Pregunta: ¿Qué nos podéis decir de la Umbanda como "espiritualismo de terreiro"?
Ramatís: En base a nuestro prolongado aprendizaje en el curso redentor de la vida humana, deseamos que la doctrina espiritualista de la Umbanda alcance los objetivos trazados por la Administración Sideral.
También es cierto, que la Umbanda como secta, no pasa de ser una aspiración religiosa algo entontecida, pero que busca sinceramente una forma de elevada representación en el mundo. No presenta una unidad doctrinaria y realmente convincente, porque todo "terreiro" adopta un modo particular de trabajar y cada jefe o director se preocupa en monopolizar las enseñanzas por medio de su convicción o preferencia personal. Pero, lo que parece un mal indeseable, es una consecuencia natural de la multiplicidad de formas, trabajos y concepciones que se acumulan pródigamente en el basamento fundamental de la Umbanda.
Aquellos que censuran esa inestabilidad, muy propia de la riqueza y variedad de los elementos formativos umbandistas, son malos críticos, que debido a la facilidad de cosechar los frutos sazonados de un naranjal crecido, no admiten la dificultad que se presenta en el período y proceso de la siembra.
Pregunta: ¿Nos podéis presentar algunas imágenes comparativas que nos pueda sugerir un mayor entendimiento sobre la situación actual de la Umbanda?
Ramatís: La Umbanda es como un edificio grande sin control de condominio, donde cada inquilino vive a su modo y antojo. En consecuencia, el edificio muestra en su fachada la desorganización que tiene por dentro. Los más excéntricos colores decoran las ventanas, al gusto personal de cada morador; allí están las ropas colgadas para secar, adornos exóticos, banderas, cortinas, flores, vasos, gatos, perros, papagayos y jaulas de pájaros, demostrando ostensivamente un desorden descomunal. Se asoman por las ventanas criaturas de todo color, raza, índole, cultura, moral, condición social y situación económica, mientras sigue llegando gente nueva que trae nuevo acervo de costumbres, gustos, temperamentos y preocupaciones, que a breve plazo intentan imponer a los demás.
A pesar de la barahúnda existente, no es necesario dinamitar el edificio y dejar desamparada a tanta gente que busca un abrigo y consuelo para vivir su experiencia humana. Evidentemente, es mucho más lógico y sensato afirmar las directrices que puedan organizar la vivencia provechosa de todos los moradores en común, a través de leyes y reglamentos formulados por la dirección central del edificio, destinada a mantener la disciplina, el buen gusto y la armonía deseable.
Pregunta: A pesar de la confusión reinante en la Umbanda, ¿ella tiende a ser una unidad doctrinaria?
Ramatís: Aunque se evidencia esa apariencia doctrinaria heterogénea existe una estructura básica y fundamental que sustenta la integridad de la Umbanda, así como el edificio, anarquizado por sus moradores, su estructura se mantiene indestructible gracias a la garantía que le ofrece su armazón de acero.
De la misma forma el edificio de la Umbanda, en la tierra, continúa indeformable en sus "lineamientos centrales", bastando que sus líderes y estudiosos se orientan a través de las diversidades de formas exteriores, pero que a la brevedad se comprobará la unidad doctrinaria iniciática. Los terreiros aún luchan entre sí, atacándose mutuamente, en nombre de los principios doctrinarios y de rituales semejantes, aunque sacrifican la autenticidad de la Umbanda, por la obstinación y el capricho de la personalidad humana. Es tiempo ya, de que sus líderes abdiquen de su amor propio, de la egolatría y de los intereses personales, a fin de investigar sinceramente en los "lineamientos" citados de la Umbanda, dejando de lado las tendencias propias y que confunden como si fueran principios doctrinarios.
Pregunta: Considerando que la Umbanda es de orientación espiritual superior, ¿qué es lo que le preocupa a sus actuales dirigentes, en el Espacio, respecto al movimiento que dirigen?
Ramatís: A los Mentores de la Umbanda, lo que más le preocupa en estos momentos, es eliminar las prácticas obsoletas, ridículas, dispersivas y hasta censurables, que todavía ejercen los umbandistas, ajenos a los fundamentos y objetivo espiritual de la doctrina. Sin lugar a dudas, que algunos adoptan formas de expresiones inútiles y abusivas en el rito y características doctrinarias de la Umbanda, ya sea por ignorancia, algunos por ingenuidad y otros por vanidad e interés de impresionar al público. Innumerables prácticas, que al comienzo sirvieron para dar colorido y forma a la doctrina, ya pueden abolirse en favor del progreso y la limpieza de los "terreiros". Además, la Umbanda es un trabajo espiritual digno y provechoso, pero también es necesario proceder a la selección de los adeptos y médiums, apartando a los negociadores con el dolor y dificultades ajenas.
Son raros los umbandistas que perciben el sentido específico religioso de la Umbanda, en el sentido de confraternizar con las diversas razas bajo un mismo padrón de contacto espiritual con el mundo oculto. Sin violentar los sentimientos religiosos ajenos, los viejos negros son el "denominador común" capaz de contemporizar con las angustias, súplicas y desventuras de los tipos humanos en general. Son los avanzados trabajadores, una especie de abanderados que aparecieron en medio de la selva virgen, cuya misión es alumbrar el entendimiento lógico de la vida espiritual, preparando a sus hijos y habituándolos a comportarse humildemente a fin de que a la brevedad entiendan el mensaje iniciático del Espiritismo.
La Umbanda tiene fundamento y cuando fuera conocido totalmente su programa esquematizado en el Espacio, sus propios críticos verificarán y comprobarán lo que dice el viejo aforismo "Dios escribe derecho por líneas torcidas".
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