La Profecía Auto-Cumplida:
El Efecto Pygmalion en el Trabajo
Introducción
En 1911 dos investigadores con los raros nombres de Stump y Pfungst comenzaron una investigación acerca de un aún más raro caballo llamado Listo Hanz. Lo raro acerca de Hanz era que podía sumar, restar, multiplicar, dividir, comunicarse y resolver problemas acerca de armonía musical. A muchos animales se les ha enseñado antes a resolver tales trucos, pero siempre han sido dirigidos por sus entrenadores. Lo realmente asombroso acerca de Listo Hanz era que podía dar su repertorio aun cuando su propietario, un matemático alemán llamado Von Osten, no estuviera presente. El animal podía responderle preguntas a cualquiera.
En “Profesores y el proceso de aprendizaje” (Prentice Hall,1971 ), Roberte Strom describe lo que Stump y Pfungst aprendieron: “Entre los primeros descubrimientos que hicieron fue que si el caballo no veía al preguntante, Hanz no era tan listo. Así mismo si quien preguntaba no sabía la respuesta, Hanz no podía responder, sólo si este inclinaba la cabeza hacia delante, observó Pfungst, Hanz comenzaba a contar golpeando con la pata en cuanto el experimentador la levantaba éste paraba de contar. Descubrió que sólo levantar las cejas era suficiente, La dilatación de las fosas nasales del preguntante era ya un indicio para que Hanz dejara de contar”
En otras palabras, sin darse cuenta la gente estaba dándole las respuestas correctas comunicándole sus expectativas a través de señales físicas, Hanz podía recoger aun las más sutiles.
! Él era listo sólo cuando la gente esperaba que lo fuera ¡
Un Concepto de Administración
Tal como se conoce y enseña hoy en día en los círculos de administración y educación, la noción de la profecía auto-cumplida fue conceptualizado por Robert Merton un profesor de sociología de la Columbia University. En un trabajo de 1957 llamado “Teoría y Estructura Social” Merton dice que el fenómeno ocurre cuando “una falsa definición de una situación evoca una nueva conducta que hace que la concepción originalmente falsa se vuelva verdadera”. En otras palabras, una vez que establecemos una expectativa, aun si esta no es exacta, tendemos a actuar de manera que seamos consistentes con esa expectativa. Más sorprendente aún, el resultado de esa expectativa como por magia se hace realidad.
Un Antiguo Mito
La Magia ciertamente estaba inmersa en el antiguo mito del cual la idea de la profecía auto-cumplida toma su otro nombre común. Como Ovidio cuenta la historia en el libro décimo de la metamorfosis, el escultor Pygmalion, un Príncipe de Cyprus , buscaba crear una estatua de marfil de la mujer ideal. El resultado que el llamo Galatea, fue tan hermoso que Pygmalion cayo perdidamente enamorado de su propia creación. Él le rezó a la diosa Venus para que le dé vida a Galatea. Venus accedió a sus ruegos y la pareja vivió feliz a partir de entonces.
Una Moderna Actualización
Es así como se originó el nombre pero, pero una mejor ilustración del “efecto Pygmalion” es la obra Pygmalion de George Bernard Shaw, en la que el profesor Henry Higgins insiste en El puede tomar a una vendedora de flores y con algo de entrenamiento vigoroso, hacerla pasar por una duquesa. El tiene éxito, pero el punto clave está en un comentario hecho por la alumna, Eliza Doolittle al amigo de Higgins, Pickering: “Mira, en verdad te digo, aparte de las cosas que cualquiera se puede percatar (el vestir , la manera correcta de hablar, etc.), la diferencia entre una dama y una florista no es como ella se comporta, sino como es tratada, yo siempre seré una florista para el profesor Higgins, porque el siempre me trata como a una florista y siempre lo hará, pero ahora yo seré una dama para ti porque tu siempre me tratas como a una dama, y siempre lo harás.
¿Que quiere decir?
