2.4. ¿Cuáles son las normas para su correcta creación y funcionamiento?
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Se recomienda escribir artículos cortos, de redacción clara, que faciliten la comprensión.
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También es importante citar la bibliografía, nuestras fuentes de información, y esto se hará incluyendo enlaces, hipertexto.
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Mantener una periodicidad a la hora de escribir, y de actualizar la página.
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Integrar todos los tipos de lectura, audios, videos, dibujos, gráficos…
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Deben tener un diseño atractivo, que invite a la lectura, que resalte el texto, y lo haga más legible.
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Respeto para los demás. Un lenguaje coloquial, información con opinión y conversación bidireccional, argumentar opiniones, en definitiva, respeto hacia los demás como en cualquier espacio comunicativo.
Estas ideas han de tenerse presentes a la hora de elaborar los contenidos del blog, de lo contrario el resultado será migrar la tecnología, pero no ofrecer un nuevo servicio, ni ofrecerlo de forma más adecuada para nuestros usuarios, simplemente con una nueva herramienta, eso sí, más sencilla y flexible que las disponibles hasta el momento.
CAPÍTULO III:
LA WEB SOCIAL
EN LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS
2.- LA WEB SOCIAL EN LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS
Como Servicio Público, la biblioteca debe ser un instrumento al servicio de la enseñanza, de la cultura, de la educación, de la información y del ocio al alcance de todos. Es por eso que la biblioteca debe estar atenta a los intereses y a las nuevas necesidades que surgen en la comunidad y a las nuevas categorías de lector. Las bibliotecas deben ser consideradas como una parte esencial de la infraestructura educativa de las sociedades democráticas y así lo afirma el Manifiesto de la UNESCO (2004):” Los servicios de la biblioteca pública se prestan sobre la base de igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social [….]”Todos los grupos de edad han de encontrar material adecuado a sus necesidades. Las colecciones y los servicios han de incluir todo tipo de soportes adecuados, tanto en modernas tecnologías como en materiales tradicionales. Son fundamentales su alta calidad y adecuación a las necesidades y condiciones locales. Los materiales deben reflejar las tendencias actuales y la evolución de la sociedad, así como la memoria del esfuerzo y la imaginación de la humanidad”.
Hasta hace poco parecía que los procesos educativos se dieran única y exclusivamente en el contexto de las instituciones escolares, que si no existían unas enseñanzas regladas y un diploma no podía haber un aprendizaje. En un nuevo contexto de la llamada “Sociedad del Conocimiento”, surgen nuevos escenarios en los que los procesos de aprendizaje autodidacta y formación permanente son esenciales y las bibliotecas son un lugar idóneo para realizar estos procesos, biblioteca pública y centro de enseñanza comparten objetivos educacionales estratégicos.
Internet y los avances tecnológicos suponen nuevas maneras de actuar en este espacio y nos llevan sin remedio a un cambio en la concepción de muchos de los servicios que a través de esta vía se ofrecen. Si el uso de las tecnologías de la información está cada vez más presente en nuestro entorno, tanto público como privado, entenderemos que las Bibliotecas Públicas como parte de este entorno deben evolucionar y adaptarse a los nuevos avances tecnológicos, tratando de sumar sus nuevos roles con el concepto de Biblioteca tradicional, porque antes el usuario giraba en torno a la biblioteca y ahora la biblioteca debe diseñar sus servicios en torno a los usuarios.
Los novedosos servicios de Internet aplicados al ámbito bibliotecario dan lugar al apellido de 2.0. La “Biblioteca 2.0” sería el resultado de aplicar los principios y herramientas de la Web 2.0 a las bibliotecas, una biblioteca donde se aplican las tecnologías y la actitud de la Web 2.0 a las colecciones y los servicios bibliotecarios. El término “Biblioteca 2.0” (traducción literal del inglés “Library 2.0”) es un modelo que plantea una transición en el esquema de las bibliotecas, especialmente en el modo en que éstas, como unidades de información hacen entrega de sus servicios.
La Web 2.0 supone un cambio de paradigma en la forma de entender la biblioteca pública, transformando las relaciones entre usuarios y bibliotecarios y también entre estos últimos. En general, la idea común subyacente en estos proyectos es la de participación. Porque cuando hablamos de la Web 2.0 no solo estamos hablando de la tecnología, sino de personas que se comunican por un canal diferente: Internet y gracias a Internet y al desarrollo de las tecnologías la biblioteca se transforma, así como la relación con los usuarios y la información.
