Revista Metafísica



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SIEGA


Ahora ya estoy segando las espigas de mis sueños más altos!

Las espigas que dejan la tierra, que buscan el cielo...

Haré un haz con ellas, tan grande, que apenas cabrá dentro del mundo.

Sobre ese haz de espigas tan altas, podré ver a Dios!

LUIS ELADIO GUEVARA

Cristianismo Dinámico


SALVACIÓN DEL PLANETA
Los cataclismos que vienen anunciando pueden muy bien ocurrir, pero no es ni necesario ni forzoso que ocurran. Habiendo quienes saben como evitarlos (y ya habernos muchos trabajando) no tienen por qué ocurrir.

A nosotros, los estudiantes de Cristianismo Dinámico, no nos puede ocurrir nada negativo —como ya lo comprobamos en el pasado sismo— ni un rasguño en nuestras casas ni en nuestras personas ni seres amados (aun­que éstos no sepan trabajar como nosotros). Nuestro estado de con­ciencia nos salva; pero a nuestros hermanos, los humanos que no conocen las leyes que gobiernan la Creación, sí puede ocurrirles todos los horrores predichos. No saben lo que hacen y es nuestro deber difundir la enseñanza para intentar salvar a la mayoría, ya que están poniendo en peligro al planeta entero mientras conti­núen en la ignorancia más com­pleta.

No es la voluntad de Dios que nos ocurra nada desagradable, pero si los humanos continúan perpetrando errores que acarreen lo desagradable, El, por respeto a nuestro libre albedrío, no puede hacer nada en contra. NO ES QUE LE SEA IMPOSIBLE IM­PEDIR, entiéndanme. Para Dios no hay imposibles; pero mientras perdure un deseo nuestro, nada ni nadie en la Creación se opo­ne; y el deseo de la mayoría parece ser el continuar cometien­do los errores que producen los cataclismos. El ha creado dioses a su imagen y semejanza, esos dioses somos nosotros sus hijos y nadie más que nosotros puede iniciar la salvación de nuestro propio planeta. Ahora verás.

La ley de Vibración (y la Vi­bración es una de las Leyes men­cionadas y que gobiernan la Crea­ción) obliga que cada pensamien­to y cada palabra ocasiona un sonido en el aire, tal como una nota golpeada en un piano. Al golpear la nota Do, por ejem­plo, no solamente vibra ese so­nido sino que también vibran por simpatía las notas Sol y Mi en octavas más altas, que se lla­man "harmónicas".

Ahora, el golpe que se le dio a la nota Do repercute siete veces, o sea, que ocasiona vein­tiuna vibraciones junto con las de sus harmónicas, y éstas tam­bién levantan sus respectivas sie­te vibraciones, y cada una de estas siete más, etc.

Como acorde armónico esto es bellísimo, ya que forma el acorde mayor Do, Mi, Sol; y toda la Creación está siempre vibrando, formando melodías ce­lestiales... pero no así nuestro planeta Tierra. Cada vez que al­guien irrumpe en ira, contra un ser humano, un animal o una si­tuación o lo que sea que provoque la cólera, se forma en el aire una figura espantosa, estridente, dis­cordante y de forma igual. Figuras de odio, crueldad y violencia que van levantando en multipli­cación por siete, y todo el que en ese momento se encuentre en simpatía, o sea, en ánimo des­compuesto, va vibrando en reper­cusión y aumentándose con las suyas propias hasta que se llega al crimen.

Como tú ves, no sabemos a cuántos hemos llevado al crimen con alguna vibración nuestra.

Si la figura muere pronto por­que nos pasa el mal humor, no sería tan grave el daño, Pero es el caso que el individuo terreno se complace en recordar, comen­tar y repetir lo que le ha moles­tado; por venganza hiere a la primera oportunidad, y la figura se va agigantando, fijando y for­mándose lo que llaman un egrégor, una entidad con vida, que no se vuelve a apartar del que la creó, y a cada oportunidad lo tienta, lo "puya" pues, ya que esa fue la naturaleza que le dio su dueño.

Esas figuras son feas, de colo­res pantanosos que oscurecen la atmósfera. El planeta vive hir­viendo en nubarrones de malestar y maldad.

Sólo hemos descrito los egrégores de cólera. ¿Qué serán los producidos por otras creaciones negativas como la malevolencia, la crítica, el engaño, la trampa, la mala intención, el dolor y todo lo que vibra en todo momento en el mundo social, el de los negocios, la política, en la calle, en los colegios, en los barrios pobres y los ricos?

Hay egrégores gigantescos, de miles de años como las guerras, que no desaparecen porque son las "posesiones" de miles de se­res. Estas son las que mencionó Jesús, y es a lo que se refiere la Bienaventuranza "Bienaventu­rados los pobres en el espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos".

