ALGO DE HISTORIA SOBRE NUESTRO 50 PRIMEROS AÑOS.(1931-1981) RECIEN estrenada la década de los 30 apenas han llegado hasta la recoleta Iru๑a los ecos del escándalo del "Martes Negro" de Wall Street, y a la mayoría de sus habitantes les trae sin cuidado la puntualidad de los trenes en la Italia mussoliniana o la crisis de la República de Weimar. La ciudad conserva todavia su fisonomía decimonónica, con sus viejas rúas grerniales, sus cuencanos camino del mercado de Santo Domingo, los artesanos trabajando -a la vez que chafardeando- en la puerta del taller y ese inveterado aíre clerical que tanta guerra le daba a Pío Baroja. Los vecinos de la Navarrería han visto desaparecer las murallas de Tejería, y los de San Cernin y San Nicolás los baluartes y las vetustas puertas de puente levadizo. La ciudad se expansiona con el Ensanche Nuevo y se traza la Avenida de Carlos III el Noble con aires de gran boulevard, por la certera intuición de los ediles que la ven como futura arteria principal de la Pamplona moderna. Se habla, incluso, de que piensan demoler el Gaiarre para enlazar la Avenida con la Plaza del Castillo. Víctor Eusa, por su parte, muy en la onda. se dedica a atestar la ciudad de edificios cubistas y colonias de chalets racionalistas. El a๑o 1931 trae la Segunda República y con ella la espantá de Alfonso XIII por una puerta sccreta del Campo del Moro, huyendo de la quema. Como es normal después de una época de dictadura, los irunshemes se relajan y celebran el acontecimiento bullangueramente, aunque el inicial optimismo es aventado por los aires de chocarrina y los ecos de las arengas furibundas de Balbotín que llegan desde Madrid. Alcalá Zamora -burgués provinciano, liberal y conservaduro- es proclamado Presidente de la República; Prieto se perfila como el último puente para el entendimiento izquierdas-derechas; la intelligentsia- Ortega, Marañón, Pérez de Ayala-regañan paternalmente a las masas desde las páginas de "El Sol" por su gaudeamus fallero; el anarquismo prende en el campesinado de Andalucía y Extremadura que ansía redimirse de su ancestral miseria; Azaña, desmelenado, proclama que "España ha dejado de ser católica"; se inicia la reforma agraria ante el pánico de aristócratas latifundistas y caciques; se impone rabiosamente la moda de los pantalones chanchullo y la gomina; se anuncian en la prensa local los automóviles de alquier "La Iruñesa", los carbones "panteados" Mina y Zúñiga, El Porvenir de los Hijos "Seguros dotal", mientras Valeriano Zabalza promociona con elocuentes dibujos las medias de Tolosa "que llegan hasta la cosa" y la Celia Gámez disfrazada de macró verbenero, remite hacia la Victoria Kent a las damas con problemas. Funcionan varios bailongos montados en bajeras emperejiladas con girnaldas y, aunque todavía priva el charlestón y el foxtrot, empieza a hacer furor la moda yanky del boogie-boogie. Con este decorado de fondo nace el Muthiko Alaiak. El padre de la criatura es un pamplonés (lo de "pamplonica" le daba repelús) genial, profundo conocedor de la historia y del folklore de nuestra tierra, de carácter jovial y bondadoso, depositario en dosis parejas de la gracia desgarrada de la Ribera, de la socarronería irunsheme y de la personalidad sentenciosa y taimada de los montañeses. Se llama Ignacio Baleztena Askárate y había nacido en Pamplona el 2 de abril de 1887. Su perfil rotundamente euskaldún, las patillas de boca de hacha casi prolongación de la txapela cómo se calaba la txapela don Ignacio!-, los ojos escrutadores y expresivos, son algo familiar en el ambiente castizo de la Pamplona de estos años en la que la gente todavía tiene tiempo para invertir- que no perder -en tertulias. Sus incursiones en la política activa -diputado y concejal- no le impiden tener una gran pasión:
las manifestaciones auténticas de su pueblo, sus costumbres,sus ritos, su patrimonio folklórico (cuando la palabra conserva su justo significado, no el devaluado que irá tomando después) Una fijación: los gigantes, que ejercen sobre él una extraña fascinación y que supondrán una constante a lo largo de toda su vida. Un condicionamiento: el carlismo, pero entendido más que como simple ideología política, como actitud, como manera de ser, como filosofía que impregnará todos y cada uno de sus actos. El Muthiko Alaiak no va a ser una excepción. Originalmente, mediado el año 1931, crea don Ignacio Baleztena un grupo teatral -terpsicórico decía él- para poder representar sus piezas breves, divertida mezcla de entremés, revista