LA IMPORTANCIA DEL DOLOR EN LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL
Pregunta: En vista del Poder y de la sabiduría Infinita del Creador, nuestra evolución espiritual, ¿no podría procesarse sin la necesidad del dolor y del sufrimiento, al que somos sometidos implacablemente desde la cuna hasta nuestra muerte física, con el agravante de que, según nos comunican los espíritus desencarnados, aun tendremos que sufrir después de la muerte terrenal?
Ramatís: El dolor y el sufrimiento, son consecuencias naturales de la evolución del espíritu, como factores necesarios al despertar de su conciencia individual en el seno de la Conciencia Cósmica de Dios Bajo la disciplina dolorosa y rectificadora de la Ley del Karma y sin desprenderse del Todo Cósmico, el espíritu fortalece su memoria en el tiempo y en el espacio, así como afirma la característica de su pensamiento. La resistencia crea el dolor, pero también fortalece el crecimiento de la conciencia de la centella espiritual individualizada en Dios, haciendo que se distinga entre los fenómenos de todos los planos de la vida cósmica.
El espíritu del hombre, por ser de origen divino, presiente en su intimidad, que ha de ser feliz. Pero, incipiente y todavía incapaz de alcanzar esa ventura completa en sus primeras tentativas, sufre desilusiones y toma por sufrimiento detestable las correcciones kármicas que lo conducen nuevamente al camino cierto. Mientras, como el hombre es hecho a imagen del Creador, puesto que "el hijo y el padre son uno", no cesa el desarrollo conciencial de la criatura ante la fuerza expansiva del Creador, que se manifiesta de adentro hacia afuera en la conciencia humana.
Pero durante ese proceso de expansión y de perfeccionamiento de su conciencia, el espíritu sufre las reacciones agresivas y naturales de los mundos en los cuales se plasma en las formas animales, que son el cimiento necesario para que pueda activarse la llama angélica que palpita en su intimidad. Sometido a la cárcel de la carne, se confunde y considera el proceso incómodo que lo perfecciona y atempera, como un castigo divino; ¡ignorando que, bajo la Ley sabia del Creador, se está operando la metamorfosis del animal en el ángel destinado a la eterna Gloría Celestial! El corto período de dolor y de sufrimiento en los mundos planetarios, durante el cual se procesa la formación y el desenvolvimiento de la conciencia del hijo de Dios, ¡es compensado después regiamente por la felicidad eterna del Paraíso!
El hermoso brillante que ostenta la mujer vanidosa sobre su pecho, hubo de ser sometido a un procedimiento de perfeccionamiento bajo el cincel de los artífices, para despojarlo de la forma bruta del cascajo carbonífero y convertirlo en una joya fascinante.
Pregunta: Pero sucede qué las propias religiones que tanto propagan la Bondad y la Sabiduría de Dios, consideran el dolor como una expiación de pecado cometido por el primer hombre que habitó la Tierra, por cuyo motivo, ésta se convirtió en un "valle de lágrimas". ¿Qué decís al respecto?
Ramatís: Aunque todas las religiones se atribuyen ser poseedoras de la Verdad de Dios, lo cierto es que todas ellas se asientan en interpretaciones de sus fundadores o de los doctores de la iglesia sobre lo que sea la Verdad Divina, afirmándose así en una serie de dogmas seculares que, si bien debían adaptarse a la estrecha mentalidad de los pueblos antiguos desconocedores todavía de la Tercera Revelación, no se adaptan a la mentalidad del hombre moderno que quiere saber de dónde vino, qué hace en este mundo y para dónde va; y que, además de eso, tiene a su disposición un enorme caudal de conocimientos sobre lo que pueda ser la Verdad Divina.
Es por eso que esos religiosos consideran siempre el dolor como castigo por lo que llaman "pecado original", desconociendo que con su técnica purificadora, se afinan las aristas groseras de la formación animal y despierta más pronto el potencial de luz angélica que se encuentra bajo la envoltura de la materia. No siéndoles posible explicar el dolor en forma más sensata y aceptable por la razón humana, y para no desmentir la propalada Justicia y Sabiduría del Creador, los sacerdotes y mentores religiosos dogmáticos, tomaron al pie de la letra el simbolismo bíblico de la aparición de Adán y crearon la leyenda del pecado original, atribuyéndolo severamente a la responsabilidad de la primera pareja humana. ¡De ese modo, creyeron poder justificar el motivo de la existencia del dolor y de su cortejo de sufrimientos, como fardo de la imprudencia humana desde hace millones de siglos!...
Y así, ante el pecado de Adán y Eva —la primera pareja bíblica— Dios quedó exento del equívoco de haber creado el dolor, inexplicable ante su Bondad Infinita. ¡Y el hombre se responsabilizó por el estigma del sufrimiento, como secuencia justa del pecado de su padre Adán! Pero el advenimiento del Espiritismo, cuya doctrina lógica y sensata es accesible a todos los cerebros de buena voluntad, terminó popularizando la realidad espiritual oculta bajo el misterioso "Velo de Isis", contribuyendo así a modificar poco a poco el concepto erróneo y milenario sobre el verdadero origen del dolor humano, exponiéndolo como un correctivo bienhechor resultante de la resistencia que el ser ofrece durante el proceso de su perfección angélica,
¡Ya sois bastante lúcidos como para libraros de la ignominiosa idea de que el sufrimiento es un castigo de Dios! El Creador infinitamente Sabio, Bueno y Justo, no podía haber creado valles de lágrimas, penitenciarias del Espacio u hospitales de pruebas planetarias, con el propósito de desagraviarse de sus hijos rebeldes, tal como aun lo creen los católicos, protestantes, adventistas, salvacionistas y hasta algunos espiritas todavía ignorantes de la sublime realidad cósmica. La Tierra, verdaderamente, es una bendita escuela de educación espiritual en la que los espíritus inmaduros se reajustan de sus propios errores cometidos en las encarnaciones pasadas, para consolidar sus conciencias en eterno perfeccionamiento.
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