibles devaluaciones, de tal manera que para agosto un 64% de la inversión extranjera en el mercado de dinero estaba refugiada bajo ese instrumento, cifra ésta que para noviembre ya había alcanzado un 70%. Dicho traslado, sólo a partir de septiembre se acompañó de una reducción absoluta en el total de la inversión extranjera en el mercado de dinero; una vez estallada la crisis y producida la devaluación, y hasta la fecha, las inversiones extranjeras no regresaron en montos significativos a los Cetes ni a los demás valores gubernamentales que no poseían cobertura cambiaria, limitándose a esperar el vencimiento y pago de los Tesobonos, con lo cual los volúmenes de participación de dichas inversiones en el mercado de dinero han pasado a ser casi marginales.

En síntesis, por consiguiente, antes y después del estallido de la crisis la inversión externa de cartera demostró una muy amplia capacidad para redefinir, con toda la rapidez necesaria, tanto la dirección geográfica de su acción como los instrumentos en que ella concentraba sus recursos, jugando un papel nada despreciable en la definición del estallido de la crisis y en la profundidad con que ésta se desenvolvió una vez iniciada.

Lo anterior, sin embargo, no debe hacernos olvidar que el carácter volátil y especulativo no es exclusivo de las inversiones de cartera de origen extranjero. La crisis que estalló en diciembre de 1994, dejó una vez más al descubierto que los comportamientos especulativos, la búsqueda de ganancias fáciles, el retiro masivo de capitales, etc., son principios que también practican muchos de los mayores capitales mexicanos,35 los cuales para ello, y al igual que las inversiones extranjeras de cartera, se han visto claramente beneficiados por la estrategia neoliberal aplicada en México.

NOTAS


1 Una propuesta "pionera" al respecto, fue el trabajo de P. Drucker "La cambiada economía mundial", de mediados de los ochenta, que en México se reprodujo en Contextos y en Investigación Económica.

2 Las cifras corresponden a Naciones Unidas, World Investment Report. Transnational Corporations and Integrated International Production, Nueva York, 1993.

3 Véase M. Mortimore, "La inversión extranjera directa, el cambio técnico y la competitividad internacional de los países en desarrollo", documento CEPAL/UNCTAD, 1994.

4 L. Thurow La guerra del siglo XXI, Ed. Vergara, Argentina, 1992.

5 Attali, Jacques Milenio, Ed. Seis Barral, España, 1990.

6 Ségun las cifras anuales de la misma fuente, la cuenta corriente presenta superávit en 1983, 1984, 1985 y 1987, si bien en la primera mitad de los ochenta los superávit de 1983 y 1984 fueron precedidos de grandes déficit, especialmente en 1981 en que el saldo negativo alcanza un monto que sólo iba a ser rebasado diez años después.

7 Según las cifras anuales que maneja la fuente del Cuadro 6, a partir de 1975 los intereses pasaron a representar más de la mitad de los pagos al capital extranjero.

8 Interesa tener presente que, respecto de ambos tipos de transferencia, los años con saldo negativo son más de los que pueden desprenderse del Cuadro 7; de las cifras anuales que maneja la fuente del Cuadro 7, se desprende que, de los 44 años del periodo 1950 1993, las transferencias totales han sido negativas en 16, en tanto que las crediticias lo han sido en 12.

9 Una revisión de las principales características que han estado presentes en las políticas de vinculación externa de EE.UU. y de la Comunidad Europea, y en particular en las relaciones económicas de esos países con México y el resto de América Latina, la hemos hecho en otros materiales. Al respecto, puede verse Jaime Estay y Jesús Rivera Las relaciones comerciales de Estados Unidos con América Latina y México durante la década de los ochenta. Doc. de trabajo Nº 35, Fundación Friedrich Ebert, México, 1991, y Jaime Estay y Héctor Sotomayor, El desarrollo de la Comunidad Europea y sus relaciones con América Latina. Ed. UNAM/ UAP, México, 1992.

10 Véase, al respecto, Moreno, Juan "La competitividad de la industria automotriz", en F. Clavijo y J. Cazar (coomp) La industria mexicana en el mercado mundial. Elementos para una política industrial (2 volúmenes) en Lecturas Nº 80 del FCE, 1994, p. 322.

