LA ACCIÓN DE LOS GUÍAS ESPIRITUALES Y EL KARMA
Pregunta: En el caso de que los encarnados se aparten de sus deberes y de la disciplina espiritual en la Tierra, ¿pueden los Guías intervenir desde el Espacio y detener los desmanes de sus protegidos?
Ramatís: El trabajo principal del "guía", en relación con su protegido encarnado, es el de librarlo en todo lo posible de las imprudencias, de las ilusiones, de los atractivos del vicio y de las pasiones peligrosas del mundo material. Del lado de acá", nuestra mayor preocupación es la de impedir que el amigo o el discípulo encarnado termine esclavizado a las pasiones animales que le dificultarán su ascensión espiritual. En cuanto al éxito deseado, no siempre podemos conseguirlo satisfactoriamente, pues por lo general, la criatura encarnada rechaza la recepción vibratoria de su mentor y se hace inmune a sus inspiraciones superiores. ¡Por regla general, escucha solamente la voz de la "sirena de las sombras", que termina conduciéndola a los mayores ridículos y disparates! Cuando eso sucede, su guía o protector echa mano de recursos extraordinarios e interviene tanto como le sea posible a favor de su protegido, con el fin de frenar sus desatinos y evitar a tiempo los desvíos peligrosos que lo conduzcan a la esclavitud de entidades malhechoras.
Pregunta: ¿Cuáles son los métodos empleados por los guías en esa intervención espiritual para beneficio de sus protegidos encarnados?
Ramatís: Cuando fallan todos los recursos en el plano mental de la inspiración superior y el protegido peligra en su integridad espiritual, generalmente, sus guías se valen del recurso de la enfermedad y de las vicisitudes morales y económicas, a través de las cuales puedan neutralizar a tiempo las causas principales de los desatinos y de las imprudencias. Casi todos los seres humanos son portadores de verdaderas válvulas de seguridad psíquica, aunque se trate de deficiencias kármicas provenientes de males pasados, sirviéndose de las cuales intervienen los guías para impedir los desvíos peligrosos.
Sabéis bien que el cuerpo carnal es el reflejo exacto del temperamento psíquico de cada alma, pues entre dos hermanos gemelos de perfecto parecido, aunque sean xifópagos, podéis notar considerable diferencia en su contextura moral e intelectual, comprobando que aunque se hallen bajo el mismo patrón consanguíneo, bajo iguales antecedentes biológicos o tendencias hereditarias, esas dos almas difieren profundamente en cuanto sljsh ascendencia psíquica. Por tanto, el organismo físico de cada criatura, conserva también en su intimidad etéreo-astral una zona vulnerable de su propio psiquismo ancestral, que puede servir de recurso excepcional para que, a última hora, pueda intervenir el guía y aplicar la disciplina compulsoriamente, cuando su protegido le hace "oídos sordos".
Pregunta: ¿Podéis ofrecernos un ejemplo concreto de ese asunto?
Ramatís: Hay casos en los que determinado protegido hasta entonces ordenado y amigo del hogar, se deja fascinar por cualquier pasión mundana peligrosa que poco a poco lo va absorbiendo, amenazando con causarle grave perturbación en el seno amigo de la familia. A veces, él se vuelve refractario a cualquier intuición espiritual superior o se niega a cumplir las promesas hechas durante el sueño cuando deja el cuerpo físico en el lecho, prefiriendo dejarse obsesar completamente por la mujer extravagante, parásita o fascinadora, por el alcohol o por el juego insidioso.
Cuando menos lo espera, es lanzado al lecho del dolor; otras veces, ve que cesan las facilidades o los recursos materiales que le permitían sostener su condenable imprudencia, quedando en-entonces impedido de proseguir en su comportamiento irregular. Otro caso, por ejemplo, puede ser el de un individuo saludable, fuerte, demasiado viril y dotado de un cuerpo excelente, pero cuyo espíritu irascible y prepotente se niega a ablandar su temperamento o desecha la intuición bienhechora de su amigo desencarnado. Con ventajas en su cuerpo y en sus fuerzas, reacciona siempre con violencia y atrevimiento ante cualquier consejo o protesta ajena. Sumamente agresivo, usa sus manos como vigorosos guantes de boxeo, abofeteando con facilidad y moviéndolas amenazadoras, sin propósito alguno de tolerancia y de excusas. En el hogar, su irascibilidad siembra angustias continuas, pues es atrabiliario con la esposa, con los hijos y con los vecinos; vive seguro de no necesitar de nadie y se siente bastante autosuficiente para despreciar los favores del prójimo. Entonces, su guía espiritual sólo tiene un recurso para domar al pseudo "gigante" eufórico de su estatura y de su musculatura: llevarlo a un lecho de sufrimiento crucial y arrasarlo hasta que reconozca su propia debilidad humana en el seno de la humanidad. ¡De este modo, le cercena la auto violencia y lo coloca en el camino de la ternura y de la humildad bajo el guante del sufrimiento, demostrándole que no pasa de ser un troglodita vestido a la moderna, cual extravagante gladiador que abusa de su fuerte armadura de carne, nervios y huesos! Lo lanza por tierra, abatido por insidiosa enfermedad, haciéndolo entrever el límite de los bastidores del "otro mundo", con lo que le proporciona un tremendo susto, despertándolo en un deseo de continuación de vida para cuidar del socorro ajeno.
En general, aquellos que aparentan mayor indiferencia hacia la muerte porque son robustos y sanos, son casi siempre los que más se acobardan ante la perspectiva de perder el cuerpo que les proporciona los placeres fugaces de la vida animal y les facilita todos los caprichos y vanidades de la carne. Como no confían en la perspectiva agradable de la "otra vida", además del prosaísmo de la existencia física, se agarran desesperadamente a la armadura carnal, como el náufrago a una tabla de salvación.
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