musical y pastoral. Siente una irresistible inclinación por la pantomima, la máscara, el disfraz, curiosa circunstancia muy común en la sicología del euskaldún y, tal vez, coartada sutil para su proverbial timidez que le agarrota en ocasiones a la hora de expresar sus emociones. En el último piso de su casa del Paseo de Sarasate construye un escenario para teatro de guiñol -de curriños como decimos los de Pamplona-donde las noches de invierno representa a sus hijos y sobrinos fantásticas aventuras de princesas, dragones y duendes. Como los espectadores aumentan y el pequeño teatro no da más de si, decide formar una pequeña compañía, secundado por un puñado de jóvenes carlistas a la que pone el nombre de ZALDIKO-MALDIKO, grito provocador de los mocés en las confrontaciones callejeras con kilikis y zaldiak. Empieza su andadura de prestado en los locales del Círculo Integrista de Estafeta 33, alternando con los mutiles del DENAK-BAT. Don Ignacio convierte un antiguo juguete suyo, "El gigante Patatín-Patatán en una pieza más acabada que titula con el pareado "De cómo Kilikizarra murió y estiró la garra", que algunos interpretaban como parodia o cuchufleta de los últimos acontecimientos políticos vistos, por supuesto, bajo el prisma carlista. En los papeles estelares: Miguel Angel Astiz, que se encasquetaba el armazón de mimbre del desaforado gigante y Paulina Fernández, "la churrera", esposa del también muthiko Josetxo Elizalde, que da vida al personaje de Pascualita. Escenario: el tenebroso castillo de Mendillorri. De coro, los pioneros del invento: Patxi Saralegi, Emilio y Juanito Urdániz, los Kondearena, etc. El éxito es mernorable y tienen que salir varias veces a escena reclamados por el público. El grupo teatral decide acometer la empresa de recoger las danzas navarras que están en trance de perderse. Sin duda se trata del primer intento organizado y serio de rescate y conservación de nuestro patrimonio folklórico. El propio don Ignacio, que era un dantzari consumado, tira para casa y es el Ingurutxo de Leiza -baile de plaza, homenaje a la mujer- la primera pieza del repertorio. El grupo inicial se va engrosando con nuevos fichajes:Pedro, Xabier, Esther y Pilar Eslaba, Carmen Otelza, Félix Arteta, Gabriel Mauleón, Rosy, Emí y Mª Cruz Sanz, Mertxe y Goia Goñí, Mª Jesús Martín, Mariano Zufia, Mª Jesús y Josefina Martínez, José Miguel Madoz, etc. Son incorporadas nuevas danzas, como la jota de "Las Pamplonas", a quien don Ignacio pone letra, remedando el chapurreo de los cuencanos que vienen a las mezetas de Iruña: En las Pámplonas ver haimos hecho zaldiko-maldiko y tamboriles
y unos hombres que disen ediles que a las vísperas te van.
luego a la noche la zezenzusko ¡trípili - trápala! tira cuhetes,
irunshemes con unos chufletes chufla que te chufla están. Otras, como la xingola-dantza, el aurresku, la espatadantza de Amaia, la uztai-dantza, de diverso origen y antigúedad, son asimilados por la entusiástica troupe. El primer txistulari que sopla para ellos es Angel Alduzin, a quien la muerte ha truncado el homenaje que se le estaba preparando. También Lezea que, aunque no pertenece al grupo, les acompañaba ocasionalmente. La presentación oficial es en la populosa villa de Artika, que quizá en siglos no había tenido oportunidad de contemplar espectáculos semejantes. Desde el balcón de casa Mina se da como fin de fiesta una sesión de curriños con las aventuras de "El Japi" y "El Pucherero". En seguida vendrían Sangúesa y Artajona. Don Ignacio, que está em-pleado eventualmente en la oficina de Turismo junto con Antonio Artxanko "el paragúero", utiliza la circunstancia para promocionar a sus muchachas y muchachos y dan el salto hasta el Norte de nuestra Patria. Biarritz, Baiona, Donibane y Salies de Bearne tienen oportunidad de comprobar sus progresos, después de una etapa de fogueo por Bilbao, Durango y Barakaldo. Van con un cartelón pintado por Arrieta que representa a un zaldiko con su verga en ristre que se convierte en animal totémico del grupo, ya que hasta la xingola-dantza es interpretada en plan centauro. Les acompañan varios gigantes, réplica de los de Pamplona, bailados por mutiles vestidos de manera idéntica a la cosmopolita comparsa. Se escenifican también ecos de sociedad, como "La Anthonia e Ignacio",sucedidos de julais como "Cirilo por San Fermin pasó aventuras sin fin"y piezas revisteriles, con retrecheros números de chotis y tangos apaches, como "Los caballeros de la luna". Don Ignacio, bajo el seudónimo de "Premin de Iruña" o el de "Tiburcio de Okabio", escribe infinidad de artículos históricos, costumbristas y folklóricos, tratados con guasona erudición. Su versión de la kalejira del Ingurutxo de Leiza con la letrilla "Uno de Enero, dos de Febrero..." se hace internacional. Crea la Cabalgata de Reyes del 5 de Enero, reservándose para sí y su larga estirpe el papel de Baltasar y la marabunta negra con el espantable "Bitxarrakus Askerosus" al frente. Llega a poner en solfa la mismísima procesión del Santo Entierro del Viernes de Pasión 4, que pasa a ser recitada por todo Pamplona. De día en día crece la popularidad de los del Zaldiko-Maldiko y se les solicita en numerosas localidades de Euskalherría. En algunas de estas actuaciones son reforzados por la rondalla de "Los Cuatro" de la sociedad musical "Los Amigos del Arte", con sus joteros. El grupo se va consolidando y han de procurarse un local adecuado para ensa-yar, auténtico caballo de batalla a lo largo de sus cincuenta años de vida. Provisionalmente utilizan los locales de Turismo en el Paseo de Sarasate; fracasa la tentativa de alquilar los bajos del local actualmente ocupado por el Cine Carlos III y, al fin, se instalan de forma estable en el último piso del Círculo Carlista, en el número 29 de la Plaza del Castillo, un soberbio caserón propiedad de Enrique Ansaldo, el fachoso as de la aviación. Una vez allá deciden ampliar los fines del grupo convirtiéndolo en Sociedad Cultural, que don Ignacio bautiza con el nombre de MUTHIKO ALAIAK. Corre el año 1934 y ya en sus sanfermines se saca carnet y cuadrilla. Varias peñas de mozos vienen funcionando. La más reciente procede del Club Venecia situado en el Barrio de la Humedad, a orillas del Arga, y saca cartel desde 1933, acompañados de una rondalla de instrumentos de cuerda. Se trata de "La Unica" y su núcleo está constituido por la cáfila de los Reketibate, Jáuregi, Sesma, Etxarren, Oroz, etc. Otras, corno la célebre "VELETA" o la "San FERMíN" desaparecerán con la sublevación militar de 1936. El cartel del Muthiko de este año lo pinta Nicolás Ardanaz, el popularísimo droguero de la calle Mayor. Hace falta un himno propio para dar el campanazo del todo y, con música de Cervantes, don Ignacio compone: A San Fermín que es patrono de todos los navarricos
en su corazón un tronole levantan los muthikos.
A San Fermín que es tan majo le pedimos cada día
que no nos falte trabajo buen corazón y alegría. Después viene un estribillo a ritmo de carga que invariablemente acaba con un "gritaremos todos juntos: ¡Viva el Rey!" que, como a los republicanos no les hace ni pizca de gracia, la cosa suele acabar a menudo como el rosario de la aurora. Los músicos se reclutan por los pueblos de la Ribera y los aloja en su casa la señora Clara, madre de Patxi Saralegi. El campanazo efectivamente se da y, aunque no pasan de cien socios, arman la misma cancha que las huestes de Tárik y Muza. En estos años aparece en escena un muthiko entrañable,virtuoso del parche, que continuará toda su vida aporreando con el mismo entusiasmo un tambor prehistórico, procedente de la antiguo banda del Requeté. No es difícil adivinar a quién nos queremos referir: Agustín Zelaja, tronco de una generación de dantzaris y ejemplo de casticismo, buen humor y temple. La guerra civil arrastra a la mayor parte de la juventud irunsheme que marcha alegremente al frente. persuadidos de que el tiberio será cosa de una semana, y que se trata de defender sus convicciones, las tradiciones ancestrales, la libertad y el derecho a practicar la religión de sus mayores. La realidad de todos es sabida, vista con la perspectiva y la objetividad que dan los años: los voluntarios son manipulados por los intereses de las clases dominantes y se ven envueltos en una lucha fratricida de tres años, pueblo contra pueblo, sin otro vencecor que la oligarquía. Muchos muthicos caen en combate y la sociedad se ve abocada a una situación de luto permanente. A pesar de lo que ésto su-pone, continúan las actividades y se dan frecuentes veladas en el Gaiarre, generalmente a cargo del grupo de neskas e, incluso, se viaja a Granada y Zaragoza. La guerra civil termina, pero nada es igual ya. Sin embargo, el Muthiko Alaiak, más politizado que nunca, experimenta un gran impulso. El grupo de danzas asiste a la inauguración del aeropuerto de Barajas y por vez primera se organiza la novillada de las Peñas, estoqueando a los toros de Fraile, César Moreno, el ganadero, y el muthiko Jaime Mondragón. El Cuadro se reestructura