En cuanto a los debates en esta Cámara, yo reconozco que me gusta el debate constitucional igual por lo menos que a cualquiera de ustedes, pero tengo una obligación: mientras no haya reforma de la Constitución, hacer desde el Gobierno de la nación y en colaboración con el resto de las administraciones que el Estado de las Autonomías funcione lo mejor posible. Si hay duplicidades, intentar llegar a acuerdos con las comunidades autónomas para ver cómo lo solucionamos. Si hay que simplificar normas, empezaremos por ese 31% que afecta a la unidad de mercado y compete al Estado; reformémosla. Si hay que simplificar trámites y procedimientos, utilicemos los procedimientos electrónicos y simplifiquemos todo lo demás. Si hay que comprar todos juntos, compremos todos juntos, al menos el Estado, aunque a lo mejor alguno entrará más, porque son ahorros; donde alguno ve ejercicio de competencias, sí, ¿pero y si ejercemos sus competencias y las nuestras conjuntamente y ahorramos a los ciudadanos?
Y sobre todo, señorías, debemos aprender para el futuro, por ejemplo a la hora de crear más empresas públicas. Señor Martínez Oblanca, con lo que nos ha costado y nos costará disolver estas, con todos los trámites -que ya se lo digo yo-, porque para crearlas apruebas una ley y está hecho, pero disolverlas…, no le quiero yo contar hasta que llega eso al registro correspondiente. Por ello, profuturo debemos ser mucho más conscientes de que para crear cualquier organismo público tendremos que tener muy claro si es necesario crearlo, si lo que va a ejercer es necesario que lo ejerza una administración, si tiene los recursos necesarios y si puede funcionar. Y quizá con eso, cuando tengamos otra crisis, el discurso no sea por parte de mucha gente, y con razón: empiecen a ajustarse por ustedes mismos. Porque hemos pedido muchos esfuerzos a los ciudadanos, este Gobierno el primero, y en justa correspondencia tenemos que hacer esos mismos esfuerzos para gastar lo menos posible sin perjudicar los servicios públicos; para gastar menos en estructuras –así a lo mejor algún día podemos gastar más en infraestructuras, señor Antich- y para dar un mejor servicio.
Eso es lo que pretende el informe de la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas. Quizá para algunos sea política doméstica, estoy segura de que en los hogares lo entienden bastante mejor que algunas disquisiciones constitucionales que tenemos en esta Cámara, que nos darán mucho discurso, pero que desde luego ni contribuyen a la estabilidad ni al crecimiento.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora vicepresidenta.
¿Algún portavoz desea intervenir? (Pausa.)
No estaba previsto, pero dada la evolución de la comparecencia, les doy dos minutos por portavoz y voy a ser riguroso con el tiempo. Señorías, este turno es exclusivamente para temas tratados esta misma tarde, no abramos debates nuevos.
Señor Martínez Oblanca, tiene la palabra.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Por supuesto, señor presidente.
Doy las gracias nuevamente a la señora vicepresidenta, en este caso por su esfuerzo en la contestación a los portavoces.
Yo quiero aceptarle el reproche, señora Sáenz de Santamaría, de preocuparme de aprovechar la única oportunidad que he tenido en año y medio en el Senado para plantear algo en relación con mi comunidad autónoma de origen, con Asturias -es la primera vez que me recriminan, en este caso una vicepresidenta, que haga sonar la voz de mi tierra-, y además creo que en mi caso particular su reproche tiene algo de injusto, porque aparte de mencionar los efectos de la política del Gobierno sobre Asturias, todo ello relacionado con la reforma de las administraciones, también hablé del informe Cora, del abundantísimo informe Cora, más de 250 páginas en un tamaño de letra minúsculo, y he tratado de poner en valor algunos de los argumentos con cifras.
Señora vicepresidenta, quiero decirle que me gusta ir a la fuente clara, y el Invespe, que es el inventario estatal oficial, nos dice que a fecha de hoy, después de casi dos años de Gobierno, solamente hay 23 entidades estatales menos. Y le dije además que en las doce o trece que tiene adscritas al Ministerio de la Presidencia hay una que me resulta inexplicable: el consorcio para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
¿Por qué le conviene al Gobierno correr para recaudar y utilizar el Senado para procedimientos, ha dicho de veinte días, pero aquí se ha legislado en cuatro días, con plazos de presentación de enmiendas con un fin de semana de por medio? ¿Por qué le conviene al Gobierno correr para recaudar y sin embargo no le conviene correr para eliminar las entidades del sector público ineficaces?