Todo eso resulta en karmas in­dividuales, colectivos, nacionales, que hay que pagar. Sin la Mise­ricordia Divina los humanos no podríamos ser salvados nunca, ya que ensuciamos más energía de la que podemos limpiar; pero se acerca una cosa, una situación planetaria que no nos permite retardar más la salvación de nues­tro planeta. Si no se difunde esta enseñanza, los altos dirigentes cósmicos no podrán nada por los que se nieguen a corregir sus pensamientos y palabras y apro­vechar el maravilloso remedio que la Sabiduría y Misericordia Divina ha proveído.

La etapa de evolución en que estamos se llama la Aspiración. Una de las Leyes de la Creación dice que Como es Abajo es Arri­ba, y Como es Arriba es Abajo. La respiración nuestra no es cosa peculiar del ser humano, ni de los animales o peces. Todo res­pira a su manera y en el estilo de su propio plano. Hace millo­nes de millones de eones que el Sol respiró hacia afuera a los planetas que lo rodean. El sopló

hacia afuera y ahora le ha llegado la hora de respirar hacia adentro. Por lo tanto, Mercurio entrará hacia el Sol y se colocará en lo que llaman el aura, o la corona. Venus irá a colocarse en el sitio que ocupaba Mercurio y la Tierra en el sitio que ha ocupado Venus.

Esto es lo que se llama "una Iniciación", o un paso que se da, y nadie está exento de sus pasos evolutorios. Como es Arriba es Abajo y viceversa.

Ahora bien, los Maestros As­cendidos explican todo esto en términos de gran altura, difíciles de comprender, humanamente hablando. Pero cada uno de nos­otros tiene su misión y la mía es la de ponerlo en "palabras de a centavo". Lo explico de la si­guiente manera: Cuando vas en automóvil y te están esperando redoblas la marcha. Aceleras, en otras palabras, tu motor hace más revoluciones por minuto o por segundo, girando más rápidamen­te. Pero si tú llevas una carga muy pesada tu motor no puede acelerar. Es posible que hasta se detenga, ¿no es así? Bien, pues los demás planetas del sistema están ya listos para corregir sus órbitas y están esperando por la Tierra que tiene 5.000 años de atraso en su evolución. Su carga se hace más pesada cada minuto. Todos los planetas circundantes tratan de hacer lo que se pueda enviando sus naves espaciales pa­ra ver si se pueden acercar, pero los terrenos los reciben a tiros. Nuestras vibraciones son tan len­tas que no dejan subir. Es como

un avión que no se puede elevar porque no tiene la fuerza apro­piada. Tampoco es posible en el orden cósmico que la Tierra se quede estacionada donde está. Tiene que progresar porque si no, lo que hace es detener a los que le siguen en el espacio.

Si la Tierra se destruye, los atrasados van a tener a planetas de ínfima evolución, y esto equi­vale a que unos niños de buenas familias quedaran huérfanos de pronto, y que por falta de cari­dad y socorro tuvieran que ir a vivir en condiciones infrahuma­nas en la selva o en el hampa, pero es más bien como animales.

Esto no lo desea Dios, ni nuestros hermanos mayores (los Maestros Ascendidos) ni noso­tros los hermanos menores.

La ayuda a nuestra Tierra no puede ser dada por huestes cós­micas, ni angélicas, ni Maestros ni Elohims por más poder que tengan. Es precisamente por la altísima frecuencia vibratoria de estos seres ya perfeccionados, que no pueden descender tan bajo para ayudamos, pues no se mez­cla una alta vibración con una lenta. Son necesarios escalones entre unas y otras; lo que en tér­minos de electricidad terrena se conoce como "transformadores" en escala ascendente o descen­dente. Estos transformadores son personas ya muy evolucionadas, purificadas, adelantadas mental­mente y al través de las cuales los Maestros y huestes cósmicas pueden transmitir los fluidos y vibraciones. Además, la llamada tiene que venir de la octava en donde estén ocurriendo los si­niestros.

"Llamada" se le dice a los planos de luz, a las oraciones, peticiones, súplicas o tratamien­tos espirituales. Si alguien en la Tierra eleva su mente, su cora­zón y su voz en oración, es como golpear la nota de que ha­blamos anteriormente. Esta reper­cute en dos octavas más altas y los ayudantes acuden de inmedia­to. Ellos mismos dicen que "La llamada obliga la respuesta", o sea, que ninguna oración puede quedar sin contestación, y es sólo la falta de fe del que llama; la ignorancia —porque la oración es un arte y una ciencia que es lo que se nos enseña en el estudio de Metafísica— lo que hace pa­recer tan a menudo que no se nos ha atendido.

Ahora bien. El Director de esta Nueva Era en que hemos entrado es el Maestro Ascendido Saint Germain, Director del Rayo Violeta. Hay siete Rayos de co­lores, cada uno representativo de varios atributos de la Divinidad, y no solamente representativos, sino que la luz de cada uno de esos colores, aún la debilísima luz fabricada aquí en la Tierra, si contiene algún color, tiene propiedades especiales que ac­túan sobre aquello que iluminan. Los Siete Rayos, brevemente, son como sigue: Rayo Azul zafiro, Voluntad de Dios, Fe, Poder, Felicidad. Rayo Amarillo, Sabi­duría Iluminación. Rayo Rosa, Amor Divino, Belleza, Opulencia.

