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Marcelo Piñeyro




¿De qué y de quién nos habla?



Kamchatka cuenta la historia de una familia que busca protegerse de la violencia de Estado, impuesta por el poder militar. El filme habla de una familia integrada por un padre abogado, una madre científica y dos niños pequeños. Este parece ser el “nosotros” de la historia: un grupo familiar de clase media porteña. Sus integrantes se protegen, ocultándose en un típico ambiente de este sector social: una quinta del gran Buenos Aires.

No son pocos los símbolos que ubica el espectador en este “nosotros”. El mundo de la clase media urbana de la década del 70 aparece en la ropa, en el automóvil Citroën 3CV, en la leche chocolatada con grumos, en los consumos culturales, en las series televisivas (“Los Invasores” o “El Santo”) y en el juego de mesa Tácticas y Estrategias de Guerra (TEG), de donde surge precisamente el título de la película. El director del filme ha elegido la mirada de la familia, en los ojos de Harry, un niño de diez años, para contar la historia.

Si bien el filme sumerge al espectador en la identidad de este “nosotros” que es sin duda la familia con la cual se conmueve e identifica, la película habla además de “los otros”, los que no somos “nosotros”. En este caso, ese “otro” es la dictadura militar, aunque rara vez aparezca en el filme de manera explícita. Se expresa con violencia a través del control militar en las calles, de un discurso de terror y amenaza transmitido por la televisión, de destrozos en la quinta y de permanentes medidas de seguridad como las que acuerdan los padres con sus dos pequeños hijos.

Así, Kamchatka habla de un nosotros y de un ellos. Cada uno en su lugar. Con símbolos, objetos, discursos y diálogos que permiten su rápida ubicación. Y la identificación (o no) por parte del espectador.




  • DE VALORES


Kamchatka también habla de valores. En primer lugar, el valor de la familia, junto al mundo de los afectos. Kamchatka refleja el esfuerzo de una familia por mantenerse unida en un contexto de terror. En un marco de miedo e incertidumbre, los padres de Harry y el Enano hacen lo imposible por conservar los lazos de amor que los unen. Los niños son mantenidos –en la medida de lo posible- alejados de un mundo externo de amenaza y violencia, construyendo nuevas identidades en el refugio de la quinta.

Kamchatka habla entonces en primer lugar, de la familia y de los afectos. El filme refleja además otros valores. Habla también de solidaridad, como la que expresan los padres cuando asumen la protección de Lucas, uno de los tantos jóvenes cuya vida corría serio riesgo en aquellos años.

Otro valor que trasciende en la película es aquel que representa su título: Kamchatka. Un lugar para resistir la adversidad en un juego de mesa como el TEG. Kamchatka es un pequeño espacio (un país –o simplemente un refugio- imaginario) para reagruparse, juntar nuevas fuerzas y enfrentar a cualquier ejército adversario que nos agreda.

Estos son precisamente los máximos valores que propone el filme: unirse, juntarse y –aun en el máxima adversidad- resistir, defender la vida, los principios, la solidaridad y los afectos.

Valores que no sólo corresponden a los años violentos que remite la película. Hoy, teniendo en cuenta la situación de crisis que atraviesa el país, la resistencia, la solidaridad y la defensa de la vida, son principios que la sociedad enarbola y reivindica para la construcción de un país más justo y equitativo. Una vez más, un filme histórico habla también del presente, de lo que vive la sociedad en el momento en que la película se filmó.


¿Cómo dice lo que se cuenta?


  • LOS AMBIENTES


La película transcurre principalmente en una quinta de las afueras de Buenos Aires en el otoño de 1976. La quinta se transforma en el refugio de una familia que huye de una ciudad invadida por un ejército, tal como aparece metafóricamente comparado en la película, con la serie “Los invasores”.

La quinta es un espacio protegido, pero el frío invierno que asolaba el país llega aun hasta el lugar, que la familia trata de mantener cálido. Las medidas de seguridad son imprescindibles para defenderse de la amenaza exterior: el zafarrancho de combate, la incomunicación telefónica, el cambio de escuela, las nuevas identidades...

El único espacio en el cual el terror parece alejarse –levemente- es la bucólica estancia, presumiblemente en la provincia de Buenos Aires, en la que viven los abuelos de los chicos y a la que visitan con sus padres. En esta casa a orillas de una bella laguna parece que el invierno no asola con tanta crueldad. Y es en este lugar luminoso, claro y confortable en el que la familia encuentra un poco de paz y seguridad. Los colores oscuros de la quinta y los claros de la estancia son posiblemente el reflejo de un presente duro y violento y la esperanza de un futuro en el que, junto a sus abuelos, los niños podrán resistir y sobrevivir.