Concluyo con la misma petición que le hice al principio. Señora vicepresidenta, venga más a menudo al Senado y seguramente se evitará que a la mínima oportunidad hablemos de todas las cosas, incluida la reforma del sector público.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Martínez Oblanca.
Senador Bildarratz, tiene la palabra.
El señor BILDARRATZ SORRON: Gracias.
Quiero agradecer a la vicepresidenta su comparecencia y sus explicaciones. Evidentemente, estamos totalmente de acuerdo en que después de treinta y ocho años hace falta la reforma de la Administración pública. Está claro, y tal como vivimos, además, es necesario que la Administración pública funcione las 24 horas al día, los 365 días al año. Es decir, necesitamos las nuevas tecnologías, necesitamos una nueva reforma. Eso es evidente y ahí yo creo que nadie le va a poner ningún reparo. Ahora, también es verdad −y entiéndame− que han hecho un inicio de legislatura que ha sido duro para el resto de fuerzas políticas; también para ustedes, por las medidas que han tenido que tomar, pero la falta que nosotros hemos podido ver en el diálogo, en la comunicación, hace que seamos precavidos o, al menos, pongamos reparos nada más oír cualquier reforma, porque nos preocupa el espíritu que está moviendo al partido mayoritario que sustenta al Gobierno en su modo de gestión.
Ha trasladado unos datos, a modo de ejemplo, en torno a los decretos leyes diciendo que en los inicios de la legislatura han sido bastante más numerosos que en el segundo período de legislatura. Lo único que quiero reafirmar es que si en su momento invitó al diálogo y al acuerdo −lo que asimismo ha hecho hoy−, que sea cierto, que así se convierta y que vivamos un segundo período de esta legislatura en el que el acuerdo y el diálogo sea el que impere, porque a todos nos preocupa la reforma de la Administración, a todos nos preocupa el ciudadano, a todos nos preocupa el paro, a todos nos preocupa el desempleo, a todos nos preocupa lo que se está sufriendo y es evidente que entre todos siempre somos más, pero tenemos que ver que enfrente tenemos a alguien con el que nos sentamos y que nos escucha.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Bildarratz.
Senador Saura, tiene la palabra.
El señor SAURA LAPORTA: Gracias.
Muy rápido. En primer lugar, señora vicepresidenta, creo que hubiera sido imprescindible que el presidente del Gobierno hubiera asistido en el Senado a explicar el modelo territorial. Es un acuerdo que está en todas las reformas de los estatutos que se han propuesto. Y si no el presidente, usted. Esto no se ha hecho. Y no me diga que en el marco del debate de política general se hizo. Y no solo eso, sino que la comisión del Senado que trata de estos temas no se ha reunido durante dos años, y tengo siete, ocho, nueve cartas al presidente de la comisión pidiéndole, por favor, que se cumpla el reglamento, que no se ha cumplido. Esta es una primera cuestión.
La segunda cuestión que me preocupa es que usted separa mucho lo que llama la macropolítica de la pequeña política. Yo no sé usted, pero yo, hace quince días, un martes, tuve una reunión con delegados sindicales de Comisiones Obreras y con concejales en la que se habló de la ley de reforma local y de las diputaciones. Y me decían que si la ley salía adelante tendrían que recorrer 100 kilómetros para hacer gestiones y que desparecerían los servicios sociales de los ayuntamientos. ¿Esto qué es, señora vicepresidenta, política grande o política pequeña? Lo que hace la ley de reforma local es empeorar la calidad de vida de la gente.
En cuanto a la bilateral, me intentaba explicar qué era la bilateral. Yo, no sé si por suerte o por desgracia, he copresidido con el ministro cuatro años la bilateral de Cataluña-Estado y he presidido y copresidido con el ministro cuatro años la Comisión de traspasos. Y sé perfectamente lo que se hace en la Comisión de traspasos y en la bilateral. Lo que digo es que no ha habido una sola reunión de la bilateral ni de traspasos en Cataluña. Y de traspasos, en ninguna comunidad autónoma, excepto Canarias, y usted preside, como mínimo, la de Cataluña. Y, en definitiva, eso forma parte del bloqueo de la política autonómica del Partido Popular. Con el anterior Gobierno fue muy difícil, se lo aseguro, pero mucho, muchísimo, pero avanzamos algo, sin embargo, ahora los seis nuevos estatutos que se aprobaron están parados.
