Módulo Coaching para el Liderazgo y el Cambio


Las primeras impresiones, son impresiones duraderas



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Las primeras impresiones, son impresiones duraderas

A despecho de nuestros mejores esfuerzos, para resistir las predicciones acerca de estos estudiantes y/o su futura conducta, ¿se encontró a si mismo formándose expectativas---aunque sea ligeramente?


Si su respuesta es sí , entonces muy probablemente, la profecía auto-cumplida ha echado a andar. La base de la profecía auto-cumplida es que, una vez que un estudiante ha sido marcado para el futuro, digamos de por ejemplo, “problemático”, “ mal alumno”, o “egoísta”, aumentará la probabilidad que nuestro trato a este estudiante ayude, en efecto, a nuestras profecías negativas o que nuestras expectativas se conviertan en realidad. Aquí la profecía auto-cumplida trabajará en detrimento del estudiante, por otro lado, podemos “etiquetar” a un estudiante de “colaborador”, “un maestro”, o “ le gusta ser un tomador de iniciativas” y por ello incrementaremos las probabilidades que nuestro trato a él o ella, se adecuen a esas expectativas, y en consecuencia , contribuyamos a que el estudiante viva acorde con nuestra profecía original, en este caso la profecía trabajará para beneficio del estudiante, los profesores, aciertan más que fallan, cuando de lograr lo que esperan de sus alumnos se trata!.

Vayamos al punto, si fuera profesor y tuviera un alumno que rindiera ligeramente mejor de lo que esperaba en un examen, ¿buscaría primero una explicación alternativa que le explicara que pasó, antes de admitir que juzgó mal la capacidad del muchacho? , ¿Estaría tentado de re-evaluar el examen, creyendo que ha cometido un error?, ¿trataría de recordar quien se sentó a su lado durante el examen, y revisaría su examen buscando similitudes demasiado obvias en las respuestas, vale decir, el estudiante ha hecho trampa?

Si como Wagar dice, “la última función de la profecía no es contar el futuro, sino construirlo” (1963,p 66), entonces cada vez que los profesores valoran o subvaloran a un alumno ellos están, en efecto, influenciando a los logros y futuras conductas de éste, esta es una pesada carga de llevar para los profesores. El peso podría ser aligerado si los maestros tuvieran una mejor comprensión de la profecía auto-cumplida y se mantuvieran diligentes en tratar de controlarla.



Historia y mecanismos de la profecía auto-cumplida

El término “Profecía auto-cumplida” fue acuñado por primera vez, por el sociólogo Robert K. Merton (1948), como parte de su explicación de la profecía, Merton esbozo este teorema: “Si los hombres definen situaciones como reales, estas son reales en sus consecuencias” (Thomas, 1928, p.257).


El siguiente modelo de cinco pasos, explica cómo trabaja la profecía auto-cumplida:



  1. El profesor se forma expectativas.

  2. Basado en esas expectativas, el actúa de manera diferente.

  3. El trato que el profesor da cada estudiante le dice (fuerte y claramente), qué conducta y logros el espera de ellos.

  4. Si el trato es consistente, éste tenderá a modelar los logros y conducta del estudiante.

  5. Con el tiempo, la conducta y logros del estudiante se adecuará más y más exactamente a lo esperado de él.


Dado que los pasos 3 hasta el 5, son una repetición de los pasos 1 y 2, sólo los dos primeros pasos deberán elaborarse.

Los profesores se forman expectativas

Los profesores se forman expectativas, a menudo desde el primer día de clases, si estas primeras impresiones son duraderas, entonces algunos estudiantes tendrán una definida ventaja, mientras que otros tendrán una definida desventaja. ¿Qué características influencian las expectativas?, el estudio de Good de 1987 muestra que los profesores se forman expectativas y ponen apodos, etiquetas, a las personas basadas en características tales como la contextura física, genero, raza, etnicidad, nombres o apelativos, atractivo, dialecto, y nivel socio-económico entre otros. Una vez que etiquetamos a una persona , esta afectará cómo actuemos y reaccionemos frente a ella. “Con las etiquetas, no necesitamos conocer a las personas, sólo tenemos que asumir lo que parece” (Oates, 1966, p.11), por ejemplo, un estudio (Brylinky & Moore, 1944; Collins & Plahn, 1988) es claro en lo que se refiere a la complexión física de las personas, los mesomorfos, aquellos con hombros anchos, caderas pequeñas, del tipo musculosos son “mejores”, que tanto los ectomorfos, delgados, de apariencia frágil, y que los endomorfos, regordetes, pesados , con cuerpos con una concentración central de la masa. Entre otras expectativas, los mesomorfos se predice serán mejores padres, más dados a asumir posiciones de liderazgo, serán doctores más competentes, y más dados a anteponer las necesidades de los otros a las suyas. Con respecto al atractivo, el viejo adagio “lo bello es bueno”, prevalece en los libros de cuentos y en la vida real, las personas hermosas se espera sean mejores empleados, con más probabilidad de ser contratados, con un sueldo alto, y avanzarán más rápido que su contraparte de patitos feos. Las personas bellas, son percibidas (se espera) sean mejores padres, mejores servidores públicos, y ser más merecedores de los beneficios concedidos a ellos, el patrón general de brindarle atributos positivos a la gente bonita, es la norma (Kenely, Frude, & Shaw, 1988).