Kamchatka cuenta una historia que transcurre en Argentina hace 30 años. Distintos elementos y objetos ubican al espectador en esa época: los automóviles, las ropas, la música, ciertas costumbres, los programas de televisión, y hasta el mismo juego TEG, muy popular durante aquellos años.

Una época se puede contar de muchas maneras. En el caso de Kamchatka no quería que la época estuviera en primer plano, no quería que fuera una película de época, pero a la vez neutralizados. Porque todo el tiempo me sentí contando una historia que transcurría en 1976 pero que tenía tuertísimas conexiones con la actualidad. Cuando uno pone en primer plano la época se puede producir un distanciamiento que me parecía que en este caso no servía”



Marcelo Piñeyro


  • LA CÁMARA, EL ENCUADRE Y LOS ÁNGULOS


La cámara de Kamchatka privilegia el punto de vista que su director, Marcelo Piñeyro, eligió para contar la historia: la mirada de Harry. Es a través de los ojos de este niño de diez años que Piñeyro cuenta uno de los momentos más duros de la historia argentina. Harry está presente en todas las escenas de la película y hace un esfuerzo por entender esta realidad oscura que le toca vivir.

Desde este universo infantil, de inocencia y descubrimiento y la sutileza. Así por ejemplo, aun cuando ninguna escena muestra explícitamente un secuestro o un acto de violencia, Harry pregunta en un momento del filme a su padre si a los abogados también se los llevan.

Estos descubrimientos producto más de la intuición que la revelación explícita son propios del punto de vista elegido por el director para contar la historia (la mirada de un niño).

La ubicación de la cámara en una escena es fundamental para reflejar lo que viven y sienten los personajes. En los primeros minutos de la película, el filme muestra la huida familiar de la cuidad de Buenos Aires. La madre retira a los niños de la escuela y ya dentro del auto, en encierro del pequeño Citroën, el personaje interpretado por Cecilia Roth vive la tensión de tener que atravesar un control militar. La cámara que registra el momento desde el interior del automóvil, resalta los nervios de la madre de lidiar al mismo tiempo con su propio terror y la incomprensión demandante de su hijo Harry.

En la visita a los abuelos la cámara también juega un papel central para transmitir el único momento de “paz” que viven los personajes durante la película. A través de tomas amplias que resaltan la belleza de la estancia de los abuelos de Harry, el filme busca dar cierto respiro al espectador en uno de los pocos momentos “relajados” de Kamchatka. Los encuadres abiertos que muestran a la familia mirando tranquilamente las estrellas en una noche clara, a los padres bailando con el fondo de la laguna y a Harry y su papá charlando en el muelle, contribuyen a distensionar por un momento al espectador, respecto de la presencia siempre amenazante del terror.

En la idea original no estaba el TEG. En realidad el TEG surge a lo largo del proceso de escritura del guión. Esta idea la trae Marcelo Figueras, el coguionista. Los primeros bocetos que tenían rigurosidad con el punto de vista del chico. Era un relato más tradicional. En un momento de la escritura del guión, decidimos empezar de nuevo, con la idea de que no podía haber ninguna escena en la que el chico no estuviera presente. Eso no podía existir en el mundo de Kamchatka. Decidimos entonces que sólo la información que aportara el chico es relevante. Y ahí quedó constituido el punto de vista de este filme”



Marcelo Piñeyro

  • LA MÚSICA Y EL SONIDO


En Kamchatka, como en la mayoría de los filmes, la banda musical actúa sobre el universo de las emociones y contribuye a la definición de las situaciones más dramáticas. En la escena de despedida entre Harry y Lucas, el niño corre tras el auto en el que va su amigo y grita en la noche oscura. No lo alcanza y cae de rodillas. En ese momento, la banda musical se intensifica haciendo sentir aún más la emoción del niño en un momento de máxima sensibilidad y, sobre todo, angustia.

Otras canciones son utilizadas de manera realista ya que son parte de la acción, es decir son escuchadas por los propios personajes. Ejemplos de este particular uso de la música son las escenas en que la familia danza en la quinta utilizando discos de vinilo en un viejo Winco o cuando la madre y el padre de Harry bailan con la música que emite la radio de la camioneta.