Respecto a la normativa básica, tiene usted toda la razón. Hace falta una normativa básica, pero ¿sabe que ocurre? Que a menudo la normativa básica, no de este Gobierno, de todos los Gobiernos, concreta tanto que no deja espacio para legislar a los Parlamentos autonómicos.
Y cuando habla de coordinación, ¿cómo se puede hacer coordinación con una Comisión General de Comunidades Autónomas que no se reúne y con una Conferencia de Presidentes que se ha reunido una vez?
Dos cosas y acabo. En cuanto al déficit, tiene usted razón, pero fíjese usted en que el tanto por ciento del gasto público de las comunidades autónomas está en el 34% y ese tanto por ciento no se refleja en el déficit. Estamos en la quinta parte. Por tanto, acepto lo que usted dice, pero no se cumple.
Y respecto a la memoria histórica y el Valle de los Caídos, aceptar la propuesta política de la Comisión de expertos no significa dinero, significa decir simplemente que queremos pasar de un Valle de los Caídos de homenaje a un bando, a todas las víctimas. Y significa tomar ejemplos de distinción y mención y colaboración con asociaciones que no representan dinero. Por tanto, no es un problema de presupuesto, sino un problema de voluntad política. Hasta ahora lo que está pasado es que se está cumpliendo lo que el señor Rajoy dijo: que no iba a dejar una letra entera en esta ley.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Saura.
Señora Rieradevall, tiene la palabra.
La señora RIERADEVALL TARRÉS: Gracias, señor presidente.
Gracias a la señora vicepresidenta por su presencia y contestación a lo planteado en esta comisión. Esta senadora ha intentado poner en valor algunos de los puntos positivos contenidos en el informe. Aún así, he tenido que puntualizar aquello que preocupa a mi grupo e insistir en la falta de diálogo y consenso y en el legítimo derecho a defender las competencias de las comunidades autónomas que nos asiste a los grupos parlamentarios, y más en esta Cámara de representación territorial. Por cierto, estoy totalmente de acuerdo con sus palabras: no gastar tanto en estructura administrativa para poder gastar más en infraestructuras.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Señor Antich, tiene la palabra.
El señor ANTICH OLIVER: Muchas gracias, señor presidente.
En primer lugar, quiero agradecer el tono de la vicepresidenta, sin perjuicio de que con buen tono nos ha reñido en varias ocasiones. (La señora vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia: No era mi intención.)
Lo primero que quisiera decir es que yo soy representante de un partido de ámbito estatal y que me encuentro muy bien haciendo el discurso que hago, porque el Estado es Gobierno de España y comunidades autónomas. Todo es Estado. Efectivamente, las Cortes Generales tienen que hacer el control al Gobierno de España. Este es el trabajo que tenemos en las Cortes Generales. Y esta es la Cámara territorial. En esta Cámara hablamos de la relación comunidades autónomas y Estado. Esta es la facultad territorial. Controlamos el trabajo que hace el Gobierno y si esto tiene unos efectos territoriales en los trabajos que hacen las distintas comunidades. Por lo tanto, no debe ser tan absurdo defender lo que se ha defendido. Es más, si he hablado de las comunidades autónomas es porque entiendo que quien pisa a quien es el Estado a las comunidades autónomas, hablando del Estado que es Gobierno y comunidades autónomas, hablando en las Cortes Generales del Estado, que es el conjunto. Hay una parte del Estado que, a través de toda una serie de medidas, está entrando en competencias de las comunidades autónomas. Esto es lo que representa mi partido, el Estado y, en este caso, el Estado de las Autonomías. A lo mejor es que tenemos una idea diferente del Estado. A lo mejor es eso. A lo mejor, efectivamente, estamos en una idea diferente.
Por otra parte, con buen tono también ha dicho que no era el objeto de la comparecencia. Esta comparecencia tenía dos apartados. Uno, que habían pedido usted y el señor Martínez Oblanca, respecto a la reforma de las administraciones públicas, y otro que habíamos pedido todos los demás, que era, en general, sobre las políticas de su ministerio. Y, entre las políticas de su ministerio, usted bien nos ha recordado que usted representa el ministerio impulsor de las reformas, con lo cual usted puede hablar de la reforma de emprendedores, de la reforma laboral, puede hablar de todas las materias, pero cuando nosotros hablamos de la reforma de la Administración local, resulta que usted va y dice que esto no era objeto de la comparecencia. Pues sí, igual que todo lo demás, porque si usted es el impulso reformador, lo es para todo, no solo para lo que usted crea que lo es o, al menos, deje que nosotros hagamos el análisis de todo lo demás.