Rayo Blanco, Ascensión, Resu­rrección, Rayo Verde, Verdad, Curación, Música, Concentración, Consagración, Rayo Rubí y Oro (no se le llama color naranja) la Gracia, Paz, Providencia. De este Rayo fue Director el Maes­tro Jesús durante toda la Era que pasó, la era de Piscis. Rayo Vio­leta, Misericordia, Perdón, Trans­mutación.

El tono violeta es mezcla de dos colores, el azul y el rosado. Voluntad Divina que es el Bien, y Amor Divino, total Misericor­dia, perdón y restitución.

Estos colores se aprenden a aplicar para lograr los dones ma­ravillosos que Dios tiene para sus hijos. Por eso decimos en Metafísica que Dios todo lo ha dado ya; que sólo hay que apren­der a pedir y a dar gracias por anticipado. "Aprender a aplicar" significa pensar y llamar.

Llamamos a las huestes de la Llama Violeta y les pedimos que envuelvan en esa luz al caso que requiere socorro. Ellos no pueden dejar de acudir al llama­do, como ya se dijo. Ellos llevan la energía mal usada al Sol. Este la purifica, y el que la usó mal o erradamente tiene una nueva oportunidad para calificarla en bien.

Con cada latido del corazón le entran toneladas de energía a cada ser humano. Este la "cali­fica" de acuerdo con cada pensa­miento y sentimiento, o sea, que todo lo que pensamos, sentimos, hablamos y actuamos se va gra­bando y formando como dije al comienzo de este mensaje. De allí que no podemos cambiar la naturaleza que le hemos infundido a nuestras creaciones, a me­nos que actuemos muy rápida­mente, antes de que tenga tiempo de cristalizarse en forma de un egrégor. Ocurre como con los soldados en la guerra, que al enemigo le es más fácil liquidar a un destacamento antes de que éste haya tenido tiempo de atrin­cherarse. Pidiéndole perdón al Padre por el mal uso de Su ener­gía es una de las formas de borrar el mal creado por nosotros. Pero si se está creando algo bello como una poesía, una música, produ­ciendo algo artístico, o útil, cons­tructivo en fin, estos forman fi­guras bellas que se colocan en nuestro cuerpo causal para toda la eternidad.

Saint Germain enseña a invo­car, llamar, pedir la ayuda de la Llama Violeta en todo lo que se nos presente cada día, y que sea negativo o destructivo. Enseña a pensar y decir muchas veces al día, o cada vez que cometamos un error. "Yo Soy la Ley del Perdón y la Llama Trasmutadora de todos los errores que yo haya cometido" e inmediatamen­te "Yo Soy la Llama Trasmutadora de todos los errores de toda

la humanidad", porque no debemos pedir cosas para nosotros únicamente, y además es nuestro planeta entero que necesita sal­vación.

Nuestros errores no son sola­mente contra los seres humanos sino también contra los animales, elementales, cosas, circunstan­cias, organizaciones, países, etc.

Cinco minutos al día dedica­dos a envolver mentalmente en luz violeta a todo el planeta, todo ser viviente en él, toda cosa, circunstancia, país, etc. Hacien­do la llamada en esos términos y diciendo:

"Angeles de la Llama Vio­leta (3 veces) Vengan (3 veces) enciendan la Llama Violeta y en­vuelvan a... y manténganlo encendido hasta que esté mani­festando la perfección", usándolo para toda noticia alarmante, toda enfermedad, todo acontecimiento negativo y todo error nuestro o de otro, evitará los cataclismos anunciados, desviará la atracción del asteroide, limpiará la atmós­fera, la Tierra emitirá luz en lugar de obscuridad, y podrá co­locarse en el sitio que le corres­ponde, o sea, que habremos sal­vado a nuestro planeta y a nues­tros hermanos.


ESTE DECÁLOGO FUE ESCRITO POR UN JOVEN, QUE SI BIEN NO ESTU­DIABA METAFÍSICA EN LOS LIBROS, ERA METAFISICO POR DERECHO DE CONCIENCIA. UN MES DESPUÉS PASO AL OTRO PLANO MEDIANTE LA CAUSA APARENTE DE UN ACCIDENTE AUTOMOVILÍSTICO. ESTE PAPEL FUE ENCONTRADO EN UNA DE SUS GAVETAS. SU ESPÍRITU OMNISCIENTE "SABIA" Y GUIADO POR EL, ESTE MUCHACHO DEJO ESTE MENSAJE GUIADOR PARA LOS QUE AUN PERMANECEMOS EN ESTE PLANO. BUENO NOS SERA PRACTICARLO.

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