Kamchatka
FICHA ARTÍSTICA
Papá Ricardo Darín
Mamá Cecilia Roth
Abuelo Héctor Alterio
Abuela Fernanda Mistral
Lucas Tomás Fonzi
Harry Matías del Pozo
El Enano Milton de la Canal
FICHA TÉCNICA
Dirección Marcelo Piñeyro
Producción Oscar Kramer
Pablo Bossi
Francisco Ramos
Guión Marcelo Figueras
Marcelo Piñeyro
Fotografía Alfredo Mayo
Arte Jorge Ferrari
Juan María Roust
Música Bengin Mendizábal
Edición Juan Carlos Macías
Vestuario Ana Markarián
Fecha de estreno: 17 de Octubre de 2002
Sobre el Director
Marcelo Piñeyro estudió cine en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. Sus primeros pasos los dio en el cine publicitario junto con el cineasta Luis Puenzo director de la película La historia oficial (1985), de la cual fue su productor ejecutivo. En el año 1992 dirigió su primer filme, Tango Feroz, que fue galardonado en el Festival de Cine de San Sebastián (España) con el premio del Jurado Joven.
Caballos salvajes, su segunda película, obtuvo un enorme suceso siendo uno de los filmes más vistos en Argentina durante el año 1995. Cenizas del Paraíso, su siguiente producción, fue también un gran éxito. Su cuarta película es una adaptación de la novela Plata Quemada del escritor argentino Ricardo Piglia. Este filme fue elegido por el diario “Los Ángeles Times” (Estados Unidos) como uno de los diez mejores del 2001.
Su última producción, Kamchatka, fue estrenada en distintos países, con excelentes críticas y fue seleccionada como la representante de la cinematografía argentina del año 2002 para los premios Oscar (Estados Unidos).
¿Qué cuenta la película?
Argentina en otoño de 1976. Años de plomo y una intensa violencia, recrudecida con el golpe de Estado de marzo de ese año. La dictadura militar ejerce el gobierno en el país. Una pareja de clase media profesional siente que su vida está en peligro por la violencia que ejerce esta dictadura militar, a través de un plan de secuestros y desapariciones sistemáticas. Con el fin de protegerse, los padres deciden esconderse en una casa de las afueras de Buenos Aires junto con sus dos hijos pequeños.
Para ocultar sus identidades, todos en la familia adoptan nombres falsos. Uno de los niños se hace llamar Harry, por el escapista Houdini, y el otro, Simón, por el personaje Simón Templar de la serie televisiva “El Santo”. Ninguno de los chicos, pero particularmente Harry, se encuentra a gusto con su nueva vida. Extrañan la escuela, sus amigos y sus juguetes. De a poco, van adaptándose a la vida en la quinta y a nuevos amigos, como Lucas, el joven a quien sus padres dan asilo.
El escondite demuestra no ser muy seguro. El terror militar parece cercarlos. Esto obliga a los padres a tomar una dramática decisión para proteger la vida de sus hijos.
¿Qué pasaba en el país?
Kamchatka nos ubica en la primera mitad del año 1976, poco después del golpe de Estado de la que fue la última dictadura militar en Argentina. Si bien todos los gobiernos militares de la historia nacional recurrieron a la violencia institucional y contra las personas, vulnerando libertades públicas e individuales, ninguna dictadura adquirió el grado de terror sistemático que caracterizó a la que tomó el poder el 24 de marzo de 1976.
Las acciones políticas del gobierno militar implicaron la supresión del poder Legislativo, es decir el cierre del Congreso Nacional tal como funciona en una democracia. También impuso la absoluta prohibición de la actividad política de los partidos. El terrorismo de Estado significó la tortura y la desaparición de personas. El desprecio por la vida y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos fueron una constante en este gobierno.
Durante la dictadura, además del Legislativo, también el Poder Judicial fue intervenido, dependiendo de manera estricta de la Junta Militar. En relación con la esfera cultural y científica, la dictadura sospechaba de cualquier tipo de expresión que alterara los principios del, según ellos, “ser nacional”. El cine, la música, el teatro, los libros, los medios de comunicación y la producción científica fueron severamente controlados y censurados. Además de las desapariciones de personas vinculadas a la cultura, fueron frecuentes la quema de libros, el exilio interno o externo de artistas, profesionales y científicos y la aparición de “listas negras” con los nombres de quienes tenían prohibido trabajar.
Kamchatka, relata una historia situada en 1976. Pero, como todo filme histórico, no sólo remite al pasado. Habla también del presente en que fue producida (la película fue filmada en el primer semestre del año 2002).
¿Qué pasaba en el país el año en que se filmó esta historia? El 2002 encuentra a la Argentina en una crisis profunda. El sistema productivo está arrasado, los niveles de pobreza e indigencia son graves y en aumento, y reina en la sociedad un alto grado de descreimiento hacia las instituciones políticas. En este contexto surgieron movimientos sociales (asambleas barriales, organizaciones de desocupados, redes solidarias y distintos emprendimientos productivos) que resistieron o enfrentaron esta situación de absoluta precariedad social. La propia cultura se convirtió en un refugio desde el cual se buscaba resistir a la profunda crisis que estalló en el país en diciembre de 2001.
Posiblemente a esta resistencia aluda también la película. En el juego de mesa Tácticas y Estrategias de Guerra (TEG), Kamchatka es una región para reorganizarse y sobrevivir a los ataques de los enemigos más poderosos. Kamchatka podría ser también ese refugio que los argentinos del 2002 buscaban para resistir la crisis. La metáfora, la historia narrada a través de estas imágenes, funciona más allá de la dictadura militar imperante entre 1976 y 1983 en Argentina. El filme, de alguna manera, habla del presente, de lo que pasaba en el país del 2002, cuando la película se filmó.
“Soy un privilegiado por ser un contador de historias. Pero sé de la responsabilidad que esto implica por la masividad que tienen las películas. No quiero ser un irresponsable. Sin embargo, no me interesa dar un mensaje direccionado, didáctico. Si me preocupa el señalamiento de cosas que uno siente que no funcionan, sobre las que vale la pena una reflexión mayor o detenerse para pensarlas desde otro lado. Aunque Kamchatka podría ser una película con cierto mensaje, de esto me doy cuenta después. Hay cosas que uno se va dando cuenta más lentamente, con el filme ya terminado, viendo cómo funciona. Siento que en los últimos años el país estaba tan irrespirable que uno tenía ganas de destruir como un modo de construir. Y la verdad es que ahora pienso que hay que construir. Kamchatka habla a la vez de construcción y de resistencia.”
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