11 Según NAFINSA, La Economía Mexicana en Cifras, 1995, p. 156-7.

12 Para un revisión reciente de algunos aspectos de lo que aquí estamos destacando, véase por ejemplo, la compilación de F. Clavijo y J. Cazar La industria mexicana en el mercado mundial. Elementos para una política industrial (2 volúmenes) en Lecturas Nº 80 del FCE, 1994.

13 La información está tomada de SECOFI, Resultados de la nueva política de inversión extranjera en México, 1994, p.11.

14 Véase, al respecto, M. Mortimore La inversión extranjera directa, el cambio técnico y la competitividad internacional de los países en desarrollo, 1994, y CEPAL La inversión extranjera en América Latina y el Caribe. Informe 1995.

15 Según cifras de la CEPAL referidas al periodo 1988-93 (La inversión extranjera en América Latina y el Caribe, pp. 63 y 69), durante ese lapso los ingresos de IED a través de privatizaciones correspondieron en Venezuela a un 41% del total de flujos de IED, y a un 65% del monto total de privatizaciones, en tanto que para Argentina las cifras correspondientes fueron de 43% y de 46%. En México, por el contrario, según la misma fuente y para ese mismo periodo, los ingresos de IED a través de privatizaciones correspondieron a un 4.7% del total de flujos de IED, y a un 5.1% del monto total de privatizaciones.

16 La recepción de solicitudes para conversión de deuda en inversión finalizó en octubre de 1987, principalmente por considerarse que el mecanismo tenía efectos inflacionarios; sin embargo, la concresión de las autorizaciones que para esa fecha ya se habían otorgado, duró hasta 1991.

17 Weisskopf, Thomas "The impact of Foreign Capital Inflow on Domestic Savings in Underdeveloped Countries" en Journal of International Economics, Nº 2, 1972, p. 25.

18 Véase NAFINSA, "La economía mexicana en cifras. 1995", p. 349.

19 Un análisis detenido del incremento de exportaciones de las empresas extranjeras para mediados de los ochenta, se encuentra en Eduardo Gitli y Juan Rocha "La inversión extranjera directa y el modelo exportador mexicano de los ochenta", Jesús Lechuga y Fernando Chávez (coord) Estancamiento económico y crisis social en México. 1983 1988, (Tomo I), Ed. UAM, México, 1989.

20 Véase World Investment Report. Transnational Corporations and Competitiveness. 1995, ONU., 1996, p. 74.

21 En tal sentido, por ejemplo, cabe recordar  entre otros  un trabajo de Eugenio Lahera ("Las empresas transnacionales y la crisis del sector externo de la economía latinoamericana: situación y alternativas" en Economía de América Latina Nº 14. CIDE, México, 1986), en el cual se detectaba dicho comportamiento en las filiales de empresas estadounidenses.

22 Si bien hay acuerdo en relación al mayor coeficiente de importación de las transnacionales  que mencionaremos a continuación , en lo que respecta al coeficiente de exportaciones las opiniones han estado divididas. Al respecto, daremos dos ejemplos:

-En Fernando Fanjnzylber  "Oligopolio, empresas transnacionales y estilos de desarrollo", en F. Fajnzylber (selección) Industrialización e Internacionalización en la América Latina. F.C.E., 1990., p. 206  se postula que las empresas transnacionales tienen coeficientes de importación muy superiores y coeficientes de exportación semejantes a los de las empresas nacionales, lo cual se corresponde con las cifras para México presentadas en F. Fanjnzylber y T. Martínez (Las empresas transnacionales. Expansión a nivel mundial y proyección en la industria mexicana. Ed. F.C.E., México, 1982, pp. 290 y 300-301) según las cuales los coeficientes de importación para 1970 eran de 11.9% para las transnacionales y de 5.1% para el total de la industria, en tanto que "el coeficiente global de exportación de las ET del sector industrial es similar al de las empresas nacionales".