En el último tramo de la película, precisamente durante el cual la historia alcanza su clímax dramático, el director del filme ha elegido no recurrir a ninguna banda musical. Utiliza sólo el sonido ambiente. Esta es una decisión estética y narrativa de Piñeyro, que al excluir la música busca implicar las fibras emotivas del espectador a través del silencio combinado con los sonidos naturales que ofrece el espacio geográfico. Otra manera de sensibilizar y movilizar al espectador.

Cada momento de una película implica decisiones respecto de la música. Hay momentos en que la música no debe notarse, en otros directamente no debe haber y en otros directamente debe ser protagonista. En Kamchatka utilizo algunas canciones de manera casi realista. En el cine convencional los últimos veinticinco minutos de Kamchatka estarían plagados de música. Yo no le puse nada pues decidí trabajar sólo con sonido. Esto tiene que ver con una decisión narrativa y estética. Un miedo que tenía con la película es que corre fuertemente sobre la emoción y mi preocupación era ser muy pudoroso con el manejo de las emociones. En este sentido le tenía mucho temor al uso de la música”



Marcelo Piñeyro


  • EL MONTAJE


La primera hora de película aparece estructurada como una suma de situaciones mínimas, casi episódicas. Estas secuencias son las que desarrollan la historia y los personajes y la conducen hacia la media hora final, en la cual el desenlace dramático “ya anunciado” tiene lugar. El montaje de las escenas muestra a los personajes, particularmente a los niños, en situaciones lúdicas, tratando de mantener en la quinta la vida familiar habitual.

Estos episodios, algunos casi en tono de comedia, dejan fuera el foco al terror imperante en la sociedad. Sin embargo, en la última parte de la película ese horror, que hasta el momento era sólo una amenaza, cierra sus pinzas sobre la familia. En el final se suceden escenas de intenso dramatismo como el ingreso a una quinta devastada, el deambular por la ciudad y el desenlace en un parador de ruta.
Para seguir explorando...


  • Busquen información sobre la última dictadura militar. ¿Qué sucedió en nuestro país en 1976? ¿Qué políticas se implementaron desde el Estado? ¿Cómo aparecen representados aquellos años en Kamchatka? ¿Qué se dice y qué no se dice sobre el terrorismo de Estado? ¿Cómo aparece reflejada la violencia de la época en la película?

  • Elijan alguna escena de la película que esté musicalizada. Escuchen atentamente la banda musical. ¿Cómo es la música que acompaña a la escena? ¿Qué sentimientos genera? Vean la escena sin sonido: ¿hubiera producido el mismo efecto en los espectadores sino hubiera tenido música? ¿Por qué?

  • En los últimos minutos de la película, el director decidió no incluir música. ¿Qué piensan de esta decisión? ¿Qué sensación les produce mirar la escena con sonido ambiente? ¿Por qué creen que Piñeyro habrá tomado esa decisión?

  • El punto de vista de este filme es la mirada de un niño de diez años. Investiguen en películas argentinas que hablen de esta misma época y que hayan elegido otro punto de vista para la narración de la historia. ¿Cuáles son? ¿Cómo lo hacen? ¿Quién cuenta la historia en ese caso?

  • Analicen algunas características de los personajes de la película. ¿Cómo visten? ¿Qué hacen habitualmente? ¿Cómo hablan? ¿Representan a algún grupo social en particular? ¿Por qué?

  • ¿Por qué creen que la película se llama Kamchatka? ¿Con qué valores del filme se relaciona este título? ¿Por qué creen que el afiche publicitario de la película habrá elegido la frase “Crecer no es más que descubrir un par de secretos”? Elaboren otro “slogan” que según ustedes represente el espíritu de la película. ¿Con qué imágenes lo acompañarían?

  • Me sentí contando una historia que transcurría en 1976 pero que tenía fuertísimas conexiones con la actualidad” –dice Marcelo Piñeyro. ¿Cuáles creen que son esas conexiones que tiene este filme con la actualidad, según señala el director?