Conscientemente o no, advertimos a la gente cuáles son nuestras expectativas. Mostramos cientos de pistas, algunas tan sutiles como el movimiento de cabeza, el levantar las cejas o la dilatación de las fosas nasales, pero la mayoría son mucho más obvias, y las personas hacen uso de estas pistas.
Principios claves
El concepto de la profecía auto-cumplida puede resumirse en estos principios claves:
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Nos hacemos ciertas expectativas de las personas y los eventos
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Comunicamos estas expectativas a través de pistas
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Las personas tienden a responder a estas pistas adecuando su conducta para emparejarse a ellas.
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El resultado es que la expectativa original se vuelve verdadera
Así se crea un círculo de profecía auto-cumplida
¿Funciona?
Un convincente cuerpo de investigación de la conducta afirma que sí.
En 1971 Robert Rosenthal, un profesor de psicología social en Harvard, describe un experimento en el cual le dijo a un grupo que había logrado una camada de ratas superinteligentes que podían recorrer laberintos rápidamente, entonces les dio ratas perfectamente normales al azar, diciéndole a la mitad de los estudiantes que ellos tenían las ratas nuevas “hábiles para laberintos” y a la otra mitad que ellos tenían ratas “torpes para laberintos”. Las ratas que se creía eran más inteligentes mejoraban a diario su recorrido por el laberinto corriendo con más rapidez y precisión. Las ratas “torpes” rehusaron salir del punto de partida 29% de las veces, mientras que las ratas “inteligentes” se negaron sólo el 11% de las veces.
Este experimento ilustra el primero de una serie de corolarios de nuestros cinco principios básicos.
Corolario 1
Rosenthal concluye que algunos estudiantes comunicaron sin saberlo, grandes expectativas en las ratas supuestamente brillantes. Los otros estudiantes comunicaron bajas expectativas a las ratas supuestamente torpes, pero este estudio fue un paso más adelante, según Rosenthal "Quienes creían que trabajaban con animales más inteligentes gustaban más de ellos y se sentían cómodos con ellos ”, estos estudiantes decían que se sentían más relajados con los animales, los trataban con mas gentileza y eran más entusiastas con el experimento que los estudiantes que pensaban que tenían ratas torpes con las que debían trabajar”.
Corolario 2
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Una mejor performance resultado de altas expectativas, conduce a que alguien nos guste más.
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Una baja performance resultado de bajas expectativas, nos conduce a que alguien no nos guste.
¿Las ratas no son lo suficientemente buenas para Usted?
En otro experimento clásico, Rosenthal y Lenore Jacobson trabajaron con alumnos de escuela elemental en 18 aulas. Ellos eligieron al azar al 20% de los niños de cada aula y les dijeron a sus profesores que eran intelectualmente “florecientes”.
Explicaron que de esos niños podía esperarse que muestren mejoras notorias durante el año. Los niños del experimento mostraron un incremento promedio de dos puntos en su IQ en habilidad verbal, siete puntos en razonamiento, y cuatro puntos en su IQ general. Los intelectuales “florecientes”, realmente “florecieron”!
¿Cómo posiblemente funciona esto?
En “Pygmalion en el salón de clase” (Holt, Rinehart and Winston, 1968), Rosenthal replica: “Para resumir nuestras especulaciones, podemos decir que por lo que dice, cómo y cuándo lo dice, la expresión de su rostro, posturas y quizás por el contacto físico, la profesora puede haber comunicado a los niños del grupo experimental lo que ella esperaba de ellos, una mejor performance intelectual. Esta comunicación junto con posibles cambios en la técnicas de enseñanza pueden haber ayudado a los niños a aprender, cambiando su auto-imagen, las expectativas en su propia conducta, y su motivación, al igual que sus habilidades y estilo cognitivo”. No hubo diferencia en la cantidad de tiempo que los profesores dedicaron a los niños, evidentemente hubo una diferencia en la calidad de las interacciones. Los profesores también encontraron que los “florecientes” eran más interesantes, más afectivos y mejor adecuados. Algunos estudiantes ganaron en IQ aun cuando no habían sido designados como “florecientes”, pero ellos no fueron considerados tan interesantes, afectivos o bien adecuados. Aparentemente, los “florecientes” hicieron lo que se esperaba de ellos y los profesores se sintieron a gusto con ellos, los otros estudiantes que lo hicieron bien sorprendieron a los profesores; ellos hicieron lo inesperado y los profesores no estuvieron tan a gusto con ellos, puede ser que fueran vistos, como que habían excedido los límites esperados o se los haya etiquetado como problemáticos.