Por último —y termino, porque me estoy pasando del tiempo—, debo decir que, efectivamente, estoy absolutamente a favor de la colaboración y de buscar ámbitos de colaboración. Pero para colaborar, señora vicepresidenta, lo primero que hay que hacer es respetar al otro; es muy difícil cooperar, colaborar y participar poniendo el pie encima del otro entrándole en las competencias. Así es muy difícil colaborar y, por eso, las políticas tendrían que ser conjuntas, más de acuerdo que políticas impuestas como se está haciendo en muchas de las materias que, desde mi punto de vista, están desvirtuando el Estado autonómico. Yo entiendo que hay poco dinero para las infraestructuras, etcétera. Lo que yo he dicho es que, habiendo unos estatutos que dicen que habría siete años de inversiones en determinadas regiones para intentar compensar situaciones anteriores, ni tan siquiera el Gobierno de España se ha sentado para intentar pactar si en un momento de menos dificultades esto seguirá vigente o si ya se ha eliminado por completo; porque entonces hemos eliminado por completo deficiencias inversoras que tenían determinadas comunidades. Yo también entiendo que todo el mundo ha tenido que hacer esfuerzos; esto lo entendemos todos. Lo que pasa es que a veces unos han hecho más esfuerzos que otros, y esto también se tendría que analizar.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Antich.
Tiene la palabra la senadora Vindel.
La señora VINDEL LÓPEZ: Gracias, señor presidente.
Seguro que a la señora vicepresidenta le alegrará saber que a pesar de lo escuchado aquí desde las cuatro de la tarde, los grupos parlamentarios que componemos la comisión tenemos muy buena intención de entendimiento y de diálogo en lo que se refiere a nuestro próximo trabajo parlamentario, que es la ley de transparencia, y que en estos momentos estamos manteniendo y vamos a mantener conversaciones, todas las que podamos y más, para mejorar, si cabe, el texto que nos ha llegado del Congreso de los Diputados. Es algo que relaja un poco las intervenciones de esta tarde.
No sé si he dicho que por el carácter territorial de la Cámara se ha presentado aquí el informe Cora. Si no lo he dicho, lo vuelvo a decir para que quede muy claro; y le agradezco que dé respuesta al mandato constitucional.
Por último, en cuanto al informe Cora, mucha suerte y buen trabajo.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Vindel.
Tiene la palabra la señora vicepresidenta del Gobierno.
La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE LA PRESIDENCIA (Sáenz de Santamaría Antón): Muy brevemente, señor Martínez Oblanca, por supuesto que puede usted hablar de Asturias y de lo que quiera. Pero también entenderá que en el seno del debate parlamentario usted me ha preguntado: por qué no contesta más preguntas, y yo le contesto: porque yo tengo que marcar un criterio. Yo los viernes hablo de toda la política del Gobierno. Si ustedes para hablar de un tema me preguntan —como suele ocurrir— de mis declaraciones el viernes… Me hago el listado de todas las que corresponden a los señores ministros, pero no tengo ningún problema en comparecer. Yo no soy dudosa, todos los miércoles comparezco en la sesión de control en el Congreso de los Diputados con una, dos o tres. El resto de mis compañeros tienen la incertidumbre el jueves por la tarde; yo no la tengo; a esa Cámara voy todos los miércoles para hablar de la ley de transparencia, de la regeneración democrática, de la que no hemos tenido oportunidad de debatir en esta Cámara, o de cualquier otro asunto que implique directamente a mi departamento. Pueden ustedes convocarme cuando quieran, pero entiéndame que en esto de las preguntas tengamos que ver lo que corresponde a cada cual, porque esto de los departamentos horizontales es lo que tiene.
Debo decirle que el consorcio para los Juegos Olímpicos de Londres ni existe ni funciona. Pero le voy a contar lo que nos ha pasado en el informe de la Cora. No sé si sabrán sus señorías que hasta la fecha —ya lo estamos modificando— no había una norma para la extinción de los consorcios; no había una norma que regulara el régimen jurídico de la extinción de los consorcios. Entonces, alegremente, se ponen a trabajar los consorcios, se llegaba al convenio entre las distintas administraciones, empezaba eso a funcionar y, claro, desaparecía el objeto y se entiende que, desaparecido el objeto, desaparece. No había una norma que determinara cómo, cuándo y por qué se crean; cómo, cuándo y por qué deben extinguirse. Y esa ausencia legal es la que vamos a resolver para este consorcio y para todos los demás que, por cierto, como estos de los que usted me dice, alguno podía sacarle yo hasta de una antigüedad mucho mayor que la de 2012. Ahora tendremos un procedimiento.