con vistas a la avalancha de actuaciones comprometidas. Las mozas estrenan un traje de inspiración salacenca y los mozos se conforman con el tradicional de pamplonica, con un toque de distinción en la txapela: la borla amarilla que la caballería guipuzkoana Ilevaba durante las carlistadas. En los desfiles se sacan otros de roncalesa ricamente bordados, cedidos por el Museo del Arcedianato. Es la época de Miguel Angel Agurruza, Mª Paz Astiz, Mirentxu Asurmendi, Lola Baleztena, Segundo Balimania, Augusto Cervantes, Jesús Cumba, Carlos, Cesáreo, Juantxo, Conchita y Tere Ehzalde, Narciso Etxarri, José G. Otxotorena, Reyes Jaurrieta, Mª Sol Larrambere, José Luis Larrión, Pedro Martín Balda, Jaime Mondragón, José Ca-talán, Tomás Usunáritz, Antonio Izu, Valentín Imirizaldu, Ana Man, Maritxu, Angel y José Luis Olazarán, Xabier Torres, Maritxu Orzaiz, Carmen Paris, Mario Rosagarai, Juanito Salinas, Xabier Goiena, Alejandro San Julián, Santiago Torres, Xaber Unzu, Juanito y Xabier Urdániz, Man Carmen Zalba, Camino Zamarbide, Nemesio Zilbeti, José Luis Zufia, Txokarro, Zunzarren y tantos otros que sería interminable reseñar. Las "margaritas" contratan para las tardes de los domingos una orquestina que contribuye a ambientar unos locales llenos de tertulianos, catedráticos de mus, habilidosos del taco (de billar) y consagrados de la garrafina. Empieza a funcionar la Sección de Caridad y se dan conferencias de variados temas. En 1945, siendo presidente Jaime Mondragón, se agota una etapa del Muthiko. Estaba anunciado un mitin político y los oradores tienen que salir a un balcón del Círculo ante la incapacidad del local para albergar a todos los asistentes. Al señor Gobernador se le antoja aguar la fiesta y envía a un pistolero falangista para provocar al personal convocado en la Plaza. Desde los porches de Diputación hace unos disparos, aparece la Policía Armada, viene el consiguiente enfrentamiento con heridos, barricadas... y el edificio es clausurado por orden gubernativa. Son encarceladas más de cien pers nas y, al cabo de veinte meses, se les sobresee la causa. Sin embargo, el objetivo largamente acariciado por el gobierno de eliminar una realidad molesta, un grupo activo y crítico de la situación política, es alcanzado finalmente. El Muthiko se ve en la calle, con toda la Junta Directiva entre rejas, sin mobiliario y sin blanca, pero todas estas dificultades son pocas para hacerle desaparecer. Un comando de muthikos canitaneados por Agustín Zelaia penetra por una ventana en el local precintado y logran sacar el fichero y gran cantidad de material, entre el cual se encuentra el célebre tambor del que ya no se separará hasta que en unos recientes sanfermines se le desarmase de puro viejo. Ante el panorama de falta de local se toma como cuartel general "La Fructuosa" y posteriormente el Bar García. donde se mantiene viva la llama hasta que en 1950 arriendan una bajera en la calle Mayor, 89. Es presidente Patxi Diaz de Zerio y tesorero Ramiro Fuertes. El Grupo de Danzas empieza a ensayar en las Escuelas de San Francisco y se actúa en Santiago de Comnostela, Barcelona, Madrid y en infinidad de pueblos de Euskalherría, norte y sur. En los teatros Gaiarre y Olimpia, las nuevas generaciones de muthikos representan las obras de don Ignacio, con Emilio Urdániz de primer actor cómico. El célebre padre Carmelo, creador de la Institución Cunas, les pide a menudo la colaboración para recabar fondos y dan comienzo las visitas que después se harán tradicionales al Sanatorio Antituberculoso, Colonias Escolares de Hondarribia, Zudaire y Hondarra, Hermanitas de 105 Pobres, Provindencia y Casa de Misericordia. En el 1950 participan en los actos del Centenario de Iparragirre en Villarreal de Urretxua y en numerosos festivales folklóricos. El grupo de danzas va a más. Se incorporan nuevos bailes como el Banako, Binako y Launako, la zahagi-dantza, la makil-dantza y se prepara, incluso, otro grupo a base de txikis. No obstante, el recién creado Cuadro de Danzas del Excmo. Ayuntamiento de Pamplona, mucho mejor dotado de instalaciones y material que el del Muthiko, utiliza a éste como cantera y le quita algunos elementos. Volverá a repetirse lo mismo en alguna otra oportunidad, pero la verdad es que en muy escaso número. Los dantzaris del Muthiko sienten muy hondo la Peña y no dudan en permanecer en ella a pesar de que los mejores viajes, el vestuario más lujoso y variado, y los locales de ensayo más apropiados están a disposición de los consistoriales.