Corolario 3
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Tendemos a sentirnos confortables con personas que están a la altura de nuestras expectativas, sean estas altas o bajas.
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No tendemos a sentirnos confortables con personas que no están a la altura de nuestras expectativas, sean altas o bajas.
En lo que se refiere a nuestras expectativas de lo que sucederá o como se comportara alguien, nos hacemos estas de cientos de maneras, muchas preconcebidas. Somos prejuiciosos en el sentido literal de la palabra, “prejuzgamos” ya sea positiva o negativamente, nos gusta pensar que sabemos que va a pasar antes de que suceda, y no nos gusta ver que fallamos, queremos sentir que podemos controlar las cosas. El impulso que ha dado ímpetu a la religión, dice que podemos influenciar a los dioses con rezos, magia, dice que podemos manipular eventos con poderes secretos; y la ciencia que nos dice que podemos entender la lógica que sustenta a los eventos y usarla para predecir eventos similares.
Corolario 4
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Formarse expectativas es natural e inevitable
La pura verdad es que casi todos nosotros nos comportamos de acuerdo a cómo nos tratan. Si le repetimos incesantemente a un adolescente, por ejemplo, que no vale nada, que no sabe lo que está bien o mal, que es un inútil, el probablemente responderá en concordancia.
Si le dices constantemente (sinceramente) que él es importante, que tienes total confianza en su juicio para discernir lo que está bien o mal, y que estás seguro que tendrá éxito en lo que decida, el responderá de acuerdo a esas expectativas.
Tu le transmites esas expectativas y el comenzará a reflejar la imagen que tú has creado para él.
Corolario 5
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Una vez formadas las expectativas acerca de nosotros tienden a ser auto-sostenidas
¿Exactamente cómo es que comunicamos las expectativas responsables del efecto Pygmalion ?, el proceso trabaja con las personas de manera muy parecida a como lo hizo con Listo Hanz. En “Sociología educacional: Un enfoque holístico” (Holt, Rinehart, y Winston, 1980), Thomas Good y J.Brophy enumeran una docena de maneras en que los profesores pueden comportarse diferentemente frente a los estudiantes.
¿Funciona en el trabajo?
No tomo mucho darse cuenta que la lista de conductas de los profesores de Good y Brophy podía aplicarse a Gerentes y subordinados en el mundo de los negocios. Ejemplos de cómo se comunican las expectativas muestran algunos paralelos obvios, y los estudios acerca del impacto de la profecía auto-cumplida no se han limitado a los salones de clase, en un estudio un grupo de mujeres postulantes para el puesto de operadora de máquinas fueron examinadas en su inteligencia y destreza manual. A los examinadores se les dijo que algunas de las mujeres (escogidas realmente al azar) habían obtenido altas puntuaciones en las pruebas.
¿El resultado? El capataz dio las evaluaciones más favorables de aquellas trabajadoras que le habían hecho creer, eran las que habían obtenido los mejores resultados en los exámenes, y aun hay más, las estadísticas reales de producción de estas mujeres fueron sustancialmente mejores. Otro ejemplo es el trabajo de Albert King, un profesor de administración de negocios de la universidad estatal de Kansas, King escogió al azar a algunos soldadores, mecánicos, operadores de prensas y ensambladores novatos y les dijo a sus supervisores que estos trabajadores tenían un potencial especial para su trabajo, Los noveles trabajadores de quienes sus capacitadores esperaron un mejor trabajo, hicieron justamente eso. Fueron mejor considerados entre sus pares, mejor puntuados en los exámenes objetivos y tuvieron menores promedio de ausentismo. El promedio estadístico para el grupo de altas expectativas fue substancialmente mayor que el del grupo de control.