-En un análisis de la CEPAL sobre el tema (Dos estudios sobre empresas transnacionales en Brasil. Estudios e Informes de la CEPAL, Nº 31, Chile, pp. 35 a 37), se da una opinión diferente respecto a los coeficientes de exportación. En dicho material, se presenta un listado de estudios referidos al comportamiento exportador e importador de las empresas transnacionales en comparación con el de las empresas nacionales, los cuales se confrontan con el análisis sobre Brasil que se desarrolla en ese material, de lo cual se concluye:

"En síntesis, los resultados señalados concuerdan con aquellos encontrados en la literatura acerca del desempeño comparativo de ETs y empresas locales en relación al balance comercial, es decir, las empresas nacionales privadas tienen mayor propensión a exportar y menor propensión a importar del que tienen las empresas transnacionales."

23 Las siguientes cifras, tomadas de E. Lahera op. cit., dan cuenta del saldo negativo del comercio exterior de las filiales para algunos países de la región hacia fines de los años setenta:

BALANZA COMERCIAL DE LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES

AÑO EXPORT. IMPORT. SALDO

Brasil* 1979 3256 2561 695

Chile 1980 443 692 -249

México 1979 941 2043 -1102

Perú 1978 628 410 218

-------------------------------------------------------------

*Incluye 60% de las exportaciones e importaciones.

24 Al respecto, cabría tener presente que para F. Fajnzylber (La industrialización trunca de América Latina. Editorial Nueva Imagen, México, pp. 190 a 217) la tendencia al déficit comercial de las filiales de empresas transnacionales, y de los sectores de las economías de América Latina en que ellas predominan, está en la base del patrón industrial que va empujando al endeudamiento latinoamericano. En tal sentido, plantea:

"A diferencia del papel fundamental que el sector industrial tiene en los países desarrollados, como fuente de superávit en las relaciones comerciales externas, en América Latina, constituye un factor explicativo de carácter estructural del déficit comercial externo y, por consiguiente, del requisito creciente del endeudamiento exterior."

25 F. Fanjzylber y T. Martínez op. cit., pp. 84-85.

26 E. Calcagno Informe sobre las inversiones directas extranjeras en América Latina. Cuadernos de la CEPAL Nº 33, Chile, 1980, pp. 60-61.

27 CEPAL El problema de la deuda: gestación, desarrollo, crisis y perspectivas. Chile, 1986, pp. 114 y 120.

28 Retomando a D. Chudnovsky (Empresas multinacionales y ganancias monopólicas en una economía norteamericana. Ed. Siglo XXI, México, 1974, p. 57):

"[...] el mecanismo de precios de transferencia [...] involucra la evaluación arbitraria de las transferencias intrafirma de bienes a cifras mayores o menores que el correspondiente a transacciones independientes".

29 F. Fanjzylber y T. Martínez op. cit., p. 297.

30 Véase Jaime Estay Pasado y presente de la deuda externa de América Latina, Ed. UNAM-BUAP, México, 1996, pp. 154 a 156.

31 Véase J. Quijano México: estado y banca privada. Colección Ensayos. Ed. CIDE, México, 1981, p. 270.

32 A modo de ejemplo, y según R. Devlin et. al. ("Repunte de las corrientes de capital y el desarrollo", en R. Ffrench Davis y S. Griffith Jones compiladores, Las nuevas corrientes financieras hacia la América Latina. Fuentes, efectos y políticas, Ed. FCE, México., p. 312), para los EE.UU. se estima que en 1992 los activos bursátiles de las compañías de seguros y de los fondos de pensiones "representaban casi 15% de todos los activos financieros y más de 30% de los activos de instituciones financieras en ese país".

33 Consisten en certificados negociables emitidos por bancos de los EE.UU., que representan un paquete de acciones de compañías extranjeras, en este caso mexicanas.

34 Una comparación del comportamiento de las inversiones extranjeras de cartera en Mexico y de la tasa de interés en EE.UU., se encuentra en Eugenia Correa y Ricardo Calvo "Inversión de cartera y sector externo en la economía mexicana", en Comercio Exterior, abril de 1996.

35 Al respecto, por ejemplo, en un artículo de Jonathan Heath ("La inversión extranjera de cartera en México", en Comercio Exterior, enero de 1996, p. 38), luego de revisar lo ocurrido en 1994 se llega a la conclusión de que "La inversión mexicana en cartera es más especulativa y volátil que la inversión extranjera correspondiente".

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