El ambiente de estos días es de total hermandad. Hay dos bloques definidos de veteranos y jóvenes que alternan y txikitean por su cuenta, pero que de igual modo se convierten en una piña cuando es necesario. La idea original de la sociedad nada tiene que ver con opciones políticas, al menos en teoría, pero no se puede evitar que el carlismo im-pregne el ambiente. Así, una de sus constantes, la defensa de los Fueros, va a estar presente en todo momento. En el 1954 y provocadas por una serie de contrafueros, se organizan manifestaciones de protesta. Hay detenciones y heridos, varios de ellos muthikos, y el gobernador toma la ocasión por los pelos para dar nuevamente el cerrojazo al muthiko.
En otra ocasión, con motivo de una campaña antiforal, emprendida por el diario "ABC" en visperas de San Fermín los Muthikos dieron una respuesta clara y contundente quemando públicamente en el ruedo de la plaza varios ejemplares del mencionado diario.Al día siguiente varios muthikos eran dete nidos.
Los tiempos van evolucionando vertiginosamente. Se ingresa en la UNESCO después de nueve años de ostracismo, y las masas azules celebran en la Plaza de Oriente las firmas del Concordato y del Pacto con los yankis, así como la llegada de los camaradas divisionarios liberados de la zarpa soviética. El Muthiko, para no ser menos que nadie, reacciona también. Después del cierre provisional se echa el ojo al local número 18 de la calle San Francisco, planta baja y primer piso, en el que se sientan los reales de la sociedad bajo la batuta de Jesús Goñi. Aquí permanece durante los ocho años siguientes subiéndose la cuota a 10 pesetas (!!) por socio. Es la época de una larga promoción de excelentes muthikos en los que, si es de notar cierta devoción por el culto de Baco, no es menos cierto que prestigian a la Peña con una intensa actividad en el terreno cultural, folklórico y de beneficencia. Miguel Angel y Mª Nieves Agurruza, Carmen Andueza, Victoria Antón, Pili Aranguren, Bretos, Iluminado de Iglesias, Mimi de Sukunza, José Miguel Etxarren, Xabier Etxenike, las dinastías Elizalde, Pascal, Baleztena, París y Olazarán, Juanito Frommkech, MªCruz Jiménez, Labiano, José Larrea, José Mª Lebrón, Mª Antonia López, Mertxe López-Sanz, Txaro Mantxo, Matxiñena, Jaime Salcedo, Tapiz, Mª Antonia Turrientes, "Txato" Lamberto, Antonia Zalba. Ginés, Labaien, Balda, Cruz Baleztena y Pancho Marcilla son los encargados de plasmar la actuali-dad en los carteles sanfermineros, con todo el car-gamento de guasa que permite la vigente Ley de Prensa de Serrano Suñer. En las postrimerías de la década de los cincuenta sucede un hecho curioso relacionado con el Grupo de Danzas. El lugar donde se realizan los ensayos el de turno- es el Asilo del Niño Jesús, situado en la Plaza de Recoletas, próxima a la de la O. Esta zona es el centro de operaciones de una banda de chavales asilvestrados, por no decir en estado sal-vaje, que convierten a Atila en una postulanta ursulina. Un hito en su trayectoria lo constituye el saqueo del Museo de Recuerdos Históricos. Convenientemente armados de sables, cascos y pistolones de Laffusieux, asolan la zona comprendida entre el Minetas (tramo del Arga que pasa bajo el Palacio del Virrey) y la Taconera. Un buen día les pasan la información de que hay gente que va a las tardes al Asilo a bailar. Como está en su territorio deci-den realizar corporativamente una inspección ocular, y cual no sería su sorpresa que, en lugar de un sarao con luces de colores y parejas marcándose el bayón o el tiroliro, ven a los muthikos sudando la gota gorda con el Txakarrankua. mientras tatareaban la cantinela una y otra vez (casi todos los txistularis son de la cuerda boinícola y les da aprensión tocar para el Muthiko) con santa paciencia, Maritxu Olazarán y Santiago Torres. El espectáculo les rompe esquemas y deciden imitar