EL OJO ESTEPARIO
JOHN MILTON
Y dos sonetos sobre su ceguera
Como es sabido, John Milton, el insigne poeta inglés (siglo XVII), quedó ciego en sus años de madurez, habiendo compuesto durante dicho período su poema "El paraíso perdido", una de las expresiones más altas de la poesía universal.
De su abuelo católico y su padre protestante había heredado, amén de nombre y apellido, el fuego religioso y la vehemencia política. Fue la pluma de la revolución y del protectorado de Oliverio Cromwell. Negó la divinidad de los reyes, exaltó los derechos del pueblo y los beneficios de la libertad.
Ofrecemos aquí dos de sus sonetos, referidos a su ceguera, en traducción de Rafael Alberto Arrieta.
I
Cuando yo pienso que mi luz me deja
en mitad de camino, en noche aislada,
y que un talento oculto en tal morada
yace ocioso, aunque el alma lo refleja
sirviendo al Hacedor y no lo aleja
de su misericordia, al ser juzgada,
"¿niégale Dios la luz a mi jornada?"
digo, alocado. Mas al oír mi queja,
la paciencia me advierte: "obras ni dones
nuestros requiere Dios. Un venturoso
yugo prueba al más fiel. En todo impera
su voluntad. Le acatan mil legiones
que tierra y mar recorren sin reposo;
y aún le sirve el que está quieto, y espera".
II
A Cyriak Skinner
Si bien de mancha, en apariencia, exentos,
mis ojos sin luz llevan cumplidos
tres años hoy, y en su órbita extinguidos
los astros de cambiantes firmamentos,
y el hombre y la mujer. Mis pensamientos,
a la divina voluntad ceñidos,
nada arguyen en contra; y siempre erguidos
sin esperanza y sin ardor, sin decaimientos
prosigo. ¿Qué me ayuda? La conciencia
de haber mi vista en la defensa dado
de un bien, la libertad, mi alta docencia
que en la extensión de Europa ha resonado.
Y aunque ciego, me guía esa experiencia
y altivo cruzo el mundanal tinglado.
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