Valentín
FICHA ARTÍSTICA
Rodrigo Noya Valentín

Julieta Cardinali Leticia

Carmen Maura La Abuela

Jean Pierre Noher El tío

Alejandro Agresti El padre

Fabian Vena El cura

Mex Urtizberea Rufo

Carlos Roffé El médico
FICHA TÉCNICA
Dirección y Guión Alejandro Agresti

Producción Thierry Forte, Laurens Geels

Fotografía José Luis Cajaraville

Música Paul M. van Bruggen

Montaje y Edición Alejandro Brodersohn

Vestuario Marisa Urruti
Fecha de estreno en Argentina: 11 de septiembre de 2003
Sobre el director
Nació en Argentina en el año 1962. Filmó varios años en Holanda y regresó a nuestro país el año en que se reinstaló el sistema democrático. Es, además de un reconocido director a nivel internacional, guionista, productor, actor, director de fotografía y compositor.

Su debut como director fue en 1978, con “El Zoológico y “El Cementerio”. Su filme “Secret Weeding” (Boda Secreta) obtuvo el premio al mejor filme en el Festival de Cine de Holanda. En 1996, fue guionista, director y compositor, además de protagonista del filme “Buenos Aires viceversa” que obtuvo diversos premios nacionales e internacionales.

El viento se llevó lo que” obtuvo el premio Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián. En 2002, filmó “Una noche con Sabrina Love”.

En 2003 se estrena “Valentín”, seleccionada para representar a Argentina en los premios “Oscar”, como mejor película extranjera.




Qué cuenta la película
La película se inicia con el relato de Valentín, un niño de 8 años que vive en un barrio de Buenos Aires, en el año 1969.

La historia se desarrolla con la voz del pequeño protagonista, que la va narrando. Valentín es hijo de un papá mujeriego y agresivo, que tiene una presencia en su casa muy fugaz, y de una mamá ausente. El niño vive con su abuela paterna, una mujer cansada y nostálgica que acaba de perder a su marido. A pesar de su cansancio y tristeza, la abuela es el único referente familiar permanente en la vida de Valentín.
...Mi abuelita... Yo no sé si era buena ó era mala, pero era la única persona en el mundo que yo tenía, yo quería que se quedara conmigo hasta que yo sea viejo...” Valentín.
Aun con todos los contratiempos que vive, Valentín piensa en sus sueños de universo infantil. El primero, ser astronauta. Y ansía intensamente que su miopía y sus grandes anteojos no sean un impedimento. El sueño que más anhela, sin embargo, es conseguir que su papá se case y así poder vivir en una familia.

Para cumplir con su sueño, Valentín construye planes. Conoce a las novias de su papá, pero ninguna termina resultando su mamá. Hasta que un día conoce a Leticia, una joven novia que encanta desde un principio a Valentín. Así, en el primer encuentro con ella, Valentín, intrépido, elegante y divertido, le cuenta más cosas de su papá que las que Leticia misma creía conocer.

Durante la charla, Valentín le revela secretos, ausencias e incluso actitudes agresivas de su papá. A medida que transcurre la tarde, se van plasmando en el rostro de Leticia, asombro y tristeza por la historia del niño. Finalmente, para el pesar de Valentín, tampoco esta relación prospera.

Fundamentalmente, la película nos cuenta la historia de un niño desde sus propias vivencias, anhelos, planes, deseos y resoluciones. Este filme es, según palabras del propio director, un poco “la historia de su propia infancia” y él mismo interpreta el papel del papá de Valentín.


Originalmente, no iba a interpretar ningún papel en la película, pero dado como se dieron las cosas, finalmente interpreté al padre”, explica. “Para mí fue una experiencia muy extraña, la de hacer de mi propio padre mientras Rodrigo me interpretaba a mí a esa edad, tomando escenas de mi pasado. A veces fue extremadamente difícil. En una escena, el padre está gritándole a Valentín –o en realidad mi padre me está gritando a mí- con palabras hirientes y humillantes. No pude hacer la escena durante un tiempo debido a un bloqueo emocional: recordaba vivamente lo que mi padre me había hecho. Y me tomó un tiempo poder realizarla”.

A. Agresti

Tiene bastante de autobiográfico, no voy a decir qué, yo no ví a mi vieja por muchos años, de los 4 a los 29 años y vivía esperanzado con que mi viejo se casara. Igualmente es un filme, le agregás, le sacás cosas...”



A.Agresti


Qué pasaba en el país
Los finales de los ‘60 son años oscuros y turbulentos en la Argentina. La dictadura militar de Juan Carlos Onganía (1966-1970) impone un régimen de violencia y prohibiciones. Mientras tanto, movimientos estudiantiles y sectores obreros se articulan para enfrentar a la opresión de un Estado dictatorial. La dictadura prohíbe las producciones culturales disidentes y contrarias a su pensamiento. El gobierno militar responde a las críticas del periodismo clausurando revistas como Primera Plana y la revista humorística, Tía Vicenta entre otras.

