Así como en nuestra civilización adámica la evolución se ha fijado en el desarrollo científico y estamos terminando nuestros 14.000 años con la mecanización y electronización; la civilización Atlante se fijó en el desarrollo de los poderes mágicos que son latentes en todo hijo del Creador, "hecho a su Imagen y Semejanza". Sólo que la Raza Atlante, (Cuarta Raza que vino a aprender en la escuela del Planeta Tierra) no había desarrollado la primera y más importante de todas nuestras facultades, el Amor. Emplearon sus grandiosos poderes sin nobleza alguna y con el único fin de subyugarse unos a otros, dominando, humillando y torturando, tal como hacen hoy en día los llamados "brujos" y "brujas" quienes explotan a las personas llenas de odio, sed de venganza y deseo de dominio sexual vendiéndoles maleficios y "trabajos" para esclavizar a las víctimas.
La Ley del Círculo, llamada también "el Bumerang" y que es parte del Principio de Ritmo, pronto les devolvió su maldad destruyéndolos con todo y su Continente; se lo tragó el Océano Atlántico y luego hasta el mar los aborreció y los lanzó al espacio para que allí se anquilosaran sin agua y sin aire (la Luna).
Quedaron remanentes de la Cuarta Raza depositados en los hielos, en los fósiles y hasta en cuerpos que se salvaron del Diluvio, pues esta Raza poderosísima que había acumulado inmensos depósitos de energía envenenada por sus mentes, ritos y prácticas, obligó a desencadenar cataclismos universales para destruirla,
Como las astillas de la escoba en "El aprendiz del brujo" de Walt Disney, comenzaron a revivir los remanentes de la Cuarta Raza, pero su antigua arrogancia y soberbia los castigaron llevándolos a ocupar el sitio más pobre, más humilde, humillado y sufrido de todos en el Planeta, el esclavo de sus víctimas reencarnadas.
La Ley de Correspondencia (Como es arriba es abajo y viceversa) se cumplió y la conciencia renegrida, primero empañó, opacó y luego ennegreció hasta la piel del Atlante tornándolo color marrón tierra-fértil.
El paso de los Siglos ha logrado debilitar a los poderosísimos Atlantes. Sus ritos y prácticas han degenerado en el casi desaparecido "Voo doo", tambor y brujerías, no obstante que ésta aparenta ir surgiendo.
Como las adquisiciones positivas no se pierden porque pertenecen al derecho de conciencia, la raza conserva sus dotes melódicas, aunque su música está basada en la tristeza y la añoranza de un bien perdido. Su ritmo sigue siendo hipnótico. El antiguo culto fálico se manifiesta aún en sus bailes y movimientos. La raza sigue siendo ardiente, fogosa, violenta, aunque algo adormecida. De su original lujo, esplendor y opulencia, le queda el gusto por lo ostentoso, los colores vivos y todo lo que brille, aunque no sea sino oro en la dentadura. Son sumamente inteligentes y amorosos y se distinguen en el arte culinario.
Así ha ido purgando su terrible karma y se ha ido mezclando con las razas siguientes. Estas razas subsiguientes conservan el recuerdo de sus sufrimientos cuando eran Atlantes. El cuerpo etérico del hombre guarda la memoria de todas las experiencias de todas las vidas pasadas y los traumas causados por tan agudas pruebas, y al encontrarse un blanco con un negro, a menudo se detestan porque se revive el eslabón etérico que guarda la memoria racial.
Cuando se mezclan las dos sangres en matrimonio y reproducción, ocurre que en el hijo están ambos eslabones: el del Atlante y el de la víctima en conflicto interior. Esto hace que desee mantenerse al margen de ambas razas. El individuo no se encuentra asimilado a ninguna, y se le crea el despecho por la vida misma, sin comprender el motivo ni entenderse él mismo.
Por eso se ha hecho la observación de que el mulato o mestizo es producto de los defectos de ambas razas, pero esto no es cierto. La verdad es que la lucha sicológica de los dos eslabones enemigos dentro de él, baja su frecuencia vibratoria a una constante que lo vuelve ofensivo para otros. Los Maestros no recomiendan la mezcla de sangre mientras "o se hayan transmutado los eslabones.
Como en la Tierra no se ha desarrollado aún el Amor puro, consciente, "i tampoco se conocía la manera de disolver estas memorias del cuerpo etérico, no se ha sublimado el odio racial; pero ahora que los Maestros han dado permiso para divulgar la Ciencia de la Llama Violeta transmutadora de todo karma, basta que "los pocos" la practiquen para que "los muchos" reciban algo de la radiación y así vamos a ver disolverse, milagrosamente, mucho del resentimiento que separa a la Cuarta Raza de las razas blancas. Así se irá blanqueando y espiritualizando el color tierra, y los "blancos" (que a menudo son negros de alma) podrán darse cuenta del inmenso volumen de amor reprimido que contiene esa maravillosa Raza Cuarta, Atlante, que ya llegó a la liberación de su terrible karma. La Luz está entrando a raudales, primero por la entrada de la Era, y segundo, porque la aceptación de esta enseñanza por los humanos encarnados actúa como espejo donde ella, la luz, se refleja.
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