Revista Metafísica


EL SILENCIO Ejercicio para lograr vivir de fijo en el retiro del Altísimo



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EL SILENCIO

Ejercicio para lograr vivir de fijo en el retiro del Altísimo

Como la práctica es lo que hace al experto; como ya todos sabemos que la presencia de Dios hay que practicarla y que es la forma más segura, no solamente de obtener la limpieza del subconsciente, sino el adelanto en todos los sentidos; los grandes Maestros han elaborado el siguiente ejercicio, que si lo hace­mos todos los días, con preferencia antes de levantarnos de la cama, nos prepara primeramente para to­das las experiencias del día. Segun­do, nos da la habilidad de contac­tarnos con ¿I plano espiritual al instante, en cualquier momento, en cualquier circunstancia, y de esta manera transformar todo lo que ne­cesite transformarse con nuestra so­la presencia.

El Silencio es tanto un lugar co­mo una condición. Es un lugar, porque lo contactamos dentro de nosotros. Es una condición, por­que al contacto con él, entramos en "LA PAZ QUE SOBREPASA TODA COMPRENSIÓN" como dice la Biblia en Filipenses 4-7. Cuando se entra en El Silencio, el mundo y todos sus problemas se desvanecen, y cuando se sale de allí, se regresa al mundo con el alma, el cuerpo y los pensamientos renova­dos y fortalecidos y con la sensa­ción de haber estado en Presencia de Dios.
PRIMERO: Relájate toda. Si tie­nes la frente arrugada, relájala. Donde quiera que sientas tensión, relájala. Fíjate en tus ojos, tus ma­nos, tu quijada, tu cintura, tu es­palda, tus rodillas, tus tobillos, re­lájalos y diles: "SUÉLTENSE, AFLÓJENSE". Este es el primer paso del ejercicio.
SEGUNDO: "ESTAD QUIE­TOS Y CONOCED QUE SOY DIOS" dice el Salmo 46. Repite esta frase varias veces a los pensa­mientos que tratarán de entrome­terse, a cualquiera sensación que te acose. Díselos en nombre del Señor. Solamente en la quietud, cuando los pensamientos y los sentimientos se apagan, se puede hacer contacto con el Cristo o el Yo Superior.

¿Estás cómoda? ¿Estás relajada? ¿Estás quieta? ¡ESTAS EN LA PRESENCIA DE DIOS!


TERCERO: Pon ahora tu aten­ción encima de tu cabeza en el chacra Coronal o región de Cristo y di mentalmente o en voz alta como quieras "YO SOY LA LUZ DEL MUNDO". YO... SOY... LA LUZ... DEL... MUNDO. Varias veces mientras tanto trata de ver y sentir la luz sonrosada, perlácea que penetra y te invade hasta más allá de tus pies. Estoy ilu­minada y despierta. La Luz de Dios llena mi ser y me hace luminosa. No tengo que luchar con la obscu­ridad. Vivo en la Luz. YO SOY LA LUZ. YO SOY el punto luminoso por donde Dios se asoma al mundo.
CUARTO: Pasa la atención a tu frente, inmediatamente encima de los ojos. Piensa o di: "YO SOY LA INTELIGENCIA DIVINA". Repítelo varias veces. Ninguna tor­peza física o mental puede estar en la Inteligencia Divina. He abier­to mi mente y mi inspiración a Dios. Mi mente es la mente de Dios. Sé exactamente lo que tengo que hacer porque tú, Padre, piensas por mí. Toda tu sabiduría está en mi mente buscando expresión. Mis pen­samientos son tus pensamientos.
QUINTO: Ahora centra tu aten­ción en tus ojos y repite varias ve­ces: "YO VEO CON LOS OJOS DEL ESPÍRITU". Veo la Verdad más claramente. Los ojos son los servidores del Espíritu que sólo vé perfecciones en todo. CRISTO MI­RA POR MIS OJOS.
SEXTO: Pasa la atención a la garganta. Repite: "TODO PODER ME HA SIDO CONFERIDO EN MENTE, EN CUERPO, EN ESPÍ­RITU". El Verbo, al través del so­nido de mis cuerdas vocales tiene todo poder para controlar toda in­fluencia negativa. Doy rienda suelta a mis fuerzas espirituales que todo lo pueden para controlar mis pen­samientos, para vitalizar mi cuerpo, para tener éxito en todo y para ben­decir a otros.
SÉPTIMO: Ahora lleva la aten­ción a la nuca. Repite varias ve­ces: "YO SOY LIBRE, NO TEN­GO ATADURAS". Soy libre con la libertad del Espíritu. Ninguna condición errónea tiene poder so­bre mí. YO SOY HIJO DE DIOS VIVIENTE.
OCTAVO: Dirige tu atención a la espalda. Declara: "YO SOY FUERTE EN EL SEÑOR CON TODA LA FUERZA DE SU PO­DERÍO". Tu carga es liviana. Tu fuerza es la fuerza de Dios mismo fortaleciendo cada nervio. No sien­to el peso de nada ni de nadie. Encaro la vida con confianza. YO SOY FELIZ.
NOVENO: Pasa tu pensamiento al corazón. Declara: "YO SOY LA EXPRESIÓN DEL AMOR DIVI­NO". El Amor transforma, transfi­gura, llena de armonía. Piénsalo. Reclámalo para tí, para tu mundo y para tu ambiente.
DÉCIMO: Fija la atención en la boca del estómago. Repite: "ES­TOY SATISFECHA CON LA SUBSTANCIA DIVINA". Ese es el sitio llamado en la Biblia "Jerusalem"', que significa sitio de Paz. Aquí hay uno de los Chacras más importantes. Este es el que deja entrar la substancia espiritual al Alma, al Cuerpo y a la Conciencia. El Plexo Solar unido al Plexo Car­díaco es el lugar de amor por don­de el Espíritu manda sus radiacio­nes a todo el cuerpo. Se dice en Metafísica Cristiana que el genio que preside allí es Juan el Místico, el discípulo que apoyó su cabeza en el pecho de Jesús. La substancia divina quita la fatiga de mi cuerpo, renueva los tejidos, restaura la ener­gía, estabiliza mi mente y prospera mis asuntos. Todo deseo de mi Al­ma y toda necesidad de mi parte física están llenas. ESTOY SATIS­FECHA CON LA SUBSTANCIA DIVINA.
UNDÉCIMO: Cuando hayas me­ditado bien sobre la substancia, en­foca entonces la atención en el om­bligo y piensa: "EL ORDEN DIVI­NO ESTA ESTABLECIDO EN MI MENTE Y MI CUERPO". Al pronunciar esto, la Ley que no varía y que es absoluta me gobierna y me guía. Ahora estoy en armonía con la Ley. Ella armoniza mis pen­samientos y sentimientos y me pro­duce Paz, Éxito y Gozo. EL OR­DEN DIVINO ESTA ESTABLECI­DO EN MI MENTE Y EN MI CUERPO.
DUODÉCIMO: Centra tu aten­ción en la parte inferior del abdo­men. Repite; "YO ESTOY VIVO PARA SIEMPRE EN CRISTO". Has entrado en el lugar secreto de la vida. La Vida se riega por todo mi sistema. Mis ojos brillan, mi piel se vuelve radiante, mis facul­tades se agudizan, todo mi cuerpo irradia salud. Soy una con la vida de Cristo, la Vida siempre reno­vada.

Terminen llevando el pensamien­to a las piernas y repitiendo: "YO MARCHO POR SENDEROS DE RECTITUD Y PAZ".


A medida que se vayan haciendo estos ejercicios se va dando uno cuenta del poder que contienen. An­tes de levantarse y reanudar las tareas del día, quédate en quietud y sin pensar, para escuchar las ideas que nos comunica nuestro Cristo. Es bueno decir: "HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO TE ESCUCHA". Y cuando sientas el deseo de levantarte, di: "YO SOY EL HIJO PERFECTO DE DIOS".

Después de este ejercicio también es conveniente hacer el siguiente tratamiento:

YO SOY la Vida de Dios. Yo irradio su juventud, su belleza y su salud; mi piel está radiante, fres­ca. Yo niego las imágenes antiguas que hayan en el subconsciente, y decreto: Que mi materia no tiene voluntad propia ni poder para opo­nerse para que Dios manifieste a través mío el decreto que acabo de hacer. Lo digo en nombre de mi YO SOY. Gracias, Padre, que me has oído.
TRATAMIENTO EN LOS CAMBIOS QUE OCURRAN
Gracias, Padre, que estás pre­sente en los cambios que ocurran. Gracias Padre que el Bien está allí mismo en donde vemos la aparien­cia del mal. Bendigo el Bien dentro de todo lo que veo para que apa­rezca a mis ojos; encierro en mi Círculo de Amor al Cristo presen­te en todos los que aparentan ser mis enemigos. Gracias, Padre, que somos uno contigo, uno con ellos y que no es verdad que te puedan

dividir para enfrentarnos. Abre los ojos para poderte reconocer allí don­de más lejano aparentas estar. GRACIAS PADRE.




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