En el país se produce un importante éxodo de científicos y profesores universitarios que ya no encuentran el clima para trabajar e investigar. El hecho que marca este éxodo y la pérdida de la autonomía universitaria pasó a la historia como “La noche de los bastones largos” (por los palos con los que los militares golpeaban a los alumnos y docentes universitarios).

La película habla de esta realidad muy convulsionada en una de sus escenas, cuando Valentín recuerda lo sucedido un par de años atrás. Un cura amigo del tío de Valentín, había iniciado la misa mencionando el asesinato en Bolivia de un hombre nacido en nuestro país, que había optado por luchar por un ideal: Ernesto Che Guevara. En ese momento, el director muestra un primer plano de los rostros de algunos jóvenes que asienten y aprueban el discurso del sacerdote e inmediatamente contrapone las caras adustas de algunos adultos que se levantan de la misa. Con esta imagen el director nos plantea la división y contradicción en la cual se hallaba inmersa la sociedad argentina en ese momento.

De esa manera, el filme nos remite a los acontecimientos políticos. Siempre que una historia pasada nos convoca, da cuenta del contexto en el cual se lleva a cabo de alguna u otra manera. Pero además, Valentín, basa su relato en la historia de un niño, que busca formar una familia. Y hablar de familia, no significa establecer una estructura cerrada con un modelo único. La familia es un valor fundamental para la construcción de identidad, pero no tiene una sola manera de conformarse. Puede estar constituida por una mamá y un papá o con la ausencia de alguno de ellos, con abuelos y tíos o tal como lo resuelve Valentín al final de la película tras la muerte de su abuela, con un romance entre “tíos” creados por uno de sus planes. Su búsqueda es indefectiblemente, la de un refugio en donde poder probar y volver a probar, armar y desarmar, en definitiva, crecer. Y es en este sentido, que el filme también señala una problemática de nuestros días.


Pienso que al final del día somos seres humanos y lo que nos vence son las cosas sensibles (...) A mí me gusta contar historias (...)”

A. Agresti
Los hechos de esos días en la historia argentina se tocan en el filme, pero sólo para establecer la atmósfera de la película y no como el tema principal. El filme posee cierta crítica social: por ejemplo en la escena –que realmente ocurrió– en la que un sacerdote pronuncia un discurso para conmemorar la muerte reciente del Che Guevara y los fieles conservadores se ponen de pie y salen de la iglesia. Pero ésta es una nota adicional a la historia personal de Valentín”.

A.Agresti

De quién y de qué nos habla

El mundo adulto puede ser el de la hipocresía, la indulgencia y la mentira”(...) “así que me cansé de hacer películas sobre adultos. Ahora, para mí, los niños son más importantes, y frecuentemente son puestos en un mundo por el cual poco pueden hacer. Puede que Valentín esté solo, pero trata de resolver todo lo que puede por propia cuenta”.



A. Agresti



  • DE NOSOTROS

En todos los filmes, se cuentan historias sobre “personas”. Tal como lo señalamos, la película narra a través de la voz del niño protagonista, sus propias vivencias. Así, el filme nos marca dos mundos: el mundo de la infancia y el mundo adulto.

El primero se caracteriza por plasmar símbolos que posibilitan construir y soñar, mientras que el segundo se constituye muchas veces desde la mentira, el engaño y la imposibilidad.

Esto no quiere decir que todos los adultos lo compartan, sino que el filme va construyendo un nosotros en los espectadores, que se relaciona con los valores y las utopías que anhela Valentín desde su mundo infantil. Por supuesto, ésta es una de las posibles representaciones. En este caso, la mirada de Valentín nos posiciona en su universo compartiendo sus expectativas y argumentos.

Se trata de muchas cosas, pero fundamentalmente creo que se trata de un niño que intenta desesperadamente mantener junta a su familia y de cómo, con la simplicidad y fortaleza de un niño, supera los obstáculos que los adultos ven frente a ellos. Espero que todos puedan verse reflejados en los pequeños actos heroicos de Valentín”.

A.Agresti


  • DE VALORES

Valentín tiene sueños y uno de los principales, es poder formar una familia. En este sentido la familia es uno de los valores principales desde el cual se constituye el filme.