las tijeretas. azotes y vueltas aóreas. Al poco tiempo son absorbidos por la plantilla. Uno de los caporales de la cofradía es Xabier Lusarreta, más conocido como Txupito. que ha bailado la friolera de catorce años y. a la vista está, ha conseguido convertirse en un ser civilizado y presentable. De este modo se ve redimida la legendaria Pandilla de la O, alguno de cuyos miembros, Félix Uriz. Xabier "Cisternitas" Egilés. los hermanos López Primo. Antonio Jerico. Benilo Prat y Antonio Barbarin se integran plenamente en la vida del Muthiko. Y así nos plantamos en 1962. Popi Olazarón y Xabier Goiena, en una misión de descubierta por la ruta del frasco, localizan un primer piso en la Plaza del Castillo. El viejo sueño!.. Volver a la Paza. al mirador de Pamplona. El trato se cierra después de complicadas gestiones: aunque el propietario del edificio es el Vaticano (.'.'),el usufructuario de la casa es un tal Maritxalar, pero la tiene arrendada a un militar retirado apellidado Munarriz. que decide cuadruplicar la renta en el subarriendo. El piso es pequeño pero aún así merece la pena y el Muthiko se aposenta en la Plaza del Cas-tillo, 38. La presidencia es ocupada por Xabier Goiena que acomete la tarea de revitalizar la sociedad de manera integral. Llegando a este punto sería necesario hacer un capítulo aparte, porque tratar de resumir en pocas lineas lo que Xabier Goiena Almándoz ha supuesto para el Muthiko es tarea poco menos que imposible. Trazar un esbozo de su personalidad, seleccionar lo mejor de su amplísimo anecdotario y dejar constancia de su trabajo nos daría material para un libro. Pero es de estricta justicia rendir un pequeño homenaje en esta crónica a un hombre que ha vivido casi totalmente dedicado a promocionar el Muthiko, desde la Presidencia, desde la Delegación de Danzas o como simple socio de a pie. Si su ayuda económica ha sido eficaz y en ocasiones providencial, su trabajo incansable buscando subvenciones, o locales, o viajes para el Grupo de Danzas, organizando la Fiesta del Rey de la Faba (su debilidad), planificando los sanfermines, ha supuesto el mayor esfuerzo individual para la supervivencia del Muthiko Alaiak. Desgraciadamente su etapa de máxima intervención coincide con la consolidación de pequeños clanes o grupos de influencia dentro de la Peña, formados por personas muy válidas pero que no contribuyen a crear un ambiente óptimo. EJ se encuentra en medio y en su papel de moderador recibe el fuego cruzado que, gloriosamente, no logra jamás desmoralizarle. Tal vez lo fácil es la crítica superficial y frivola, y lo difícil reconocer por encima de sus posibles defectos el tremendo mérito de Xabier, muthiko ilustre, motor de la sociedad durante muchos años. Todo el que le ha Conocido tiene que reconocer que ha dado mucho al Muthiko Alaiak y ha sabido colocarlo a la cabeza de las agrupaciones de Iruña. Hoy día, concentrado en sus negocios y casadísimo, continúa siendo una institución entre nosotros. Los doce años de la Plaza del Castillo son la etapa de oro del Muthiko. Se organizan conferencias culturales, clases de euskera y contabilidad, viajes por la Navarra histórica y artística. Se crea una sección de montaña, otras de fútbol, balonmano y hasta baloncesto femenino, y se impulsa la de Caridad. Las parejas de muthikos Rodríguez-Lekumberri y Rodriguez-Mina quedan campeones nacionales de remonte. También juegan por la Peña Retegui, Lajos y los Aldaz. Vuelven a organizarse las fiestas del Rey de la Faba, con el mismo ritual y espíritu que las que se celebraron en el antiguo Reyno: 1964-65, Olite; 1966-67, Santo Domingo de Estella; 1968, Sangúesa; 1969, Santo Domingo de Pamplona, Ciudadela de Pamplona; 1971-72, Tudela, Puente la Reina, Peralta, Olite, Sangíiesa... El Grupo de Danzas da el gran salto. En junio de 1967 y representando a la Diputación Foral de