Una dramática ilustración del efecto Pygmalion logro notoriedad en 1960, cuando fue reportada en la revista Look como “el milagro de Sweeney”, Jim Sweeney enseñaba en la universidad de Tulane y era responsable del centro biomédico de cómputo. El insistía en que podía enseñar a un conserje llamado Jonhson, convirtiéndolo en operador de computadoras. La universidad exigía un cierto puntaje en el examen de IQ, para calificar a una persona como operador de computadoras en entrenamiento, Jonhson falló miserablemente en el examen, Sweeney amenazó con renunciar al menos que la administración le diera una oportunidad a Jonson, después de mucho trabajo, Jonson no sólo se convirtió en operador, sino que además paso a dirigir el salón principal de cómputo siendo el responsable de entrenar a los nuevos operadores.
La historia de Sweeney nos ilustra un punto importante, el efecto Pygmalion realmente comienza con la creencia en nuestra habilidad para manejarnos a nosotros mismos y a los demás. Los mejores gerentes comparten esta creencia, Warren Venís, un profesor de administración de la universidad de California del sur, que ha escrito mucho acerca del tema de liderazgo, entrevistó a 90 exitosos líderes de negocios y a sus subalternos, para determinar que tenían en común estos líderes, una de las características que resaltó fuerte y claramente fue una positiva auto-imagen.
¿Por qué los mejores gerentes son capaces de crear expectativas de alta performance, mientras que los gerentes débiles no?, por décadas los teóricos han apuntado a la confianza en sí mismos de los gerentes. En articulo de 1969 en la Harvard Business Review, titulado “Pygmalion en la administración”, J.Sterling Livingston , profesor de administración de la universidad de Harvard y presidente del instituto Sterling, lo dijo así, “Si (el gerente) tiene confianza, en su habilidad para desarrollar y estimular (a sus subordinados) para altos niveles de performance ,esperara mucho de ellos y los tratara con la confianza que sus expectativas se lograran; pero si duda de su habilidad para estimularlos, esperará menos de ellos y los tratará con menos confianza”.
¿Por qué los subalternos cuyos gerentes tienen bajas expectativas en ellos, tienden a producir pobres resultados?, Livingston usa el ejemplo de los vendedores para explicarlo. “A los vendedores no exitosos les cuesta mantener una buena imagen de sí mismos, su auto-estima, en respuesta a bajas expectativas de la administración, ellos deliberadamente intentan prevenir un daño adicional a su ego evitando situaciones que pudieran conducirlos a una falla mayor”, entonces reducen el número de llamadas de ventas que hacen, o evitan tratar de “cerrar” la venta cuando ésta puede terminar en una dolorosa negativa, o ambas. Las bajas expectativas y el ego dañado los lleva a comportarse de una manera tal que incrementa el número de posibles fallas, logrando con ello satisfacer las expectativas de sus gerentes.
Corolario 6
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Buenos gerentes producen empleados que trabajan bien y se sienten bien consigo mismos.
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Malos gerentes producen empleados que trabajan pobremente y se sienten mal consigo mismos.
Pygmalion en acción
Una de las herramientas críticas que usa un gerente para influenciar a sus empleados, es la revisión de su performance, la revisión es usada como una tarjeta de reporte, como una manera de calcular el tamaño de las subidas, como una manera de introducir las áreas que requieren mejorarse y como un record permanente de lo que ellos han logrado. Más importante aún, aunque las revisiones influencian performances futuras, ellas ofrecen un buen ejemplo de cómo funciona, para bien o para mal, la profecía auto-cumplida.