Pero también, unido a este valor, tenemos que hablar de otro concepto, que es el de la diversidad. La familia no responde a una estructura única y cerrada. Todos nosotros, compartimos una familia, y no hay un único modelo de familia.

Por ello, decimos que hay diversas formas de vivir en familia. Y en este sentido, es importante señalar que la película rescata los diferentes modelos. La importancia que adquiere para Valentín -y más, luego de la muerte de su abuela- construir una familia donde poder constituirse, acudir y crecer se muestra en la escena en que Leticia y Rufo, representan la figura familiar. Las relaciones humanas son complejas y de esto también habla la película.

Cuando hablamos del valor de la diversidad, esto implica aceptar que “no existe un único modo de “ser familia”. Sin embargo, esto no significa aceptar la falta de valores, como el afecto, el respeto y la atención. Esta es la clave de la familia. Y es en este sentido que el papá de Valentín no logra formar una familia, ya que no asume el rol del cuidado, la protección y la contención. Fueron otras personas, quienes crearon para Valentín, el espacio necesario donde sentirse cobijado.

La familia como sinónimo de afecto, refugio, respeto y diversidad, son los valores desde los cuales se estructura el filme.

¿ Qué le pasa a todo el mundo, que se pelea y me tiene que meter a mí siempre en el medio? ¡Estoy cansado de que me digan que soy una porquería, de que me mientan y me hagan poner triste...!”

Valentín

Cómo se dice lo que cuenta
Hemos analizado hasta este momento el argumento del filme, es decir, “el qué se cuenta” de ésta película. De aquí en más analizaremos algunos de los componentes del lenguaje cinematográfico, que los cineastas combinan para crear sus relatos y enriquecer la estructura narrativa de las películas.


  • LA MÚSICA

Como en todos los relatos cinematográficos, la música y el sonido son parte fundamental para la producción de los mensajes y las sensaciones que se quieren transmitir.

Por ello, las escenas más emotivas y los diálogos más confidentes, suelen estar acompañados de música suave e instrumental. Esto se puede apreciar en la escena donde la abuela le narra a Valentín, cómo conoció al abuelo y como fue su vida con él. También muchos de los relatos de Valentín, tienen esta base musical.

Una de las escenas más tristes y violentas, en la que el padre insulta y amenaza a Valentín, no tiene ningún acompañamiento musical, sólo el diálogo y los primeros planos de ambos, mostrando la ira del padre y el pavor y asombro de Valentín. En este caso, el sonido ambiente, potencia la fuerza emotiva de la escena. Lo mismo sucede al inicio de la conversación con el “Sr. del Bar”, un personaje que resulta misterioso para Valentín, y que devela su identidad al final del filme.

En el caso de esta película, la música es otro de los componentes a los que se recurre para contextualizar el momento. Por ello varias escenas están musicalizadas con canciones que luego se transformarían en hitos de los sesenta y setenta. “El extraño de pelo largo”, interpretado por La Vieja Guardia, “Laura Va” y “El mundo entre las manos” de Almendra y “Qué Suerte,” con la voz de Estela Raval, son algunas de las melodías que van conformando la época.


  • LOS AMBIENTES


Tanto al exterior como al interior, los ambientes también nos cuentan la historia.

La casa de la abuela es humilde y oscura. Prevalecen los colores apagados, grises y blancos gastados. Eso no sólo refleja una situación económica, sino que nos habla de la nostalgia de la abuela, del cansancio y el dolor por la pérdida de su marido.



La estructura de los cuartos, el comedor, la ubicación de los muebles y los cuadros, nos transmiten la sensación de una época pasada. Piso lustrado y patines de lana en los pies para no rallarlo. En este mismo sentido, las fotos familiares enmarcadas en gruesos y amarillentos cuadros colgando en la pared principal del comedor, simbolizan los años en que se narra la película.
En el cuarto de Valentín no hay referencias de un mundo infantil. Ello se debe a que Valentín es un niño en un mundo permanentemente adulto. No se ven juguetes ni juegos, como en la casa de su compañero y amigo “Roberto Medina” cuyos papás arman un teatro de títeres e integran el espacio lúdico. “Los papás de él, como podría explicarlo, son más modernos, sobre todo para mí que vivo con mi abuela vieja”, dice Valentín.

La única referencia infantil en la casa, es el cuarto en el cual almacena todos los materiales que le permitirán crear artefactos que lo lleven al espacio, en su sueño de ser astronauta.



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