Le agradezco el tono al representante del Grupo Vasco. Además, por las conversaciones que he tenido con miembros de su partido y de su Gobierno, hay muchos puntos de reforma de las administraciones públicas interesantes y cosas importantes que se están haciendo en el País Vasco, y podemos hacer un intercambio de experiencias que puede ser muy oportuno. Porque nosotros estamos haciendo una parte que nos corresponde pero, desde luego, hay muchos asuntos en los que las comunidades autónomas se han anticipado, especialmente en la administración electrónica. Creo que hay voluntad para trabajar y para llegar a acuerdos; lo hemos hecho con la ley de transparencia, que ha sido un buen ejemplo; lo hemos hecho en la ley de sostenibilidad y racionalización local. Hay que seguir trabajando y, superadas las urgencias, es tarea de todos trabajar y buscar esos acuerdos.
Señor Saura, el que ha hablado de política y de técnica ha sido usted, no yo. Yo he utilizado su expresión. No le entiendo bien cuando dice que el Estado tiene que venir a explicar el modelo territorial. ¿El modelo territorial de quién? Porque el modelo territorial es el Estado de las Autonomías. Señor Saura, o yo no le entiendo o usted no se ha explicado bien, pero el Estado de las Autonomías es el modelo que tenemos. Si quieren hablar de una reforma constitucional, no estaría de más que pongan negro sobre blanco la que proponen, y así los demás podremos opinar y hacer ese debate sobre el modelo territorial que ustedes buscan. Porque ahora hay un modelo territorial que algunos estamos tratando de que funcione mejor, de una manera más austera y de una manera más transparente. Señor Saura, creo que clarificaría mucho conocer cuál es el suyo. El que hay, mientras no se modifique la Constitución, es al que este Gobierno está vinculado y tiene que tratar de desarrollar con la máxima cooperación, coordinación y diálogo; si usted quiere que haya un debate sobre el modelo territorial, explíquenos primero cuál es el suyo, y yo le daré mi opinión, no en genérico.
Ha dicho usted que muchos delegados sindicales le dicen que con la reforma local van a tener que recorrer 100 kilómetros para hacer gestiones. Señoría, lo que busca la reforma de la Administración local es clarificar; y esto no es centralización, porque en el Estado, qué quiere que le diga, hay competencias de comunidades autónomas y de corporaciones locales. En primer lugar, hay que diferenciar las competencias de unos y otros y la financiación de unos y otros. Y probablemente haya cosas competencia de las comunidades autónomas que puedan encomendarse a las corporaciones locales con la financiación suficiente. Me dice usted: es que se van a trasladar 100 kilómetros a hacer gestiones. Señoría, por eso es tan importante el informe de la Cora, para ver si las podemos hacer de manera telemática y no tener una oficina en cada pueblo si podemos tener una oficina en cada ordenador. De eso es de lo que va este informe.
Sobre el déficit público, señor Saura, usted me hace un reparto en el que deliberadamente incluye en el Estado la Seguridad Social, y ya le he señalado que ahí es donde de verdad hay el problema de déficit público. Puede parecerle que no es adecuado porque sencillamente considera que esa parte, como es estatal, que vaya en el cupo del Estado. Pero es que, señor mío, la Seguridad Social trasciende al debate entre Estado, comunidades autónomas y corporaciones locales; y ahí es donde hemos puesto el acento, para permitir que la Seguridad Social tenga más márgenes. A lo mejor a usted no le parece bien, pero a mí me parece que la Seguridad Social y las pensiones conforman una política social tan básica como la educación y la sanidad.
Señora Rieradevall, le agradezco sus palabras porque, además —y se me pasó decírselo en su primera intervención—, demuestra que se ha leído ese informe, como decía alguno de los ponentes, en letra pequeña, muy pequeña —yo también lo dije— y muy condensada. Pues no le digo yo lo que es leerse el complemento de todo esto. Pero le agradezco su esfuerzo y su voluntad de entendimiento. Lógicamente hay cosas en las que no estaremos de acuerdo y hay temas en los que podemos pensar que es mejor que una competencia la lleve a cabo una comunidad o el Estado, pero es importante que al menos tengamos presente esa necesidad de reforma que a mí me consta que también el Gobierno catalán está haciendo en muchos aspectos en su propia estructura y que es importante reconocer.