Tomemos el caso de una joven empleada, brillante y agresiva, asumamos que a veces es irrespetuosa, abrasiva , quebrantadora de las reglas, sin embargo , ella puede además ser creativa, trabajadora y llena de entusiasmo, canalizándola correctamente puede producir excelentes resultados, algunos gerentes requeridos de ponerla en alguna categoría la llamarán “excelente”, otros centrándose en sus debilidades la llamarán “pobre” , y otros sopesando lo bueno y lo malo dirán de ella que es “promedio”, aun con esta poca información que usted tiene, verá que cualquiera de estas “etiquetas” pueden ser justificadas, pero lo que estos gerentes están haciendo , probablemente sin saberlo, es ayudar a determinar la futura performance de esta joven. Si ella es calificada de “excelente”, ¿qué pasará? , ella tenderá a ser más agresiva, creativa, fuerte trabajadora, hará más de lo que ella cree que los gerentes quieren de ella, y... ¿Si ella es calificada de “pobre”, probablemente será menos creativa y entusiasta, supongamos que es calificada de “promedio”, dependiendo de lo que su gerente diga, ella se adecuará ligeramente. La variable aquí es la opinión del gerente, esta se basa en sus valores, prejuicios, y sentimientos, muchos empleados tomaran las pistas y alterarán su conducta futura en concordancia.
Corolario 7
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Los ratings de performance no sólo resumen el pasado, ayudan a determinar la futura performance
Comunicación
Un gerente no puede evitar comunicar bajas expectativas, porque estos mensajes son a menudo no verbales y no intencionales. Así como los observadores se comunicaban con listo Hanz y los profesores comunicaban sus expectativas a los estudiantes, los gerentes mueven la cabeza, prolongan o reducen el contacto visual, se expresan en cierto tono de voz, etc. Algunos gerentes rehúsan admitir que transmites expectativas negativas:”Yo nunca he dicho nada malo de él, muy raramente le hablo”(como si esto no mandara un poderoso mensaje).
La clave aquí no es lo que los gerentes dicen, sino lo que hacen, como se comportan.
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Los mejores gerentes tienen confianza en sí mismos y en su habilidad para contratar, desarrollar y motivar personas, por mucho, debido a su confianza en sí mismos ellos comunican altas expectativas a otros.
Un gerente incrementa o reduce la iniciativa por el uso frecuente o infrecuente del halago, la crítica, información retroalimentadora (feedback), etc. El gerente, por ello, juega un role significativo en el éxito o fracaso de un empleado, las varias maneras en que un profesor comunica sus expectativas a los estudiantes pueden dividirse en cuatro categorías generales. Las mismas categorías sugieren maneras, por medio de las cuales, pueden influenciar en el éxito de sus subalternos.
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Clima
Los gerentes crean un estado de ánimo social y emocional cálido para los empleados con altas expectativas. Sonríen, mueven más su cabeza aprobatoriamente y miran a sus subalternos a los ojos más a menudo, son generalmente más amigables, motivadores, brindan apoyo.
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Input
Mas asignaciones y proyectos les son dados a los empleados con altas expectativas, además, estas asignaciones son mas retadoras y brindan gran visibilidad.
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Output
Los gerentes le dan a los empleados con altas expectativas más oportunidades de hablar en las reuniones, de dar sus opiniones o de mostrar su desacuerdo con la opinión de los gerentes. Prestan más atención a sus respuestas, y les dan más apoyo o motivación para generar soluciones a los problemas.
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Feedback
Los gerentes dan un mayor refuerzo positivo a los empleados con altas expectativas. Los alaban más por un trabajo bien hecho y los critican menos por cometer errores, en consecuencia su confianza crece.
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Como el profesor con su alumno, y el entrenador con su entrenado, el gerente tiene un profundo impacto en el éxito o fracaso de sus subalternos.
Para citar a Livingston una vez más: “si él no tiene habilidad, dejará cicatrices en las carreras de los jóvenes, cortando profundamente en su auto-estima y distorsionando la imagen que tienen de sí mismos como seres humanos, pero si es hábil y tiene altas expectativas, su auto-estima crecerá, sus capacidades se desarrollarán y su productividad será mayor. Más a menudo, de lo que él se da cuenta, el gerente es Pigmalión”
Como los profesores comunican sus expectativas
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Sentando a los estudiantes de bajas expectativas lejos del profesor y/o sentándolos en un grupo.
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Prestándoles menos atención a los de bajas expectativas (sonriéndoles menos a menudo, manteniendo menos contacto visual, etc.)