Finalmente, dado un nombre, a menudo lo primero que conocemos de una persona, este puede activar expectativas, Johnny Cash en su canción, UN NIÑO LLAMADO SUE, sabia del poder de las expectativas, y las investigaciones lo confirman. Ciertos handicaps sociales son confiados a niños que portan nombres socialmente indeseables, en los Estados Unidos, mujeres de clase media básicamente blancas continúan enseñando a diversos grupos de muchachos que cada vez se parecen menos y menos a sus profesores, vale decir en color, raza, etnia. Cuando los estudiantes en minoría, que de lejos poseen los nombres más inusuales (al menos a los ojos del profesor), van a clases, los profesores no pueden ayudarlos pero si influenciarlos.

La profecía auto-cumplida funciona de dos maneras, no sólo los profesores se forman expectativas de los alumnos, sino que los estudiantes se forman expectativas de los profesores, usando las mismas características descritas arriba (Hunsberger & Cavanagh, 1988)

Los profesores actúan en base a expectativas

Expectativas diferentes conducen por lo general a tratos diferentes, ¿Cómo una persona transmite sus expectativas a otra persona? La teoría de los cuatro factores de Rosenthal, describe en su recomendado video,“Productividad y la Profecía Auto-Cumplida : el efecto Pygmalion”(CRM, films, 1987) , identifica Clima, Feedback, Input, y Output como los factores que los profesores usan para transmitir sus expectativas


CLIMA: El estado de ánimo socioemocional o espíritu creado por la persona que sostiene la expectativa, a menudo comunicado no verbalmente (sonriendo y asentando con la cabeza más a menudo, dar un mayor contacto visual, aprendizaje más cercano al alumno).
FEEDBACK: Brindando información afectiva (más halagos, menos critica a las respuestas de los estudiantes con alta expectativas) e información cognitiva (más detalles, de mejor calidad).
INPUT: Los profesores tienden a enseñar más a los estudiantes de quienes esperan más.
OUTPUT: Los profesores exhortan una mayor capacidad de respuesta de los estudiantes de quienes esperan más, a través de conductas verbales y no verbales (dándoles mayor oportunidad de buscar clarificar).
Estos cuatro factores, cada uno crítico para transmitir las expectativas del profesor, pueden ser mejor controlados, sólo si los profesores son más conscientes de que factores están operando en primer lugar. Aun si un profesor siente que en verdad no es posible, que un determinado estudiante sea capaz de grandes logros o de una mejora significativa en su conducta, ese profesor puede al menos ACTUAR como si tuviera esas expectativas positivas, quien sabe si ese profesor pueda muy bien convencer a ese alumno, y luego a sí mismo.
Conclusión
Estudios longitudinales apoyan la hipótesis de la profecía auto-cumplida, de que las expectativas de un profesor pueden predecir cambios en la conducta y logros de un estudiante más allá de los efectos contabilizados por logros y motivaciones anteriores (Jussim & Eccles, 1922). Los profesores que utilicen efectivamente la profecía auto-cumplida, podrán y deberán, ayudar a sus estudiantes convirtiéndose en sus propios pygmaliones.



Anexo III

COACHING EDUCATIVO:

Reflexiones sobre el papel del Coaching en la formación de la comunidad educativa
Lic. Olga Edith López Abril
La educación es una empresa. Esta afirmación tiene doble vía de interpretación. En primer lugar, se asume la educación como un compromiso "personal" por formarse, con miras a convertirse el individuo en un ser útil a la sociedad y construir, en su proceso de formación, un proyecto de vida. Esto implica el reconocimiento y desarrollo de habilidades del individuo, la adquisición y adecuada aplicación de aprendizajes nuevos, el reconocimiento y la apropiación de valores, la formación del autoconcepto, el establecimiento y la concreción de sueños, ideales y metas acordes con las distintas etapas de la vida, la construcción de conocimiento y de autoconocimiento. Un proyecto de vida es ya una empresa.
En segundo lugar, la educación es una empresa si se considera su análisis desde la perspectiva de las instituciones que se dedican a ella como negocio. Así, el sector educativo es uno de los sectores de la economía, una fuente de ingresos con base en el cual surgen organizaciones.
Bien podría pensarse que las instituciones educativas, por ser "formadoras", "guías", "orientadoras", realizan en los individuos llamados "educandos" procesos de coaching, con miras a dirigir el establecimiento de la meta mayor denominada proyecto de vida y de las metas menores que de ella se desprenden. Sin embargo, esto no se da.
En el contexto latinoamericano, la educación se dedica en un gran porcentaje a la transmisión de "información" (transmisión de conceptos) útil para el educando donde predomina, aun hoy, el método memorístico y de repetición de información. La "formación" se limita a la transmisión de valores, acordes con el discurso de la institución y las necesidades de la sociedad.
Aunque las legislaciones educativas han considerado la necesidad de cambio en los programas educativos que van desde el preescolar hasta la educación superior y han optado por impulsar el aprendizaje autónomo, la educación por competencias, el aprendizaje significativo y participativo, la enseñanza virtual y global, entre otros, no puede decirse que el proceso de formación llegue al nivel de coaching, arte que consiste en la aplicación de una metodología de aprendizaje interpersonal desde el asesoramiento o acompañamiento de una persona que asume el rol del coach (guía) y otra que asume el rol de coachee (aprendiz), que puede ser un individuo o un grupo de personas.
El objetivo principal del coaching es desarrollar la autoconfianza del coachee para que sea capaz de tomar decisiones y asumir responsabilidades, de manera que a partir de ello alcance los objetivos o metas propuestos al inicio del proceso; en el caso del educando, el proyecto de vida puede verse como el objetivo principal, pero pueden darse otros objetivos: crear hábitos de estudios, aprobar una asignatura, descubrir y desarrollar habilidades, etc. Pero ni el maestro, ni la institución, ni los padres son coaches ni cuentan con las herramientas y la habilidad para orientar, de manera diferente de la común, la concreción del proyecto de vida de los jóvenes.
Así como hace falta un proceso de coaching en la formación de los educandos, hace falta también en los demás estamentos que conforman la comunidad educativa, es decir: la familia, los maestros, los directivos y el personal de servicio. La comunidad educativa en general hace parte del proceso de formación y debería estar sintonizada en dicho proceso. Sin embargo, esto no siempre se evidencia. Por esta razón, es común ver que mientras la institución promueve ciertos valores, los padres de familia inculcan otros diferentes y el entorno extra-académico y extra-familiar (amigos) impulsa otros. A su vez, el personal de servicio de apoyo en las instituciones (administrativos y personal de servicios) no se ve involucrado de manera directa en el proceso y sus integrantes son considerados, en su mayoría, como entes aislados. No hay sintonía.
De esta forma, así como los educandos se verían beneficiados por el proceso de coaching para el establecimiento de su proyecto de vida, el resto de la comunidad educativa también se beneficiaría con su aplicación. ¿Por dónde empezar?
Hay que considerar la posibilidad de acción que tiene el coaching en el ámbito educativo, identificar a sus participantes y verlos como los miembros de una organización que requiere apoyo, identificar sus necesidades y los aspectos en los cuales se puede brindar ayuda.
El interés central del Coaching Educativo es apoyar un aprendizaje individualizado que haga posible orientar, trasmitir y enseñar un nuevo modelo de educación a alumnos, maestros y padres, pilares de la comunidad educativa, y adaptarlo al modelo pedagógico de la institución. Con este nuevo modelo (Coaching Educativo), los estamentos centrales del proceso de formación no serán los contenidos curriculares, ni el sistema de evaluación, sino la comunidad educativa y los seres humanos que la conforman.
Para lograr su propósito, el Coaching Educativo busca hacer evidente las capacidades y el talento de los entes implicados en el proyecto educativo, de manera que así se pueda optimizar su desarrollo personal y profesional. Esto significa descubrir talentos en los directivos, el cuerpo docente, los educandos, la familia, el personal de apoyo, la comunidad y buscar su alineamiento.
Así, el propósito del Coaching Educativo supone la instauración y realización del proceso del coaching en tres ámbitos centrales: el ámbito familiar (coaching familiar), que brinda a los padres de familia o tutores responsables las herramientas necesarias para apoyar la formación que ofrece la escuela; el ámbito escolar (coaching en el aula), que prepara al educador, maestro, guía, a los orientadores vocacionales, psicopedagogos y psicólogos educativos como asesores en el proceso de formación del educando; el ámbito personal del alumno, donde se ofrecen al educando herramientas que le permitan llevar a cabo la concreción de sus proyectos o metas. Asimismo, conviene un proceso de coaching corporativo que involucre a directivos, entes administrativos y personal general de la organización educativa con miras a su alineamiento corporativo, alineamiento que se hace evidente y se materializa en el modelo pedagógico de la institución.
Como se observa, el coaching tiene un importante campo de acción en el sector educativo, viéndolo como la concreción de una empresa llamada "proyecto de vida individual" o como una empresa llamada "organización educativa".
Lamentablemente, el Coaching Educativo es poco conocido (por no decir "desconocido") en el contexto latinoamericano. Las instituciones educativas buscan ayuda a sus problemas en modelos educativos, asesores pedagógicos y otros profesionales relacionados con las humanidades (pedagogía, psicología, administración) y en muchos casos descargan el encuentro de soluciones en el área de RRHH; no siempre se obtiene la respuesta esperada, ni se logran soluciones efectivas. En estos casos bien vale la pena que las instituciones y sus miembros vean y busquen otras posibilidades de ayuda desde fuera: el Coaching Educativo es una solución.

(La autora es Lic. en Lenguas Modernas y Mg. en Lingüística Española. Es editora de ERDC y dirige la Editorial Sumasaberes).


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