Navarra participa en el Festival de Wewelsburg (Alemania) con gran éxito, viaje que se repite los años 1969, 70 y 71. Se recorre el estado de norte a sur con Juanito, el acordeonista de labar y Patxi Zilbeti de txistulari. Es imprescindible mencionar también los Coros de Santa Agueda, que ya tienen doce años de historia. Un mensaje de ánimo para esos muthikos que con gran esmero e ilusión organizan cada año esos coros. ¿Cómo olvidar las escenas familiares de estos años? Aquella barra corcova de castigado barniz, escoltada por su corte titular permanente: Luisito "El Ruiseñor", con su aburrido maletín de barnizador en un rincón: Periko Garzinain repitiendo obsesivamente la misma historia al sufrido Belaskoain; Mariano Fuertes, el de la espléndida nariz iluminada, ante la media de Magno y el vasico de sifón, demostrando gráficamente cómo Paquito Ceballos es el que mejor borda el natural; "Cutico" Huizí con el entrañable "Polvorón" discutiendo en surrealista sin acabar de descender de su estado de nirvana perpetuo; Metodio, el salacenco, contando las banderillas con la mano escondida; el "Totí" Noam canturreando rancheras con Pardo y Etxenike, y bailándoselas; Pepe "Julito" San Román tratando de cazar algún despistado a quien encajar un capítulo de su saga; Paco Diaz de Zerio "El Mister", marcando estrechamente a sus mushashos. Adentro, lo primero que se ve es la mesa corrida del Grupo de Danzas con Zana, Txupito, Kokolio, Salvador "Cabo" Pagola, Fernando Zía Iñakí "Carnes" García, "Mortadelo", Mariano Pérez, José Man. "El Anderete", Mitxel, "El Peque", "Escaribulí" y demás horda, merendando entre un bosque de pintas vacías. Casi siempre, metiendo el ojo en el puchero, untando de aquí y de allí, el inevitable Natxo. En otra mesa Thomaz, el fichaje negro, la nota exótica del local, contestando "hoevo no" a la legendaria pareja de mus Agustín Zelala-Valentin Jmirizaldu. Al fondo, Osborne, el irlandés nacionalizado navarro, con sus apuntes, su prótesis cervical y su cena de Soberano. En las demás mesas de mármol y hierro colado, Seve Goñi, Agustín Labiano, "Txato" Lamberto, Patxi Saralegui, algún Martorell, algún García, algún Olazarán, algún Paris y. desde luego, el abuelico Iragui, y San José y el Cojo. En medio de la escena, el gran chambelán Xabier Goyena, con su eterno abrigo gris y los antiaéreos del cuello de la camisa, revoloteando paternal entre sus chitas Mertxe y Katti Goñí, Marisol y Maite Otermin, Chús Balaguer, Fely Erdozain... y Tomy, la inolvidable Tomy Bidaurre que se nos ha ido bajo un túnel vertical y gosho de arcos verdinegros. En estos años pasan por la Presidencia otros muthikos formidables: Manolo García, esposo de nuestra irrepetible Maritxu Olazarán, con una excelente labor en todos los órdenes; Larrambebere. Jesus Mauleón, Angel Goñí, Miguel Alústiza "El Rey de Armas", Fernando París y, finalmente, Norberto "Titín" Egúés, nuestro txistulari decano, que rompe al fin el maleficio que pesaba sobre el Muthiko creando escuela, hasta desembocar en nuestra expléndida realidad de hoy. Gracias a hombres como Xabier Zudaire, Santhi Aranguren y Xabier Sorozábal. El actual Grupo de Danzas está compuesto por más de 60 miembros, superada ya la época de los fraccionalismos y rigiéndose de manera autónoma sin dejar de ser Muthiko. Su repertorio es el tradicional ampliado por nuevas danzas autóctonas como Otxagabia, Cortes, Mascarada Suletina, Ingurutxo de Iribas, etc. Con ingresos logrados en actuaciones se ha mejorado el vestuario notablemente. Fruto del esfuerzo de Xabier Ezkurra y Patxi Esparza nace la fanfare formada por los citados y Xabier Delgado, las hermanas Ros, Eugenia Osákar, Miguel Angel Martínez y "Pitagol". En 1974, después de 14 años en la Plaza del Castil]o y con cierta pena por abandonar aouel balcón, el Muthiko deja de peregrinar y se instala en plan soberano en el tercer piso del número 14 de la calle Comedias, una casa de nueva planta. Junto con las caras familiares empieza a verse otras nuevas, gentes entusiastas que continúan la trayectoria de la Sociedad con ciertos altibajos, con problemas de tipo económico -;cuándo no!