La “Biblioteca 2.0” implementa las herramientas de la Web 2.0 que se ajustan a sus objetivos, busca la participación de los usuarios para ofrecer mejores servicios pero es importante recordar-como ya hemos dicho en párrafos anteriores- que no se trata sólo de implementar nuevas herramientas, se trata de hacerlo con una actitud hacia los usuarios invitándoles a participar en la creación del servicio, confiando en ellos y buscando una conversación bidireccional que supere la tradicional comunicación unidireccional característica de la Web 1.0 y de los primeros sitios web. Los que proponen este concepto esperan que, en última instancia, el modelo de servicio “Biblioteca 2.0” reemplace al tradicional, unidireccional, que nos ha caracterizado. Así el modelo “Biblioteca 2.0” incluye principalmente un incremento en el flujo de información desde el usuario hacia la biblioteca. Se intenta incluir al usuario en el diseño e implementación de los servicios bibliotecarios, animando al feedback, a la retroalimentación y a la participación activa. De esta forma, los servicios bibliotecarios se estarían actualizando constantemente y re-evaluándose para servir mejor a las necesidades de su comunidad, desde una perspectiva de desarrollo de base. Las bibliotecas sobre todo las públicas, son espacios en los cuales muchos de los elementos de la Web 2.0 tienen un valor aplicable dentro de la comunidad de usuarios, tanto en servicios digitales como tradicionales.
El desarrollo de una verdadera Sociedad de la Información y, quizás, siendo optimistas, del Conocimiento pasa por la Web 2.0 porque ésta supone un cambio profundo “la simplicidad descarnada de la Web 2.0 como elemento de comunicación y divulgación ha trivializado un cambio mucho más profundo en el que lo social y lo tecnológico en interacción continua han generado nuevos espacios de oportunidades, que aun no hemos aprendido a explotar en toda su extensión, combinando personas, contenidos e (info) tecnologías en cada escenario particular” (Fumero, A, 2006: 21).
Hay varios motivos que justifican la implantación de recursos de la Web 2.0 en la biblioteca:
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Cubrir las necesidades de los nuevos usuarios, especialmente de los nativos digitales, que tienen una relación distinta con la tecnología.
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Seguir siendo relevantes en el conjunto de herramientas de información que utiliza el usuario.
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Mantener actualizada la proyección digital de la biblioteca.
Y cómo se puede hacer:
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Con nuevas interfaces.
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Integración de contenidos digitales: multimedia.
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Replanteamiento tecnológico de los procesos y módulos de circulación.
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Utilizando nuevos sistemas con licencias de software libre.
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Con mecanismos de participación activa de la comunidad de usuarios.
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Uso cooperativo de recursos.
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Y sobre todo, con un cambio de actitud.
Una coincidencia entre toda la bibliografía consultada es la necesidad de enmarcar la implantación de las herramientas 2.0 dentro del plan estratégico de la biblioteca porque estas herramientas sólo son eso, herramientas que sirven para ofrecer servicios relevantes y útiles para los usuarios. Ni las herramientas 2.0 ni ninguna otra tecnología, pueden ser consideradas un fin en sí mismas, son un recurso más que permiten mejorar los servicios ofrecidos o los procedimientos de trabajo. Desde ese punto de vista, los servicios que se quieran implantar deben tener un porqué, una justificación y unos objetivos claros y enmarcarlos en la estrategia de servicios de la biblioteca y que encaje con sus formas de comunicación.
La innovación, el compromiso y el espíritu de la filosofía 2.0 debe llegar también a estas actividades y las administraciones que gestionan bibliotecas públicas deben fomentar el uso de estas nuevas herramientas 2.0 y facilitar la introducción de nuevos formatos y modelos de actividades. Las bibliotecas públicas pueden ofrecer información sobre sus propios recursos y los que están en la red, y realizar sus actividades adaptándose a la evolución de las tecnologías para que los ciudadanos no pierdan el interés por ellas. También se debe aspirar a cooperar y colaborar con usuarios y que sean ellos los que hagan llegar sus opiniones, evaluaciones y gustos a la biblioteca pública. Actualmente ya no podemos programar actividades desde la biblioteca a espaldas de la opinión y de las necesidades de nuestros usuarios. En un momento en que las bibliotecas públicas se abren a nuevos usos y a nuevos usuarios, la función del fomento del hábito lector tendría que impregnarse de innovación y de la filosofía de la gratuitas de la “biblioteca 2.0″ con la utilización del conjunto de herramientas gratuitas que la biblioteca tiene a su alcance para maximizar su presencia virtual y mejorar su colaboración con usuarios y otras instituciones.
Los clubs de lectura virtuales, y la utilización de las herramientas virtuales de la Web 2.0 como los blogs, las redes sociales como facebook o la sindicación de contenidos, son herramientas muy fáciles de utilizar y por ejemplo, podemos tener una galería de fotos con las actividades de la biblioteca en Flickr, crear un podcast o cargar un vídeo en YouTube. Como vemos las posibilidades son enormes y la biblioteca tendría que tener un doble seguimiento: el presencial, sujeto a un horario determinado y el virtual, al que el ciudadano podrá acceder sin ningún tipo de barrera horaria ni física.
Pensamos que las bibliotecas no se han de limitar a ofrecer la misma información y los mismos servicios de siempre, sino que han de analizar las ventajas y facilidades que les proporciona la red y ofrecer nuevos servicios pensando en el nuevo escenario digital. ¿Sirven las mismas actividades para los lectores tradicionales que para los denominados nativos digitales? ¿Estamos preparados para ofrecer actividades de animación atractivas para los jóvenes actuales? ¿Cómo afrontan en este momento de cambio las bibliotecas públicas sus políticas de fomento de la lectura? ¿Cómo pueden participar los usuarios en este nuevo paradigma de biblioteca 2.0?
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