Señor Antich, nadie pisa a nadie, ni nadie falta al respeto a nadie. Somos el Gobierno de la nación, pero también somos el Gobierno de los ciudadanos de todas y cada una de las comunidades autónomas. Somos el Gobierno de la nación que gobierna para los ciudadanos de Baleares, para los ciudadanos de Cataluña, para los ciudadanos del País Vasco en las competencias que nos corresponden. Si aprobar una ley y que nos la recurran es pisar las competencias del Estado,… A la inversa, cuando las comunidades autónomas aprueban una ley y un real decreto que tenemos que recurrir. A mí no me gustan los términos pisar o faltar al respeto.
Creo que este es el funcionamiento del Estado de las Autonomías. A nosotros nos corresponde impulsar las leyes a través de los proyectos de ley, a ustedes aprobarlas definitivamente y al Tribunal Constitucional analizar si son o no acordes con nuestro modelo de Estado de las Autonomías. Y nadie pisa a nadie ni nadie falta al respeto a nadie. Tratamos de aprobar reformas, señoría; es importante. Y el reparto competencial del artículo 149.1 de la Constitución ¿por qué reserva al Estado una amplia capacidad legislativa, más que cualquier otra? La capacidad ejecutiva del Estado, las competencias ejecutivas del Estado son muy limitadas en muchos puntos. Tampoco tenemos mucha capacidad de desarrollo reglamentario. Pero sí se reconoce a estas Cámaras una capacidad legislativa: en ocasiones, plena, y en ocasiones, en un rango básico. Son las competencias no mías, de ustedes, que representan también a los ciudadanos del conjunto de España, que les han dado un mandato, igual que el nuestro, que es derivado, para que seamos capaces de aprobar leyes que sirvan para solucionar problemas importantes, que son de todos y que requieren una solución de todos. Ese es el reparto competencial. Poco en ejecución, por no decir nada -buena parte transferido a la Unión Europa-, poco en desarrollo reglamentario. Pero cualquier Estado tiene que tener capacidad para aprobar leyes que hagan las grandes políticas del Estado y que permitan superar situaciones de crisis. Sé, señor Saura, que no está de acuerdo, por la cara que está poniendo (Risas.), pero es mi opinión, y yo he respetado la suya.
Creo que es bueno que en esta Cámara y en el Congreso, de las que ustedes, todos, forman parte, tampoco echemos por tierra un mandato que tenemos de los ciudadanos: hacer leyes; a ser posible, pocas –ya les digo yo que el Gobierno también hace demasiadas-; a ser posible, buenas; a ser posible, que respeten el reparto competencial, pero a ser posible que den soluciones a los graves problemas que tiene España. En ocasiones probablemente podamos discutir si un artículo es más o menos constitucional y si se ajusta más o menos -llevamos desde el año 1979 de funcionamiento del Tribunal Constitucional discutiendo sobre ello-, pero estamos hablando de sus propias capacidades, de sus propias competencias como representantes que son del conjunto de los ciudadanos.
Pongámonos de acuerdo. Trabajemos, como decía el representante del Grupo Vasco, por ponernos de acuerdo en más leyes. El Gobierno tendrá su parte de culpa y los grupos alguna –permítanme que lo diga-. Pues superemos la fase de la culpa y pongámonos a trabajar, pero no sobre ese exclusivo debate de unas y otras administraciones, sino todos juntos. Esa es la cultura que, difícilmente, con letra pequeña, abigarrada y en muchos folios, tratamos de explicar aquí. Creo que los ciudadanos lo agradecerían. Y para muchos, esta, señor Saura, es la política de verdad.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora vicepresidenta, por esta nueva comparecencia en esta comisión.
Estoy seguro de que interpreto el sentir de sus señorías de que siempre será bienvenida en esta comisión, siempre que desee venir.
Señoras y señores senadores de esta comisión, muchísimas gracias por sus intervenciones, por su asistencia.
Una vez más, les recuerdo que tenemos pendiente para el día 13 la reunión de la ponencia y de la comisión para el debate de la ley de transparencia, que se convocará oportunamente.
Se levanta la sesión.
Eran las diecinueve horas y cinco minutos.
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