-, con choques generacionales sin que llegue la sangre al río, que permiten la arribada a esta etapa de los 50 años. Después de este largo período de tiempo el balance es netamente positivo. Cada muthiko ha contribuido con su esfuerzo, con su inteligencia, con su alegría, con su presencia, con su sacrificio.. Un recuerdo emocionado a nuestros compañeros Joaquín Artajo y Alberto Asurmendí, que dieron el máximo que podían dar, su vida en la larga lucha antifascista, así como a los numerosísimos socios que han sufrido cárcel, vejación y persecución, en especial a Carlos Catalán que desde la Prisión de Carabanchel ha colaborado en la elaboración de este folleto. Todos han ayudado a crear el estilo Muthiko que hoy no solo perdura, sino que ha ganado con el tiempo, como los vinos de calidad. Un recuerdo también a nuestro inventor, Don Ignacio fallecido el 27 de septiembre de 1972, a Tapiz, al Abuelico Iragui, a Tomy, a Maritxu... y a todos los que nos acompañaron en este proyecto común y hoy no pueden compartir el gozo del aniversario. Podemos decir con legitimo orgullo que el Muthiko Alaiak está vivo. Y está vivo porque ha sabido adaptarse a las convulsiones de nuestra Sociedad. Puede que todavía conserve ese "tufillo" que siempre le ha caracterizado, pero no nos estorba: es parte de nuestra historia a la que no vamos a renunciar, entre otras cosas porque ya no condiciona conductas ni aptitudes, ni tampoco hace que nadie quede excluido por su modo de pensar. El Muthiko de hoy, es el de siempre. El lugar de reunión y encuentro. Eso si, con los mismos apuros económicos (provocados por el paso a los nuevos locales de la Calle Comedias), pero sin asustarnos. El Grupo de dantzas actual está quizás, en el momento más importante de la historia del mismo. Se mantiene hasta hoy con casi 70 miembros y un amplio repertorio de bailes y trajes. Con el Grupo trabaja también la fanfarre, que cuenta con diez miembros y que precisamente y en las mismas fechas de celebración del cincuentenario, presentarán un disco recientemente grabado. El Muthiko se ha beneficiado de sucesivas trasfusiones de sabia joven que han tenido la virtud de aventar los síntomas de decadencia que le cercaba. Y es que la generación actual de Muthikos tiene de común con las pasadas, el apasionado amor por las cosas de la tierra. Eso nos une irremediablemente.
Actos programados semana del 15 al 21 de Junio Lunes, 15
Inauguración de la Semana con la presentación de todos los actos. Apertura de la Exposición de fotografías. Peque-
ña conferencia historia por el Sr. Arazun.
Hora 8 tarde.
Martes, 16 Día del TxikI
- Guiñoles
- Chocolatada.
- Concurso de dibujo...
Hora 7 tarde.
Miércoles, 17
Exposición de películas del Grupo de Dantzas desde sus principios.
Hora 8 tarde.
Jueves, 18 Día del Abuelo
Charla proyección sobre la Fiesta del Rey de la Faba. Recordatorio de la figura de D. Ignacio Baleztena (recitará versos Paulina Fernández.
Hora 8 tarde.
A las diez de la noche Cena Homenaje a nuestros abuelos.
Viernes, 19
Calderetes en la Plazuela de la "O", para seguir después música por la calle con TirriTxarra y fanfarre Muthiko.
Hora 3 tarde.
Sábado, 20
A las 5 de la tarde final Campeonato Fútbol en Salesianos. A continuación, 7,30 tarde reparto de trofeos en la pe-ña. A las 8 habrá una charla sobre gas-tronomía Navarra.
Domingo, 21 Muthiko Eguna
A las nueve de la mañana Dianas.
Misa en Carmelitas a las 10,30
Festival en el Gayarre a las 12
Comida en Amaya a las 3 de la tarde.
FINAL CINCUENTENARIO
PD. La comida del domingo costará 1.000 ptas. El menú es el siguiente: