INTRODUCCIÓN
Los problemas para el planeta Tierra en un futuro no muy lejano no habrá que buscarlos sólo en los cambios climáticos, o en la capa de ozono, el recalentamiento del planeta. Hay que mirar “hacia abajo”. La población mundial envejece cada vez más rápido, y la marca de 9.000 millones de habitantes se habrá superado en 2050, según previsiones de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El informe “Perspectiva de la población mundial: revisión 2006”, presentado oficialmente en marzo de 2007, prevé que en los próximos 43 años se sumarán 2.500 millones de habitantes al planeta, pasando de los 6.700 millones actuales a 9.200 millones en 2050. Un problema que no sólo estará en la cifra, sino en la edad. Las proyecciones determinan que cada vez serán más los adultos mayores y senectos.
Aunado a esta situación poblacional la ciencia y la tecnología están asegurando al ser humano una vida más larga. Lo cual debe obligar, entonces a cada ser humano a tomar con más responsabilidad su proceso de envejecimiento, considerado este como un proceso universal, constante, irreversible e individual. Los hábitos que se adquieren y refuerzan desde el inicio del ciclo vital serán las bases para el tipo de envejecimiento que el ser biopsicosocial despliega.
Además estamos ante la paradoja, mientras los científicos hacen esfuerzos enormes para alcanzar mayor longevidad e incrementar la esperanza de vida, en términos sociales se rechaza y se descalifica a la persona, por haber transitado por el ciclo vital, aun en algunas oportunidades, cuando sólo sean tres décadas. En ese perfil social que se ha impuesto la sociedad occidental se hacen procedimientos que se podrían llamar milagrosos pues niegan lo inevitable, envejecer. Estos son los llamados tratamientos antienvejecimiento.
Aunque es importante hablar de la calidad de vida pues ella denota bienestar y plenitud para el ser humano, la presente investigación quiere resaltar lo importante de envejecer con calidad. La mayoría de los “achaques”, considerados como propios de la edad, responden más a las creencias irracionales que al proceso de envejecimiento como tal.
La investigadora entiende que un mejor envejecimiento garantiza mayor suma de felicidad, aspecto necesario en la consecución de calidad de vida, por tanto presenta como optimizar la calidad del envejecimiento, por considerar importante tomar las riendas del tipo de envejecimiento que se ha de tener, sobre todo, dado que no hay una fecha para decir cuando se es viejo si esto implica inutilidad, es el entorno sociocultural con su reloj social quien ha dicho cuando empieza. Sin duda alguna cuando se habla de cómo mejorar el envejecimiento se estará repercutiendo en la calidad de vida.
La calidad del envejecimiento está determinada por factores biológicos, psicológicos y sociales. Los cambios biológicos son inevitables dentro del ciclo vital ante lo cual la conducta que ha de asumirse es enfrentarse como escultores de la propia historia de vida, valorando cada instante como una oportunidad para aprender, compartir o simplemente vivir y dejar vivir. Las decadencias biológicas ocurren más por las creencias, los hábitos, el aislamiento y los estados de ansiedad y depresión; por lo tanto la explicación esta referida a cómo mejorar este proceso
Al ser escultores en el proceso de envejecimiento hay oportunidad de explorar las capacidades, potencialidades que se tienen para izar la bandera del éxito y sentir satisfacción personal de levantarse cada día con la idea “hoy es una nueva oportunidad para desarrollarse en los distintos ámbitos (intelectual, corporal, social, familiar, recreativo, afectivo, sexual).
Este comportamiento del adulto mayor y en el senecto debe ser activo, protagónico, conquistando espacios en la sociedad que le permitan aprender, trabajar y recrearse, acorde a las distintas etapas que pueda alcanzar.
El fin último que todo ser humano debe aspirar es desarrollar una vida plena y activa fortaleciendo lazos afectivos y sociales para que su comportamiento como adulto mayor o senecto le permita romper con el imaginario social que segrega y excluye a la persona en la medida que envejece.
Para ello se realizó la presente investigación enmarcada en la modalidad de compilación sustentada en el diseño de investigación documental, a un nivel de descriptivo.
Se planteó el problema de la investigación y las interrogantes derivadas que llevaron a realizar los siguientes pasos: Se utilizaron antecedentes de investigaciones realizadas en Costa Rica, Chile, España y Venezuela sobre el envejecimiento; luego se continuó con una exposición sobre la situación sociodemográfica del adulto mayor y senecto, cuáles son las conductas esperada en el adulto de acuerdo al reloj social de la cultura occidental asimismo los cambios biopsicosociales que se suceden durante el envejecimiento y la preparación cognitiva que se debe realizar para optimizar la calidad del envejecimiento.
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