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Llamando menos a los de bajas expectativas para que respondan preguntas, o hagan demostraciones.
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Esperando menos a los de bajas expectativas cuando tienen que responder.
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No apoyando a los de bajas expectativas en situaciones en que fallan( dándoles pistas, haciéndoles pocas preguntas de seguimiento).
Como los gerentes comunican sus expectativas
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Colocando a los empleados de bajas expectativas en aéreas de oficina de bajo prestigio, lejos del gerente.
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Prestándoles menos atención a los empleados de bajas expectativas en situaciones de negocios, sonriéndoles menos y con poco contacto visual, dándoles poca información acerca de lo que pasa en el departamento.
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Llamando a los de bajas expectativas menos a menudo para que trabajen en proyectos especiales, dando su opinión, o haciendo presentaciones.
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Esperando menos tiempo a los empleados de bajas expectativas, cuando tienen que sustentar su opiniones.
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No apoyando a los de bajas expectativas en situaciones en que fallan ( dándoles menos ayuda, o menos consejos, cuando los subalternos realmente la necesitan!)
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Criticando más a los de bajas expectativas que a los de altas, por cometer errores.
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Alabando menos a los de bajas expectativas que a los de altas, después de esfuerzos exitosos
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Alabando a los de bajas expectativas más que a los de altas por esfuerzos marginales o incorrectos.
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Dándoles a los empleados de bajas expectativas feedback detallado acerca de su de su actuación, como a los de altas.
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Interrumpiendo a los de bajas expectativas más frecuentemente que a los de altas.
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Demandándoles menos trabajo y esfuerzo de ellos que los de altas.
La Profecía Auto-Cumplida: El Efecto Pigmalión en el salón de clase
Muchos profesores conocen muy poco acerca del efecto Pigmalión, o la idea de que nuestras expectativas acerca de una persona pueden, eventualmente, llevar a ésta a comportarse y obtener logros de maneras que confirmen esas expectativas (Brehm & Kassin, 1966).
Todos los que hayan visto Pigmalión de George Bernard Shaw o My Fair Lady (Mi bella dama) recordaran la memorable transformación de Eliza Dolittle, debida a las creencias del profesor Higgins (i.e. , sus expectativas en Ella) , aunque fue presentado por primera vez a los educadores en el trabajo de Rosenthal y Jacobson,
Pigmalión en el salón de clase(1968), pocos educadores entienden exactamente cómo usar el efecto Pigmalión o la Profecía Auto-Cumplida (PAC) como una herramienta con propósitos pedagógicos para obtener expectativas positivas y, quizá lo que es aún más importante, evitar obtener expectativas negativas.
¿Cuántos de Uds. Consideran que son razonablemente buenos, al juzgar el carácter de otros?, ¿Con años de experiencia en la enseñanza, sus aciertos son más frecuentes que sus yerros?, ocasionalmente se equivocan, pero muy a menudo aciertan, ¿correcto? , muchos profesores creen que pueden juzgar adelantándose en el tiempo, algunas veces les basta una sola mirada el primer día de clases para darse cuenta cómo probablemente se comportarán ciertos alumnos.
Pruebe el siguiente ejercicio (Tauber,1977), pretendamos que no está leyendo un articulo hecho para que sea más sensible al poder de las expectativas de los profesores. Tome nota de la impresión que le venga a la mente, cuando piense acerca de los siguientes tipos de personas, sea honesto, nadie más que Ud. verá lo que escribe.
Generalmente, que descripciones usaría para caracterizar a:
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Un adolescente que tiene fuerte lazos con un partido político.
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Una chica adolescente notoriamente gorda.
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Un estudiante de primaria, de familia influyente y con mucho dinero, que es hijo único.
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Un alumno cuyos dos hermanos mayores, estuvieron con Ud. en otras clases años atrás, y que ambos fueron muchachos muy problemáticos
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Un chico asiático, que es el hijo de un respetado profesor de matemáticas.
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Un niño que es delgado, casi frágil, y muy descoordinado para su edad.
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